LOS AD-BLOCKERS PLANTEAN UNA AMENAZA PARA LOS DESARROLLADORES MÓVILES

La publicidad el principal modelos de monetización tanto para los desarrolladores móviles y los creadores de contenido, como para otro tipo de compañías vinculadas con el móvil y la web. En 2015, el 31% de los desarrolladores elegían a los avisos publicitarios como su modelo de negocios, ubicándolo como la opción más popular, por encima del cobro por descarga, los in-app purchases, y las suscripciones. Y si bien se trata de un modelo de negocios que no está exento de desafíos, en el que hace falta construir grandes audiencias, conectarse con las ad networks indicadas, y llevar adelante un proceso de optimización permanente, el mismo es capaz de garantizar buenos resultados. Sin embargo, el vertiginoso crecimiento de aplicaciones que permiten bloquear los avisos publicitarios plantean una verdadera amenaza para el conjunto de desarrolladores que confían en los avisos para generar ingresos, y la solución no parece sencilla.

El uso de ad blockers no resulta novedoso. Desde hace ya varios años algunos usuarios de computadoras de escritorio y laptops utilizan este tipo de software para bloquear banners y otros avisos comerciales en todo tipo de sitios web. Si bien en un principio se trataba sistemas relativamente oscuros y accesibles solamente para un pequeño nicho de usuarios, a partir de 2014 los mismos comenzaron a popularizarse y a volverse increíblemente sencillos de utilizar. Así, hoy basta con instalar una simple extensión en el navegador, o instalar una aplicación en un smartphone, para virtualmente bloquear cualquier tipo de publicidad, incluidos los avisos en video y otros formatos relativamente novedosos.

De acuerdo con un reporte desarrollado por Page Fair, entre enero de 2015 y el mismo mes en 2016 el uso de esta tecnología creció en un 90% a nivel mundial. Esto ha llevado a que, hoy, más del 22% de los usuarios de smartphones estén restringiendo los avisos publicitarios. Esto equivale a 419 millones de equipos, la gran mayoría de ellos Android.

Estos sistemas, sin embargo, no están prosperando en la misma proporción en todos los mercados. De hecho, los usuarios en países emergentes son mucho más propensos a utilizarlos. En regiones como China, India, Pakistán, Indonesia, y la región Asia-Pacífico en general, el 36% de los usuarios los utilizan. En contraste, en Norteamérica y Europa hay apenas 14 millones de usuarios, lo que ayuda a explicar, en gran medida, porque este fenómeno casi no se extiende al ecosistema de Apple. Al menos por ahora.

Los ad blockers utilizan distintas tecnologías que hoy no analizaremos en profundidad, pero que se agrupan, básicamente, en dos grandes grupos: los navegadores móviles que incluyen bloqueadores de avisos y no muestran la publicidad en ningún sitio web visitado por el usuario, y las aplicaciones que permiten bloquear los avisos no solamente en el navegador – cualquiera sea que elija el usuario – sino que también dentro de virtualmente cualquier aplicación móvil. Hasta hace poco tiempo esto último resultaba imposible, y constituía un incentivo para muchas compañías para desarrollar aplicaciones y tratar de que sus usuarios elijan ese canal por encima de la web para visitarlas. Sin embargo, hoy, incluso aplicaciones como Facebook e Instagram han comenzado a ser víctimas del bloqueo de sus avisos, lo cual permite ver hasta que punto han llegado este tipo de apps.

A la hora de defenderse, los desarrolladores no pueden hacer demasiado. Uno de los grupos que más activamente ha estado luchando contra este tipo de software son los sitios de noticias y las publicaciones digitales. Con un modelo de negocios basado casi exclusivamente en los ingresos publicitarios, muchos de estos sitios comenzaron a observar una caída en la facturación producto del gran porcentaje de usuarios que optaban por bloquear sus avisos. Así fue que, durante 2015, sitios como Forbes, Wired, y el sitio alemán Bild decidieron no permitir el acceso a sus sitios de usuarios con ad blockers. Al mismo tiempo el Washington Post realizó un experimento para determinar si debía tomar ese camino. Pero los resultados no fueron alentadores. De acuerdo con el sitio The Stack, el tráfico general de esos sitios sufrió una caída importante, por lo que algunos de ellos terminaron levantando la prohibición.

