¿POR QUÉ EL ROAMING INTERNACIONAL TAL Y COMO LO CONOCEMOS ESTÁ TENDIENDO A DESAPARECER?

Hace pocos días veíamos los motivos por los que el roaming —es decir, el servicio de voz, datos y mensajería móvil en el exterior— es notablemente más caro que los mismos servicios a nivel local. Hoy veremos por qué esto resulta cada vez menos relevante para los consumidores quienes, cada vez en mayor medida, encuentran alternativas a la oferta de sus operadoras. Esto está llevando a que, gradualmente, estas empresas comiencen a encontrar maneras más eficientes —y bastante más baratas— de proveer estos servicios. Sin embargo, hasta que éstos bajen a un nivel de precio razonable, vale la pena considerar otras opciones para hablar, enviar mensajes, navegar por Internet, y utilizar aplicaciones en el extranjero sin pagar las altas tasas que proponen las compañías telefónicas.

A continuación veremos cuáles son los mejores mecanismos para comunicarse en otros países a precios notablemente más bajos que los disponibles a través de los servicios de roaming.

 

Las SIM cards de viaje son cada vez más baratas

Una de las primeras opciones a la hora de pensar en utilizar un móvil en el extranjero, es recurrir a una SIM card internacional. Estos chips permiten contratar líneas que funcionan en prácticamente todos los países del mundo, en los que es posible hablar, enviar mensajes, recibir llamados, y utilizar servicios de datos a precios más bajos que los ofrecidos por las operadoras tradicionales a través de sus servicios de roaming.

Al contratar uno de estos servicios, los usuarios obtienen uno o más números de teléfono, generalmente pertenecientes a los Estados Unidos o Europa, al que pueden desviar los llamados que reciben en su línea tradicional, para así poder recibir comunicaciones normalmente. Lo recomendable, en estos casos, es contar con un servicio que provea un número local del país en el que vive el usuario, puesto que de otra forma el desvío de la llamada puede acarrear el costo de un llamado internacional. Al mismo tiempo, el usuario debe contar con un teléfono móvil desbloqueado y compatible con la red del país que desea visitar, ya que de otra manera éste no funcionará en el lugar de destino.

Si bien son convenientes, este tipo de servicios no resultan baratos. Su principal ventaja es que se pueden contratar a través de Internet, y permiten viajar a múltiples destinos con una misma tarjeta SIM, un mismo número, y una única factura o recarga previa al viaje. Sin embargo, si la idea es ahorrar dinero y gastar lo menos posible, hay mejores opciones.

 

Las operadoras virtuales facilitan la contratación de líneas temporales y paquetes de datos

Una alternativa relativamente reciente tiene que ver con la posibilidad de contratar una línea prepaga ofrecida por una operadora local. Esta es, posiblemente, la mejor alternativa para los usuarios que desean tener servicio de voz, datos y mensajes, a precio local. Al mismo tiempo, al tratarse de servicios ofrecidos por operadoras locales, en general incluyen navegación a la máxima velocidad disponible y buena cobertura en todo el territorio de destino.

A diferencia de lo que ocurre con las tarjetas SIM internacionales, sin embargo,  en la mayoría de los casos este tipo de líneas no pueden contratarse a través de Internet, y requieren que el usuario se acerque a un punto de venta de alguna operadora en su destino, y adquiera una línea prepaga que incluya todo lo que necesita. Si bien muchas operadoras ofrecen este tipo de líneas, en general lo más conveniente es recurrir a una MVNO —es decir, a una operadora virtual, como Tuenti en Argentina, o Virgin Mobile en otros mercados latinoamericanos— ya que éstas suelen ofrecer paquetes muy completos, que incluyen una gran cantidad de datos, a precios más bajos. Al mismo tiempo, la mayoría de estos servicios no requieren de ningún tipo de suscripción y pueden ser contratados en el momento en todo tipo de locales y puntos de recarga.

Así como en el caso de las tarjetas SIM internacionales, utilizar este servicio requiere de un teléfono móvil liberado, compatible con las bandas de la operadora seleccionada. Una desventaja en comparación con el otro servicio, es que no es tan fácil desviar las llamadas al nuevo número telefónico, y hacerlo tendrá el costo de un llamado internacional, por lo que no resulta recomendable.

Es por eso que esta alternativa es ideal para aquellas personas que deseen utilizar servicios de datos y realizar llamadas locales en sus destinos, pero no para aquellas que necesitan comunicarse por teléfono con sus países de origen. A no ser que utilicen una aplicación para hacerlo.

 

Cada vez más aplicaciones permiten facilitar la comunicación cuando no hay cobertura

En los últimos años ha ocurrido un cambio cultural. A diferencia de lo que sucedía antes, hoy los usuarios recurren a una serie de aplicaciones móviles tales como WhatsApp y Facebook Messenger, entre otras, para manejar la mayoría de sus comunicaciones. Esto ocurre en detrimento de los servicios clásicos de mensajería ofrecidos por las operadoras, lo cual ha facilitado notablemente la comunicación desde el exterior. Y es que, sin importar si el usuario tiene o no acceso a un plan de datos, el uso de redes Wi-Fi es suficiente para poder enviar y recibir mensajes de texto, imágenes, y mensajes de voz. Adicionalmente, gracias a sus últimas actualizaciones, WhatsApp también permite hacer llamados de voz, algo que también es posible con varias otras apps, como Skype, Viber, Line, Facebook, y muchas más.

