OPERA: EL NAVEGADOR QUE SUPO CONQUISTAR A LOS USUARIOS DE MENORES RECURSOS

En un mundo en el que la innovación se mide por el poder y la capacidad de los nuevos dispositivos, y por la velocidad y recursos que consumen las más recientes aplicaciones, existe una compañía que supo crecer y desarrollarse —y a la vez convertirse en una de las más competitivas y creativas del mercado—, apuntando a un segmento de consumidores para quienes lo nuevo siempre pareció lejano. Es decir, para aquellos usuarios de menores recursos, ubicados en la base de la pirámide, quienes no tienen acceso a los smartphones más poderosos, ni a los planes de datos que permiten desatar todo su potencial. Fue así que esta empresa noruega demostró que es posible generar negocios sustentables y de gran rentabilidad trabajando con nichos que, a primera vista, pueden parecer poco atractivos o incapaces de resultar rentables para una empresa de tecnología. Estamos hablando de Opera Software, la compañía detrás de uno de los navegadores móviles más populares en el planeta, y una de las líderes en su campo en la industria móvil.

Nacida en 1994 como un proyecto interno de Telenor —la mayor operadora de su país, y una de las principales de Escandinavia—, Opera Software se constituyó como una empresa independiente en 1995 con el objetivo de comenzar a competir en el negocio de los navegadores. Diez años después, en 2005, la compañía lanzó la primera versión de Opera Mini, su navegador diseñado para teléfonos móviles. Aunque en principio se trató de un producto cerrado, al poco tiempo éste se abrió al mercado general y comenzó a recorrer el camino que lo convertiría en uno de los más populares browsers en el mundo.

La característica principal de esta aplicación es que, a diferencia de otros navegadores como el Chrome o el Safari, los cuales descargan el contenido de las distintas páginas web al dispositivo antes de mostrarlas, el Opera Mini descarga el contenido de cualquier página visitada por el usuario en sus servidores y la comprime antes de enviarle la información. De esta forma logra reducir hasta en un 90% la cantidad de datos transferidos hacia el usuario, lo cual resulta vital para aquellas personas que cuentan con paquetes de datos limitados, y que deben prestar atención al consumo. Al mismo tiempo, este proceso tiene un impacto significativo en la performance de los teléfonos, los cuales cargan el contenido más rápidamente y generan una experiencia de usuario más amigable, sobre todo en dispositivos de baja gama, o en feature phones que no cuentan con todas las prestaciones de un teléfono inteligente más moderno.

Es por esto que con Mini Opera ha logrado alcanzar una base de más de 250 millones de usuarios a nivel mundial, lo cual representa al 11,6% de cuota de mercado entre los usuarios de navegadores móviles, un segmento difícil puesto que implica competir con empresas de la talla de Google, la cual incluye el Chrome preinstalado en todos los dispositivos Android; Apple, que hace lo propio con Safari; y Microsoft, que preinstala el Internet Explorer en los teléfonos con Windows Phone, un sistema operativo popular entre los usuarios de gama baja y media, sobre todo en América Latina.

Este navegador también está disponible para éstos y otros sistemas operativos, incluyendo BlackBerry, distintas versiones de Symbian, y casi 60 sistemas operativos en total, muchos de ellos utilizados en equipos de conectividad muy limitada, lo cual lo vuelve verdaderamente multiplataforma. A partir de este año, además, Opera Mini se ha convertido el navegador predeterminado en los teléfonos Asha, los smartphones de gama baja fabricados por Microsoft bajo la marca Nokia, los cuales buscan ofrecer una buena performance a bajo costo.

 

Un modelo de negocios adaptado a los usuarios de menos recursos

Lo más interesante del caso Opera, sin embargo, es su peculiar modelo de negocios, el cual lo vuelve un caso único y diferente al de otros navegadores como el chino UC Browser, que poseen las mismas características (aunque es de uso limitado para teléfonos inteligentes).  

Por un lado, esta compañía ha firmado acuerdos con más de cien operadoras móviles a nivel mundial —especialmente en mercados menos desarrollados—, las cuales en el largo plazo se benefician dado que la buena experiencia en el navegador les abre las puertas a millones de usuarios al uso de Internet en sus teléfonos, y los incita a consumir cada vez más datos. Al mismo tiempo, Opera cerró acuerdos especiales con operadoras como Airtel, Vodafone e Idea en India para desarrollar el “Opera web pass”, un sistema que permite que los usuarios contraten paquetes de datos cuando los necesiten. De esta manera, cuando un usuario lanza el Opera Mini en su teléfono, éste le da la opción de comprar una cierta cantidad de datos, o de contratar datos ilimitados por una cierta cantidad de tiempo, los cuales se pueden utilizar exclusivamente desde este navegador.  Como alternativa, el browser permite navegar de manera gratuita a cambio de mostrar ads en una parte de la pantalla. De esta manera, Opera ayuda a las operadoras a potenciar el uso de datos dentro de sus redes, y a los usuarios a maximizar su experiencia obteniendo una mayor cantidad de contenido a menor precio, y de manera conveniente y amigable.

Imagen Opera

 

Otra innovación inteligente llevada a cabo por la compañía fue el lanzamiento de su propia tienda de aplicaciones, la Opera Mobile Store. La misma puede ser utilizada desde cualquier dispositivo, y muestra solamente las apps compatibles con el sistema operativo y el hardware del mismo. A diferencia de lo que ocurre con otras tiendas de aplicaciones lanzadas, por ejemplo, por las distintas operadoras, el marketplace de Opera obtiene ingresos no por la utilización de los datos, sino a partir de obtener un porcentaje de la facturación generada por cada aplicación, independientemente de su modelo de negocios.

De esta manera, Opera ha logrado no solamente monetizar su producto más importante en mercados donde la mayor parte de los usuarios son prepagos, no utilizan teléfonos sofisticados, y cuentan con presupuestos limitados, sino que ha logrado obtener ingresos de parte de las operadoras, las cuales se valen de sus características para fomentar el uso de los datos en sus redes. Al mismo tiempo, estas innovaciones están ayudando a millones de personas en mercados como India, el sudeste asiático y América Latina a ingresar al mundo de la red, y a comenzar a disfrutar de servicios que, de otra manera, no podrían utilizar.

Esto demuestra que no es necesario estar siempre a la vanguardia en términos tecnológicos, ni desarrollar modelos de negocio basados exclusivamente en la venta de un producto o servicio al usuario, para poder obtener rentabilidad en el mundo móvil; y que los segmentos de menores ingresos y acceso a la última tecnología, y a herramientas financieras sofisticadas, también pueden resultar un público atractivo y rentable, para quienes desarrollar nuevas aplicaciones.