¿POR QUÉ LOS USUARIOS OPTAN POR LOS AD BLOCKERS?

Si observamos la distribución global del uso de este tipo de aplicaciones, no resulta difícil encontrar una explicación para este fenómeno: los avisos muchas veces son lentos, son pesados, y consumen tráfico de datos. Esto, que puede no resultar relevante para un usuario con un smartphone poderoso y un plan con una cuota de datos suficiente para no tener que preocuparse por el uso que le da es, en realidad, un problema para los usuarios de dispositivos de gama media y baja, con menor capacidad de procesamiento, y planes prepagos donde hasta el último kilobyte cuenta.

Así es que tiene sentido observar que esta tendencia se exprese en mayor medida en mercados como India, China y Pakistán. Sin embargo, es justamente en ese tipo de mercados donde los desarrolladores y creadores de contenidos tienen menos alternativas a la hora de afrontar el problema que estas aplicaciones generan. Y es que, mientras que en Estados Unidos, Europa, y en mercados como el japonés y el coreano, existe un margen para desarrollar modelos de suscripción, o para vender productos y contenidos digitales que permitan monetizar por otros medios, en los mercados emergentes, donde los consumidores muchas veces ni siquiera tienen acceso a herramientas financieras, y donde no existe la cultura del pago por este tipo de productos, esto no resulta posible. Esto significa que muchos desarrolladores, medios, y creadores de contenido locales podrían desfinanciarse o bien verse obligados a cerrar, llevando a una indefectible concentración del mercado móvil en un pequeño grupo de grandes compañías que pueden afrontar los gastos, e invertir para mantenerse delante de los sistemas de bloqueo.

UNA GUERRA DIFÍCIL DE GANAR

Es por esa razón que el Internet Advertising Bureau (IAB) ha comenzado a trabajar con los publishers, es decir los sitios y desarrolladores que exhiben publicidad, para fijar buenas prácticas que vuelvan a los avisos web y móviles más amigables. Entre otras recomendaciones, esta organización sugiere utilizar avisos livianos que carguen rápido, no cubrir el contenido con ellos, darle control al usuario permitiendo saltearlos, hacer un control y dar garantía de que los avisos son seguros y no llevarán al usuario a descargar virus o malware, y trabajar en los tiempos de carga de sus páginas para ofrecer una buena experiencia de usuario. Al mismo tiempo, la organización recomienda educar a los usuarios sobre los inconvenientes que generan los ad blockers, y pedirles cortésmente que los apaguen.

Esta proactividad del IAB tiene que ver con que tanto esta organización como muchos otros analistas del mercado, reconocen que la batalla contra este tipo de herramientas no resultará fácil de ganar. Si bien el uso de esta tecnología hoy es escasa en algunos mercados, el que más usuarios comiencen a adoptarla es sólo cuestión de tiempo.

Sin embargo, existen algunas medidas que la industria en general puede adoptar para reducir los incentivos que tienen los usuarios para bloquear los avisos. Uno, como ya hemos visto, tiene que ver con hacer que éstos sean más amigables, y no resulten en una molestia mayor. El segundo, es generar normativas que garanticen la neutralidad de la red e impidan que algunas operadoras bloqueen los avisos directamente desde sus servidores, en un afán de reducir el costo de datos para los usuarios, tal como sucede con la operadora caribeña Digicel. Finalmente, la industria en su totalidad debe trabajar para garantizar que el acceso a los planes de datos sea cada vez más sencillo y más barato, de forma tal de que los usuarios puedan afrontar el gasto que implica cargar los banners publicitarios.

