EL MÓVIL SE ESTÁ CONVIRTIENDO EN EL EJE CENTRAL DE LOS SERVICIOS BANCARIOS

La posibilidad de acceder a los servicios de home banking, ya sea a través de una computadora o desde el móvil, ha sido una revolución en sí misma, haciendo mucho más fácil para los clientes de prácticamente todos los bancos el gestionar su dinero, hacer transferencias, pagar sus cuentas, pedir y pagar préstamos, y mucho más. Y si bien estos servicios se han vuelto cada vez mejores, y han ayudado en gran medida a descomprimir las sucursales de todos los principales bancos, antes único espacio donde era posible operar, una nueva revolución bancaria está en ciernes.

Hasta ahora la digitalización de los servicios bancarios ha tenido un impacto muy positivo, permitiendo una administración más amigable y autónoma de sus ahorros y salarios por parte de los usuarios. Pero la realidad es que, a pesar de que un nuevo canal se ha convertido en el modo principal por el que muchos clientes se relacionan con sus bancos, la naturaleza de los servicios que éstos ofrecen no ha variado de manera significativa. Esto que significa que aunque operar con un banco en la época previa a Internet puede haber sido un poco más engorroso, la realidad es que el servicio que éstos prestan era prácticamente igual. Hoy, una serie de startups, y también de instituciones bancarias tradicionales, están invirtiendo mucho tiempo y trabajo en cambiar esto, reinventando desde cero la forma en la que se ofrecen, se operan, y se cobran los servicios bancarios.

LOS NUEVOS BANCOS CENTRADOS EN EL MÓVIL 

Hace algunos meses conocíamos el caso de Simple. Este banco, nacido en Nueva York, se propuso partir de un nuevo concepto: un banco totalmente digital en el que toda la operatoria se realizara a partir de una aplicación móvil. El concepto fue un éxito y el banco fue adquirido por el español BBVA, que vio en el una oportunidad para incorporar nueva tecnología y nuevos servicios. Pero Simple no es el único nuevo banco a tener en cuenta.

Otros emprendedores se han volcado por crear servicios parecidos, aunque cada uno con su propio estilo y diferencia. De esta manera, han surgido una docena de nuevos bancos – algunos de los cuales todavía no se encuentran operativos, o transitan su etapa Beta – que tienen algunas características en común. Estas son:

  • Todos estos nuevos bancos prescinden de sucursales, y ofrecen un servicio 100% centrado en una aplicación móvil. Esto les permite reducir masivamente sus costos. Y es que sólo el alquiler de los espacios físicos que ocupan las sucursales significa un costo muy elevado para las instituciones bancarias. Si a éste se le suman los sueldos de las decenas de empleados que trabajan en cada una de ellas, los costos que implica la seguridad y el traslado de dinero físico, y otros costos operativos, estos nuevos bancos cuentan con una ventaja competitiva muy grande al limitarse al mundo virtual.
  • Al mismo tiempo, todos ellos buscan reinventar la naturaleza de los servicios de home banking, creando experiencias más amigables, intuitivas, y cargadas de nuevas características no disponibles en los bancos tradicionales.
  • Prácticamente todos los nuevos bancos ofrecen servicios gratuitos, libres de comisión. A diferencia de los bancos tradicionales, que cobran una tarifa mensual, o comisiones por transferencias, retiros de dinero, pagos de servicios, y otros servicios, estos bancos ganan dinero a partir de los intereses que genera el dinero depositado por los clientes, o por los intereses generados por pequeños prestamos dados a sus usuarios, y por el descubierto de sus cuentas. Sus menores costos operativos, en relación a la banca tradicional, les permiten ser rentables valiéndose solamente de estos ingresos.
  • Todos emiten tarjetas de débito y crédito que permiten utilizar el dinero en canales tradicionales.
  • Por el momento todos ellos se encuentran orientados al consumidor, y no ofrecen servicios complejos como hipotecas y créditos inmobiliarios, sino que se limitan a servicios básicos.
  • Todos ofrecen servicios de tracking, que aunque resultan diferentes en cada caso, en regla general permiten hacer un seguimiento pormenorizado de los gastos realizados por el cliente en tiempo real, así como automatizar el ahorro, garantizar el dinero para pagar los gastos fijos, y hasta generar tags que permiten ordenar el dinero dentro de la cuenta.
  • Todos ofrecen un servicio de atención al cliente personalizada a través de un chat o un sistema similar, disponible a lo largo de todo el día.
  • Casi todos operan en relación con algún banco de mayor porte, donde depositan el dinero que depositan sus usuarios ya sea en cuentas individuales, o en cuentas pertenecientes al nuevo banco, y les permite garantizar la seguridad de los depósitos.

Además de Simple, otros nuevos bancos que se inscriben en esta categoría son los británicos Mondo, Tandem, y Monese, cuyo principal diferencial es que permite que cualquier ciudadano europeo abra una cuenta y utilice los cajeros de todo el continente, además de enviar y recibir dinero de manera muy barata a otros países; el brasileño NuBank, parecido a Simple en su concepto , aunque incorporando elementos locales como bajas tasas de interés en el uso de las tarjetas de crédito, algo inexistente en su mercado, donde la mayoría de las instituciones cobra tasas muy altas; el danés Lunar Way, que además de todos los servicios que ofrecen los demás ofrece funciones innovadoras como la posibilidad de sacarles fotos de las facturas de servicios y pagar automáticamente; y el alemán Fidor, entre otros.

mondo

Todos estos nuevos bancos han recibido grandes inversiones y, ya sea que hayan lanzado o no, cuentan con altas valuaciones derivadas del hecho de que se trata de un mercado con un enorme potencial, en el que la innovación incrementa las chances de que los proyectos sean un éxito entre los clientes, o de un exit a través de la venta de la compañía a alguno de los grandes bancos del mundo.

Sin lugar a dudas, observaremos un enorme crecimiento de este tipo de servicios durante los próximos años, así como la adaptación de los servicios de mobile banking de los bancos tradicionales, para adoptar muchas de las nuevas características creadas por este tipo de nuevas compañías. Resta ver, además, si los nuevos bancos se animarán, finalmente, a innovar en servicios orientados a empresas y comercios, y en servicios financieros como el otorgamiento de grandes préstamos.

LOS GRANDES BANCOS TAMBIÉN APUESTAN POR EL MÓVIL 

Los nuevos bancos no son los únicos en apostar por el móvil. Algunas instituciones tradicionales también hacen grandes esfuerzos incorporar nuevas tecnologías basadas en sus aplicaciones para, así, ofrecerles mejores servicios a sus usuarios.

Esto es algo que observamos todos los días en la mejora constante de las apps de los bancos tradicionales. Sin embargo, algunas instituciones se están animando a hacer innovaciones aún más arriesgadas. Un ejemplo de esto es el banco estadounidense JP Morgan Chase, el cual permitirá que sus clientes realicen extracciones de efectivo de sus cajeros automáticos utilizando su aplicación móvil en lugar de sus tarjetas de débito. Para ello, deberán ingresar su número de cuenta en el cajero, y un código generado cada vez en la aplicación, lo que permite aumentar la seguridad y evitar el fraude con tarjetas.

Otros bancos del mismo origen, como el Bank of America, y Wells Fargo, están instalando cajeros equipados con NFC, que permitirán utilizar aplicaciones similares a Apple Pay y Samsung Pay para ingresar al cajero simplemente apoyando el teléfono móvil en un lector, y validando la operación con la huella digital.

Estos servicios innovadores, permiten concentrar aún más servicios en el móvil. Estos últimos, sin embargo, seguramente no serán adoptados por los bancos en nuestro país, por lo menos mientras siga restringido el uso de celulares dentro de las entidades bancarias.

El móvil se ha convertido en un actor cada vez más relevante para el sector bancario. Y tanto los nuevos bancos como las instituciones ya establecidas, recaen cada vez más en el y sus tecnologías para mejorar su experiencia de usuario, y ampliar su cartera y calidad de servicios.

¿CÓMO ES EL MERCADO DE LOS CONTENIDOS INFANTILES?

Los contenidos infantiles son un mercado en pleno crecimiento. Y es que, por sus características y posibilidades de acercar material relevante, divertido, fácil de utilizar y educativo a los chicos, se han convertido en una opción popular entre los padres quienes encuentran en ellos una forma de mantener entretenidos a sus hijos mientras se exponen a contenidos didácticos. A continuación haremos un análisis de este mercado, descubriendo de qué manera los chicos acceden a estos contenidos, y cuáles son las características propias de esta vertical.

¿Cómo acceden los chicos a los contenidos?

Los niños se encuentran cada vez más conectados. De acuerdo con un estudio realizado por la American Academy of Pediatrics, en 2013 el 75% de los niños menores a 8 años en los Estados Unidos tenían acceso a por lo menos un dispositivo móvil en sus hogares. Los equipos más populares son los smartphones, a los que por lo menos un 63% de los niños en este segmento etario tienen acceso, seguido por las tabletas, disponibles para un 40%, y por dispositivos como un iPod touch o similar, presente en el 27% de los hogares. Según un estudio de Ofcom, realizado a fines de 2014, las tablets en realidad son mucho más preeminentes y, hace un año, había por lo menos una en el 65% de los hogares con niños de 3 a 4 años, y en el 71% de aquellos con niños de 5 a 15 años.

De acuerdo con Ofcom, el uso de tablets y smartphones entre los niños se encuentra en pleno crecimiento, y está reemplazando a las computadoras portátiles y de escritorio como medio principal de acceso a Internet. Esto ocurre tanto en los segmentos de 1 a 4 años, como de 5 a 15 años. Solamente entre 2013 y 2014 el porcentaje de niños que acceden a Internet exclusivamente desde un dispositivo móvil se duplicó de 4% a 8%, y este número continúa en franco crecimiento. Al mismo tiempo, la tablet se convirtió en el dispositivo principal de acceso a Internet para el 42% de los niños de 5 a 15 años, y para el 20% de los que tienen entre 3 y 4 años. Así, estos dispositivos se convirtieron en el segundo canal más popular de acceso a la red para este segmento después de las computadoras. Esto no es así en nuestro mercado, donde las tablets no alcanzaron la penetración que tienen en los Estados Unidos. Sin embargo, la preeminencia de este tipo de dispositivos en el acceso a contenidos infantiles es proporcionalmente mayor que en otros segmentos. Y eso se debe a que, por su forma y tamaño, y por el hecho de que no constituyen el medio de comunicación primario de los padres y madres (como lo son los teléfonos inteligentes) las tabletas son el dispositivo que los padres les entregan a sus hijos.

Gonzalo Gerones, fundador de Kidloom, un startup incubado por Vrainz cuyo foco está puesto en la creación de aplicaciones y contenidos orientados al mercado infantil, coincide con este análisis. “Tenemos muchos más usuarios de smartphones que de tablets. Pero esto se debe a que hay muchísimos más smartphones que tablets en el mercado. Aunque si comparamos la composición de nuestros usuarios de tablet y smartphone, contra la composición del mercado en general, podemos concluir que tenemos más descargas desde tablets que productos de otras categorías” explica.

