Una de las grandes preguntas que se hace todo emprendedor antes de salir a buscar una inversión es “¿cúal es el valor de su startup?”. Si bien en empresas que ya llevan años en el mercado y son rentables esto es fácil de averiguar, cuando se trata de un nuevo proyecto donde los datos escasean, el proceso puede ser un poco más complejo. A continuación veremos por qué es importante y cómo se calcula la valuación de un startup.

 

¿Por qué es importante calcular la valuación de un startup?

Existen distintos motivos para calcular la valuación de un startup. El más frecuente tiene que ver con que ésta determinará qué porcentaje de acciones el equipo fundador deberá entregarle a un inversor o a un fondo, a cambio de una determinada suma de dinero. De esta forma, por ejemplo, una compañía valuada en $1 Millón de dólares, entregará el 10% de sus acciones a cambio de $100 mil dólares de inversión. Si la valuación fuera de $2 Millones, recibir la misma suma le costaría apenas el 5%.

Es por esto que la valuación es un dato importante que tiene un gran impacto en las posibilidades de un startup de recibir una inversión y, sobre todo, en su capacidad de obtenerla en términos que le resulten favorables.

 

¿Cómo se calcula la valuación?

Calcular la valuación de una compañía es un trabajo complejo y, si bien existen distintos métodos, generalmente se tomarán en cuenta variables como su crecimiento durante los últimos años, el flujo de caja, el valor de sus activos (incluyendo, a veces, activos intangibles como el valor de sus marcas), o la valuación de empresas similares. ¿Pero qué sucede con una compañía que recién arranca, que todavía no facturó ni un centavo, y que apenas pudo demostrar una cierta tracción? En ese caso, si bien la valuación sigue siendo un dato importante, la técnica cambiará ligeramente.

Tanto académicos como inversores y emprendedores coinciden en que valuar un startup en sus primeras etapas es más un arte que una ciencia. Y es que, sin ninguna métrica que permita validar las proyecciones futuras (que, como todos sabemos, suelen tener más de pensamiento mágico que de realidad), es necesario basarse en otras variables que permitan llegar a un número que funcione tanto para los fundadores como para sus primeros inversores.

En regla general —si bien se puede tener una idea de cuál es la valuación antes de llegar a un arreglo— la cifra final se terminará arreglando como parte de la negociación, y partirá de un compromiso que funcione para ambas partes.

Para llegar a este número, primero que nada es importante considerar cuál es el monto que los emprendedores necesitan para alcanzar un crecimiento significativo que permita levantar otra ronda mayor en alrededor de 18 meses. Esta cifra, que suele oscilar entre los $50 mil y los $150 mil dólares (aunque puede ser más, o menos, dependiendo de la ubicación geográfica, el mercado a atacar, y las características del producto), generalmente será aceptada por el inversor, ya que no tiene sentido invertir menos de lo necesario para alcanzar los objetivos mínimos. Porque si estos no se alcanzan, la inversión no habrá servido de nada, por lo cual sería lo mismo que tirar el dinero a la basura.

El siguiente punto a considerar es el porcentaje que los fundadores del startup le entregarán al inversor. Esta cifra, salvo que se trate de un inversor excepcional que aporte mucho más que capital a la ecuación, nunca debería superar el 50%, ya que de otra manera los emprendedores perderían el control de la compañía y, con él, cualquier incentivo para llevarla adelante. Si bien un 49% puede ser aceptable, una cifra menor es, en realidad, mucho mejor porque ofrece flexibilidad para entregar equity en futuras rondas de inversión. Es por eso que por inversiones relativamente bajas, como las que veíamos anteriormente, ya sea que partan de una incubadora, una aceleradora, o un inversor ángel, se suele entregar entre el 5 y el 20% de la compañía, en un escenario normal. Dependiendo de la cantidad de dinero obtenido, eso da una valuación de la compañía. Esto no significa, sin embargo, que ese sea su valor real, pues difícilmente sea posible venderla por ese número en esta etapa.

 

Variables que inciden en la valuación

La cuestión fundamental en este punto, en el que se negocia la valuación con los primeros inversores, pasa por qué porcentaje —dentro de lo esperable— pedirán éstos a cambio del dinero que el startup necesita.

En algunos casos, como cuando el capital inicial proviene de una aceleradora que cuenta con un programa cerrado, este porcentaje será inamovible y nada podrá alterarlo. Pero este no es el caso la mayoría de las veces. En general, la valuación se puede calcular a partir de una serie de variables que incidirán en cuán caro —en términos de capital accionario— resultará para el startup conseguir el dinero que necesita:

Tracción: Demostrar una gran capacidad para atraer nuevos usuarios en el menor período de tiempo posible, y altas tasas de adopción, permite incrementar la valuación. Esto se debe a que un producto más popular tiene mayores posibilidades de éxito y, por ende, representa una inversión más segura, de la que será más caro para el inversor participar.

Facturación: Un startup que ya está facturando puede demostrar que ya ha logrado desarrollar un modelo de negocios sólido y probado —que con una inyección de capital puede ser escalado—, lo cual aumenta la valuación. Sin embargo, si bien facturar resulta muy positivo en términos de incrementar la valuación para compañías que desarrollan productos B2B (es decir, donde el cliente son otras empresas), ello encierra una trampa para productos orientados al consumidor. Y es que cuando un producto —como una aplicación móvil— factura, esto implica en la mayoría de los casos que se les está cobrando de alguna manera a los usuarios, lo cual en general lleva a obtener menores tasas de crecimiento y, por ende, una menor valuación.

Reputación de los emprendedores: Un emprendedor con un track record positivo, es decir, que ya ha fundado otras compañías exitosas en el pasado, puede apelar a su experiencia, contactos, y conocimientos del mercado para maximizar las posibilidades de éxito de su nueva compañía. Es por eso que un emprendedor como Marcos Galperin, fundador de MercadoLibre, podrá obtener dinero a valuaciones muy altas para una nueva compañía simplemente por ser quien es, mientras que un emprendedor que está dando sus primeros pasos todavía no puede ofrecer tantas garantías.

Temperatura del mercado/competencia por invertir: Participar de un hot market en general suele ofrecer ventajas. Esto tiene que ver con que existen una gran cantidad de inversores compitiendo por colocar dinero en startups de ese rubro, y eso automáticamente aumenta la valuación.

Otras variables como las características del mercado geográfico donde se lanzará el producto, la competencia, la plataforma, y el equipo, incidirán también en la determinación de la valuación.

 

¿Es necesario comenzar con una valuación elevada?

Si bien comenzar con una valuación elevada permite obtener capital a un menor costo, esto también presenta algunas desventajas. La principal radica en que, a la hora de obtener una inversión futura, será necesario demostrar que la primera inversión ayudó a la compañía a expandirse de manera exponencial. En promedio se espera un crecimiento de alrededor de diez veces, en un período de 18 meses. Comenzar con una valuación alta eleva el piso de crecimiento a alcanzar antes de la próxima ronda, y posiblemente también la presión de los inversores mientras se desarrolla este proceso.

Como hemos visto, no existe una fórmula matemática para valuar un startup, y tanto las variables como los resultados son relativos, y dependen en gran medida de factores que no tienen que ver con el producto, la compañía, o las posibilidades reales de éxito que tiene a futuro.