Durante 2015 los ad blockers le costaron a la industria publicitaria un total de $21.800 millones de dólares en todo el mundo. Es por eso que está en los mejores intereses de todos los involucrados, desde los desarrolladores y las ad networks, hasta las operadoras y los entes reguladores, trabajar en el problema y, sin recurrir a prohibiciones ni sanciones, encontrar mecanismos para reducir el uso de esta tecnología y dejar de poner en riesgo uno de los modelos de monetización más efectivos en el móvil y en la web, tanto para las empresas como para los usuarios.

 

¿CÓMO HIZO LINE PARA CONVERTIRSE EN UNA DE LAS APPS MÁS RENTABLES A NIVEL MUNDIAL?

La mensajería instantánea es una de las categorías que mayor crecimiento están experimentando en el mundo móvil. De acuerdo con eMarketer, en 2016 más de 1.610 millones de personas tienen instalada una aplicación de este tipo en su smartphone. Esta cifra seguirá creciendo a razón de 200 millones de usuarios por año, superando los 2.000 millones, que representarán al 80% de los usuarios de teléfonos inteligentes hacia 2018. Y si tenemos en cuenta que WhatsApp, la aplicación líder en materia de usuarios activos, ya cuenta con más de mil millones de usuarios a nivel mundial, que Facebook Messenger ya ha superado los 800 millones, y que ambas plataformas combinadas procesan 60 mil millones de mensajes diarios a nivel global (el triple que todos los SMS enviados en el mundo), sería fácil suponer que Facebook, la compañía que opera ambos servicios, es la líder indiscutida de este espacio. Sin embargo, si tomamos en cuenta la facturación, el líder es un jugador totalmente inesperado. Se trata del mensajero japonés Line, una app que con más de mil millones de usuarios (235 millones de ellos activos todos los días), ubicados fundamentalmente en Asia, logró construir un modelo de negocios sólido y altamente rentable que vale la pena observar de cerca.

Lógicamente Line, como compañía, no tiene mayores niveles de facturación que Facebook. Sin embargo, si tomamos exclusivamente el espacio de la mensajería, donde la compañía de Mark Zuckerberg no desarrolla estrategias de monetización directa – algo que podría empezar a cambiar a partir de la introducción de los chatbots en Facebook Messenger – la compañía japonesa asciende al primer lugar. De hecho, de acuerdo con AppAnnie, una consultora que realiza mediciones sobre el mercado de las aplicaciones móviles, tanto en 2013, como en 2014 y 2015 Line superó a cualquier otro desarrollador en materia de facturación (excluyendo a los estudios que desarrollan juegos móviles) tanto en iOS como en Google Play. Es con estas credenciales que la empresa realizó su IPO (es decir, su oferta pública inicial de acciones, que marca su salida al mercado bursátil) a comienzos de julio de este año.

Principales desarrolladores móviles por facturación

La salida a la bolsa de Line se convirtió en la mayor en lo que va del año en los Estados Unidos, no sólo en el rubro tecnológico, sino que en general, y le permitió a la empresa recaudar unos $1.140 millones de dólares a una valuación de $9.340 millones de dólares.

UN MODELO DE NEGOCIOS EXITOSO CON MENOS USUARIOS ACTIVOS

¿Pero qué es lo que hace que un mensajero resulte tan atractivo para los inversores? Esta pregunta resulta especialmente relevante si tenemos en cuenta que, el de la mensajería instantánea, es un mercado saturado con cada vez más competidores, en el que empresas de la talla Facebook están realizando grandes apuestas, y el cual, por su propia naturaleza, tiende a la consolidación en una o dos plataformas. Y es que, para ser exitoso, un mensajero necesita de una gran masa crítica de usuarios que lo adopten y lo conviertan en un estándar. Al mismo tiempo, ganar nuevos mercados en este espacio puede resultar difícil, puesto que el único incentivo para que los usuarios cambien de mensajero es que otros usuarios lo estén haciendo. Individualmente una de estas aplicaciones, por más funcionalidad o seguridad que ofrezcan, no tiene valor si no la adopta la comunidad. Aún así, Line parece estar teniendo un gran éxito.