Esto significa que, salvo que una persona necesite usar intensivamente su teléfono celular durante su estadía en el exterior, no es necesario contratar un plan o una línea de ninguna clase, y es posible valerse de las redes Wi-Fi disponibles en el destino.

Si bien esto perjudica a las operadoras —que han visto afectado su negocio en servicios de valor agregado que, hasta hace poco, les resultaban altamente rentables— muchas han hecho un esfuerzo por adaptarse a la tendencia y ofrecer soluciones convenientes para sus clientes. El caso más paradigmático es el de Movistar, la cual ha lanzado TU Go, una aplicación disponible para todos sus clientes, que permite realizar llamadas IP a través de redes Wi-Fi de manera transparente, sin costo alguno, y utilizando el número de teléfono local en cualquier lugar del mundo.

Otra alternativa es Roamer, una App para Android y iOS que toma el número telefónico del usuario, y le permite recibir llamados cuando se encuentra fuera del país. Esta aplicación funciona tanto si el usuario se encuentra conectado a la red de datos de una operadora local con una línea que no es la propia, como si está en una red Wi-Fi. Lógicamente, el servicio sólo funcionará cuando el dispositivo se encuentre conectado.

Pero si la idea es no utilizar los servicios de voz, y en cambio concentrarse en el servicio de datos, siempre es recomendable acudir a una serie de aplicaciones que ayudarán a bajar los costos, independientemente de la forma de conexión elegida. Estamos hablando de la versión “mini” o “lite” de muchas aplicaciones populares. En primer lugar, cabe destacar el Opera Mini, un navegador que —aunque se encuentra diseñado para smartphones de gama baja y media, o para redes de baja velocidad— permite ahorrar hasta el 90% del consumo de datos, comprimiendo los sitios web a los que accede el usuario. Algo similar sucede con Facebook Lite, la versión simplificada de la App de la red social más popular. Muchas de las apps más utilizadas están desarrollando versiones de bajo consumo para ayudar a sus usuarios con teléfonos menos potentes a poder utilizar sus servicios, y éstas también resultan ideales para ahorrar en el extranjero.

A diferencia de lo que ocurría hace algunos años, los usuarios móviles ya no son cautivos de su operadora cuando viajan al exterior. Especialmente si cuentan con un teléfono liberado. De esta forma, con más alternativas y competencia, solo es cuestión de tiempo para que los cargos de roaming disminuyan o tiendan a desaparecer. E incluso, si eso no ocurriera, hablar y navegar en todo el mundo resulta cada vez más fácil, por lo que contar con un celular resulta una experiencia cada vez más global.

¿ES POSIBLE MEJORAR LOS SERVICIOS DE VOZ?

Desde que comenzó a volverse verdaderamente masiva a principios de la década del 2000, la tecnología móvil avanzó a pasos agigantados. Mucho cambió desde las primeras redes de datos 2G que permitían acceder a “portales móviles” y enviar correos electrónicos, hasta las modernas redes 4G en las que es posible ver películas en 4K en la pantalla del teléfono sin interrupciones, entre otros cientos de avances. Sin embargo, existe algo que no varió demasiado y que —aunque hoy parezca un servicio complementario— en un principio constituía la razón principal por la que las personas adquirían un celular. Estamos hablando de las llamadas de voz.

Más allá de los cambios en la tecnología, de la ampliación de las zonas de cobertura, y de los cambios físicos en los dispositivos, la experiencia de hablar por teléfono hoy en día es muy parecida a la que experimentaba cualquier usuario en 1990. O, en realidad, un poco peor. Y es que la congestión en las redes genera un problema al que todos nos hemos acostumbrado, y es que los servicios de voz andan mal. Las llamadas se cortan o se interrumpen, la calidad de la llamada no es consistente a lo largo de toda la conversación, y muchas veces nos encontramos hablando con una voz robótica que resulta imposible de decodificar. Pero esto puede cambiar.

El despliegue de las redes 4G LTE ofrece perspectivas prometedoras que permitirán que, en el futuro cercano, podamos hacer llamadas en HD, que no se corten, y que mantengan un alto estándar de calidad. Esto es posible gracias a un protocolo llamado Voice Over LTE, o VoLTE, el cual implica la utilización de parte del espectro destinado a las redes de datos 4G para canalizar llamados telefónicos.

De esta manera, las telefónicas pueden complementar sus redes de voz actuales, construidas sobre tecnologías 2G y 3G con nuevos canales de mayor ancho de banda capaces de descongestionar las primeras y ofrecerle una mucho mejor experiencia a un gran número de usuarios. Así, entre otras ventajas, es posible ofrecer una mejor calidad de llamadas y evitar los cortes para todos los usuarios.