Al mismo tiempo, es cada vez más frecuente que los niños cuenten con equipos móviles propios, que pueden utilizar sin la necesidad de pedirles el suyo a sus padres. Esto se da especialmente en niños mayores a 5 años, puesto que en el segmento de 3 a 4 años el número tiende a cero. Sin embargo, en el grupo comprendido por los niños de 5 a 15 años, hacia fines de 2014 el 31% contaba con un smartphone, y 9% con un feature phone o un teléfono básico. Esta cifra es aún más alta si nos concentramos en el segmento de niños de 11 a 15 años, en cuyo caso el 65% ya cuenta con un smartphone propio, y el 78% tiene algún tipo de dispositivo móvil de su propiedad.

Pero así como crece la tasa de niños con acceso a móviles inteligentes, la televisión está perdiendo protagonismo. Por lo menos como medio principal de acceso al entretenimiento. Mientras que en 2013 el 52% de los menores de 15 años tenían TV en su cuarto, hacia fines de 2014 esa cifra había descendido al 46%. En cambio, creció el número de Smart TVs disponibles en los hogares, aunque éste se está convirtiendo en un dispositivo más asociado a las áreas comunes de la casa. De todas formas, cuando se les consultó acerca de cuál es el medio que más extrañarían si desapareciera y es el preferido a la hora de consumir contenido. Esto cambia a medida que los niños crecen ya que, entre los 12 y los 15 años, el smartphone se convierte en el dispositivo preferido. Al mismo tiempo, el consumo televisivo promedio está bajando en todos los segmentos, ya que mientras que en 2013 el consumo de televisión en los niños de hasta 15 años promediaba las 15,4 horas semanales, a fines de 2014 esta cifra había bajado a 14,6 horas. De todas formas, el consumo de medios en general se mantuvo estable, lo que demuestra un cambio de hábito hacia otros dispositivos. Al mismo tiempo, el consumo de contenidos televisivos en dispositivos que no son TVs está en crecimiento, y es un hábito que tienen más del 45% de los menores de 15 años.

El mercado de los contenidos infantiles

Lejos de ser un mercado regional o localizado, el de los contenidos infantiles es un mercado más bien global, donde las principales aplicaciones se replican en los distintos países de manera más o menos similar. Esto puede observarse si comparamos los diez contenidos pagos y gratuitos orientados a este segmento más populares en Google Play.

Grafico PlayEsto plantea un desafío para los nuevos jugadores del segmento, los cuáles deben desarrollar estrategias globales que les permitan posicionarse en varios mercados y, así, crecer en volumen y en los rankings de las tiendas de aplicaciones.

Una de las peculiaridades de este mercado con respecto a otros, es que se trata de uno de los pocos vinculados con el contenido digital en el que el decisor de compra no es el consumidor de los productos. Y es que, si tenemos en cuenta que los niños – en especial los que tienen entre 2 y 6 años – no son los que eligen y descargan las apps, sino que esto lo hacen sus padres, los desarrolladores deben encontrar el equilibrio entre crear contenidos que generen engagement en el usuario final manteniéndolo entretenido y, así, lograr el uso sostenido y recurrente de las aplicaciones, pero a la vez que atraiga a los padres para que éstos lo descarguen y se lo habiliten a sus hijos.

“(La diferencia entre el usuario y el decisor) es el desafío más grande con el que tenemos que lidiar para lograr la sustentabilidad del negocio” explica Gerones, de Kidloom. “Desarrollar apps y contenidos para este segmento sin tener en cuenta este desdoblamiento usuario-cliente es un salto al vacío. En Kidloom tenemos muy claro que a los niños debemos proveerles una experiencia que sea divertida, que no sientan que les estamos enseñando nada. Pero a los padres tenemos que demostrarles que el producto es sano y educativo. Este desafío se aborda en el proceso de creación de apps y contenidos, y se traslada a nuestra comunicación, nuestra estrategia de marketing. Para decirlo de otra forma, la estrategia de marketing y producción de contenidos son dos caras de una misma moneda.”

La cuestión, entonces, radica en descubrir qué contenido les parece relevante a los padres, para poder orientar la comunicación y el marketing de los productos desde ese punto de vista. En ese sentido, para Gerones hay que saber a que público apuntar. “Hay dos tipos de padres en nuestro segmento: los que buscan apps para sus hijos y los que dejan que sus hijos seleccionen por sí solos. Al primer grupo le interesan los productos más educativos – aunque también quieren mantenerlos entretenidos -, mientras que el segundo grupo solo quiere mantenerlos entretenidos.”

Pero, sin lugar a dudas, el mayor desafío al momento de lanzar aplicaciones infantiles tiene que ver con la monetización. Y es que, a diferencia de lo que ocurre en otros segmentos, existen estrategias que no resultan apropiadas. Una de ella es la publicidad. Y es que monetizar a través de ads implica un riesgo, ya que los chicos, y en especial los menores a 6 años, muchas veces no son capaces de distinguir entre contenido real y avisos publicitarios, y los menores de 2 años, a veces no tienen la coordinación suficiente como para tocar las áreas de la pantalla que tienen que ver con el contenido y no la publicidad. Es por eso que, si bien una estrategia publicitaria en este tipo de aplicaciones puede resultar en un alto nivel de conversión, la realidad es que en la mayoría de los casos se tratará de clicks involuntarios, lo cuál implica algunos dilemas éticos. La presencia de ads, además, supone una preocupación para algunos padres. De acuerdo con el estudio de Ofcom, el 27% de los padres se encuentran preocupados por los contenidos no solicitados que sus hijos pueden llegar a ver en un dispositivo móvil. Y esto se refiere en especial a los avisos publicitarios, los cuales si bien están sujetos a regulaciones y restricciones cuando se muestran en este tipo de apps y contenidos, no siempre son percibidos como seguros.

Otras preocupaciones que aquejan a los padres son el potencial del cyberbullying (29%), la cual representa el mayor miedo en relación al móvil; el que los chicos den información personal a un extraño o una compañía (26%); el uso de apps que detectan la geolocalización del usuario (26%); la posibilidad de que los chicos descarguen virus y contenido peligroso de manera involuntaria (25%), y de que descarguen videos y fotos inapropiados para la edad (22%). Entre los padres de hijos más grandes, la posibilidad de que los chicos compartan fotos subidas de tono con extraños son también elevadas (22%), y de que los chicos sean quienes agredan e incurran en bullying sobre otros (21%).

Aún así, el 83% de los padres confían en que sus hijos usarán sus conexiones de manera segura, y el 67% consideran que las ventajas de permitirles acceder a la red superan a las desventajas, mientras que sólo el 13% piensan que es mejor restringirlo.

Teniendo en cuenta estos factores, los modelos de suscripción, cobro por la descarga de la aplicación, y los in-app purchases resultan modelos de negocio más adecuados para esta vertical. Geronés de Kidloom coincide. “Personalmente considero inadecuadas las apps gratuitas con publicidades. Para los niños resultan muy molestas y suelen tocar sin intención los avisos. Si fuéramos una más marca reconocida para el consumidor final nuestro esquema ideal sería contar con un set de apps gratuitas y el resto de las apps premium (descargas pagas). Pero para llegar a eso hay que recorrer un camino y probar diferentes alternativas. Nosotros estamos comenzando con algunas apps gratuitas y con otras apps con contenido gratuito y un único In-app purchase para desbloquear el contenido premium.”

Los contenidos infantiles representan un mercado cada vez mayor, y se están consolidando como uno de los canales de entretenimiento más populares entre los niños y sus padres. Encontrar modelos de negocio adecuados, que permitan monetizar contenidos seguros y de calidad es la clave para ofrecer una buena experiencia de usuario y crecer en esta vertical tan diferente a otras.

EL MÓVIL COMO MOTOR DE LA “SHARING ECONOMY”

Compartir está de moda. O por lo menos es un concepto que se ha puesto de moda a partir el surgimiento de todo tipo de compañías dedicadas a ofrecer servicios que se enmarcan en lo que se conoce como la “sharing economy” o economía colaborativa. Se trata de empresas que permiten que las personas compartan sus bienes con otros, a cambio de una pequeña renta. De esta forma, se multiplica la oferta en esa categoría, y se bajan los costos, beneficiando tanto al dueño del bien, quien ahora puede obtener una ganancia que antes no estaba dentro de sus posibilidades, y de otros usuarios quienes pueden acceder al bien sin tener que comprarlo por si mismos, o pagar por un servicio tradicional. Y si bien se trata de una tendencia que ha comenzado a registrarse desde hace algunos años, ésta es sólo posible gracias al móvil.

Uno de los productos y servicios más populares vinculados con este modelo de negocio es Airbnb, el conocido sitio que permite alquilar departamentos y casas, habitaciones, o hasta un sillón para dormir en cualquier ciudad del mundo, a precios competitivos que en general resultan más bajos que los disponibles en hoteles. Otro es Uber, el servicio de taxis sin taxis que permite que cualquiera se convierta en chofer y lleve pasajeros de un lado al otro con su propio automóvil. Si bien Uber no siempre es más barato que un taxi o que otras alternativas, sí tiene la ventaja de ser mucho más rápido y eficiente, de llevar un registro de choferes que permite conocerlos antes del viaje y calificarlos una vez que este concluye, y pagar directamente a través de la aplicación de la compañía, lo que elimina la necesidad de contar con efectivo u otros medios de pago. Tanto Airbnb como Uber cobran una comisión en cada transacción, las cuáles siempre se pagan a través de sus apps o sitios web, y de esa forma hacen dinero. Pero estos son apenas dos ejemplos, entre muchos , de compañías de rubros tan variados como el transporte, la educación, y hasta el trabajo, que están surgiendo para aprovechar este modelo de negocios.

Pero existe una realidad, y es que la economía colaborativa no es una novedad. Existe una vertical de negocio que se maneja de esta manera desde hace más de cuarenta años, y aunque siempre pasó bastante desapercibida fuera del nicho al cual afectaba, en principio es igual a este nuevo tipo de startups. Se trata del negocio de la aviación ejecutiva. Y es que, gracias a los elevados costos involucrados en la adquisición y mantenimiento de un jet privado, sus dueños – ya sea que se trate de empresas o individuos – tradicionalmente suelen ponerlos a disposición de empresas de alquiler de aviones, las cuales se encargan de mantenerlos funcionando y los alquilan de otros clientes quienes pueden contratar un viaje y, así, disfrutar de los beneficios de un vuelo privado sin desembolsar los entre 3 y 50 millones de dólares que vale uno de estos aviones.

¿Pero por qué si la economía colaborativa es un concepto tan viejo, que ya ha demostrado éxito en un segmento conocido por una gran cantidad de empresarios e inversores, ésta nunca se había popularizado entre el público masivo? La clave, como decíamos al principio, está en la conectividad. Y es que es gracias a las bases de datos, los buscadores, la conectividad extendida vastas regiones del mundo, y hasta los medios de pago que hoy es posible encontrar, reservar, y hasta pagar por el uso parcial o temporal de todo tipo de productos y servicios. Y pocas tecnologías son responsables de tal conectividad como lo es el móvil.