El mensajero de Line fue lanzado al mercado por primera vez en 2011. En un principio la aplicación apuntaba a convertirse en una red social relativamente compleja, incluyendo un sistema para compartir fotos similar a Instagram, además de un mensajero. Sin embargo, el tsunami que golpeó a Japón ese año, que trajo como consecuencia una serie de dificultades en la comunicación, abrió los ojos de los ingenieros de la compañía acerca de la necesidad de una nueva plataforma de mensajería, y así la empresa se volcó exclusivamente a esta funcionalidad. Y la apuesta dio resultado, puesto que en sus primeros dos años esta app fue adoptada por más de 100 millones de usuarios, a una tasa de crecimiento similar a la de WhatsApp. Sin embargo, aunque esto logró que la compañía construyera una base de usuarios sólida, en el uso cotidiano, sus usuarios activos son menos que los de sus competidores. Es decir, el crecimiento de otros mensajeros se ve acompañado por un uso más consistente por parte de las personas que lo instalan, pero en el caso de Line esto no es tan así.

Aplicación Line

Es por esa razón que, desde hace dos años, el mensajero comenzó a volver sobre sus pasos y a agregar funcionalidades que lo convertirían en una plataforma más compleja. Para hacerlo, la empresa comenzó a lanzar una serie de aplicaciones como Line Manga, que permite visualizar contenidos vinculados con ese tipo de literatura, y Line Music, un servicio similar al de Spotify o Apple Music, Line Pay, que permite pagar con un sistema similar al de Apple Pay y Samsung Pay, entre otras. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con los productos de otros desarrolladores, las aplicaciones de Line se encuentran todas interconectadas, permitiendo que los usuarios compartan contenido entre sí a través del mensajero. Al mismo tiempo, la compañía realiza un enorme esfuerzo por comprender las necesidades y tendencias en los distintos mercados en los que opera y desarrollar productos adaptados a cada uno de ellos. Así, por ejemplo, desarrolla stickers (una suerte de emojis más sofisticados) especiales para cada mercado, basados en eventos y la cultura local, pero también aplicaciones especiales. En Indonesia, por ejemplo, donde logró posicionarse como el principal mensajero la app incorporó una funcionalidad exclusiva para ese mercado que permite encontrar a viejos amigos del colegio, algo que se puso muy de moda en ese país, y se asoció con una productora local para que los personajes de una popular película construyeran historias alrededor de esa función. De la misma manera, en Japón, Corea y Taiwan, donde recientemente se puso de moda compartir fotos de comida, lanzó Foodie, una aplicación especialmente creada con ese fin, totalmente integrada a su mensajero. Todo esto ayuda a complementar las funciones de mensajería y a crear incentivos para que los usuarios utilicen el servicio, mientras se crean nuevos canales de facturación.

Pero lo que hace más rentable a Line es su contenido original. La compañía ha sabido desarrollar una gran cantidad de personajes y propiedad intelectual propia que comercializa en forma de stickers. Este formato, más popular en Asia que los emojis, permite transmitir mensajes y estados de ánimo a través de una imagen. Además de una serie de stickers básicos, la aplicación permite que sus usuarios adquieran otros de una tienda, generando un canal de monetización altamente rentable. De la misma forma, y gracias a su masivo uso, estos personajes, de los cuáles el más conocido es un oso, se han popularizado a punto tal que la compañía ha desarrollado juegos tales como Line POP y Line Ranger, monetizados con publicidad e In-App purchases, basados en los mismos, a la vez que ha licenciado su uso en todo tipo de productos, incluida una línea de cosméticos de la empresa coreana Missha, lo que la ha ayudado a crear canales de monetización en el mundo offline.

line-friends

De esta forma, a pesar de no poder competir en materia de usuarios activos con Facebook y otros desarrolladores, Line ha encontrado una estrategia para crecer y, sobre todo, generar canales de ingresos más allá de los formatos tradicionales que está dando muy buenos resultados. Y si bien algunas de estas estrategias son muy propias de los mercados asiáticos, donde los personajes animados siempre han gozado de una enorme popularidad, esta serie de aplicaciones ciertamente permite ejemplificar como pensar creativamente y tomar caminos alternativos puede dar excelentes resultados.