Asimismo, gracias a la gran velocidad desplegada por las redes 4G, la latencia en las llamadas es menor, y la conexión se establece de manera casi inmediata. Esto significa el fin de las esperas y los silencios antes de que comience la comunicación.

Pero esto no es todo. Esta tecnología permite llevar la alta definición a las llamadas convencionales. Esto se debe a que, a diferencia de lo que ocurre hasta ahora —cuando las llamadas de voz limitan la frecuencia de la llamada entre los 30Hz y los 3,4kHz— las llamadas HD sobre VoLTE transmiten un rango que va desde los 50Hz hasta los 7 kHz, mucho más parecido al rango de la voz humana que opera entre los 75 Hz y los 14 kHz. Adicionalmente, este servicio toma el doble de muestras de audio por segundo que una llamada normal, lo que eleva notablemente la calidad.

Este servicio, sin embargo, no resulta del todo novedoso. Distintas Apps como Skype ya toman la voz en este rango y ofrecen llamadas en alta definición. Es por eso que al hablar por este sistema, y otros similares, nos escuchamos mejor y con un registro más natural.

Al mismo tiempo, el mayor ancho de banda disponible para la realización de llamadas permitirá implementar mejores servicios de teleconferencia y llamadas de video, algo hasta ahora realizado principalmente con aplicaciones de terceros. Esto, siempre y cuando las operadoras decidan implementarlo, puesto que el despliegue de esta tecnología no implica necesariamente la creación de más servicios, ni la mejora de los servicios de voz.

Otro tema a considerar es que no todos los equipos son capaces de soportar este tipo de llamadas. Para utilizar esta red es necesario que el celular posea una antena 4G compatible con la red del país, y la capacidad de realizar y recibir llamadas en HD. Hoy existen un total de 75 modelos compatibles, la mayoría de ellos de alta gama.

 

La llegada de los servicios VoLTE a la región

De acuerdo con GSMA, asociación que está impulsando activamente la adopción de esta tecnología, hoy existen 36 operadoras en 23 mercados ofreciendo este servicio. Entre ellos se destacan tres de las cuatro grandes operadoras estadounidenses, y al menos una empresa en Canadá, Portugal, España, Italia, el Reino Unido, China, Rusia, Australia y Sudáfrica, entre otros. Pero esta cifra podría crecer rápidamente, puesto que ya existen 418 operadoras en 143 países que cuentan con cobertura 4G LTE en al menos parte del territorio, incluidas las tres principales operadoras argentinas.

En nuestro país, sin embargo, existe un desafío para la adopción de esta tecnología. Y es que, a pesar de que existen redes 4G LTE cada vez más amplias, las operadoras necesitan una mayor porción del espectro radioeléctrico para poder suplir la demanda del servicio de datos, y para poder expandir los servicios disponibles.

Esta es una problemática que comparten varios países de la región. Sin embargo, la operadora colombiana Avantel será la primera en ofrecer VoLTE en América Latina. Para ello, la compañía firmó un acuerdo con Nokia, para desplegar una infraestructura que permita dar este servicio y complementar la cobertura con las redes existentes, de forma tal de mejorar la calidad de las llamadas y evitar los cortes cuando se sale del área de cobertura. Si el plan resulta exitoso, otras operadoras de la región podrían imitarla.

 

Voice over Wi-Fi: un complemento para esta tecnología

Además de implementar sistemas de VoLTE muchas operadoras se están volcando por una nueva tecnología complementaria que permite ampliar la cobertura del servicio y garantizar buenas comunicaciones, incluso en las situaciones más adversas. Llamada VoWiFi esta tecnología permite establecer llamados de voz sin el uso de aplicaciones externas a través de redes inalámbricas caseras o comerciales. De esta manera, las operadoras pueden garantizar un buen servicio en el interior de casas y edificios, lugares donde a veces la señal está lejos de ser óptima. Al mismo tiempo, pueden expandir la cobertura a áreas donde no llegan con sus redes.

Esta tecnología es relativamente fácil de implementar dado que no requiere agregados en el hardware de los teléfonos móviles, sino simplemente una actualización de software, ya que aprovecha los mismos protocolos que los servicios de VoLTE, y la antena WiFi instalada en el teléfono. De todas formas, este sistema representa también un riesgo, dado que las operadoras móviles no tienen control sobre la velocidad o calidad de las redes a las que se pueden llegar a conectar los usuarios, dando lugar a potenciales fallas que no poseen la capacidad de resolver.

Esto, sin embargo, no detuvo a empresas como Google que utilizan activamente esta tecnología en su Project Fi, la operadora virtual operada por la empresa para los usuarios de teléfonos Nexus, la cual se apoya en redes 4G LTE, 3G de distintas empresas, y en redes locales WiFi para dar servicios de voz y datos.

A pesar de que por muchos años no registraron mayores innovaciones, los servicios de voz prometen un salto de calidad que hará que la comunicación sea más clara y confiable. La tecnología ya existe. Sólo faltan tiempo, inversión, y el marco regulatorio correcto para poder implementarla.

