LAS BATERÍAS EXPLOSIVAS DEL GALAXY NOTE 7 PUEDEN BENEFICIAR A APPLE TRAS LA SALIDA DEL IPHONE 7

Por muchos años las baterías explosivas fueron una suerte de mito urbano. Basado en una serie muy limitada de incidentes, en los que smartphones y teléfonos celulares más antiguos explotaron o se incendiaron en condiciones ambientales extraordinarias, muchos usuarios convivieron por años con la noción de que las baterías encerraban un potencial peligro. A partir del lanzamiento del Samsung Galaxy Note 7, este temor se volvió muy real. Y es que las baterías de la más reciente phablet del fabricante coreano, tienen una tendencia a la combustión espontánea mayor a la de cualquier otro dispositivo alguna vez comercializado.

Si bien, en la gran mayoría de los casos, estos teléfonos no se incendian ni explotan, si ha habido una cantidad significativa de incidentes que han puesto la lupa sobre el asunto. Un usuario del Estado de Florida, en los Estados Unidos, por ejemplo, denunció a través de Facebook que su Note 7explotó dentro de su Jeep, produciendo un incendio que terminó destruyendo el vehículo. Otro incidente ocurrió el fin de semana en Nueva York, donde un teléfono explotó en las manos de un niño de 6 años mientras miraba videos, lo que, según reporta el New York Post, le provocó quemaduras y pánico a los celulares.

Por fortuna para Samsung, estos dos casos ocurrieron luego de que la compañía anunciara el 2 de septiembre que reemplazaría todos los Note 7 ya vendidos por teléfonos nuevos, equipados con baterías más seguras. Esto ocurrió luego de que varios usuarios surcoreanos (el primer mercado donde se lanzó este equipo)se quejaran en las redes sociales acerca de la tendencia a incendiarse que tenía el equipo.

Sin embargo, dado que muchos usuarios hicieron caso omiso al llamado, o no tomaron tan en serio el riesgo que supone utilizar sus smartphones, los incidentes se siguieron produciendo. Esto llevó a que en algunos ámbitos se debieran tomar medidas para prevenir incidentes. Uno de los casos más notables es el de los aviones comerciales. Muchas líneas aéreas, impulsadas por la FAA – la autoridad regulatoria en los Estados Unidos – comenzaron a pedirles a los pasajeros que no encendieran, y sobre todo no cargaran, sus Note 7 a bordo de las aeronaves, y que tampoco los despacharan a la bodega, ni siquiera en su envase cerrado. Esto es lógico, debido el riesgo que una explosión puede significar para una aeronave, algo de lo que la industria tiene recuerdos cercanos gracias a que, hace apenas tres años, las baterías de varios de los, entonces, flamantes Boeing 787 se prendieron fuego, llevando a que los aviones de ese tipo no pudieran volar por varios meses hasta que se resolvió el problema.

Algunos reportes indicaron que Samsung tomaría un camino similar al de Boeing al desactivar remotamente todos los Note 7, forzando a los consumidores a devolver sus equipos. Sin embargo, en las últimas horas la compañía desmintió estos rumores y, en cambio, anunció que publicará el modo de cambiar el smartphone por uno nuevo a través de su sitio web, sin obligar a nadie a hacerlo por la fuerza. De todas formas, la empresa surcoreana dilató la salida al mercado de este modelo en una gran cantidad de países, como los sudamericanos, donde todavía no hay una fecha de lanzamiento establecida.

No está claro todavía cual es el origen de la falla, aunque los reportes de las primeras explosiones hablaban de problemas con los cables USB-C con los que se carga el teléfono, así como con las baterías, la cuáles son comunes a todos los modelos de este dispositivo (qué sí difieren en otros componentes), por lo que el problema resulta global.

UNA POSIBLE VENTAJA PARA APPLE

Toda esta serie de explosiones ocurrió en un momento que no podría ser peor para Samsung. Y es que el Galaxy Note 7, una phablet con pantalla curva de 5,7 pulgadas, un procesador Exynos 8890 Octa, de ocho núcleos (o Qualcomm Snapdragon 820, de cuatro núcleos, en el mercado estadounidense), 4GB de RAM, al menos 64GB de almacenamiento expansible, una cámara de 12MP considerada como una de las mejores del mercado, y una serie de innovaciones que lo posicionan como uno de los smartphones más avanzados en el mercado.

Sin embargo, esta serie de incidentes, producido luego de que Samsung tuviera distribuidos más de 2,5 millones de unidades entre teléfonos vendidos y disponibles en los depósitos de las tiendas y las operadoras en las primeras semanas desde el lanzamiento, puede significar una enorme amenaza para el éxito futuro de este modelo, así como también para la imagen general de la marca. En principio, la necesidad de reemplazar esta enorme cantidad de dispositivos ya generará una enorme pérdida para la empresa, así como un dolor de cabeza logístico para sus empleados. De acuerdo con un reporte del sitio The Next Web (en inglés), entre los reemplazos y la devolución del dinero que Samsung hará a los clientes que prefieran recuperar su inversión en lugar de obtener un nuevo dispositivo, la empresa perderá alrededor de $1.000 millones de dólares. Dependiendo de la capacidad del público de perdonar esta falla y comprar el modelo una vez corregido el error, o de ignorarlo por completo, dependerá si estas pérdidas se extienden o si quedan contenidas en ese valor.

Para peor, la semana pasada Apple anunció el lanzamiento de su flamante iPhone 7, un competidor natural del Note 7, sobre todo en su variante iPhone 7 Plus, que posee una pantalla de 5,5 pulgadas, y una cámara doble de 12MP, que podría resultar muy atractivo para quienes deban cambiar su Note, y por el que podrían inclinarse los usuarios que se encontraban en la duda.

Este incidente, además, pone a Samsung en una mala posición durante un año que se perfilaba como uno de los más exitosos de los últimos tiempos. Y es que el lanzamiento del Galaxy S7, el flagship de la marca, a principios de 2016, llevó a la empresa a registrar sus ganancias más altas en los últimos años, lo que disparó el valor de sus acciones. Y si bien el reemplazo de los Note 7 implicará la pérdida de apenas el 5% de los $20,6 mil millones de dólares de ingresos netos que Samsung proyectaba tener este año, el daño a la marca igualmente puede ser significativo.

Sólo el tiempo dirá como reaccionan los consumidores ante estas noticias, y si Samsung podrá seguir manteniendo su reputación intacta.