EL MÓVIL: UNA HERRAMIENTA VITAL EN ZONAS DE DESASTRE

No son pocas las veces en las que hemos mencionado la gran importancia que la tecnología móvil ha adquirido en áreas como la salud y la educación, o como herramienta para generar inclusión financiera en mercados en vías de desarrollo. Esto demuestra que, además de ofrecer enormes oportunidades de negocio, la industria móvil encierra un rol social capaz de ayudar a todo tipo de sociedades a desarrollarse y generar servicios con el potencial de mejorar la calidad de vida de las personas. Hoy conoceremos un nuevo rol que el móvil ha adquirido en los últimos años, y que lo convierte en una herramienta vital capaz de salvar vidas y prevenir daños mayores durante las peores tragedias. Hablamos del móvil como herramienta de rescate en zonas de desastre.

Las comunicaciones móviles juegan un rol vital en el caso de un desastre natural o un accidente de grandes proporciones. Por un lado, constituyen una herramienta vital de aviso y prevención, capaz de informar a millones de personas cómo protegerse, escapar, o qué hacer en el momento en el que ocurra el siniestro. Por otro, en los momentos posteriores al desastre, los dispositivos y las redes móviles resultan todavía más importantes, puesto que pueden ayudar a coordinar actividades de rescate, de traslado y atención de heridos, y de localización de personas perdidas. Pero existe un problema fundamental, y es que en la mayoría de los casos, los grandes desastres que destruyen la infraestructura, los hogares, y les cuentan la vida a miles de personas también tienen un impacto sobre las redes móviles, cortando la comunicación o generando baches en la cobertura que inutilizan a esta tecnología.

Esto genera una paradoja, y es que cuando más necesario es, el móvil muchas veces no se encuentra disponible. Es por eso que tanto las operadoras como los gobiernos, y también distintos grupos de emprendedores, han comenzado a trabajar en soluciones para hacer frente rápidamente a este tipo de dificultades.

En muchos casos, como el del Ciclón Pam, que golpeó a varias islas del Pacífico – y en especial a la pequeña República de Vanuatu – en Marzo del 2015 con vientos de más de 300 kilómetros por hora, destruyendo casas, rutas, y todo a su paso, la respuesta consistió en apurar los trabajos de reparación de la red. Así, en pocos días, la operadora local Digicel logró restablecer las comunicaciones en toda la isla para ayudar a los rescatistas en sus esfuerzos. Al mismo tiempo, la empresa colocó estaciones de carga por toda la ciudad, y entregó más de $250.000 dólares en crédito gratis a sus usuarios, muchos de los cuáles se habían quedado sin la posibilidad de hablar por no poder acceder a sistemas de recarga, o por haberlo perdido todo.

Algo similar sucedió en abril del año pasado, cuando un terremoto de 7,8 grados de magnitud golpeó a Nepal. El sismo, y sus decenas de repeticiones, ocasionaron daños en todo tipo de edificios, e interrumpieron la mayoría de los servicios, incluida la cobertura móvil. La respuesta de las operadoras fue inmediata. De acuerdo con GSMA, la operadora local Ncell proveyó a los rescatistas y hasta a la prensa extranjera de tarjetas SIM sin costo para comunicarse en las zonas de desastre. Al mismo tiempo, empresas extranjeras como Vodafone y Ericsson – a través de su programa Ericsson Rsponse, el cual ofrece conectividad en campos de refugiados y ante desastres naturales – instalaron antenas provisorias, con el objetivo de restaurar las comunicaciones lo antes posible. Al mismo tiempo, las operadoras locales les ofrecieron llamadas gratuitas a todos sus suscriptores, para ayudarlos a encontrarse con sus seres queridos. De la misma forma, muchas operadoras extranjeras, sobre todo en países con una gran inmigración nepalí como los Estados Unidos, ofrecieron llamadas gratuitas al país asiático, para facilitar la comunicación con las personas afectadas por el sismo.

 

EMPRENDIMIENTOS CON FOCO EN LAS ZONAS DE DESASTRE

Durante 2015, unas 48 millones de personas fueron desplazadas de sus hogares por desastres naturales, guerras civiles – como el caso de Siria, que se ha convertido en la principal fuente de desplazados en el mundo –, y otros conflictos. Según un reporte de la BBC, al llegar a los distintos campamentos de refugiados, antes que agua o comida, la mayoría de las personas preguntan si hay Wi-Fi o red móvil, de forma tal de poder comunicarse con sus seres queridos. En muchos casos esto no es posible, sin embargo, distintas empresas y ONGs se han propuesto ayudar a estas personas a conectarse y acceder a estos servicios.

 

Un ejemplo de ello es el startup croata MeshPoint. Esta compañía fabrica un dispositivo portátil que puede ser desplegado en minutos, y permite conectar hasta 150 dispositivos a Internet a través de WiFi o una antena 4G. Equipado con una batería y una carcaza resistente, este equipo, cuya fabricación fue financiada con aportes a través de la plataforma de crowdfunding Indiegogo, tiene un valor de menos de 400€ Euros.

Meshpoint

 

La Vodafone Foundation – una fundación perteneciente a la operadora europea –desarrolló una mochila de 11Kg que puede ser colocada en cualquier parte y ofrecer cobertura 2G en un área de un kilómetro de radio. Este equipo contiene una batería y un panel solar, lo que le da una autonomía de 6 horas. De esta forma, en caso de una catástrofe, es posible desplegar una red móvil en muy poco tiempo, y atender las necesidades urgentes de los rescatistas y la población de manera inmediata.

 

Otra innovación interesante, esta vez desde el punto de vista del software, es la realizada por la ONG sueca Flowminder, la cual desarrolló un software que toma los datos de las operadoras en una zona de desastre y – previa anonimización de los datos – presenta los movimientos de las personas, permitiendo generar mapas de población dinámicos que ayudan a identificar y comprender el comportamiento de las personas, observar hacia donde se escapan o se trasladan, y en definitiva como atenderlas mejor en el momento del desastre. Estos datos también se pueden utilizar en el largo plazo para comprender como ocurre el proceso de migración luego de las tragedias, y de factores más extendidos en el tiempo como el cambio climático.

 

Desde la ubicación y la asistencia a los heridos, hasta poner en contacto a los sobrevivientes con sus familiares, y ayudar a las autoridades a comprender los flujos humanos en los momentos más complicados, el móvil sin lugar a dudas es una herramienta invaluable para mitigar el daño durante las peores tragedias. El compromiso de las operadoras, y el desarrollo de tecnologías y planes de emergencia que permitan responder de manera veloz en caso de un desastre, son sin dudas elementos que hacen que esta tecnología sea aún más valiosa en el esfuerzo de salvar vidas.