AMÉRICA LATINA ES LA REGIÓN EN LA QUE MÁS CRECERÁ EL CONSUMO DE DATOS MÓVILES

Los datos son el servicio móvil que más está creciendo en todo el mundo. De acuerdo con la consultora Gartner en 2015 el tráfico global de datos a través de redes móviles alcanzará los 52 millones de terabytes, lo que significa un crecimiento del 59% con respecto a 2014, superando todas las expectativas y proyecciones que estimaban esa cifra en 50 millones de TB para este año. Y este es apenas el comienzo. Durante los próximos años se espera que el consumo de datos continúe creciendo de manera exponencial.

América Latina no es la excepción, y si bien todavía representa una pequeña porción de la torta global, de acuerdo con GSMA, el tráfico de datos a nivel regional crecerá a mayor velocidad que en cualquier otra parte del mundo.

Es por eso que hoy buscaremos conocer con mayor profundidad el mercado de los datos móviles, y comprender algunas de sus principales características de aquí a los próximos años.

El móvil ya es el principal canal de acceso a la banda ancha en la región

Si bien, como mencionábamos anteriormente, el consumo de datos móviles en América Latina todavía es bajo si lo comparamos con otras regiones —de acuerdo con GSMA, el tráfico de datos a nivel regional en 2015 se proyecta en unos 3,7 millones TB de información anuales, lo que equivale al 7,1% del tráfico mundial— este canal constituye el principal modo por el que los latinoamericanos se conectan a la red a través de la banda ancha.

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Esto se debe, en gran parte, a que las conexiones móviles han sobrepasado a las fijas en prácticamente todo el mundo. Y es porque las primeras suelen ser personales mientras que las de banda ancha fija frecuentemente son familiares o corporativas, con lo que una sola conexión alimenta a varias personas. Pero este fenómeno se ve exacerbado en regiones que, como la nuestra, cuentan con grandes extensiones de tierra y donde la infraestructura móvil, con sus falencias y deficiencias, tiene mayor llegada que las redes de fibra óptica y otras tecnologías de banda ancha fija.

De esta forma, hacia 2013 Brasil contaba con 20,2 millones de conexiones de banda ancha fija, y 111,3 millones de conexiones de banda ancha móvil. México, con 13,6 millones de las primeras, y 35,7 millones de las segundas, y Argentina con 19,5 millones de conexiones móviles y 5,7 millones fijas. Una diferencia sustancial.

A nivel mundial, se espera que esta diferencia se siga pronunciando. De acuerdo con un informe de la Broadband Commission, hacia 2018 las suscripciones a datos móviles a través de smartphones alcanzarán las 5 mil millones a nivel mundial —contra 3,3 mil millones en 2015— y se sumarán otras 600 millones de conexiones a través de módems móviles vinculados a laptops y otros dispositivos.

El consumo de datos se triplicará hacia 2018

La cantidad de dispositivos conectados no es lo único en crecimiento. El tráfico de datos también se encuentra en un momento de expansión explosiva. De acuerdo con Gartner hacia 2018 el volumen de datos transmitidos entre smartphones, tablets y otros aparatos conectados a redes móviles y las antenas se elevará a los 173 millones de TB anuales a nivel mundial, más de tres veces los 52 millones de TB que, como veíamos, han sido record este año.

En nuestra región el crecimiento será un poco más elevado, puesto que se espera que hacia ese año el tráfico de datos alcance los 13,9 millones de TB por año.

Este crecimiento será posible principalmente gracias a dos fenómenos. Por un lado, la disminución del precio de los smartphones, los cuales son cada vez más accesibles y más poderosos, permitiendo que los equipos de baja gama ofrezcan cada vez mejor performance a menor precio. Por otro lado, hay que tener en cuenta la rápida expansión de las redes móviles. De acuerdo con GSMA Intelligence, hoy las redes 3G alcanzan al 78% de la población mundial, y las 4G apenas al 35%. Hacia 2018 este número habrá crecido, y el alcance de la tecnología 3G será del 86%, mientras que la 4G estará disponible para el 56% de la población mundial.

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Al mismo tiempo, se está dando una enorme migración de tecnología, con cada vez más usuarios de 3G adoptando planes y equipos 4G que les permiten maximizar su consumo de datos, pero sobre todo existe una cada vez más rápida adopción de servicios de datos 3G —aunque sea a través de planes prepagos— por parte de millones de usuarios que, hasta ahora, solo tenían acceso a tecnologías 2G.

 

Los usuarios de 4G consumen el triple de datos que los de 3G

De acuerdo con un estudio realizado por Cisco, los dispositivos con capacidad de conectarse a redes 4G generan 37 veces más tráfico de datos que aquellos con conexión 3G. Esto explica la correlación que podemos observar entre la expansión de esta tecnología, y el crecimiento del tráfico de datos a nivel mundial.