APPLE AUTORIZA LAS SUSCRIPCIONES PARA TODAS LAS APPS EN IOS

Los servicios son cada vez más importantes en el mundo móvil. Así como ocurrió en la industria de la música, donde las personas dejaron de comprar CDs y canciones, y comenzaron a pagar una suscripción mensual para disfrutar de una discoteca completa, los usuarios móviles se están abriendo cada vez más a pagar suscripciones mensuales por el uso de productos en formato de servicios. Esto puede verse claramente en el campo de las aplicaciones profesionales, donde empresas como Adobe y Microsoft cambiaron por completo la forma de comercializar sus plataformas de software. Así, los usuarios ya no deben pagar $300 dólares por una licencia de Photoshop, ni $150 dólares por una de Office. En cambio, ahora pagan suscripciones mensuales de $10 o $15 dólares por utilizar estos productos, incorporando funcionalidades extras como la posibilidad de acceder a ellos desde distintos dispositivos, utilizar bibliotecas de recursos como tipografías, y trabajar en comunidad. Con las apps móviles empieza a suceder algo parecido, y así como ocurre con la música y con el software profesional, la rentabilidad que se puede obtener a través de una suscripción es mucho mayor en el largo plazo que la que se obtiene de una venta.

Es por esta razón que Apple autorizó por primera vez que los desarrolladores de aplicaciones en todas las categorías comiencen a cobrarles suscripciones mensuales a sus usuarios. Hasta ahora, ese modelo de negocios se encontraba restringido a un número limitado de apps, y no ya solamente a revistas y servicios musicales, como ocurría desde 2011 cuando esta opción se lanzó por primera vez. De esta forma, los juegos, las aplicaciones vinculadas con la educación, con la productividad, y con cualquier tipo de contenido, podrán comenzar a cobrar suscripciones, y hasta ofrecer distintos planes (como básico, pro, y Premium) con funcionalidades diferentes, a precios diferenciados.

Así como ocurre con las aplicaciones que utilizan el modelo tradicional de cobro por descarga, Apple les cobrará una comisión del 30% a los desarrolladores. En este caso, esta comisión se descontará del pago mensual que hagan los usuarios, quienes deberán pagar utilizando la plataforma de pagos de la compañía. Para hacer el modelo más atractivo, Apple anunció que a partir del año que un usuario permanezca suscripto a una app, la comisión bajará al 15%, permitiendo que el desarrollador conserve el 85% del valor de la cuota. Esto, de acuerdo con Phil Schiller, el Vicepresidente de marketing de Apple, quién le dio una completa entrevista al sitio The Verge hace algunas semanas, tiene que ver con que la compañía busca premiar a los desarrolladores que hacen el enorme esfuerzo de fidelizar a sus clientes y mantener alta la tasa de retención. Sin embargo, también puede verse motivado por la posición que empresas como Spotify (que por tratarse de un servicio vinculado con la música ya podía ofrecer suscripciones a través del AppStore) venían adoptando, al cobrarles un 30% más a sus usuarios cuándo éstos suscribe a través de la tienda de Apple para pagar lo que denominan el “Apple Tax” (o impuesto a Apple), y luego enviarles un e-mail indicándoles que podían ahorrarse ese dinero suscribiéndose directamente desde su sitio. Esto, por supuesto, fue negado por el ejecutivo.

Google Play, el principal competidor de Apple, lanzó esta posibilidad en mayo de 2012, por lo que también les permite a los desarrolladores ofrecer suscripciones en sus aplicaciones, pagando exactamente el mismo margen de comisión.

