SMART FARMING: CÓMO EL MÓVIL ESTÁ TRANSFORMANDO EL SECTOR AGROGANADERO

Si hay un sector que se ha beneficiado con los avances tecnológicos a lo largo de los últimos siglos, éste ha sido el campo. Durante la revolución industrial, la primera maquinaria agrícola permitió reemplazar a los bueyes y a una inmensa cantidad de mano de obra por algunas máquinas rudimentarias, maquinarias que han avanzado al punto tal que hoy menos de una decena de personas pueden plantar, mantener y cosechar campos de miles de hectáreas. Una nueva revolución en el campo de los fertilizantes y los agroquímicos, permitió hacer frente a las plagas y a las malas condiciones del suelo, y multiplicar varias veces los rindes, permitiendo a este sector abastecer a una población cada vez mayor, de manera más eficiente. Hoy, una nueva revolución está en puerta. Esta vez la protagonista es la tecnología móvil, la cual está convirtiendo al sector agrícola gracias a nuevas herramientas que permiten mejorar toda la operación, desde el cultivo y la cosecha, hasta la venta y distribución.

Ya hemos visto en otras oportunidades como el móvil está cambiando por completo el panorama en regiones como África Subsahariana, donde con el uso de celulares rudimentarios los granjeros están aprendiendo nuevas técnicas de cultivo, recibiendo información meteorológica, y hasta colocando sus cultivos en el mercado, para luego recibir pagos (también a través del móvil), lo que significa un cambio radical en su forma de subsistencia. Hoy, sin embargo, pondremos el foco en lo que ocurre en mercados más desarrollados, donde la actividad agropecuaria se maneja de manera profesional.

En estos mercados, como nuestro país, y la gran mayoría de los países americanos, europeos, y asiáticos, los avances tecnológicos están permitiendo que los agricultores lleven adelante operaciones más eficientes. Sin embargo, esta tecnología todavía se encuentra en pañales, pero los nuevos desarrollos en distintas áreas resultan altamente prometedores. A continuación recorreremos algunas de estas áreas, para ver como el móvil ya está generando un enorme aporte, o tiene el potencial de hacerlo durante los próximos años.

LA INTERNET OF THINGS Y EL ANÁLISIS DE BIG DATA TAMBIÉN LLEGAN AL CAMPO

Uno de los principales campos en los que el móvil puede ayudar al sector rural tiene que ver con el desarrollo de la Internet of Things (IoT) para potenciar la producción agropecuaria. Un caso de uso concreto para este tipo de tecnología, es el despliegue de sensores y dispositivos de medición de variables como la altura de las plantas, la humedad del suelo, el nivel de lluvia, la temperatura, etc, enlazados en tiempo real, a través de conexiones M2M (máquina a máquina) a una base de datos. Esto permite que los agricultores, a través de una simple aplicación móvil, puedan conocer de manera permanente que ocurre con sus cultivos. De esta forma, resulta más fácil detectar amenazas, anticipar el surgimiento de plagas, conocer el estado del suelo, predecir el rendimiento, y determinar el momento justo para la cosecha, entre muchas otras cosas. En zonas secas como California, donde hace falta instalar sistemas de irrigación, aplicaciones como CropX utilizan sensores para detectar la cantidad justa de agua que hace falta utilizar, de forma tal de evitar el desperdicio. Este startup recibió $9 millones de dólares en inversión de parte del ExCEO de Google Eric Schmidt, lo que demuestra el interés que despierta este sector. Aunque ya existen experiencias en grandes campos con el uso de este tipo de tecnologías, sobre todo en viñedos y otros proyectos de agricultura a menor escala.

Además de obtener información individualizada por áreas o plantaciones específicas, esto permite a los agricultores generar grandes bases de datos que los ayudan a optimizar sus procesos y obtener mayor rendimiento a lo largo del tiempo, así como realizar análisis y proyecciones en el largo plazo. Tras varios años de recolectar datos, por ejemplo, los agricultores podrán predecir con precisión cuál será el impacto de una sequía o de una temporada de lluvias en sus cosechas, así como de qué forma se verán afectados por muchas otras variables, y cómo contrarrestar los efectos de cada una de ellas.

De la misma forma, esta tecnología está tomando fuerza en el sector ganadero, en el que se utilizan sensores para detectar la temperatura de los animales, la sensibilidad de sus tejidos, su pulso, y su ubicación mediante GPS, de forma tal de poder llevar un conteo del ganado, y detectar oportunidades como el momento óptimo para la reproducción de los animales, así como su estado de salud general, de forma tal de identificar enfermedades y plagas de manera temprana, para poder combatirlas.

Existen también otro tipo de dispositivos, como cámaras y sensores que permiten llevar un control de las semillas almacenadas en los silos en tiempo real, que están comenzando a surgir y comercializarse para llevar adelante control de stocks en tiempo real.