Esto ha provocado que la forma de comercializar los planes móviles cambiara radicalmente. Mientras que hasta hace algunos años era frecuente encontrarse con que los usuarios elegían sus planes por la cantidad de minutos y mensajes de texto disponibles, acompañados frecuentemente por datos ilimitados, la ecuación se invirtió y hoy, en los mercados más desarrollados, éstos suelen ofrecer voz y mensajes ilimitados, y el límite está puesto en la cantidad de datos disponibles. Algo similar puede observarse en nuestro país donde, si bien los minutos aún no son ilimitados, se ha vuelto frecuente que los planes pospagos —e incluso algunos prepagos— ofrezcan minutos libres dentro de la misma compañía. En todos los casos, la opción de datos ilimitados ha desaparecido.

Esto se debe a que los datos se han convertido en una gran oportunidad de monetización para las operadoras. En Suecia, por ejemplo, la operadora TeliaSonera —la primera en lanzar servicios 4G en diciembre de 2009— ha observado cómo el consumo de datos promedio por usuario se duplicó entre aquel momento y 2014, lo que llevó a que hoy más del 15% de sus usuarios alcance el límite de datos antes del final del mes, el 80% de los cuales prefiere subir de plan y pagar más antes que recortar su consumo. De esta forma, esta operadora —así como otras en mercados muy desarrollados— han visto un crecimiento de su facturación promedio por usuario durante los últimos años.

 

El video es el principal motor del consumo de datos

Si bien existen diversos servicios que se valen de los datos móviles, tales como los mensajeros instantáneos como WhatsApp y Line; la navegación web; los servicios de almacenamiento de datos en la nube como Dropbox, Box y Google Drive; los servicios de streaming de música como Spotify; y las aplicaciones de juegos, existe un servicio en particular que es responsable por el grueso del incremento en el tráfico de datos. Se trata del streaming de video.

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De acuerdo con Ericsson Consumer Research, este servicio crecerá a una tasa interanual del 66% hasta 2019, un número mayor al 57% al que crece el consumo total de datos. Esto se debe a que, además de incrementarse la cantidad de contenidos en video vistos por los usuarios en sus dispositivos móviles, tanto la longitud como la calidad de los mismos es cada vez mayor, lo que implica un consumo mayor de datos.

Como hemos visto, los datos se han convertido en la clave alrededor de la cual ha comenzado a girar el negocio móvil, y en breve serán responsables del grueso de la facturación para las operadoras en todo el mundo; así como una gran oportunidad para todo tipo de nuevos negocios y nuevas aplicaciones capaces de ofrecer toda clase de servicios a miles de millones de personas cada vez más conectadas.

¿DEBEN LAS OPERADORAS LANZAR SUS PROPIAS TIENDAS DE APLICACIONES?

El 10 de julio de 2008 fue un punto de pivot en la historia de la industria móvil. Ese día Apple lanzó la primera versión de su App Store, la cual permitía ampliar las capacidades de su segundo teléfono, el iPhone 3G mediante la instalación de aplicaciones desarrolladas por la compañía y, en especial, por terceros. Pero no fue esta capacidad de mejorar las prestaciones de sus dispositivos lo que hizo de esta tienda de aplicaciones algo significativo. Lo que verdaderamente cambió la industria para siempre fue el hecho de que la compañía de Steve Jobs comenzaba a apropiarse de un negocio que, hasta entonces, siempre había estado en manos de las operadoras: el de la venta de contenidos, y el de la gestión de todos los servicios de valor agregado.

Esto fue posible gracias a que, por primera vez, los teléfonos comenzaban a contar con conexiones de datos que les permitían conectarse a Internet sin ninguna restricción; ventaja que aprovechó Apple para concentrar las gestiones del App Store de su lado, y convertirse en el único canal mediante el cual los usuarios pueden adquirir las aplicaciones para sus teléfonos, cobrando un 30% de comisión en cada venta. Hasta ese momento, los pocos contenidos que permitían ampliar la experiencia que ofrecía un teléfono —prestaciones como fondos de pantalla, ringtones, y juegos muy sencillos— eran vendidos directamente por las operadoras, o por agregadores de contenidos que se conectaban a sus redes y compartían con éstas las ganancias. Si bien este modelo hoy sigue vigente, su magnitud palidece frente al mercado de las aplicaciones.

Y es que, pocos meses después del lanzamiento del App Store, Google replicó el modelo en su Android Market (hoy Google Play), y Blackberry y Nokia hicieron lo propio, lanzando sus propias tiendas y concentrando el negocio de su lado, arrebatándole una potencial fuente de ingreso enorme a las operadoras móviles. De acuerdo con la consultora Gardtner, hacia 2017 se habrán bajado un total de 268 mil millones de aplicaciones móviles a través de todos estos canales, lo que habrá representado una facturación total de $77 mil millones de dólares. La mayoría de éstos quedará del lado de los desarrolladores y de un puñado de empresas como Apple, Google, Microsoft, y en menor medida Samsung y Amazon, y virtualmente nada quedará en mano de las operadoras; éstas operan simplemente como una autopista a través de la cual ocurren las transacciones, facturando solamente por el uso de sus planes de datos.

