EL DESAFÍO DE SUPERAR LA BRECHA DIGITAL ENTRE HOMBRES Y MUJERES

Aunque para cualquier observador desprevenido pueda parecer que hoy todos tenemos un teléfono móvil, esto en realidad no es tan así. En Argentina, uno de los países más conectados de la región, la penetración del móvil supera el 140% – esto quiere decir que existen más de 1,4 líneas activas por persona – pero esto no significa que todos tengan un celular. De hecho, si tomamos en cuenta el número de usuarios únicos que, de acuerdo con GSMA, había en nuestro país hacia fines de 2014, éstos alcanzaban el 64% de la población. Este número, que puede parecer bajo, en realidad se acerca bastante al 70% promedio que presentan los países más desarrollados, donde la cobertura es casi total. Y es que, si tenemos en cuenta que una porción de la población está compuesta por niños, y otros grupos que no utilizan teléfonos móviles, ese es el número máximo al que se puede aspirar. Sin embargo, esto no es así en todo el mundo. Y ni siquiera en nuestra región, donde incluso países muy poblados como México y Colombia presentan niveles de penetración mucho más bajos que el nuestro. Y es en estos países, así como en otros del mundo en vías de desarrollo a lo largo y a lo ancho del mundo, que existe un problema muy vinculado a la inclusión digital. Este tiene que ver con la exclusión que muchas mujeres sufren de los avances de la tecnología, algo que puede observarse claramente en ciertos mercados donde la diferencia en el uso de equipos móviles entre hombres y mujeres llega a niveles muy elevados, y muy preocupantes.

De acuerdo con un estudio realizado por GSMA en conjunto con USAID y Austalian Aid, alrededor del mundo la distribución de los teléfonos móviles no es equitativa entre los géneros. Y si bien en total existen casi la misma cantidad de hombres que de mujeres en el planeta, existe una diferencia de 200 millones a favor de los hombres en términos de posesión de un teléfono móvil. A nivel global, esto significa que la probabilidad de que una mujer posea un teléfono móvil es un 14% inferior a que un hombre lo haga. En algunos países, en especial en el sudeste asiático, la diferencia entre hombres y mujeres en este sentido llega al 38% en detrimento de las mujeres. De esta forma, mientras que un 52% de la población a nivel mundial todavía no posee un móvil, el 59% de las mujeres no poseen uno.

Y si estos números parecen banales – después de todo, para quienes vivimos en grandes ciudades con acceso a todo tipo de servicios, el móvil puede parecer un objeto casi suntuoso, totalmente prescindible – la realidad es que, sobre todo en las áreas rurales, los teléfonos celulares son la única herramienta de conexión con el mundo exterior, y cumplen una función social tan amplia que va desde ser la única fuente de acceso a Internet y otras fuentes de información, hasta ser una herramienta educativa, hasta ser el único apoyo en caso de una emergencia o un problema médico. En países como Kenya y Tanzania, el móvil es la principal herramienta financiera, y casi la única forma de acceder a servicios similares a los bancarios. Y es justamente en esos países donde la brecha se encuentra más marcada.

En total, 1.700 millones de mujeres a nivel global no tienen un teléfono celular. Pero incluso entre las que los tienen, el uso y acceso a servicios es más limitado en relación a los hombres. Por ejemplo, en la mayoría de los países en vías de desarrollo, el nivel de adopción de los smartphones y feature phones es más alto entre los hombres que entre las mujeres, e incluso entre las que acceden a este tipo de equipos, el acceso a Internet móvil, a servicios de mensajería, y a otro tipo de funciones tecnológicamente más sofisticadas, es menor que el que hacen los hombres.

UNO

Un caso paradigmático es el de India, donde la diferencia entre los sexos en términos propiedad de un móvil es del 36% a favor de los hombres. Allí, entre las mujeres que tienen un celular el 57% tiene un teléfono básico, un 40% un feature phone, y un 1% un smartphone. Entre los hombres que tienen un móvil, el 47% tienen un teléfono básico, el 48% un feature phone, y un 5% un smartphone. En Nigeria, donde la diferencia entre hombres y mujeres alcanza el 45% ocurre algo muy similar. Esto, sin embargo, no es así en todos lados, e incluso en mercados como Jordania, donde la diferencia entre hombres y mujeres es del 21% a favor de los hombres, o en la República Democrática del Congo, donde esta asciende al 33%, la adopción de las distintas tecnologías es similar.