Tanto la Unión Europea como distintas empresas privadas, incluidas las grandes productoras de semillas como DuPont y Monsanto, así como fabricantes de maquinaria agropecuaria como John Deere, están invirtiendo en el desarrollo de este tipo de tecnologías, y desarrollando nuevos modelos de negocio que permitirán que los agricultores las desplieguen en sus campos. En estos casos, sin embargo, ya empieza a despertarse polémica en torno a problemáticas como quién es dueño de los datos, y sobre la injerencia que los mismos – si son compartidos con algunas de estas empresas – pueden tener en el precio de los granos y las semillas.

Esto también ha llevado el debate acerca de la privacidad de los datos al ámbito agropecuario. Y es que, para muchos agricultores, la forma en la que manejan sus cultivos es casi un secreto industrial, y la libre disponibilidad de información vinculada con sus técnicas, así como de estadísticas de sus rendimientos, pueden llevar a que otros imiten sus procesos. Según alertan muchas asociaciones vinculadas al sector, la adopción de esta tecnología a veces se hace en el marco de suscripciones a productos y servicios ofrecidos a bajo precio por los gigantes del sector, los cuales no alertan que los agricultores están entregando datos vinculados con sus cultivos, a cambio del acceso a la tecnología.

Sin embargo, a pesar de los desafíos que la adopción del móvil para este sector, éste sin duda se está beneficiando a partir de las últimas innovaciones, las cuáles le permiten alcanzar mayores niveles de eficiencia, reduciendo riesgos y potenciales pérdidas. Es por eso que nuevos proyectos como la Farmers Business Network, un startup independiente – a pesar de haber recibido $15 millones de dólares en inversión por parte de Google – que nuclea a granjeros en todos los Estados Unidos, permitiendo que todos compartan abiertamente los datos obtenidos en sus campos, para procesarlos y convertirlos en información útil y, a veces, accionable, están comenzando a surgir.

Al mismo tiempo, existen miles de startups y nuevas empresas compitiendo por desarrollar nuevas tecnologías y posicionarse en el sector, muchas de ellas recibiendo inversiones millonarias por parte de inversores dedicados específicamente al sector del AgTech (tal como se ha llamado a esta nueva vertical de negocio), como por parte de gigantes del mundo móvil como los fabricantes de chips Qualcomm e Intel están realizando inversiones en startups vinculadas al sector en nuestra región y en otras partes del mundo.

OTRAS INNOVACIONES EN LAS QUE EL MÓVIL ESTÁ TRANSFORMANDO EL SECTOR AGROPECUARIO

Del mismo modo que los sensores están revolucionando el modo en el que se realizan mediciones, otra innovación vinculada al móvil resulta cada vez más relevante. Se trata de los drones. Estos aparatos voladores autónomos o radiocontrolados, son utilizados por los agricultores para observar y controlar sus cultivos a distancia, sin la necesidad de recorrerlos a por tierra. Estos dispositivos también son capaces de incorporar sensores que recolectan datos que se complementan con los obtenidos a través de los sensores terrestres. De acuerdo con un reporte de la consultora Markets And Markets, el negocio de los drones alcanzará una magnitud de $5,59 mil millones de dólares hacia 2020, y el segmento enfocado en la agricultura de precisión será una de las fuerzas que lo impulsará en mayor medida, experimentando un crecimiento interanual del 42,25% hasta ese año por lo menos.

Otra innovación que está comenzando a tomar fuerza son las granjas verticales, es decir, grandes plantaciones aeropónicas construidas en galpones y plantas industriales. Las mismas, utilizan sensores en miles de macetas y bandejas para regular con precisión la cantidad de agua necesaria para el riego, y otras variables como la entrada de luz y calor que afectan el crecimiento de las plantas. Si bien puede parecer una innovación proveniente de un futuro distópico, estas granjas ya son una realidad, y han demostrado niveles de eficiencia hasta 75 veces superiores a los de los cultivos tradicionales (según sus impulsores), una métrica que sólo es posible gracias a la incorporación de tecnología y al uso del móvil para su operación.

Por último cabe destacar algunas innovaciones más extrañas, como un proyecto que está llevando adelante Hagit Messer-Yaron, un profesor de ingeniería electrónica y exjefe científico del Ministerio de Ciencia de Israel, quien propuso el desarrollo de un sistema para medir la caída de lluvia en todo el mundo, detectando la interferencia que las tormentas generan en las ondas de radio utilizadas por las redes móviles. El sistema, el cual el científico ya puso a prueba, dio muy buenos resultados, y permitiría generar mapas meteorológicos globales precisos, que incluyan datos de regiones donde las mediciones hoy son escasas como en África y, así, predecir inundaciones, sequías, y otros fenómenos meteorológicos que afectan el desarrollo de la agricultura.

Con una población que alimentar que va a crecer hasta alcanzar los más de 9,5 mil millones de personas en 2050, la agricultura seguirá necesitando desarrollar tecnologías que la ayuden a volverse más eficiente. Y el móvil recién está comenzando a mostrar lo que es capaz de hacer por esta actividad.