Es por esto que las operadoras han comenzado a replantearse su rol en este negocio, y a trabajar en opciones que les permitan volver a tomar un rol activo en la distribución del contenido. Una de estas opciones es lanzar sus propias tiendas de aplicaciones.

 

Tiendas propias de las operadoras

Lanzar sus propias tiendas resulta una posibilidad muy atractiva para las operadoras. Y es que, con millones de usuarios, y el control de la venta de gran parte de los equipos del mercado, las operadoras tienen un enorme público con el que tienen un canal directo de comunicación, y al que podrían venderle contenido y aplicaciones de todos los tipos, llevándose ellas ese 30% de comisión —o una cifra similar— sin entregarle el negocio a otras compañías. Al mismo tiempo, esto las ayudaría a incentivar un mayor uso de los teléfonos por parte de los usuarios, apalancando sus servicios de datos y banda ancha móvil.

Es por este motivo que entre 2011 y 2012 la operadora europea Vodafone realizó una alianza estratégica con AT&T, Deutsche Telekom, Verizon y Telefónica para crear una tienda de aplicaciones conjunta que tuviera un volumen significativo y les permitiera a los desarrolladores subir sus aplicaciones y llegar a los clientes de todas ellas. Esta iniciativa, sin embargo, fracasó.

Los motivos por los que éste y otros intentos por parte de operadoras de todo el mundo de crear sus propias tiendas fracasaron son varios, pero tienen que ver principalmente con que no lograron atraer la atención del público, al mismo tiempo que no pudieron ganarse la confianza de los desarrolladores, un campo en el que tanto Google como Apple y Microsoft invierten fuertemente. Pero quizás el mayor problema fue que llegaron tarde, y no ofrecieron una mejor solución para los usuarios que las ya existentes y muy bien integradas a los sistemas operativos de los teléfonos. Es decir, no pudieron hacer un mejor trabajo u ofrecer una mejor experiencia que Google Play, o el App Store.

Esto no significa que este concepto esté muerto. Este año, las tres principales operadoras de Corea del Sur, KT, SK Telecom y LG U+ anunciaron que se unirían para lanzar una tienda de aplicaciones común a las tres compañías, que atacará específicamente al mercado de su país, y que buscará constituirse como una alternativa a otras tiendas. Esta iniciativa, a diferencia de la encarada por Vodafone, cuenta con varias ventajas. Por un lado, al ocuparse de un único mercado, les permite a los desarrolladores de aplicaciones orientadas al mercado local contar con una vidriera que llegue exclusivamente al público coreano, lo cual puede suponer una ventaja con respecto a otras tiendas. Al mismo tiempo, las operadoras se han propuesto bajar las barreras de entrada para los desarrolladores y ofrecer una experiencia simple desde el punto de vista tecnológico, algo muy posible teniendo en cuenta que una de estas operadoras pertenece nada menos que a LG, una de los principales fabricantes de teléfonos Android en el mundo, y el principal socio de Google a la hora de fabricar teléfonos de la línea Nexus.

Llamada One Store, esta tienda fue lanzada el 3 de junio, y en sólo dos meses ya lleva distribuidas más de 150 millones de aplicaciones, que fueron bajadas por más de 11,1 millones de usuarios.

 

Carrier Billing, una oportunidad de integrarse a las tiendas más populares

Como hemos visto, el desarrollo de una tienda propia para las operadoras no resulta sencillo, y está repleto de desafíos. Sin embargo, el crecimiento de la adopción de los smartphones, potenciada en nuestra región por la mayor disponibilidad de dispositivos de gran calidad en las gamas media y baja, trae aparejada una oportunidad. Se trata del carrier billing.

América Latina —así como otros mercados alrededor del mundo— tiene un índice bajo de bancarización. En Argentina, por ejemplo, solamente el 33,1% de los adultos posee una cuenta bancaria, y apenas el 29,8% tiene acceso a herramientas financieras como tarjetas de crédito. Esto significa que, aunque crezca el mercado de los teléfonos inteligentes, compañías como Apple, Google y Microsoft son incapaces de monetizar sus tiendas de aplicaciones entre los nuevos usuarios, porque éstos no disponen de un método para comprar aplicaciones pagas, ni para hacer compras dentro de la aplicación. Es por eso que deben buscar una nueva alternativa. Y esta alternativa, recae en las operadoras.

Y es que, si bien gran parte de los nuevos usuarios no cuentan con servicios bancarios, todos ellos ya tienen una relación con las operadoras, a las cuales o bien les pagan un plan mensual, o les compran minutos y packs de datos a través de recargas. El carrier billing —es decir, la posibilidad de cobrar a través de la factura, o deduciendo del crédito de una recarga— es un mecanismo que les permite a las tiendas de aplicaciones venderles sus apps y otros contenidos a los usuarios permitiendo que éstos paguen a través de las operadoras, las cuales a su vez cobran una comisión de entre el 25% y el 40% por sus servicios como intermediarias.