Otros datos que permiten ilustrar esta problemática tiene que ver con las diferencias entre los géneros en términos del uso de algunos servicios básicos. Así, en países como India, el 55% de las mujeres nunca enviaron un SMS, un número que desciende al 33% cuando se trata de los hombres, y el 81% de las mujeres nunca navegó por Internet desde un móvil, algo que se aplica sólo al 70% de los hombres. En Nigeria y la República Democrática del Combo la diferencia entre los géneros es similar.

En nuestra región, los casos donde existen mayores diferencias – por lo menos según este estudio – son Colombia, donde la diferencia es del 3% a favor de los hombres, y México, un país con una penetración móvil total que hacia fines del 2014 no alcanzaba al 40% de la población total, la diferencia entre los sexos es del 6% a favor de los hombres. En ambos mercados, sin embargo, la adopción de las nuevas tecnologías es similar entre los dos géneros, y el porcentaje de mujeres en haber enviado un SMS es mayor que el de los hombres. No así en el caso de navegar por Internet desde un móvil, aunque en esos casos la brecha es menor.

DOS

 

¿PERO POR QUÉ EXISTE ESTA BRECHA?

De acuerdo con GSMA y el Banco Mundial existen distintos factores que llevan a que haya una menor inclusión digital en el caso de las mujeres.

La principal barrera tiene que ver con el costo. En muchos países las mujeres todavía tienen menos derechos laborales, o por lo menos son menos proclives a trabajar. Esto significa qu tienen menos derechos laborales, o por lo menos son menos proclives a trabajar. Esto significa que no tienen posibilidades de comprar un móvil sin el consentimiento o los recursos provistos por sus maridos u otros hombres en la familia. Y si bien la baja en el costo de los equipos y los planes comienza a solucionar este problema, los costos siguen resultando demasiado altos en muchos mercados emergentes.

Una segunda barrera para la adopción tiene que ver con la calidad y cobertura de las redes. Y si bien puede parecer que este problema afecta a hombres y mujeres por igual, no hay que olvidar que en algunas regiones los hombres tienen muchas más posibilidades de salir de sus hogares y moverse, utilizando el móvil incluso si viven en una zona sin cobertura, algo que no siempre es posible para las mujeres.

Un tercer problema tiene que ver con la seguridad. Esto puede parecer contradictorio, puesto que un 68% de las mujeres alrededor del mundo aseguraron sentirse más seguras si tienen un móvil a su disposición. Sin embargo, muchas aseguran que temen el acoso que pueden sufrir a través de sus teléfonos, y el fraude vinculado con el spam. En este sentido, muchas mujeres también desconfían de las operadoras, y de los costos asociados con la posesión de un celular. Esto último, sin embargo, se aplica igual medida a los hombres en los mercados menos desarrollados. Estos factores podrían resolverse con mayor educación acerca de la prevención del fraude y el uso de los teléfonos.

Por último, uno de los factores más importantes, tiene que ver con la falta de confianza que muchas mujeres sienten acerca de sus habilidades a la hora de operar un teléfono móvil. Las diferencias en el nivel educativo entre hombres y mujeres que existen en muchos países también contribuyen a exacerbar este fenómeno.

Como puede observarse la mayor parte de la problemática es cultural, y puede solucionarse con educación, y campañas de concientización acerca de los beneficios del móvil para las mujeres. Al mismo tiempo, la baja en los costos contribuirá a ir cerrando la brecha. Sin embargo, en el caso de algunos países, las dificultades están arraigadas en la propia sociedad, lo cual implica un camino más largo y profundo para la erradicación de esta diferencia. En India, por ejemplo, un 35% de las mujeres declararon que no sienten apropiado acercarse a una tienda a comprar un celular o a cargar crédito, o que no se sienten cómodas interactuando con los vendedores. Al mismo tiempo, un 25% manifestaron sentirse incapaces de tomar decisiones económicas como comprar un teléfono o decidir cuánto crédito cambiar, y un 20% dijeron no saber cargar crédito. Todas cuestiones que pueden solucionarse, pero que hablan de la construcción social en ese país.

Cerrar la brecha digital entre los géneros es fundamental para lograr mayores índices de igualdad entre hombres y mujeres, y es un esfuerzo que tanto los gobiernos como las empresas deben tomarse en serio. Pero también es una oportunidad de negocio gigantesca, que puede redituar en más de $170 mil millones de dólares para las operadoras. Por lo que ya sea por conciencia social, o por oportunidad de negocio, no existen motivos para no avanzar en este sentido, y en encontrar soluciones para este gran problema.