LOS MOTIVOS DE APPLE

Existen varios motivos por los que Apple decidió ampliar la funcionalidad del App Store para incluir esta posibilidad. El principal tiene que ver con un reclamo que los desarrolladores vienen manteniendo desde hace bastante tiempo, y es que con el cobro por descarga muchas veces no alcanza para construir compañías sustentables alrededor de una aplicación, lo que termina dejando a muchos de ellos fuera del negocio.

De acuerdo con un comunicado de Apple emitido en enero de este año, desde el lanzamiento del AppStore hasta esa fecha, la tienda de aplicaciones les pagó a los desarrolladores un total de $40 mil millones de dólares, un tercio de los cuáles se generaron solamente en 2015. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que esta cifra incluye a las cuatro tiendas de apps que maneja la compañía, incluyendo la de iOS (por lejos la que más factura), la de OSX (ahora macOS), la del tvOS, y la del watchOS. Al mismo tiempo, cabe mencionar que, de acuerdo con la consultora AppAnnie, la cual mide la performance de las tiendas de aplicaciones móviles en todo el mundo, el 75% del total de la facturación pertenece a la categoría juegos, en la que la gran mayoría de las apps que más facturas lo hacen a través de las in-app purchases. Esto significa que, para la mayoría de los desarrolladores en otras categorías, monetizar es un verdadero desafío.

Incorporando las suscripciones Apple pretende darles nuevas herramientas a los desarrolladores para poder crear modelos de negocio más fáciles de escalar y sostenibles en el tiempo. Y si bien este modelo no es la piedra filosofal y puede resultar poco adecuado para muchas aplicaciones, la realidad es que existen una gran cantidad de compañías que han sabido utilizarlo para crear negocios muy rentables. Un ejemplo de ello es Lumosity, una aplicación que permite que los usuarios entrenen sus mentes con distintos ejercicios. Para ello, además de un plan gratuito y limitado, ofrece un plan Premium por el que cobra una suscripción de $11,99 dólares por mes, o $59,99 dólares al año. Con más de 93.000 usuarios pagos activos, esto equivale a una facturación mensual de más de $1,1 millones de dólares. Otro ejemplo es Todoist, una aplicación que permite hacer to-do lists (listas de tareas), y sincronizarlas en distintos dispositivos. Así como Lumisity, esta app cuenta con un plan gratuito, pero también con uno Premium que vende por un valor de $28,99 dólares al año.

Pero ayudar a los desarrolladores no es el único motivo que llevó a Apple a adoptar este modelo. Otro, mucho más importante, tiene que ver con resguardar su rentabilidad en el largo plazo. Durante 2015 el AppStore facturó unos $31 mil millones de dólares, lo que equivale al 13% del total de la facturación de Apple. La venta de iPhones, por otra parte, representó el 64,96% en ese mismo período. Sin embargo, con una caída del market share en relación a Andrid, y los problemas que la empresa está experimentando en mercados como el chino, donde las medidas proteccionistas del gobierno y un reciente fallo adverso que le impedirá vender el iPhone 6 en el país están dañando las ventas, la empresa necesita maximizar su facturación en su tienda de aplicaciones.

Pero independientemente del motivo detrás de esta decisión, la realidad es que se abren nuevas posibilidades para los desarrolladores, quienes podrán incorporar nuevos canales de monetización, y apelar a su creatividad para captar clientes y mantenerlos en el largo plazo. Sin embargo, así como ya sucedía en el AppStore, Apple seguirá manteniendo el control de esos clientes, siendo el gestor de cada uno de los pagos mensuales, y no compartiendo esa información, ni otros datos clave que podrían resultar invaluables, con los desarrolladores.

A pesar de esto, hay otra buena noticia, y es que la empresa comenzará a permitir que los desarrolladores promocionen sus aplicaciones a través de un nuevo sistema de publicidad en los resultados de búsqueda de la tienda. Así, Apple busca nivelar un poco la cancha y ayudar a las nuevas aplicaciones a mostrarse frente a sus potenciales usuarios y, así, a incrementar el número de descargas. Este sistema todavía se encuentra en una etapa experimental, pero se abrirá al total de la comunidad durante el transcurso del año.