Y es por eso que este concepto se encuentra en franca expansión, y se ha convertido en un estilo de vida adoptado mayormente por los consumidores de todos los niveles. La proliferación de servicios como Zipcar, los cuáles permiten contratar un auto y utilizarlo de acuerdo con las necesidades que tenga el usuario, han llevado a que en los Estados Unidos se registre una baja histórica en el consumo de autos. De acuerdo con un estudio hecho por Bloomberg, los consumidores de todos los rangos etarios hoy compran menos autos que en las décadas de los 80s y los 90s. Y si bien esto no se tradujo en una caída en las ventas (por el contrario, la cantidad neta de automóviles vendidos subió), si tenemos en cuenta el crecimiento poblacional explosivo que hubo durante las últimas dos décadas y que llevó a que la generación millenial duplique en tamaño a la de sus padres, proporcionalmente la industria está vendiendo menos. Por supuesto no podemos atribuirle este cambio en la conducta de los consumidores exclusivamente a la economía colaborativa, ya que otros factores como la crisis del 2008 y el menor nivel de ingreso promedio registrado hoy en relación a hace dos o tres décadas también tienen que ver. Pero incluso luego de la salida de la recesión provocada por esta crisis, la tendencia se mantiene, lo que hace pensar que algo está cambiando.

 Las compañías tradicionales también adoptan este modelo

Así como Netflix en su momento revolucionó el mercado del cine al permitir el alquiler de DVDs a domicilio, y luego reemplazarlo por su servicio de streaming, y Spotify hizo lo propio eliminando la necesidad de comprar música y, en cambio, comenzó a cobrar una suscripción mensual a una vasta base de datos de canciones, algunas empresas están empezando a pensar seriamente en adoptar este tipo de modelos de negocio para complementar sus negocios tradicionales.

Probablemente el ejemplo más claro sean las automotrices. Y es que, entre la tendencia a la baja en las ventas, la inminencia de fenómenos como los autos sin conductor, y la preferencia cada vez más marcada de los consumidores por innovaciones en materia de equipamiento, tecnología y cuidado ambiental, la venta tradicional de autos está en peligro. Es por eso que General Motors ha ideado un programa que permitirá que varios consumidores – conocidos entre sí o no – compren un vehículo entre varios como si se tratara de un tiempo compartido, y mediante una aplicación móvil administren el tiempo de uso que cada uno le da, y la logística para poder utilizarlo. Esto, que puede sonar inconveniente – y claramente necesita una pulida – es un buen indicio de cómo sectores de la economía que se manejaron con las mismas reglas durante más de cien años, comienzan a adoptar las nuevas tecnologías para desarrollar cambios en sus modelos de negocio y adaptarse a las demandas del mercado.

Y este es apenas el comienzo. Cada vez más industrias adoptarán este tipo de modelos. E incluso las que no lo hagan en la distribución de sus productos, sí aplican estos conceptos para volver más eficientes sus procesos. El startup argentino Sincropool, por ejemplo, es un caso que permite demostrar como distintas grandes compañías e instituciones están adoptando procesos colaborativos (como lo es el compartir el vehículo de camino al trabajo) para volverse más eficientes.

Existen miles de proyectos e iniciativas que ponen foco en la colaboración para solucionar problemas y para bajar los costos en todo tipo de actividades, y aunque es incierto si este tipo de modelo dará resultado en todas las verticales, la colaboración sin dudas se volverá más y más frecuente. Lo que es indiscutido, además, es que el móvil será un elemento central que habilitará a que este tipo de ideas puedan llevarse adelante.

EL SECRETO DETRÁS DE (MUCHAS) DE LAS NUEVAS MARCAS DE SMARTPHONES

Si elegir un smartphone antes era difícil, ahora puede parecer imposible. Y es que desde que los principales fabricantes comenzaron a lanzar distintas líneas y gamas de producto, encontrar el teléfono perfecto para nuestras necesidades se ha vuelto una tarea verdaderamente titánica. ¿Necesitamos un flagship con todas las últimas especificaciones, o ese equipo de gama media que tanto promocionan nos alcanza? ¿Compramos un dispositivo de una marca líder, o las segundas marcas ofrecen lo mismo a menor precio? Este tipo de dudas, cada vez más frecuentes en la mente de millones de consumidores, se han exacerbado durante los últimos años a partir del lanzamiento de decenas de nuevos productos en el mercado. Productos que no pertenecen a las marcas tradicionales como Apple, Samsung, LG o Motorola, sino que a nuevos fabricantes, o a compañías que ya operaban en el mercado de la electrónica, pero que nunca habían participado del sector de la telefonía móvil. ¿Pero cómo es posible que tantas empresas hayan surgido en simultáneo? ¿Cómo es que, de pronto, una docena de compañías decidieron invertir en investigación, desarrollo, e infraestructura para diseñar y producir tantas líneas nuevas de equipos? El secreto, es que en el mundo de los smartphones no todo es tan lineal como parece.

Existen dos tipos de nuevas marcas en el mercado. Por un lado están los fabricantes que, como Xiaomi y Micromax – de origen principalmente chino e indio – han desarrollado verdaderos procesos industriales y, luego de capturar cuotas de mercado significativas en mercados de magnitud como sus países de origen fabricando buenos equipos a precios más bajos que los de sus competidores, decidieron desembarcar en nuevos mercados emergentes para expandir sus marcas. Por otro, nos encontramos con marcas locales de electrodomésticos, nuevas marcas pequeñas, marcas propias de cadenas de supermercados, y hasta marcas reconocidas que nunca habían participado del negocio móvil y de pronto se han lanzado al mercado. En este segundo grupo es en el que nos enfocaremos hoy.

Cualquiera puede ser un fabricante

Mientras que en 2008, 2009, y los años siguientes al lanzamiento del primer iPhone, y los primeros smartphones equipados con Android, desarrollar un teléfono inteligente suponía una enorme inversión de recursos tanto económicos como humanos y técnicos. El proceso de diseñar nuevos equipos requería de enormes inversiones, realizadas generalmente a puertas cerradas por un puñado de grandes empresas con el capital suficiente – o por lo menos la credibilidad suficiente para obtener ese capital – para poder llevarlo adelante. Al mismo tiempo, la fragmentación inicial que existía en la industria, la cual se expresaba en la existencia de distintos sistemas operativos que competían por alcanzar cuotas de mercado lo suficientemente significativas como para convertirse en los ecosistemas predominantes, implicaba un nivel aún mayor de desarrollo. Así, mientras algunas marcas como Motorola, Samsung y HTC apostaban por Android, otras como Nokia lo hacían por su propio Symbian, y hasta por una alternativa como MeeGo; y HP a través de Palm trabajaba en su prometedor WebOS (hoy devenido en el sistema operativo de los televisores LG). Todas ellas con diferentes niveles de éxito, y fallando la mayoría de las veces. Hoy esto ya no es así. El mercado se ha consolidado en dos ecosistemas, y los usuarios que no compran productos Apple se han acostumbrado a recaer en Android. Y aunque existen distintos “sabores”, es decir versiones y personalizaciones, de este sistema operativo muchas veces dados por las principales fabricantes para alterar un poco la experiencia de usuario en sus dispositivos y ampliar las funcionalidades desarrolladas por Google, los mismos son cada vez más parecidos entre sí, y la experiencia más consistente. Esto ha derribado una barrera. Hoy, gracias a que los teléfonos Android se han vuelto, en gran medida, un commodity, cualquier fabricante puede instalar una versión básica de este sistema operativo en un dispositivo, y ofrecer un producto con capacidades equivalentes a uno de los desarrollados por las grandes marcas.

Otro punto de importancia tiene que ver con el hardware. El crecimiento de empresas como Qualcomm, cuya línea de procesadores Snapdragon, se ha convertido en el cerebro de la gran mayoría de los teléfonos inteligentes en el mercado, ha generado que los equipos de las distintas marcas generen resultados bastante similares en términos de potencia y capacidad. Hoy apenas Samsung se distingue usando sus propios procesadores en sus teléfonos de mayor gama. Algo similar ocurre con Apple, cuyos chips son también fabricados por la firma surcoreana. Esta estandarización de los componentes, así como el surgimiento de una industria cada vez mayor de partes genéricas como cámaras, plaquetas, memorias, pantallas, etc., ha generado que construir un smartphone no sea otra cosa que ensamblar una serie de partes disponibles en el mercado sin invertir un centavo en desarrollar tecnología propia.

Pero lo que verdaderamente ha impulsado la aparición de nuevos “fabricantes” es la existencia de mercados como el que se ha desarrollado en la ciudad china de Shenzhen, donde docenas de empresas ofrecen cientos de modelos de smartphones de marca blanca, que pueden ser customizados y fabricados a pedido para nuevas marcas, operadoras, y retailers que deseen lanzar sus líneas de móviles sin hacer la inversión de tener que desarrollarlos, fabricarlos, o ensamblarlos.

En regla general este tipo de nuevos fabricantes permiten elegir entre un catálogo de smartphones prearmados (que incluyen una determinada pantalla, procesador, memoria, sistema operativo, etc), pero que permiten una cierta personalización como agregar el logo del fabricante, y elegir entre una pequeña gama de colores. Las ordenes pueden ser tan pequeñas como 5.000 equipos, los cuales la empresa fabricará y eviará en barco hasta el puerto más conveniente para la nueva “marca”, la cual recibirá su contenedor entre uno o dos meses después y deberá encargarse de la distribución en su país de origen. Una versión algo más sofisticada de los viejos fabricantes de clones en el momento del auge de las PC de escritorio.

De acuerdo con una investigación muy completa realizada por el blog español Hipertextual en el marco del Mobile World Congress, estos equipos se le venden al fabricante por un valor de entre $25 y $150 dólares por unidad, dependiendo de su sofisticación. A esto, la nueva marca deberá sumarle costos como el flete, la distribución, el marketing, y lógicamente el mark up que pondrán los retailers.

Al mismo tiempo, estos fabricantes fantasma permiten hacer órdenes mucho más grandes, las cuales habilitarán a las marcas a realizar cambios más profundos en los equipos, incluyendo diseños propios que les permitirán ofrecer productos totalmente diferentes a los de sus competidores, o la posibilidad de incluir nuevas funcionalidades, los procesadores y chips de memoria que mejor se adapten a sus necesidades, y otros accesorios. Así, es posible montar una verdadera marca, ofrecer una cartera de productos única, y nunca invertir un centavo en investigación y desarrollo ni montar una fábrica. Y aún así ser todo un OEM.

Otras empresas como el fabricante chino ZTE son licenciatarias habituales de las grandes marcas, en nombre de las cuales diseñan y producen equipos los cuales se venden en distintos mercados. Este es el caso de, por ejemplo, Alcatel, la marca francesa (hoy en manos de la finlandesa Nokia), cuya línea de teléfonos móviles es fabricada y distribuida por esta empresa. A diferencia de otras marcas, sin embargo, Alcatel cuenta con modelos exclusivos de gran calidad y diseñados en exclusiva para la marca, algo que no sucede con gran parte de las nuevas marcas. Nokia, por su parte, estaría evaluando llevar adelante un modelo similar para lanzar sus nuevos equipos, los cuáles serían diseñados por los técnicos de la empresa, y luego licenciados a fabricantes que podrían producirlos y venderlos en distintos mercados.

