Aunque pueda parecer trivial, uno de los momentos decisivos a la hora de definir el futuro de una compañía ocurre justo antes de su fundación. Y tiene que ver con la decisión de quien tuvo la idea de volar solo, o de buscar a un co-piloto —o un co-fundador, en este caso— que lo acompañe a lo largo del trayecto. La conformación del equipo fundador suele ser un factor de vital importancia no solamente a la hora de definir la dinámica y la carga de trabajo, así como la distribución del capital accionario de la empresa, sino que además influye en gran medida en factores externos tales como la posibilidad de conseguir una inversión, de reclutar a un equipo talentoso, o de lograr un crecimiento sostenido a lo largo del tiempo.

Solos se puede

Existe el mito urbano de que un solo fundador es una fórmula que llevará indefectiblemente al desastre, y que no es posible comenzar una compañía sin al menos un compañero o compañera de ruta que ayude a recorrer el camino. Sin embargo, aunque escasos, existen ejemplos que desmienten esta leyenda. Compañías como Amazon, fundada en soledad por Jeff Bezos en 1994, e Ebay, fundada por Pierre Omidyar, no solamente se convirtieron en líderes en su segmento (y de hecho pavimentaron el camino para otros emprendedores tecnológicos después de ellos), sino que apenas tres años después de su fundación se encontraban haciendo sus respectivos IPOs. Otras empresas como Walmart, FedEx y, más recientemente, Dropbox, fueron iniciadas por una sola persona. En este último caso cabe aclarar que, sin embargo, Drew Houston —su primer fundador— fue forzado por la incubadora Y Combinator a sumar a un co-fundador al equipo como condición para ser aceptado en el programa, y así fue como Arash Ferdowsi se sumó al equipo.

Además de estas historias de éxito, existen otros factores por los que vale la pena considerar no sumar a un co-fundador. La más obvia tiene que ver con la posibilidad de retener una mayor porción de la compañía, lo cual ofrece mayor flexibilidad a la hora de diluirse, y un mayor rédito económico en caso de un exit como una adquisición o —en un caso poco habitual para una compañía latinoamericana— un IPO. Al mismo tiempo, no contar con un co-fundador permite mantener un mayor control sobre la visión que se posee sobre la compañía, y tener el voto decisivo a la hora de tomar decisiones.

 

Razones para buscar a un co-fundador

Sin embargo —y aunque ha quedado demostrado que un co-fundador no es estrictamente necesario para tener éxito— existen todavía más razones para inclinarse por incorporar a uno a la hora de comenzar una compañía.

 

Construir una compañía de cero no resulta sencillo

Por más excitante que pueda parecer una idea, llevarla a la práctica siempre será una tarea difícil. Contar con un co-fundador —y especialmente con uno con habilidades complementarias a las propias— no solamente permite hacer la tarea más sencilla y atacar una mayor cantidad de frentes, sino que además permite ganar en eficiencia.

Los startups con varios fundadores permiten que éstos se dividan las tareas, sobre todo durante las etapas más difíciles —como cuando se busca levantar una ronda de inversión, o cuando se participa de un programa de aceleración—, temas que involucran muchas distracciones y la pérdida de foco en el producto y la labor de todos los días. Esta posibilidad de dividir y repartirse las tareas resulta vital para hacer un mejor trabajo, y para no ser presas de un nivel innecesario de estrés.

 

Es bueno contar con perspectivas distintas

Una de las mejores razones para incorporar a un co-fundador está dada por la posibilidad de tener perspectivas distintas acerca de un mismo problema. Si bien uno puede tener muy claras su visión y sus ideas, el tener a otra persona que, de igual a igual, las desafíe y ofrezca alternativas frente a las distintas situaciones que se van presentando, resulta increíblemente útil. La posibilidad de dialogar acerca de las distintas trabas que van surgiendo en el camino, y sobre las distintas oportunidades que comienzan a aparecer a futuro, permite tomar mejores decisiones, y anticipar problemas y escenarios que en soledad muchas veces se nos escapan.