 

 

LOS MENSAJEROS: UNA NUEVA PLATAFORMA DE DESARROLLO

Los mensajeros instantáneos son algunas de las aplicaciones más populares en todos los sistemas operativos. En Argentina WhatsApp encabeza los rankings de descargas tanto en Google Play como en el AppStore de iOS, y Facebook Messenger lo secunda. Esto se repite en la mayoría de los mercados en nuestra región y en Europa, e, incluso en mercados peculiares como el de los Estados Unidos, donde el SMS ilimitado ha generado menos incentivos para que los usuarios adopten estas apps, los mensajeros (incluyendo los que utilizan a los mensajes de texto) son una de las funcionalidades más utilizadas por los usuarios de teléfonos inteligentes. Y esto no ocurre por casualidad.

Los mensajeros instantáneos, en todas sus formas y sabores, son la herramienta más rápida y conveniente de comunicación con otras personas. De acuerdo con un estudio realizado por la consultora GFK entre 95 mil usuarios de smartphones durante los últimos meses de 2015, las personas dedican el 22% del tiempo que pasan utilizando sus dispositivos enviando y recibiendo mensajes de texto (a través de cualquiera de las plataformas disponibles). Este es el uso principal, junto con consumir contenidos como videos, sitios web, y música – lo cual ocupa otro 22% del tiempo – que las personas hacen de sus equipos. El uso de redes sociales, por su parte, ocupa el 10% del tiempo, al igual que el envío y recepción de correos electrónicos. El mismo estudio permitió determinar que enviar y recibir mensajes de texto es lo primero que hacen con su celular el 67% de las personas. De acuerdo con la revista Time, el estadounidense promedio de entre 18 y 29 años recibe unos 88 mensajes instantáneos diarios. En otros grupos etarios el promedio es un poco menor, pero igualmente se mantiene como la principal vía de comunicación. Incluso entre los mayores de 65.

Es por esto que no debe resultar extraño que tanto todo tipo de nuevas startups, como los gigantes de Internet sigan apostando por esta tecnología. Y últimamente, por un lado gracias al boom de la privacidad el cual dio lugar a nuevos desarrollos de mensajería encriptada y más segura, y por otro gracias al desarrollo de nuevas aplicaciones mixtas como Snapchat y la más reciente Peach, que combinan la mensajería con funciones más sociales, el espacio volvió a despegar.

Es en este contexto que la mensajería instantánea se ha convertido en más que una herramienta de comunicación, y en mucho más que un espacio competitivo donde empresas como Facebook, Google, Apple y muchos grandes inversores apuestan por conquistar a la mayor cantidad de usuarios posibles. También se ha convertido en una plataforma de desarrollo.

Cuando hablamos de plataforma de desarrollo, nos referimos a que la mensajería se ha convertido en una herramienta sobre la que, distintas nuevas startups, han comenzado a montar sus propios servicios. Así, han surgido todo tipo de nuevas alternativas, como asistentes virtuales, personal shoppers, servicios de reserva de restaurantes, y hasta pagar sus compras a través de un SMS.

 

Las ventajas de esta plataforma

Desarrollar nuevos servicios sobre la mensajería de texto tiene múltiples ventajas. Por un lado se trata de una tecnología sencilla que es compatible con cualquier tipo de teléfono, y que puede ser utilizada desde múltiples aplicaciones. Hace más de dos años Hangouts, el mensajero instantáneo de Google, y recientemente Facebook Messenger, han comenzado a incorporar la posibilidad de combinar mensajes de texto con los mensajes enviados a través de sus aplicaciones en un solo lugar. Pero incluso si un nuevo servicio decide utilizar un mensajero popular, como WhatsApp, su alcance sería mucho mayor al que podría desarrollar con una aplicación propia, la cual indefectiblemente dejaría de lado a usuarios de múltiples sistemas operativos menores, y de feature phones para los cuales muchas veces no es posible (o no tiene sentido) desarrollar apps complejas, pero para los que este mensajero sí se encuentra disponible. El SMS, además, no requiere de cobertura de datos, por lo que puede ser utilizado incluso cuando hay muy poca señal y en las redes más antiguas.