Lanzar una línea de smartphones ya no resulta tan complejo, y en un contexto en el que las grandes marcas compiten por conquistar el mercado de la gama media, estos nuevos competidores no son más que un dolor de cabeza. Es por esto que marcas como Samsung, LG, Lenovo (Motorola) y otras, apuestan por el servicio de posventa y por construir grandes marcas para competir y mantener su liderazgo en un mercado que, por el propio avance de la tecnología, se encuentra cada vez más atestad

EN 2015 LA CANTIDAD DE SMARTPHONES 4G LTE EN ARGENTINA CRECIÓ EN UN 1600%

Argentina llegó muy tarde al 4G LTE. Y es que esta tecnología, que permite alcanzar velocidades de transferencia de datos considerablemente más rápidas que el 3G no estuvo disponible comercialmente en nuestro país hasta diciembre de 2014. Esto no fue así en el resto de la región, donde a principios de 2013 estas redes ya comenzaban a desplegarse en mercados como Brasil, Chile, Colombia y México. De acuerdo con GSMA, hacia mediados de 2014, ya existían 44 operadoras ofreciendo 4G LTE en 18 países de la región, aunque ninguna de ellas estaba en Argentina. Pero a pesar de haber llegado tarde, la adopción de este estándar en nuestro país fue tal que, en apenas un año, se ha convertido en uno de los mercados con más teléfonos capaces de aprovechar el servicio en la región, efectivamente recuperando el tiempo perdido.

La historia del 4G LTE en nuestro país estuvo repleta de convulsiones y sucesos inesperados. De hecho el lanzamiento mismo del servicio ocurrió en lo que fue una movida sorpresiva por parte de operadoras como Personal y Movistar, que habían anunciado el inicio de sus operaciones utilizando esta norma para mediados de 2015, pero que lo lanzaron de manera repentina a fines de 2014 con grandes campañas de comunicación que tomaron por sorpresa tanto a sus clientes como a sus competidores. Hasta ese momento, el despliegue de estas redes había estado frenado por cuestiones regulatorias. Y es que el Gobierno argentino había mantenido parada la licitación del espectro necesario para operar esta tecnología hasta el último trimestre de ese año cuando, según sus críticos, la necesidad de contar con fondos en dólares motivó la apertura del proceso licitatorio. Evidentemente las operadoras estaban preparadas y ya habían comenzado a invertir en la infraestructura y el despliegue de la red necesaria, y apenas se les abrió la posibilidad activaron sus antenas y comenzaron a ofrecer el servicio. Y esta inversión dio resultado.

El LTE creció de manera exponencial en toda la región. De acuerdo con 5G Americas, la organización que promueve la adopción de las nuevas tencologías de comunicación en el mundo, la cantidad de usuarios de las redes 4G creció de 13 millones a nivel regional en diciembre de 2014 a más de 54 millones en el mismo mes de 2015. Si bien esto se enmarca en un crecimiento explosivo a nivel regional, la inclusión de Argentina en el mapa ciertamente tuvo que ver. Y esto se puede observar en la enorme adopción que los smartphones capaces de conectarse a este tipo de redes tuvo en nuestro país.

Según la consultora Counterpoint, a lo largo de 2015 la cantidad de smartphones con antenas 4G LTE activos en nuestro país se multiplicó por 16. Y lo que es más increíble, los teléfonos inteligentes desplazaron casi por completo a otro tipo de equipos de telefonía móvil, concentrando el 98% de las ventas de la categoría durante el año. De esta forma la venta de smartphones creció un 232% interanual con respecto al año anterior. De todos los equipos vendidos apenas el 30% no cuentan con capacidad de conectarse a redes LTE, lo que explica en gran parte el crecimiento en la adopción de esta tecnología.

Las razones detrás de este fenómeno

De acuerdo con los analistas de Counterpoint, en gran parte este crecimiento estuvo dado por los incentivos dados por el gobierno anterior al consumo de este tipo de dispositivos. El panorama electoral, concluyen, fue un catalizador que generó programas de pagos en cuotas y la apertura a la importación de los componentes necesarios para ensamblar equipos y distribuirlos en el país. Es necesario recordar que, hasta principios de 2015, existía un faltante en algunos modelos producto de la falta de piezas para su armado en el país.

Otro factor a tener en cuenta tiene que ver con el estado de la infraestructura. La limitación en la asignación de espectro, la cual no se limitaba al 4G, sino que también a tecnologías disponibles como el 3G y el 2G, en la cual las operadoras estaban funcionando al límite de su capacidad, llevaron a que la calidad del servicio decayera. El surgimiento de nuevos servicios operó como un incentivo para muchos usuarios que vieron en la posibilidad de cambiar sus dispositivos una oportunidad para acceder a un mejor servicio.

 El crecimiento de las marcas

Dada la ausencia de equipos Apple en el mercado argentino, durante 2015 la totalidad de las ventas de smartphones en el país se vieron concentradas en dos plataformas: Android y Windows Phone. De acuerdo con Kantar Worldpanel, hacia abril del año pasado el sistema operativo de Google concentraba el 79,4% del mercado local, seguido por el de Microsoft, con el 12,9%, y por iOS con el 3,5%.

Entre los fabricantes, Samsung mantuvo su liderazgo, y logró aumentar su cuota de mercado de 34,9% en el último trimestre de 2014, a 38,3% en el mismo período en 2015. LG, por su parte, logró posicionarse como el segundo fabricante en importancia en el país, creciendo del 15,1% a fines de 2014 a 19,5% en el último trimestre de 2015. Motorola, por su parte, ocupó el tercer puesto y mantuvo su cuota de mercado, pasando del 10,4% en los últimos tres meses de 2014 al 10,6% a fines de 2015.

Venta de Smarthones en Argentina. 4Q 2014 - 4Q 2015. Fuente: Counterpoint.

Venta de Smarthones en Argentina. 4Q 2014 – 4Q 2015. Fuente: Counterpoint.

Según Counterpoint, el crecimiento de Samsung se vio apuntalado en gran parte por las ventas navideñas, período en el que la compañía lanzó varias campañas muy agresivas de descuentos, así como una renovada línea en la gama media. LG, por su parte, apostó fuerte a la gama alta, y logró posicionar con mucho éxito el G4, su flagship en ese período.

Otro factor a destacar fue el crecimiento de las marcas locales como Noblex o BGH, las cuales en conjunto han logrado cooptar casi el 10% del mercado. De la misma manera el fabricante chino Huawei, duplicó su participación del 3,3% a fines de 2014 a 6,5% en los últimos meses de 2015, convirtiéndose en un jugador de peso en el mercado argentino.

Este crecimiento sin precedentes de los smartphones y la mejora y mayor adopción en las conexiones de alta velocidad representa una gran oportunidad para los desarrolladores, los cuales cuentan con un público cada vez más amplio para distribuir sus productos. Al mismo tiempo, el apuntalamiento de Android como el sistema operativo casi universal en nuestro país, reduce los costos de desarrollo, al permitir apuntar todos los esfuerzos a una sola plataforma. Sin embargo, esto puede resultar en un arma de doble filo, puesto que la concentración convierte a la lucha por las posiciones en Google Play en un juego más descarnado y difícil de sobrellevar.

¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES AMENAZAS DE SEGURIDAD QUE ENFRENTA EL ECOSISTEMA MÓVIL?

Es frecuente que hablemos acerca de los grandes desafíos que la industria móvil enfrentará en los próximos años. Se trata de tendencias como el crecimiento exponencial en el consumo de datos, que requerirán de una fuerte inversión en infraestructura y de un apoyo regulatorio por parte de los gobiernos; de la necesidad de generar inclusión financiera de forma tal de impulsar los distintos productos móviles en la región, un problema estructural en el que el móvil puede, además, ofrecer una solución; y de otros problemas como el precio de los equipos en América Latina, y en especial Argentina, en comparación con otros mercados. Sin embargo, existen otras amenazas concretas que la industria debe enfrentar mientras participa de estos cambios, y tienen que ver con la seguridad.

Gracias a su rápido crecimiento que le permitió convertirse en el principal medio de acceso a Internet en toda la región, y gracias a la masiva adopción que tanto Android como iOS, y en mucha menor medida Windows Phone (ahora Windows 10), han tenido, los móviles se han convertido en blanco de ataques informáticos de distinto tipo, y en un objetivo atractivo para estafadores y hackers malintencionados. Así, tanto los usuarios como las empresas se encuentran más expuestas que nunca a distintas amenazas que pueden causar severos dolores de cabeza. Pero lejos de ser alarmistas, existe una solución para los distintos problemas, y tanto las operadoras, como los fabricantes de equipos, las principales compañías vinculadas a Internet, y hasta los desarrolladores, están trabajando en conjunto para mantenerse un paso adelante y garantizar la seguridad de los usuarios.

En este artículo conoceremos cuáles son las principales amenazas en materia de seguridad que la industria enfrente, y de que manera los distintos actores que forman parte de ella están trabajando para solucionarlas.

Malware

Cualquiera que tenga un tío que reenvia presentaciones en Powerpoint por e-mail acerca de la belleza de la vida está familizarizado con las amenazas que supone el malware. Y es que ese tío, en regla general, en algún punto llama preguntando por qué su computadora (o móvil) está actuando de manera extraña. Se conoce como malware a cualquier virus o software que altere el funcionamiento normal de una computadora, ya sea para alterar el modo en el que el usuario la utiliza, para mostrar publicidad no solicitada, para recabar información personal de manera oculta, o para ganar acceso al sistema sin que su dueño se entere jamás. Y, aunque parezca poco frecuente, esta amenaza llegó también a los móviles.

De acuerdo con IBM Trusteer (un software de seguridad perteneciente a IBM), el 1,12% de los celulares monitoreados por la compañía estaban infectados con algún tipo de malware durante la primera mitad de 2015. Este número, que puede parecer bajo, en realidad no lo es tanto si se tiene en cuenta que, de acuerdo con eMarketer en ese mismo período, había unos 159 millones de smartphones activos en América Latina. Esto significa que más de 1,7 millones de usuarios se encontraban afectados por este tipo de software. Según la compañía, el 30% de estos virus están diseñados para cometer fraude financiero, mientras que el resto pueden ya sea robar información personal, enviar mensajes de manera automática para suscribirse a servicios de alerta por SMS que el usuario no desea contratar (algo bastante frecuente en el caso de las infecciones móviles); keylogging, es decir registrar todo lo escrito por el usuario; y hasta encriptar la totalidad del contenido del dispositivo y pedir un rescate para desbloquearlo, una práctica en boga por estos días conocida como ransomware.

El principal desafío con respecto al malware en los teléfonos móviles tiene que ver con que los usuarios no están al tanto de su existencia, y por ende no tienen los cuidados que tienen al bajar archivos y hacer click en distintos links en sus PCs. Al mismo tiempo, los ataques al móvil llegan por otros canales inesperados, como mensajes de texto disfrazados de contenido promocional y personal, o avisos de la operadora, y correos por electrónicos, donde pocos conciben que pueda esconderse una amenaza para sus teléfonos. Crear conciencia acerca de estas prácticas resulta vital para evitar infecciones masivas.