Este camino —si bien menos rentable que una tienda propia— resulta una gran oportunidad, porque les permite a las telcos comenzar a participar de un negocio que, hasta ahora, les resultaba esquivo sin tener que tomarse la molestia de abrir una nueva línea de negocios y luchar contra los titanes del mundo del software por la atención de los usuarios. Una pelea que parecía muy difícil de ganar. Y la magnitud del negocio es enorme. De acuerdo con BI Intelligence, hacia 2017 se habrán comprado unos $13 mil millones de dólares en aplicaciones móviles a nivel mundial pagando con este sistema.

Al mismo tiempo, esto le abre las puertas a millones de usuarios a consumir contenidos tan variados como juegos, aplicaciones de todas las categorías, y hasta libros, películas y música, pagando de una manera que les resulta predecible, segura y conocida, y accesible incluso si no cuentan con una tarjeta de crédito, una cuenta bancaria, o alguna otra herramienta financiera.

Es innegable que el contenido es una pieza cada vez más importante del negocio móvil y, de una forma u otra, las operadoras han encontrado una manera de participar.

EL MÓVIL ES LA MEJOR ALTERNATIVA PARA CONECTAR EL MUNDO

Aunque para muchos de nosotros ya forma parte de nuestra vida cotidiana, y nos cuesta imaginar un mundo en el que no exista, Internet no es —todavía— una herramienta que esté al alcance del total de la población mundial. De hecho, de acuerdo con datos de la International Telecommunications Union, hacia julio de 2014 apenas 2.925 millones de personas —es decir, un 40,4% de la población mundial— tenía acceso a la red. Y aunque esta cifra creció un 7,9% ese año, la realidad es que lentamente se está desacelerando. Es por esa razón que son cada vez más las iniciativas que se proponen llevar Internet al casi 60% de la población mundial que todavía no está conectada.

Compañías como Google, Microsoft y Facebook han comenzado a trabajar, cada una en sus propios planes. Y si bien su interés en lograr este objetivo no es puramente altruista —puesto que, habiendo alcanzado niveles de penetración casi totales con sus productos, la única alternativa que tienen para seguir creciendo a grandes tasas es que se incremente la base de usuarios de Internet—  sus esfuerzos pueden resultar muy positivos para llevar todo tipo de servicios, crecimiento económico, nuevos conocimientos y oportunidades a poblaciones que hoy se encuentran postergadas. Y si bien las ideas en las que ha comenzado a trabajar cada uno de estos titanes, así como otras organizaciones interesadas en llevar la red a nuevos usuarios, son bastante diferentes entre sí, todas tienen algo en común: el móvil es protagonista.

 

Internet.org, el proyecto de Facebook

Lanzada en 2013 en conjunto con Samsung, Nokia, Qualcomm, Ericsson, Opera y Mediatek, esta iniciativa —probablemente la más global en este sentido— se propone conectar a todos los pobladores del mundo a Internet durante las próximas décadas. Para hacerlo no existe un plan específico, sino el apoyo a distintos proyectos y la creación de un laboratorio de ideas donde se trabaja con desarrolladores, para ayudarlos a comprender las peculiaridades de cada región y así ayudarlos a adaptar sus productos para que siempre funcionen bien.

El objetivo de Internet.org es trabajar sobre todas las limitaciones que impiden que gran parte de la población esté conectada. Es decir, cuestiones como el elevado precio de los dispositivos y de los planes de voz y datos, la escasa o deficiente infraestructura en muchas regiones, y la falta de contenido y aplicaciones en distintos idiomas, entre otras.

Este proyecto tiene, incluso desde sus primeras etapas, un enorme foco en el móvil. Y es que esta tecnología es la que mayores posibilidades tiene de resolver todos estos problemas. Por un lado, es más fácil y barato cubrir grandes extensiones con redes móviles que con conexiones por fibra óptica. Al mismo tiempo, los dispositivos como smartphones o feature phones, resultan más accesibles que las computadoras portátiles o de escritorio, y más versátiles a la hora de mostrar información.

Es por todos estos motivos que el primer lanzamiento generado por esta iniciativa fue, justamente, una aplicación móvil. Lanzada en un principio en Zambia, y luego en Kenya, Ghana, Tanzania, India y en Colombia, esta app les permite a sus usuarios acceder a una serie de servicios tales como AccuWeather, el cual permite conocer el estado del tiempo, las noticias de la BBC, Wikipedia, UNICEF, Google Search y, por supuesto, Facebook y Facebook Messenger, sin cargo alguno conectándose a través de las redes de distintas operadoras locales. La intención detrás de esta aplicación es llevar información útil y un nuevo modo de comunicarse a millones de personas que hoy se encuentran desconectadas.

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Sin embargo todavía existen varios problemas, y es que para poder utilizar una aplicación como esta son necesarios un smartphone —un dispositivo del que la mayoría de los usuarios todavía carece— y acceso a una red móvil capaz de transmitir datos, aunque sea a velocidades 2G, con cobertura en su zona de residencia. Mientras Facebook y sus socios trabajan en esos problemas, otros proyectos buscan resolverlos.