Al mismo tiempo, lanzar un servicio que se vale de la mensajería permite lanzar de manera veloz, y a menor costo, al no precisar del desarrollo de una aplicación móvil o de un sitio web complejo.

Finalmente, cuenta con la enorme ventaja de facilitar el proceso de adquisición de usuarios. Y es que, lejos de tener que bajar una app o visitar un sitio web y luego suscribirse, éstos simplemente deben agregar un número de teléfono a su agenda y comenzar a utilizar el servicio. La simpleza de este proceso variará de acuerdo con la naturaleza de cada servicio, pero en reglas generales plantea barreras de entrada más bajas que otras alternativas más tradicionales.

Es por eso que, a pesar de carecer de sofisticación tecnológica, existe un pequeño grupo de startups que han comenzado a desarrollar sus negocios sobre estas plataformas de mensajería.

 

Algunos casos icónicos

Magic: un asistente todopoderoso

magic

Magic es un asistente virtual cuyo objetivo es resolver cualquier tipo de compra o requerimiento que pueda tener un usuario. Su funcionamiento es sencillo, sólo basta con enviar la palabra “Magic” al 83489 para comenzar a hablar con un operador de la compañía. Estos operadores ayudarán al usuario a obtener lo que necesite, siempre y cuando se trate de una mercancía o servicio legal. Así, por ejemplo, es posible pedirle a Magic que busque y reserve un vuelo en un determinado día y horario; que encargue y le envíe chocolates a una determinada persona el día de los enamorados; o que nos compre un determinado pantalón que está en oferta en una tienda específica y nos lo envíe. La compañía se compromete a cumplir con el pedido de la manera más rápida y barata posible.

Hablar con Magic es gratis, pero para realizar compras el usuario debe cargar una tarjeta de crédito, la cual se carga a través de un link enviado por el operador antes de hacer cualquier compra. La empresa cobrará el precio del producto y el envio más una pequeña propina.

Recientemente Magic lanzó su servicio Magic+, el cual permite hacer compras más complejas, como contratar un itinerario completo de viaje, o reservar un Jet privado; o hasta tener un asistente full time para organizar un casamiento o un evento corporativo. A diferencia del servicio básico, esta opción tiene un costo de $100 dólares por hora.

 

Cloe: la mejor forma de encontrar atracciones cercanas

Cloe es otro servicio que permite utilizar mensajes de texto para contactarse con un equipo de expertos a los que se les puede pedir consejos y direcciones a la hora de salir. Así, esta “app” permite descubrir restaurantes, comercios, museos, y atracciones turísticas haciendo preguntas como “¿dónde puedo comer comida china en x barrio?”.

A diferencia de Google Now o Siri, Cloe nos recomendará un solo lugar, pero nos dará información mucho más profunda y detallada, con un toque más humano.

Así como estas, muchas otras compañías han comenzado a utilizar el SMS como plataforma para ofrecer sus servicios. Otras, que ya cuentan con aplicaciones propias y más complejas, también han comenzado a valerse de este canal para agregar valor a sus servicios. Un ejemplo de esto es Tab, una app de reserva y pago de restaurantes canadiense, la cual recientemente habilitó un número por el que los usuarios pueden hacer lo mismo que en la aplicación, pero hablando con un representante por mensajes de texto.

 

Otras empresas han empezado a usar este canal para ofrecer servicio de atención al cliente. Tal es el caso del sistema de alquiler temporario de automóviles Zipcar, así como de muchas líneas aéreas, que envían notificaciones sobre el estado de sus vuelos por ese medio.

La industria móvil podrá destacarse por su evolución permanente, pero a veces las herramientas más antiguas son capaces de funcionar como una plataforma muy eficiente para construir nuevos negocios, o para agregarle valor a otros que ya existen. Después de todo, innovar no implica inventar algo nuevo, sino que utilizar aquello que ya existe de manera más original.