Phishing

En el mismo sentido, el phishing, es decir el crear sitios y servicios que simulan pertenecer a compañías en las que el usuario confía para extraer información, o para suscribir al usuario a distintos servicios, está en pleno crecimiento. Y el móvil se presta mucho más fácilmente que las computadoras de escritorio para este tipo de fraudes.

Uno de los canales más populares para realizar phishing es el SMS. Frecuentemente, los usuarios reciben mensajes por esta vía, en incluso por mensajeros como WhatsApp simulando pertenecer a un banco o una institución, y que dirigen al usuario a una landing page apócrifa donde se les pide que dejen algún dato. Pero este es solo el comienzo.

Las redes sociales como Facebook, las cuáles hoy son primordialmente productos móviles, han visto un incremento en la cantidad de links publicados en sus sitios que dirigen a sitios de estas características. Así, links a videos virales y otros contenidos, muchas veces son anzuelos que llevan al usuario ya sea a instalar una aplicación indeseada, o una invitación a dejar sus datos en la que un usuario desprevenido puede caer. Al mismo tiempo, Facebook es el sitio más utilizado por los phishers, es decir, quienes llevan adelante esta práctica. Se estima que un 10% de los sitios de este tipo emulan a la red social para obtener el nombre y usuario y contraseña de las personas.

Otra víctima frecuente son las tiendas de aplicaciones. Y es que se suele emular la pantalla de descarga del App Store de Apple y de Google Play, a las que el usuario llega buscando bajar una aplicación X, para pedir datos de la tarjeta de crédito y otra información privada.

Por último, los móviles han dado lugar al phishing a través del Wi-Fi. Se trata de la creación de redes paralelas en lugares públicos como Starbucks, que emulan en su formato y modo de acceso a las redes verdaderas de este lugar. Así, los atacantes o bien obtienen acceso a información que el usuario da de manera voluntaria, o pueden acceder a los datos que este envía y recibe desde sus móviles sin percatarse de que alguien los está monitoreando.

Si bien no hay estadísticas precisas acerca de la preeminencia de estas prácticas, se trata de ataques frecuentes cada vez más volcados a los usuarios móviles.

Así como con el malware educar al usuario es la mejor prevención para estos ataques, aunque existen otras soluciones que puede brindar la industria.

Vulnerabilidades en la red SS7

Finalmente, un serio problema estructural con el que se enfrenta la industria (y sobre el que el usuario poco puede hacer) es el vinculado con las vulnerabilidades en la red SS7. SS7 es el protocolo utilizado por la gran mayoría de las compañías de telecomunicaciones para dirigir las llamadas telefónicas entre un usuario y otro, pero también para brindar otros servicios como el SMS, y la gestión de líneas prepagas. Se trata de un sistema bastante antiguo, que comenzó a utilizarse en 1988 y que prevalece hasta estos días. Si bien la migración a tecnologías como el VoLTE finalmente podrían dejar de lado a este estándar, todavía le quedan muchos años de vida.

Las vulnerabilidades en estas redes son potencialmente muy intrusivas. Por un lado, un atacante podría identificar a un usuario en particular, o a miles de ellos utilizando su código de suscriptor único (IMSI, por sus siglas en inglés), interceptar sus comunicaciones y escucharlas, leer sus SMSs, y conocer su ubicación en todo momento. También podría saber con qué números se comunica en tiempo real, interrumpirle el servicio y dejarlo incomunicado, y hasta enviar y recibir mensajes en su nombre. Es decir, el tipo de acciones que llevan adelante las agencias de inteligencia y algunos investigadores privados bien equipados e inescrupulosos. Este tipo de ataques también se encuentran al alcance de organizaciones criminales con recursos.

No vale la pena adentrarnos en los detalles técnicos de este tipo de ataques, pero el nivel de amenaza para la privacidad y seguridad personal de los usuarios requiere de un alto grado de compromiso por parte de las operadoras para prevenirlos. Para ello es necesario establecer firewalls y mantenerlos actualizados, así como monitorear permanentemente las redes para desactivar cualquier ataque en el momento en el que ocurre.

Una solución integral

La mejor alternativa para abordar la problemática de la seguridad es que todos los involucrados, es decir las operadoras, los fabricantes, y hasta los desarrolladores, trabajen en conjunto en soluciones integrales que permitan prevenir y desactivar este tipo de prácticas. Además de instalar firewalls para evitar el acceso a las redes, las operadoras necesitan mantener a sus usuarios informados y alerta acerca de estas amenazas. Los fabricantes y los gigantes de Internet, por su lado, necesitan mantener sus sistemas operativos permanentemente actualizados de forma tal de eliminar las vulnerabilidades en los smartphones, y todos deben trabajar en conjunto para asegurarse de que los usuarios reciban e instalen las actualizaciones lo más rápido posible. Y es que una de las principales amenazas yace en la enorme cantidad de usuarios que utilizan versiones de Android, iOS y otros sistemas operativos antiguas, que ya fueron violadas por los atacantes.

En noviembre de 2015 Buenos Aires fue sede del congreso del Latina America’s Security and Fraud working group, un grupo conformado por expertos de todas las operadoras de la región y de GSMA, la asociación que agrupa a las principales compañías del sector móvil – entre las que se encuentra Vrainz – para discutir y proponer soluciones conjuntas a esta problemática y establecer protocolos que permitan proteger a las redes y minimizar las vulnerabilidades que aprovechan los atacantes.

Sin lugar a dudas la seguridad será siempre un problema, y sin importar cuánto cambien las tecnologías, las empresas y los atacantes siempre jugarán un juego de gato y ratón en el que se pisarán los talones. Es por eso que es necesario invertir de manera permanente y mantenerse vigilantes y actualizados, de forma tal de evitar los ataques y mantener seguros los datos y la privacidad de los usuarios.

MOBILE LEARNING Y ECONOMÍAS EMERGENTES: UNA OPORTUNIDAD TRANSFORMADORA POR JAVIER GUEVARA

Aunque el e-learning y mobile learning hayan nacido como un complemento del modelo tradicional de aprendizaje, en países de economías emergentes, los contenidos educativos a través de dispositivos móviles (teléfonos celulares base, smartphones y tablets), se están convirtiendo en una oportunidad transformadora.

Un estudio desarrollado por la empresa Docebo, asegura que las tasas más altas de e-learning se encuentran en África, con ingresos de hasta USD 512.7 millones para este año; Asia con una expectativa de USD 11.5 mil millones, Europa del Este con USD 1.2 mil millones y América Latina con USD 2.2 mil millones.

La razón radica en la necesidad de estas regiones de llevar adelante un sistema de aprendizaje que sea de bajo costo, fácil aplicación y mucho más flexible, para llegar a las zonas más remotas. Una investigación de la UNESCO, asegura que la mayoría de propietarios de teléfonos móviles se encuentran en países en vías de desarrollo, lo que se traduce a más de un 70% de usuarios.

En tanto y acorde a cifras de Ambient Insight, se espera que para 2017 el mercado del m-learning en América Latina alcance los USD 1.4 mil millones. Esta es la segunda tasa de crecimiento más alta del mundo después de África, donde 10 millones de niños dejan la escuela cada año. Es por eso que los esfuerzos de llevar estas plataformas a la región son aún mayores.

En este continente, en donde la cobertura alcanza a  620 millones de usuarios, proyectos de la UNESCO como Yoza Cellphone Stories desde donde se pueden descargar novelas e historias, o de la organización sin fines de lucro Worldreader; potencian y acercan el acceso a la capacitación en los más chicos.

Otra de las organizaciones que también trabaja para el análisis de las nuevas tecnologías y la gestión de nuevas políticas e iniciativas es el GSMA. Si tenemos que citar uno de sus casos de éxito, debemos referirnos a Filipinas. Allí 6 millones de jóvenes de recursos limitados y que están por fuera del sistema educativo pueden acceder hoy a nuevas oportunidades de educación, gracias a las soluciones móviles desarrolladas en conjunto con el departamento de Educación de Filipinas.

Regresando a América Latina, las oportunidades de innovación son muy interesantes. Un  ejemplo a tomar en cuenta es  Kidloom,  una plataforma de contenidos infantiles que se concentra  en que los más pequeños para que puedan aprender jugando y divirtiéndose a través del móvil o tableta.

Así si en un inicio los padres entregaban el celular o tableta a modo de distractor o pacificador del niño, ahora es un punto más de encuentro para el juego y aprendizaje. Nada mal.

El uso de la tecnología como puente de aprendizaje en el móvil, es una  puerta de acceso y en el fomento de las distintas políticas públicas y sociales como soporte y canal sin excepción para que esto ocurra.  Y como no, un campo para la innovación y negocios.

 

Publicada en América Economía

 

VRAINZ EN EL MWC 2016: EL ESTADO DEL M-LEARNING

El M-learning (o educación móvil) es una de las verticales más atractivas del negocio móvil. Y es que, además de tener un enorme potencial de negocio, este sector puede producir un verdadero cambio social acercando el conocimiento y el aprendizaje a millones de personas que se encuentran excluidas de los sistemas educativos. Existen distintos programas y proyectos en este sentido, muchos de ellos impulsados por gobiernos, por las principales operadoras, y por otras empresas y organizaciones, los cuáles utilizan las ventajas que ofrecen los dispositivos y la infraestructura móvil para llevar conocimiento al aula o directamente a los usuarios.

Es por eso que esta temática fue uno de los ejes sobre los que se debatió en el Mobile World Congress 2016, el evento anual que reúne a más de 100.000 profesionales de la industria en Barcelona para discutir y planificar el futuro de esta tecnología. Como parte de GSMA, el ente que reúne a las principales compañías vinculadas al móvil en el mundo (y organizador de este evento) Vrainz estuvo en el congreso, y tuvo la oportunidad de observar de cerca uno de los programas de M-Learning más sofisticados del momento. Se trata de mSchools, un programa educativo lanzado en la ciudad catalana en el marco del Mobile World Capital Barcelona, una serie de iniciativas públicas y privadas que buscan la innovación y la integración de la tecnología en distintas actividades ciudadanas, de forma tal de mejorar la vida de sus habitantes.

A diferencia de otros programas de M-Learning que apuntan a llevar contenidos educativos a poblaciones sin acceso a las escuelas tradicionales, o llevar nuevos materiales al aula en escuelas rurales y postergadas en países en vías de desarrollo, todas iniciativas de las que ya hemos hablado en el pasado, mSchools se propone mejorar la experiencia de aprendizaje en el aula en escuelas situadas en una de las ciudades más desarrolladas del mundo. De esta forma busca generar nuevos canales educativos para mantener interesados a los alumnos y, a la vez, demostrar que el móvil es una herramienta viable que puede marcar una diferencia en todos los niveles y en todos los sectores sociales.