 

Firefox OS, una solución fallida al alto precio de los dispositivos

La posibilidad de acceder a smartphones de calidad, capaces de conectarse a Internet y ofrecer una buena experiencia está, hoy, alejada del presupuesto de gran parte de la población mundial. Y es que en países donde el salario anual apenas roza los $300, los $500 o los $1.000 dólares es impensable que una persona pueda invertir $200 o $700 dólares en un dispositivo. De hecho, en mercados como India —donde el salario promedio es de $1.570 dólares anuales— un teléfono como los Android One, disponibles por $100 resulta inaccesible para cientos de millones de personas.  Es por eso que la fundación Mozilla se propuso resolver esto creando dispositivos aún más baratos. Y por un tiempo lo logró.

A principios de 2014 la fundación anunció que buscaría desarrollar un teléfono inteligente que costara para los usuarios solamente $25 dólares, y que permitiera llevarle esta tecnología a millones de personas que hoy no cuentan con un teléfono, o que todavía utilizan equipos sin conectividad a Internet. Pocos meses después Mozilla anunció el lanzamiento de su primer Smartphone barato, un dispositivo fabricado en conjunto con la compañía india Intex, disponible por solamente $35 dólares libre de contrato. Los resultados, sin embargo, no fueron buenos. Y es que, de acuerdo con Ars Technica, más allá del hardware del dispositivo, el software (Firefox OS, un sistema totalmente construido en HTML 5) resultaba muy deficiente, se colgaba todo el tiempo y era incapaz de ofrecer una experiencia de usuario aceptable.

Es por este tipo de problemas que Mozilla finalmente terminó abandonando el proyecto, y prefirió concentrarse en generar nuevas aplicaciones que permitan bajar los costos para los usuarios, y en producir dispositivos cuya finalidad última no esté dada solamente por el precio bajo, sino también por una experiencia de usuario aceptable.

Esto no significa que el camino hacia un smartphone barato esté terminado. Microsoft, por ejemplo, está haciendo un gran trabajo diseñando dispositivos baratos como su línea Nokia Asha, la cual incluye dispositivos como el Asha 201, lanzado a $67 dólares libre de contrato.  Aunque aún queda un gran camino por recorrer, y dependerá también de las operadoras y los gobiernos colaborar bajando aranceles e impuestos, y ayudando a las personas de menos recursos a adquirir estos dispositivos.

 

Project Loon, una respuesta al problema de la conectividad

Así como Facebook, Google tiene grandes aspiraciones cuando se trata de llevar Internet a todos los rincones de la tierra. Sin embargo, en lugar de concentrarse en resolver la totalidad del problema, esta compañía se enfocó en resolver el problema de la conectividad. Y para hacerlo creó Project Loon.

Este proyecto, aún en etapa experimental, propone lanzar globos aerostáticos a las capas superiores de la estratosfera y utilizarlos como antenas capaces de llevar conexiones 3G y 4G a zonas remotas. Además de constituir un desafío técnico y logístico —dado tanto por la necesidad de colocar a los globos en las posiciones correctas y moverlos por el planeta utilizando las corrientes de aire, como por la necesidad de conectarlos a la red— este proyecto requiere de un enorme trabajo de colaboración con operadoras locales en todo el mundo. Esto se debe a que la intención de Google es compartir las bandas que las distintas operadoras tienen asignadas en cada país, de forma tal de no invadir el espectro radioeléctrico de otros servicios como la televisión digital, y de permitir que los usuarios utilicen los equipos existentes en el país.

En el mismo sentido, Google ha comenzado a experimentar con drones y hasta ha adquirido la compañía Titan Aerospace para mejorar su tecnología.

Así como otros proyectos, el foco de Project Loon es puramente móvil, incluso si propone no utilizar la infraestructura clásica de las redes celulares.

Si bien todas estas iniciativas han atraído atención por parte de grandes compañías, operadoras e inversores, la realidad es que varias de ellas todavía se encuentran lejos de arrojar verdaderos resultados, o de proponer soluciones verdaderamente sustentables. Internet.org, por ejemplo, no ha sido capaz de resolver el problema de los costos, dado que su funcionamiento solamente es posible gracias a que las operadoras y otras empresas se están haciendo cargo de los costos que implica la conexión de los usuarios de su aplicación. Al mismo tiempo, el proyecto ha sido blanco de críticas por favorecer el uso de algunos servicios por sobre otros, violando el principio de neutralidad en la red, lo que lo hace parecer más una iniciativa comercial que un proyecto dedicado a verdaderamente resolver el problema de la conectividad.

Pero independientemente del resultado de cada uno de estos proyectos, o de sus posibilidades de desarrollarse y aportar verdaderas soluciones globales capaces de llevar la red a las más de 4 mil millones de personas que todavía no la utilizan, la realidad es que el móvil será, casi sin dudas, la tecnología que lo hará posible. Y ya sea por una iniciativa a gran escala, o por el crecimiento de las redes y el apoyo de los gobiernos y las autoridades regulatorias en cada mercado, este será el canal por el que, sin lugar a dudas, la mayoría de nosotros nos conectaremos, aprenderemos, nos informaremos y haremos negocios en los próximos años.