¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CREAR UNA BUENA CULTURA ORGANIZACIONAL PARA TU STARTUP?

Es frecuente escuchar hablar acerca de la importancia de una buena “cultura organizacional”, un término que se ha convertido en una de las buzzwords más mencionadas. Desde hace algún tiempo, todos —desde el emprendedor más pequeño, hasta el CEO de la multinacional más poderosa— se preocupan por construir un ambiente de trabajo que mantenga motivado al equipo y que genere un clima de compañerismo y una meta en común. Sin embargo, sobre todo en muchas grandes empresas, esto suele salir mal y termina convirtiéndose en una carga más con la que todos deben lidiar sin ningún tipo de entusiasmo. Después de todo ¿quién tiene ganas de levantarse un sábado a las 8 para ir a correr la maratón de la empresa rodeado de gente a la que ya ve 9 horas por día? o ¿quién puede entusiasmarse con la charla que va a dar un entrenador de hockey —que jamás trabajó en una oficina— acerca de la importancia del trabajo en equipo, y que nos va a atrasar el trabajo que ya tenemos acumulado? La respuesta es: nadie.  De hecho, para muchos emprendedores, esas pequeñas obligaciones son las que los llevaron a abandonar el mundo corporativo para intentar algo propio.

Sin embargo, y aunque muchos no lo logren, construir una buena cultura organizacional es importante. Después de todo ¿de qué sirve edificar una compañía exitosa y en permanente crecimiento, si nadie tiene ganas de pasar su tiempo en ella? Aunque pueda sonar trivial, crear un entorno de trabajo motivador y entretenido, donde todos sienten que tienen algo para aportar, puede terminar siendo la única diferencia entre el éxito y el fracaso de una nueva compañía.

Una cultura organizacional sana permite atraer y, sobre todo, retener el talento que necesitamos. Esto es especialmente importante para un startup, el cual muchas veces no puede brindar los mismos salarios, beneficios ni posibilidades de crecimiento profesional que las grandes corporaciones, pero sí puede ofrecer un ambiente de trabajo más creativo, más responsabilidades en todas las posiciones, la posibilidad de participar en las decisiones, flexibilidad en el trabajo, y una cultura de trabajo más motivadora.

Es por todo esto que, aunque no se encuentre al tope de la lista de temas urgentes por resolver, trabajar en la cultura de la compañía debe ser una prioridad para todo emprendedor. Y es que, aunque parezca algo intangible, cuando se trabaja en un lugar con una mala cultura, se nota.

 

¿Cómo construir una buena cultura para tu startup?  

Cuando hablamos de construir una buena cultura no nos estamos refiriendo a instalar un batitubo que atraviese la oficina, a colocar sillones para dormir la siesta, ni a implementar una holocracia. De lo que hablamos, es de la necesidad de definir una serie de valores, conductas aceptables, y actitudes que permitan  trabajar mejor y aumentar la productividad en un ambiente que resulte agradable.

A continuación detallaremos algunos puntos para tener en cuenta a la hora de construir una cultura que beneficie a tu startup y la ayude a adquirir una personalidad propia.

 

Definir objetivos claros

Aunque no está estrictamente relacionado con la cultura de la compañía, tener objetivos claros y poder comunicarlos a todo el equipo resulta fundamental para marcar una línea y orientar los esfuerzos de todos.

 

Contratar a la gente adecuada

Un startup, a diferencia de una gran compañía, tiene la ventaja de poder moldear su cultura desde el comienzo. Uno de los factores que más influirán en esta construcción, además de la personalidad y la predisposición de sus fundadores —la cual resulta fundamental— es la personalidad de los primeros empleados que se contrata. Muchas veces no alcanza con contar con los conocimientos, los títulos, y la experiencia necesarias. También es necesario que sean personas que nos inspiren confianza, que el día de mañana puedan ser capaces de liderar a otros, y que nos resulten agradables. Una buena forma de definir si un candidato resulta adecuado en una primera etapa es preguntarnos si nos gustaría compartir un viaje de ocho horas en avión con él. Si la respuesta es no, mejor buscar a alguien más.

 

Ser abiertos y comunicativos

Una buena práctica a la hora de crear un buen ambiente de trabajo es la apertura acerca de los procesos que está atravesando la compañía. Ya sea que estemos creciendo, consiguiendo nuevos contratos de nuevos clientes, buscando una nueva inversión, o fallando estrepitosamente, el secretismo nunca trae buenos resultados. Sobre todo cuando se trata de un startup, donde la incertidumbre acerca del futuro es algo que todos en el equipo sienten en algún punto.

Existen ejemplos extremos acerca de la cultura de la apertura. El más claro, probablemente, proviene de Buffer, una plataforma que permite crear contenidos y agendar su publicación en redes sociales. En esta empresa se manejan con total apertura, y hasta han hecho público el algoritmo por el cual calculan todos sus salarios, así como el monto que cobra cada uno. Pero esto es sólo el comienzo. La compañía también creó un “transparency dashboard”, donde todos los empleados pueden leer los e-mails que se envían los unos a los otros, conocer cuánto equity tiene cada persona en la empresa, los ingresos que la compañía está está percibiendo, y hasta qué libros está leyendo cada uno.  Y muchas veces publican estos datos para todo el público.

Probablemente no haga falta llegar tan lejos como este startup, pero una cultura abierta donde no existan grandes misterios es sana para una pequeña empresa, y previene que se creen climas de desconfianza, dudas, rumores y celos infundados.

 

Construir espacios de intercambio

Una buena forma de establecer una cultura y vínculos entre todo el equipo es crear espacios comunes de intercambio. Este es un concepto amplio y dependerá de cada startup, pero puede tratarse de todo tipo de actividades, desde almuerzos o viajes cortos compartidos por todos, hasta reuniones semanales donde un miembro del equipo da una clase sobre un determinado tema.

Llevando el concepto al extremo, podemos encontrar ejemplos como el de OZ, un startup islandés (adquirido por Nokia en 2008) donde, una vez a la semana, un miembro del equipo invitaba a uno de sus padres para que lo ayude a cocinar un almuerzo para todo el equipo. También relacionado con comida, en la plataforma de preguntas y respuestas Quora se les cobra un “impuesto a las vacaciones” que implica que cualquiera que viaje debe volver con comida del lugar que visite para todo el equipo.

 

Estar atentos a las necesidades de los empleados

Finalmente, es importante estar atentos a las necesidades de los empleados. Como decíamos anteriormente, es imposible para un startup competir desde el punto de vista del salario y de los beneficios con las grandes empresas, sobre todo mientras da sus primeros pasos. Es por eso que siempre es recomendable estar atentos a sus necesidades, ser flexibles de forma tal de permitirles tener una vida personal, tratar de conseguir la mayor cantidad de extras posibles, y estar siempre atentos a sus ideas y gustos, de forma tal de mantenerlos motivados y trabajando con entusiasmo.

Construir una cultura no es tarea fácil, y aunque parezca algo sencillo que sucede de manera espontánea, en realidad requiere de bastante trabajo y de un esfuerzo colectivo. Es por eso que vale la pena ponerse al frente del esfuerzo y, así, ayudar a maximizar las posibilidades de éxito de nuestra compañía.