Lanzado por primera vez en 2012 este programa se propone no solamente presentar los contenidos de una nueva forma accionable y que despierte más interés en los alumnos, sino que proporcionarles conocimientos de programación, de negocio, y de emprendedorismo en el mundo digital, así como comenzar a crear un entorno propicio para la educación móvil. Para ello, consta de distintas iniciativas desarrolladas en distintas escuelas y espacios educativos de la ciudad.

mapaap

Una de las ideas más interesantes surgidas en este programa es el Mobile History Map, un mapa interactivo accesible a través de una aplicación móvil que permite que los alumnos de las escuelas de la ciudad marquen y descubran puntos de interés histórico en su área. Esta app, la cual es utilizada en 608 escuelas de la ciudad, utiliza las herramientas de geolocalización de los smartphones para descubrir nuevos lugares y permite que tanto los alumnos como los docentes editen el contenido vinculado a cada uno de ellos y, así, no solamente puedan aprender, sino que además compartir contenido, mientras practican en el uso de la tecnología móvil.

Toolbox es otra iniciativa dentro del programa. Se trata de una serie de recursos digitales disponibles para apuntalar los contenidos dados en el aula por los docentes, los cuáles éstos pueden seleccionar y distribuir entre sus alumnos tanto en tabletas como en teléfonos inteligentes. Entre otros contenidos, esta “caja de herramientas” incluye una serie de más de cien aplicaciones vinculadas con todas las áreas del conocimiento, incluyendo cálculo, química, biología, música, astronomía, programación, y hasta áreas como edición de audio y video. No todas estas apps fueron creadas de manera exclusiva para el programa, sino que muchas de ellas son productos educativos ya disponibles en el mercado, los cuáles se les presentan a los docentes como alternativas para sumar en el aula. Al mismo tiempo, esta herramienta busca incentivar a la comunidad desarrolladora a crear nuevas aplicaciones y contenidos adaptadas a la escuela, y distribuirlas por este medio, llegando a una gran cantidad de maestros e instituciones educativas.

mSchools también incluye cursos y talleres de programación y desarrollo de aplicaciones y sitios móviles, y hasta un “tech camp”, es decir un curso inmersivo, donde los alumnos pueden vincularse en primera persona con esta tecnología y conocerla en profundidad.

Pero eso no es todo, el programa también fomenta la innovación por parte de los docentes y educadores en general, pero también de la industria y los emprendedores, al ofrecer un entorno de prueba abierto, donde es posible presentar nuevos proyectos orientados a mejorar la experiencia en el aula y realizar experimentos en 59 escuelas distintas que permitan determinar cuál es su grado de éxito y aporte al desarrollo escolar de los alumnos. Y es que, en un área como la educación, es necesario llevar adelante una gran cantidad de pruebas y optimización antes de conocer la viabilidad de un producto, y antes de poder lanzarlo masivamente al mercado. Al mismo tiempo, la única forma de lograr que nuevas escuelas en todo el mundo adopten un producto, es ofreciendo resultados tangibles acerca del éxito que éste tuvo en algún grupo escolar.

Finalmente, mSchools resulta interesante porque ofrece un espacio para que la comunidad educativa de la ciudad repiense el modo en el que los educadores y alumnos se vinculan con la tecnología en el aula, generando un debate acerca de cuáles son los límites en el uso de los dispositivos, de qué manera plantear esos límites. Así, el programa se propone definir una serie de mejores prácticas que puedan estandarizarse o emularse en otros lados, y ayudar al desarrollo óptimo de las actividades en clase. Al mismo tiempo, mediante programas de ayuda a familias de menores recursos, mSchool se propone facilitar el acceso a la tecnología entre los estudiantes.

Este programa resulta interesante y vale la pena conocerlo en profundidad porque es uno de los pocos en contar con el apoyo tanto de un gobierno nacional, como de uno regional, y también el del ayuntamiento local (En este caso el Gobierno español, el de la Genralitat de Catalunya y el Ayuntamiento de la Ciudad de Barcelona), así como de GSMA, y de operadoras como Telefónica y Orange, entre otras. Esto significa que la comunidad entera trabaja en pos de integrar el móvil en la clase, y encontrar las mejores maneras de destrabar por completo el potencial de esta tecnología para mejorar el sistema educativo.

Es por eso que el Mobile World Congress 2016 se convirtió en un escenario fundamental en el que se presentaron los éxitos de este programa, a través de un seminario de un día de duración orientado a educadores, políticos y empleados estatales vinculados con esta área, en el que se debatieron las prácticas de este sector.

Al mismo tiempo, se llevó adelante el “Edu Hack”, un hackaton orientado a maestros en el que se buscó desarrollar materiales y aplicaciones móviles destinadas al salón de clase.

El M-Learning es un campo que hoy todavía se encuentra en pañales, y así como los distintos gobiernos y organizaciones han comenzado a experimentar con pequeños programas e iniciativas, es interesante conocer el único caso en el que se apostó con fuerza por digitalizar las clases a través del móvil en gran parte del sistema educativo de una ciudad. Sin lugar a dudas mSchools será una experiencia muy valiosa para aprender, adaptar, y adecuar a las nuevas tecnologías los salones de clase de todo el mundo durante los próximos años.

VRAINZ EN EL MWC 2016: LA REVOLUCIÓN DE LA SALUD MÓVIL

La salud móvil,  eHealth, o M-health por sus nombres en inglés, es uno de los sectores que más potencial presentan para los próximos años. Se trata de productos y servicios que utilizan la infraestructura y las posibilidades de conectividad permanente que ofrece el móvil para generar cambios en la salud tanto de los individuos como de las comunidades. Y es que gracias al móvil, ahora es posible tomar un gran número de mediciones en tiempo real y obtener estadísticas que permiten llevar adelante un estilo de vida más sano, pero a la vez realizar mejores diagnósticos, recabar grandes cantidades de información de poblaciones sanas o enfermas con algún tipo de condición crónica, y hasta mantener informado al médico de determinados pacientes en tiempo real. Y este es sólo el comienzo. El móvil tiene el potencial de ser tan revolucionario para la salud pública como, en su momento, lo fueron las cloacas y el agua corriente, y podría ser el vehículo con el cual se moverá todo el sistema de salud durante las próximas décadas. Con semejante potencial, esta temática no podía estar ausente del Mobile World Congress 2016.

Realizado durante febrero en Barcelona, el MWC es el principal evento de la industria móvil, y el foro en el que las marcas presentan sus más recientes innovaciones, pero también donde se debate el futuro de esta tecnología tanto desde el punto de vista de negocio, como técnico, y hasta regulatorio. Organizado por GSMA, la organización que nuclea a los principales actores de la industria – y de la que Vrainz forma parte – el evento puso un gran foco en el campo de la salud móvil. Hoy veremos algunos de los avances que se debatieron allí.

La revolución llega da la mano de los wereables

Los wereables, es decir los dispositivos que se llevan en el cuerpo como si se tratara de ropa o accesorios, son una de las áreas más vinculadas a la salud. Y es que gran parte de la revolución móvil llega de la mano de la medición. Hasta ahora, lo que hemos visto en este campo es el lanzamiento de dispositivos como los fabricados por Fitbit, o Jawbone, orientados principalmente al fitness, que miden el ejercicio físico, los ciclos de sueño, y el nivel de sedentarismo de sus usuarios, y los incentivan a mantener un estilo de vida más saludable. Esto, que tiene una gran relación con el cuidado de la salud en el largo plazo, es apenas el comienzo de lo que potencialmente esta tecnología puede hacer.

De acuerdo con Gartner, hacia 2018 más de dos millones de personas utilizarán este tipo de fitness trackers de manera obligatoria en sus empleos. Los mismos se usarán para medir que los trabajadores no hagan esfuerzos exagerados, y para monitorear su ritmo cardíaco y respiración cuando se trata de profesionales que realizan tareas muy exigentes o arriesgadas y, así, evitar accidentes. Y esta tendencia crecerá en el tiempo.

Es por eso que una gran cantidad de compañías presentaron innovaciones en este sentido en el MWC. Un ejemplo de ello es el AS7000, un biosensor presentado por AMS, una empresa dedicada al desarrollo de este tipo de tecnología. Este sensor es capaz de medir la dilatación y contracción de los vasos sanguíneos a partir de la luz que los atraviesa, lo que permite conocer el ritmo cardíaco promedio y sus variaciones con la misma exactitud con la que lo hacen los equipos hospitalarios. La diferencia, es que este sensor puede ser colocado en cualquier pulsera o reloj, y utilizado en cualquier contexto, algo que los equipos hoy disponibles no permiten por su tamaño y sistema de medición.

Y este es apenas un ejemplo. En pocos años será posible medir todo tipo de variables a partir de dispositivos como este, y almacenar la información en tiempo real en un dispositivo móvil o en la nube, generando enormes bancos de información acerca de cada paciente, permitiendo mejores diagnósticos, seguimientos, y hasta la realización de estudios en base a datos provenientes de millones de personas, que ayuden a detectar tendencias y la evolución de enfermedades y tratamientos.

Tal es el avance de esta tecnología que en Barcelona hasta se presentaron productos veterinarios que se valen del móvil. Un ejemplo de ello es el Fujitsu Estrus Detection System, el cual se coloca en la pata de las vacas para detectar los picos en el nivel de estrógeno de estos animales, los cuales permiten conocer sus momentos de mayor fertilidad para, así, cruzarlas con un toro y maximizar la producción en los tambos. Todo esto gracias a los wereables.

Al tratarse de un evento vinculado con la totalidad de la industria, el MWC incluyó más que la presentación de algunos nuevos dispositivos. En cambio, fue el foro donde se debatió como lidiar con estos grandes volúmenes de información, y con los desafíos desde el punto de vista de la conectividad que plantean estas nuevas tecnologías.

El Smartphone como objeto de medición

Incluso sin utilizar wearables, los smartphones se están convirtiendo en verdaderos aparatos de medición, capaces de detectar enfermedades y realizar análisis en pocos minutos. Más allá de la conveniencia de contar con un laboratorio portátil, que remite al clásico tricorder de Viaje a las Estrellas, este tipo de funcionalidades pueden ser clave para extender la medicina a zonas rurales y desarrollar diagnósticos rápidos que permitan aplicar tratamientos sin la necesidad de trasladar al paciente o las muestras a un centro de salud a cientos de kilómetros.

Foto: Samiksha Nayak, Columbia Engineering

Foto: Samiksha Nayak, Columbia Engineering

Un ejemplo de este tipo de tecnología es un dongle, es decir un dispositivo que se conecta a los teléfonos inteligentes, desarrollado por ingenieros de la Universidad de Columbia que cuenta con un sensor que permite analizar muestras de una gota de sangre y en quince minutos detectar la presencia del virus del HIV y de las bacterias de Sífilis. Un dispositivo similar también fue capaz de detectar la presencia del virus del Ebola incluso antes de que los pacientes manifestaran síntomas. No es necesario mencionar lo importantes que resultan este tipo de innovaciones para tratar brotes infecciosos en países emergentes, pero también para mejorar el trabajo de los médicos rurales que, muchas veces, visitan comunidades aisladas de manera muy esporádica y no cuentan con las herramientas necesarias para diganósticar.

