ORACLE VS GOOGLE, Y UN FALLO QUE NO DEJA CLARO EL PANORAMA

La semana pasada resultó decisiva para una causa que gran parte de la industria móvil viene siguiendo de cerca desde hace ya seis años. Se trata de la demanda que Oracle, una de las principales empresas de Silicon Valley, inició contra Google por el uso de componentes de Java, el popular lenguaje de programación creado por Sun Microsystems (hoy parte de Oracle) en 1995, en su sistema operativo Android. De acuerdo con Oracle, la compañía de Mountain View violó el copywright que ella mantiene sobre partes de la plataforma de desarrollo de ese lenguaje para acelerar la salida al mercado de Android, sin pagar nunca una regalía. Google, por su lado, defendió el uso del código citando el “uso justo” (Fair Use, por su nombre en inglés) una provisión de la ley de propiedad intelectual estadounidense que permite el uso de material registrado, siempre y cuando se lo utilice para producir una verdadera innovación. Tras varias idas y vueltas, el jueves pasado un Tribunal Federal en California falló a favor de la subsidiaria de Alphabet, aunque el veredicto no deja del todo claro el panorama.

La demanda, por $9 mil millones de dólares en daños, se produjo por primera vez en 2010, luego de que Oracle adquiriera Sun Microsystems. En ella, la empresa cita que Google utilizó parte de su plataforma al implementar 37 APIs de Java, sin pedir permiso alguno, para desarrollar Android rápidamente. Según sus abogados, Oracle tiene derecho a reclamar como propias parte de las utilidades que el sistema operativo, hoy el más popular en el mundo, le generó a Google desde su concepción. Este caso es seguido de cerca por cientos de miles de desarrolladores que utilizan Java y sus APIs para crear sus productos, puesto que un fallo favorable para Oracle podía sentar un precedente para que la compañía comenzara a desparramar demandas y acciones judiciales contra muchos de ellos.

Hoy, tanto los ejecutivos de Google como estos cientos de miles de desarrolladores pueden respirar tranquilos, puesto que la decisión unánime del jurado, fue que el uso de estas APIs efectivamente fue uso justo, por lo que Oracle no tiene derecho a hacer el reclamo. De acuerdo con los ejecutivos del gigante de las búsquedas, “esta fue una victoria no sólo para el ecosistema Android, sino que también para toda la comunidad de desarrolladores de Java, y para todos los desarrolladores que utilizan lenguajes de programación libres y abiertos para escribir software.” Oracle, sin embargo, ya anunció que piensa apelar este fallo. Y una instancia anterior de este largo juicio, podría darle los argumentos necesarios.

GOOGLE GANÓ UNA BATALLA, PERO NO LA GUERRA

Esta no es la primera vez que Oracle y Google se enfrentan en la corte por este mismo caso. El mismo ya había sido llevado a juicio en 2012, aunque en esa oportunidad el jurado no pudo llegar a una conclusión de manera unánime. De todas maneras, en esa oportunidad el juez de la causa William Alsup, sostuvo que los elementos de Java no califican para la protección bajo la ley de propiedad intelectual. Dos años después, una Corte Federal de Apelaciones se mostró en desacuerdo, sentenciando que éstos si pueden ser registrados y protegidos, un argumento que podría ayudar a Oracle a ganar en su apelación.

De acuerdo con Anette Hurst, una abogada especialista en propiedad intelectual, a cargo del equipo legal de Oracle en esta demanda, la decisión fue injusta e inesperada, y hasta puede resultar perjudicial para la comunidad de desarrolladores. En una carta abierta publicada en la red social LinkedIn, la jurista explicó que, aunque es imposible saber qué argumentos terminaron por convencer al jurado de darle la razón a Google, la realidad es que este fallo pone en juego el futuro de la Licencia Pública General de GNU (o GPL, por sus siglas en inglés) la licencia más utilizada en el mundo del software. La misma, permite que las personas, compañías y organizaciones de todo tipo utilicen y modifiquen el software, protegiendo a sus creadores de intentos de apropiación o uso indebido. En este mismo sentido Sara Catz, la CEO de Oracle, opinó durante su testimonio en el juicio que, al utilizar elementos de Java para crear Android, un nuevo ecosistema no compatible con el lenguaje original, Google efectivamente dividió a la comunidad de desarrolladores en dos. De acuerdo con la ejecutiva, quién – según su propio testimonio, fue la impulsora de la compra de Sun Microsystems por parte de la empresa que dirige justamente para preservar la apertura de Java – el espíritu de ese lenguaje de programación siempre fue el de permitir la escritura de código que corriera en cualquier sistema operativo. Con Android, sin embargo, eso no es así, ya que el software escrito para Android, sólo funciona en ese entorno.

Ante este testimonio, Google respondió que la intención de los creadores de Java siempre fue que el lenguaje se utilizara libremente, independientemente de los resultados. Para explicarlo, durante el juicio, tanto los abogados como los testigos que se presentaron a favor de la compañía utilizaron una serie de analogías muy coloridas, que intentaron explicarle al jurado qué es una API, y por qué, en su opinión, el uso que les había dado Google no implicaba ninguna violación al copywright. Para ello, explicaron que las APIs son como hamburguesas, las cuáles pueden encontrarse en el menú de muchos restaurantes, pero en cada caso la receta resulta única. También las compararon con los tomacorrientes en las paredes de las casas y oficinas, y el pedal acelerador de los automóviles, dos elementos tan comunes que, según la empresa, jamás pensaron que podían ser objeto de una demanda. Oracle, por su parte, respondió con su propia analogía, explicando que las APIs son como los libros de Harry Potter, y que los paquetes, clases y métodos, son equiparables a la serie, los libros y los capítulos. A juzgar por el veredicto, los ejemplos utilizados por los abogados de Google fueron más claros y permitieron exponer mejor su punto.

En cualquier caso, durante los cinco años que lleva la disputa legal, la comunidad de desarrolladores tendió a acercarse más a la posición de Google, desestimando a Oracle como una parte interesada en cobrar una enorme suma de dinero más que en defender al software libre. En este sentido, incluso Jonathan Schwartz, exCEO de Sun Microsystems, testificó a favor de Google en el juicio. Oracle, por su parte, mostró e-mails que los ingenieros de las compañías se enviaron durante el primer desarrollo de Android, en el que los empleados de Google daban a entender que debían llegar a alguna clase de acuerdo para poder utilizar el código.

Con el fallo a favor de Google, el caso parece quedar resuelto, por lo menos por un tiempo. Solo resta ver qué responde la Corte de Apelaciones, y hasta que punto Oracle está decidido a llevar su demanda. Por lo pronto, y a pesar de los argumentos de esta compañía, las acciones de Google no variaron de manera notable antes o después del veredicto, señal de que sus accionistas piensan que, incluso si tuviera que pagar, la subsidiaria de Alphabet tiene el dinero suficiente para hacerlo sin sufrir las consecuencias. Los desarrolladores, por su parte, se mostraron mayormente a favor del resultado, y respiraron tranquilos al prever que probablemente no les caerá ninguna demanda judicial por el uso de software libre.