 

Permite reducir a la mitad el costo inicial

Incluso si ingresamos a una incubadora, o recibimos una inversión ángel en una etapa muy inicial, comenzar una empresa involucra algunos costos. Y la realidad es que sin un producto inicial o un plan bien desarrollado es difícil conseguir capital. Contar con un co-fundador permite reducir el costo económico inicial que tiene comenzar a trabajar en el proyecto, ya que cada gasto se divide por la cantidad de personas que conforman el equipo. Al mismo tiempo, contar con alguien en el equipo que posea habilidades de las que carecemos puede ayudarnos a bajar el costo de tener que buscar a otra persona que desarrolle esa tarea.

 

Mitigar el riesgo para los inversores

Antes veíamos el ejemplo de Dropbox, y la necesidad que tuvo su fundador de salir a buscar a un compañero para poder ingresar a una incubadora. Esto no resulta poco habitual, ya que son muchas las incubadoras y aceleradoras de negocios que prefieren no apostar por startups fundadas por una sola persona. Lo mismo sucede con los fondos de inversión, los cuales ven en la falta de al menos un co-fundador un riesgo mayor a la hora de invertir.

Los inversores de todos los niveles tienden a confiar más en equipos de dos o más personas a la hora de invertir su dinero. Esto —aunque pueda parecer extraño— no se debe tanto a la falta de confianza que aquellos puedan llegar a tener en que una sola persona pueda hacer el trabajo, sino en que una compañía con un solo fundador representa un riesgo bastante más elevado. Y es que una sola persona suele tener más dificultades a la hora de resolver problemas y situaciones complejas que puedan ocurrir dentro de la compañía. Al mismo tiempo, y en un plano más terrenal, si algo como un accidente o una enfermedad dejaran a esa persona sin la posibilidad de trabajar, no quedaría nadie para hacerse cargo. Por ponerlo de otro modo, si al único fundador lo pisara un colectivo, la inversión seguramente se perdería, y la empresa muy probablemente terminaría desapareciendo. Es por eso que —a no ser que la oportunidad sea extraordinariamente buena, o que el emprendedor tenga un track record excepcional— formar parte de un equipo aumentará las probabilidades de conseguir financiamiento.

 

Ningún empleado puede aportar lo mismo que un socio

Si bien crear una compañía implica armar un equipo, y muchas de las tareas que potencialmente podría hacer un co-fundador las podría hacer un ejecutivo —incluso hacerse cargo en el caso de un siniestro—, el mejor empleado nunca será lo mismo que un socio. Esto tiene que ver con que la perspectiva y los objetivos de cada uno resultan muy diferentes.  Mientras que para un socio o co-fundador su suerte personal se encuentra muy atada a la de su proyecto, un empleado suele priorizar su situación personal, por encima de la de la compañía.

 

Hace el trabajo más entretenido

Este último punto, aunque en un principio pueda parecer menor, es realmente muy importante. Y es que, incluso si se logra cultivar una buena relación con el equipo y una cultura agradable de trabajo, los fundadores suelen tener que tomar decisiones que los apartan  un poco del resto de las personas que trabajan en la compañía. Y esto puede hacer que el camino se vuelva algo solitario. Al mismo tiempo, durante las primeras etapas, trabajar en soledad puede resultar desmotivante, y hasta aburrido. Es por eso que contar con otras personas en el equipo puede ser vital para mantenerse positivos, motivados, y trabajando todos los días.

Es por todas estas razones, pero además por todas las razones que antes de comenzar no podemos imaginar, que sumar a por lo menos un co-fundador resulta una buena idea. Y aunque esto nos cueste una porción importante de equity, y hasta la posibilidad de poder imponer nuestro punto de vista en el futuro, hay que recordar que el cien por ciento de una empresa estancada o fallida vale menos que una porción más pequeña de un emprendimiento exitoso. Y si lo que queremos es un startup que funcione, un co-fundador aumentará exponencialmente nuestras chances de lograrlo.