Combinadas con la conectividad del móvil este tipo de herramientas – entre las que también se desarrollaron dispositivos y aplicaciones capaces de detectar apnea, hacer análisis de orina, y hasta hacer una medición general de los signos vitales – permiten transmitir la información y recibir segundas opiniones de centros de salud en cualquier parte del mundo en cuestión de segundos.

El móvil como medio de optimización del sistema de salud

Aunque pueda parecer evidente, el móvil representó un enorme paso adelanto para los sistemas de salud. Pequeñas innovaciones como la asignación y confirmación de turnos a través del SMS en el sistema de salud británico (el UK National Health Service) le permitieron al sistema volverse más eficiente y ahorrar dinero y tiempo tanto de los pacientes como de los prestadores.

Pero el potencial de la tecnología móvil es mucho mayor en países subdesarrollados. En Filipinas, por ejemplo, donde en muchas provincias hay un promedio de 1 cama en hospitales y centros de salud por cada 1.000 habitantes (contra 3 en promedio a nivel mundial, 4,7 en nuestro país, y 8 en Alemania), se está llevando adelante un programa que utiliza las distintas potencialidades del móvil para mejorar el estado de salud general de la población.

Uno de estos programas, por ejemplo, incluye el traslado de tablets y smartphones a las casas de las mujeres embarazadas, y utilizar contenido multimedia como videos y aplicaciones gráficas para explicarles acerca de los cuidados que deben tener, y cómo prevenir los problemas más frecuentes en el parto y la crianza de los niños. Al mismo tiempo, las mujeres utilizan estos dispositivos para un seguimiento de su estado y reportar si tienen alguna complicación. La información suministrada es sumada a una base de datos y monitoreada por médicos que, a su vez, le envían información a la madre, o toman las medidas necesarias para ayudar a la madre. La mortalidad materna e infantil es una de las grandes problemáticas del país asiático, el cual por su complicada geografía (que incluye montañas, selva, y un archipiélago formado por miles de islas) dificulta el acceso de los profesionales a la población, y de ésta a los centros de salud.

Las posibilidades ofrecidas por el móvil son vastas, y es que tanto desde la enorme versatilidad que tienen los smartphones y las tablets para incorporar tecnologías y plugins que les permiten convertirse en dispositivos de diagnóstico y tratamiento; la posibilidad de acumular información sobre el estado de los pacientes en el corto y largo plazo; y hasta el mero hecho de acercar información y permitir el contacto en tiempo real con profesionales, resultan avances fundamentales que están empezando a transformar para siempre la forma en la que prevenimos, detectamos, y tratamos las enfermedades. Como cada año, el Mobile World Congress fue el foro donde se discutieron estas innovaciones y donde empresas, gobiernos y organizaciones trabajaron en conjunto para seguir llevándolas adelante.

LAS APPS MÓVILES Y LA NUEVA BRECHA DIGITAL

Durante muchos años, la brecha digital fue uno de los grandes problemas, tanto para los países desarrollados como para aquellos que se encuentran en vías de desarrollo. La falta de acceso a las últimas tecnologías dejaban afuera a millones de personas del conocimiento y las oportunidades, así como a todo tipo de servicios a los que sí accedían aquellos conectados. Sin embargo, y si bien el problema aún no está resuelto, durante los últimos años se avanzó mucho en resolver el problema. Hoy, gracias al desarrollo de la tecnología móvil, más del 97% de la población mundial vive en áreas donde hay algún tipo de cobertura que permite conectarse a Internet a través de un dispositivo móvil (incluyendo conexiones 2G) y más del 69% es alcanzado por la cobertura de al menos un servicio 3G o 4G. Y gracias a la constante baja en el precio de los smartphones, cada vez son más las personas capaces de acceder a conexiones de banda ancha. Sin embargo, existen otros problemas que mantienen a la brecha vigente, e impiden que millones de personas accedan a Internet de la misma manera en la que lo hacen aquellos que residen en los mercados más desarrollados.

De acuerdo con la International Telecommunications Union, las conexiones de banda ancha móvil han alcanzado en 2015 una penetración del 47% a nivel mundial. Si bien esto significa que todavía queda un 53% de la humanidad por conectarse, la cantidad de conexiones creció unas 12 veces desde 2007. Así, el 46% de los hogares del planeta hoy se encuentran conectados a la red, un número muy superior al 18% que lo hacían en 2005. Se estima que estas cifras continuarán creciendo, y que gracias a iniciativas como las llevadas adelante por organizaciones como Internet.org, al aporte de empresas como Google, y al esfuerzo llevado adelante por organizaciones como GSMA, la cual nuclea a más de 400 operadoras alrededor del mundo así como a otras empresas del mundo móvil —entre las cuáles se ubica Vrainz—, gran parte de los hoy desconectados podrán beneficiarse con una conexión a Internet durante los próximos años.

Más allá de la diferencia en la calidad de los equipos y la velocidad de las conexiones existentes en distintas regiones, hay otras diferencias que, lejos de ayudar a que esta brecha disminuya, incrementan la disparidad entre los usuarios de uno y otro lado del mundo. Uno de estos problemas tiene que ver con la posibilidad que los usuarios tienen de acceder a la descarga de aplicaciones móviles. En el África Subsahariana, la región más afectada en el mundo por esta problemática, los usuarios de apenas un país (Nigeria) pueden descargar aplicaciones gratuitas o pagas, y ofrecen la posibilidad a desarrolladores de subir cualquier tipo de contenidos a las tiendas de aplicaciones. En los 47 países restantes, la interacción con el AppStore de iOS y con Google Play resulta bastante más limitada.

En 22 de esos países, si bien los usuarios pueden bajar aplicaciones gratuitas y comprar otras que no lo son, así como suscribirse a distintos servicios y hacer compras dentro de las Apps, los desarrolladores solamente pueden subir aplicaciones gratuitas a las tiendas. En dos países (Niger y Guinea-Bisáu), los usuarios pueden bajar y comprar aplicaciones, pero cualquier tipo de actividad está vedada para los desarrolladores. En Seychelles y Guinea Ecuatorial, por otra parte, los desarrolladores locales pueden subir aplicaciones gratuitas a las tiendas, pero los usuarios no pueden descargarlas, así como tampoco pueden acceder a ninguna otra app ya sea paga o gratuita. En Sudán, por otra parte, los usuarios sólo pueden descargar aplicaciones gratuitas, y en los 23 países restantes no es posible subir ni descargar apps ni contenido de las tiendas.

De acuerdo con Statista, en 2015 el tráfico global de Internet fue de 6.156 PetaBytes mensuales y, según GSMA, 4.175 PetaBytes mensuales fueron generados o recibidos por dispositivos móviles. Esto significa que el móvil se ha convertido en la principal fuente de tráfico de Internet. A la vez, las conexiones móviles han superado a la banda ancha fija por 7 a 1.

Según un estudio realizado en septiembre por Morgan Stanley en los Estados Unidos un tercio del tráfico móvil en aquel país proviene de aplicaciones móviles (los dos tercios restantes se originan en los navegadores de tabletas y smartphones). Sin embargo, si bien generan menos flujo de datos, las aplicaciones son el lugar donde los usuarios móviles pasan el 87% de su tiempo en sus dispositivos, según Comscore. Esto significa que las apps son sumamente relevantes, y que se han convertido en el formato por el que mucha gente elige consumir todo tipo de servicios. De hecho, servicios como Gmail y Yahoo! Mail, Google Maps, el Weather Channel, YouTube y Netflix, entre otros, son más utilizados a través de sus respectivas apps que de sus versiones móviles en el browser.

Es por esto que no tener acceso a las tiendas de aplicaciones, o un acceso restricto a solamente una porción del contenido, es un problema grave que lleva a que una parte importante de la población mundial se quede afuera de una gran cantidad de servicios y posibilidades. Hay que recordar que los mercados en los que esto ocurre se caracterizan por poseer una infraestructura pobre y limitada, y que otros servicios como la telefonía de red y la banda ancha fija resultan prácticamente inexistentes. Es por esto que el móvil es el único medio por el cual es posible recibir información. Y si bien gran parte de los usuarios no tienen acceso todavía a smartphones, tabletas, y conexiones 3G y 4G, éstos están llegando rápidamente y comienzan a tener mayores niveles de adopción en la zona. De acuerdo con GSMA, la tasa de adopción será del 20% a nivel regional hacia 2017.

Al mismo tiempo, al no contar con soporte para desarrolladores locales, muchos mercados están limitando a una industria que genera crecimiento y desarrollo en todo el mundo, e impidiendo el crecimiento del segmento a nivel local. Esto no sólo significa la pérdida de una oportunidad enorme para la economía de cada uno de estos países, sino que lleva a la inexistencia de contenidos y servicios locales, adaptados a las necesidades de cada mercado, y ofrecidos en el idioma indicado. Esto conduce inexorablemente a que se produzca una desventaja para los usuarios locales con respecto a los usuarios de otros países, y termina perjudicándolos en múltiples niveles.

¿Pero por qué sucede esto? En regla general, el problema principal radica en la informalidad de los sistemas financieros de muchos de los mercados africanos, y también de algunos en otras regiones. La falta de acceso a cuentas bancarias y herramientas como tarjetas de crédito, las cuáles son prácticamente inexistentes en muchos países, llevan a que compañías como Google y Apple no tengan forma efectiva de cobrar por los contenidos, o siquiera de distribuirlos y pagarles (o cobrarles) a los desarrolladores. Al mismo tiempo, una base de usuarios casi en su totalidad prepagos, impide que se desarrollen herramientas como el carrier billing, que permite cobrar a través de la factura de la operadora.

Esto crea una enorme paradoja. Y es que el móvil es una tecnología con gran potencial para resolver problemas como la falta de acceso a herramientas financieras. Y sin embargo, un mercado completo que no tiene la posibilidad de descargar aplicaciones de ningún tipo, es un mercado cerrado a muchas alternativas para resolver este problema. Y si bien en países como Kenya, las soluciones de dinero digital se basan en tecnologías menos sofisticadas como el SMS, el acceso a los mercados de aplicaciones ciertamente podría ampliar esta oferta de servicios, y hasta aportar en otros campos.

Durante los últimos quince años se han producido avances formidables en materia de inclusión digital. Sin embargo, aunque cada vez más gente cuenta con las herramientas y las conexiones necesarias para acceder a Internet y todo su caudal de posibilidades, existen nuevos desafíos a afrontar y resolver para garantizar una verdadera equidad en el acceso a la información y a los nuevos servicios.

¿TIENE MICROSOFT TODAVÍA UNA OPORTUNIDAD EN EL MÓVIL?

Un viejo adagio dice que es de caballeros luchar por causas perdidas. Y en el mundo móvil pocas causas parecen tan perdidas como la inmersión de Microsoft en el mercado de los sistemas operativos móviles. En una cruzada digna del Cid Campeador, la empresa fundada por Bill Gates viene intentando imponer su Windows Phone – hoy devenido en Windows 10 – desde 2010 cuando lo lanzó por primera vez al mercado. Heredero del bastante exitoso Windows Mobile, el sistema operativo que la compañía distribuía en la era pre-iPhone – con un nivel de adopción bastante notable, por cierto – este SO intentó recuperar su cuota de mercado en un mundo en el que Apple y Google ya dominaban en terreno. Al mismo tiempo, este nuevo ecosistema buscaba corregir el error histórico cometido por el entonces CEO Steve Ballmer de subestimar la importancia que el móvil tendría, dejando de lado casi por completo esta industria, y manteniendo foco en las computadoras de escritorio y portátiles, las cuales si bien retienen su significancia, ya no tienen la magnitud ni sostienen grado de innovación que el móvil ha sabido demostrar. Casi seis años y varios miles de millones de dólares en desarrollo, marketing y adquisiciones después, Microsoft sigue sin superar el 3% de cuota de mercado. Y aún así lo sigue intentando. ¿Pero tiene alguna esperanza?

Ventas de equipos Microsoft Lumia a lo largo del tiempo

Ventas de equipos Microsoft Lumia a lo largo del tiempo

Si bien históricamente el mercado de la tecnología tiende a consolidarse en un solo ecosistema, como ocurrió con Windows en los 90s, o a polarizarse entre dos competidores fuertes, como ocurre hoy entre Windows y Apple en el terreno de las computadoras, y entre Android y iOS (también de Apple) en el móvil, la llegada de Windows Phone generó una gran expectativa en torno a la posibilidad de la existencia de una tercera posición. Y aunque un tercer ecosistema puede resultar molesto para los desarrolladores en términos de generar nuevas aplicaciones, esta diversificación prometía también mayor competencia entre las empresas que controlan el grueso del negocio, y un potencial de ingresos mayor (a partir de comisiones más bajas por las ventas y distribución). Algo similar sucedía con los fabricantes, los cuales podían, a través de Windows Phone, limitar la influencia de Google sobre sus líneas de producto. Así, durante los primeros años, Samsung, HTC, y hasta LG lanzaron líneas enteras de smartphones equipados con este sistema operativo. A diferencia de lo que ocurre hoy, estos dispositivos eran realmente buenos, originales, y distintos a los disponibles con Android. Pero las ventas no acompañaron y, lentamente, los fabricantes comenzaron a discontinuar sus equipos con Windows. Todo excepto Nokia, que luego de apostar por imponer a Symbian, su propio SO, apostó por la diferenciación de la mano de Microsoft. Una decisión que le terminó costando su posición en el terreno móvil, y que llevó que la empresa de Redmond terminara adquiriendo la totalidad de su negocio de fabricación de equipos.

Sin importar el esfuerzo comercial realizado por los fabricantes, y en paralelo por el gigante del software, la adopción de Windows entre los usuarios fue baja y la polarización entre los dos líderes de mercado nunca logró ser quebrada. Esto, sin embargo, sí ocurrió en algunos mercados, aunque no lo suficientemente significativos como para impulsar a esta plataforma a nivel global. Uno de esos mercados fue, notablemente, nuestro país. La imposibilidad de ingresar equipos Apple por las trabas puestas por el gobierno llevaron a que los dispositivos de esta marca sólo pudieran ser adquiridos mediante el mercado informal, o viajando al exterior. Esto puso a las operadoras en una disyuntiva, ya que se encontraban a la merced de Google que, con su dominación del ecosistema móvil, les quitaba margen de maniobra. Así fue que compañías como Movistar, Personal y Claro empezaron a empujar los equipos Nokia, equipados con Windows, llevándolo a superar el 10% de cuota de mercado en el tercer trimestre de 2015, un número superior al 4% alcanzado por iOS y al 2,8% que la plataforma de Microsoft ostentaba a nivel mundial. Al mismo tiempo, por la gran estabilidad y facilidad de uso de este SO, las operadoras se beneficiaron ofreciendo smartphones muy sólidos en la gama media, capaces de empujar el consumo de datos. Y es que, no hay que olvidar, que hasta hace pocos años Android en la gama media tenía una performance que dejaba bastante que desear. Sin embargo, a medida que esto ha comenzado a cambiar gracias a dispositivos como los Moto X y Moto G, muy populares en el país, y a la nueva gama media de Samsung, Windows volvió a verse amenazado. Un posible regreso de Apple al país, sin embargo, probablemente no represente una amenaza para este sistema, puesto que el fuerte del sistema operativo está en un segmento en el que los smartphones de la empresa de Cupertino no compiten por su elevado precio.

Una luz de esperanza al final del túnel

A pesar de su elegancia y estabilidad Windows Phone tiene un problema sistémico. Éste es la pobreza de su ecosistema de desarrollo, y la falta de aplicaciones de calidad disponibles para la plataforma. Y es que, incluso cuando Microsoft logró que la mayor parte de las aplicaciones más populares lanzaran sus versiones para Windows, estas son mucho más pobres que sus hermanas diseñadas para Android y iOS. Esto, que resultó fatal para el sistema operativo en el pasado, podría dejar de ser un problema en un futuro cercano, resultando en una victoria para este sistema operativo.

Esto se debe a que se está produciendo un cambio en el comportamiento de los usuarios. Mientras que hasta ahora las aplicaciones eran el medio por el que se realizaban la mayoría de las interacciones con los servicios web a través de los smartphones, la web empieza a tomar su lugar. De acuerdo con un informe realizado por ComScore, la audiencia de las principales propiedades web creció un 42% entre 2014 y 2015. En el mismo período, el crecimiento de la audiencia de las Apps fue apenas del 21%. Y si bien las aplicaciones todavía son mejores herramientas para retener al usuario, y son el espacio donde las personas pasan el 87% del tiempo en sus smartphones y el 83% en sus tablets, la mejora en la calidad, los tiempos de carga, y las oportunidades que ofrecen los sitios móviles – en gran parte gracias a iniciativas como las llevadas adelante por Google para mejorar la web móvil – la relevancia de las apps podría ser cada vez menor. Y esto es a lo que Microsoft parece estar apostando.

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Al fusionar sus sistemas operativos móvil y de escritorio en Windows 10, la compañía apostó por crear un entorno único donde el móvil realmente funcione como una extensión de la experiencia en la PC, y donde los dispositivos como tablets y smartphones puedan ofrecer todas las prestaciones y capacidades de una computadora, lo que virtualmente eliminaría la necesidad de contar con la mayoría de las apps, aunque a la vez haciendo más atractivo para los desarrolladores estar en sus plataformas. Al mismo tiempo, al discontinuar el Internet Explorer y empezando de nuevo con el flamante Edge, la empresa creó un navegador capaz de soportar las nuevas tecnologías y ofrecer una experiencia equiparable a la del Chrome, de Google.

Los nuevos Microsoft Lumia 950 XL

Los nuevos Microsoft Lumia 950 XL

Es por eso que, lejos de rendirse, y aunque su línea Lumia vendió apenas 4,5 millones de dispositivos en el último trimestre (contra más de 10 millones un año atrás) a pesar de haber lanzado los muy atractivos Lumia 950 y 950XL a fin del año pasado, todo indica que Microsoft seguirá apostando por su sistema operativo. En el futuro, sin embargo, podría apostar por hacerlo con una nueva línea de productos, más emparentado con Surface, su gama de tablets orientada especialmente al mundo corporativo. Y es que las Surface han demostrado un crecimiento sólido, y mientras el negocio de los smartphones se desbarrancaba, éstas aumentaron sus ventas un 29% de un año al otro.

Un teléfono Surface podría significar un cambio importante para la marca, que podría asociar su producto móvil más exitoso con una categoría en la que viene fallando, y relanzar sus esfuerzos, apostando a un contexto donde el cambio de comportamiento de los usuarios podría favorecerla y finalmente posicionarla como una alternativa seria en el mercado.

Sin embargo, para poder lograr esto Microsoft deberá hacer mucho más que un buen producto. Necesitará el apoyo de las operadoras, la confianza de los usuarios, y una comunicación que permita convencer a los consumidores de que al optar por uno de sus equipos no se están perdiendo un mundo de apps y oportunidades, como todos los que alguna vez apostamos por Windows Phone sentimos que estábamos haciendo.

LOS DESAFÍOS DE LA INDUSTRIA MÓVIL EN AMÉRICA LATINA POR JAVIER GUEVARA

ANÁLISIS Y OPINIÓN

Pocas industrias han estado sometidas a tantos cambios vertiginosos en los últimos 40 años como el de la telefonía móvil. Si durante los primeros años de la década de 1990, tener celular era privilegio de unos pocos, hoy, el celular es el principal medio de inclusión para las economías de países en desarrollo,  en donde amplios sectores de la sociedad nunca contaron con un  teléfono de línea.

Según proyecciones de la GSMA,para el 2020  en América Latina el acceso a banda ancha rondará el 50% y se espera que para ese mismo año, el 80% de conexiones móviles sean 3G y 4G.

El año pasado cerramos con un total de 396 millones de usuarios de teléfonos móviles, versus los 258 de Estados Unidos. Se estima que más de 150 millones de habitantes utilizan smartphone, sin que aún supere el 40% de adopción a esta clase de dispositivo.

Las cifras son más que positivas, sin embargo América Latina aún enfrenta serias dificultades para poder sostener la expansión a la que se enfrenta, sin olvidar que en términos de conexión se encuentra por detrás de la media mundial. Durante el primer trimestre del 2015, la GSMA asegura que el 4G representó apenas el  2,4 % del total de 683 millones de conexiones móviles que se registraron en la región.

La migración a esta nueva tecnología ocurre a un ritmo más lento, acorde a varios factores como: la asignación insuficiente del espectro 4G adecuado, la falta de infraestructura con los requisitos que se amolden estrictamente a las normas establecidas de cobertura, y la situación macroeconómica que impide en algunos casos, la actualización a equipos móviles más avanzados, que soporten esta tecnología.

Es en este marco donde la GSMA, encuentra la oportunidad de implementar nuevas políticas públicas que permitan el desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la infraestructura y el software necesarios, que aseguren un mayor acceso a los usuarios. La expansión del 4G y la garantía a los consumidores de una mayor seguridad; les permitirán un mayor acceso a contenidos, bienes y servicios, que sirvan además como estímulo del comercio móvil (m-commerce), la educación (e learning y m-learning) y la salud entre otras cosas.

Si nos detenemos en este último punto, debemos mencionar que el m-commerce en la región tiene junto con China el crecimiento más rápido a nivel mundial de acuerdo con cifras de eMarketer, con un aumento de 12,9% de 2014 a 2015 y una perspectiva del 43,8% hacia 2020. En tanto, no es solamente la seguridad lo que afecta sino también, la baja bancarización de la población latinoamericana, con el 59% de los habitantes fuera de este sistema y apenas el 22% el que cuenta con acceso a una tarjeta de crédito.

En los últimos años se han producido grandes avances en lo que a distribución de contenido digital respecta, pero todavía no resulta suficiente. Es en este punto donde se ubican las iniciativas y el esfuerzo de organizaciones como la GSMA, que con programas como “Nos importa”, brinda acceso a distintos países de la región que incluyen problemáticas que van desde la falta de electricidad o agua, hasta la creación de programas de seguridad móvil (Mobile Connect), la poca conectividad y la inclusión de usuarios al sistema.

 

Publicado en América Economía

 

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