EL MÓVIL: UNA HERRAMIENTA VITAL EN ZONAS DE DESASTRE

No son pocas las veces en las que hemos mencionado la gran importancia que la tecnología móvil ha adquirido en áreas como la salud y la educación, o como herramienta para generar inclusión financiera en mercados en vías de desarrollo. Esto demuestra que, además de ofrecer enormes oportunidades de negocio, la industria móvil encierra un rol social capaz de ayudar a todo tipo de sociedades a desarrollarse y generar servicios con el potencial de mejorar la calidad de vida de las personas. Hoy conoceremos un nuevo rol que el móvil ha adquirido en los últimos años, y que lo convierte en una herramienta vital capaz de salvar vidas y prevenir daños mayores durante las peores tragedias. Hablamos del móvil como herramienta de rescate en zonas de desastre.

Las comunicaciones móviles juegan un rol vital en el caso de un desastre natural o un accidente de grandes proporciones. Por un lado, constituyen una herramienta vital de aviso y prevención, capaz de informar a millones de personas cómo protegerse, escapar, o qué hacer en el momento en el que ocurra el siniestro. Por otro, en los momentos posteriores al desastre, los dispositivos y las redes móviles resultan todavía más importantes, puesto que pueden ayudar a coordinar actividades de rescate, de traslado y atención de heridos, y de localización de personas perdidas. Pero existe un problema fundamental, y es que en la mayoría de los casos, los grandes desastres que destruyen la infraestructura, los hogares, y les cuentan la vida a miles de personas también tienen un impacto sobre las redes móviles, cortando la comunicación o generando baches en la cobertura que inutilizan a esta tecnología.

Esto genera una paradoja, y es que cuando más necesario es, el móvil muchas veces no se encuentra disponible. Es por eso que tanto las operadoras como los gobiernos, y también distintos grupos de emprendedores, han comenzado a trabajar en soluciones para hacer frente rápidamente a este tipo de dificultades.

En muchos casos, como el del Ciclón Pam, que golpeó a varias islas del Pacífico – y en especial a la pequeña República de Vanuatu – en Marzo del 2015 con vientos de más de 300 kilómetros por hora, destruyendo casas, rutas, y todo a su paso, la respuesta consistió en apurar los trabajos de reparación de la red. Así, en pocos días, la operadora local Digicel logró restablecer las comunicaciones en toda la isla para ayudar a los rescatistas en sus esfuerzos. Al mismo tiempo, la empresa colocó estaciones de carga por toda la ciudad, y entregó más de $250.000 dólares en crédito gratis a sus usuarios, muchos de los cuáles se habían quedado sin la posibilidad de hablar por no poder acceder a sistemas de recarga, o por haberlo perdido todo.

Algo similar sucedió en abril del año pasado, cuando un terremoto de 7,8 grados de magnitud golpeó a Nepal. El sismo, y sus decenas de repeticiones, ocasionaron daños en todo tipo de edificios, e interrumpieron la mayoría de los servicios, incluida la cobertura móvil. La respuesta de las operadoras fue inmediata. De acuerdo con GSMA, la operadora local Ncell proveyó a los rescatistas y hasta a la prensa extranjera de tarjetas SIM sin costo para comunicarse en las zonas de desastre. Al mismo tiempo, empresas extranjeras como Vodafone y Ericsson – a través de su programa Ericsson Rsponse, el cual ofrece conectividad en campos de refugiados y ante desastres naturales – instalaron antenas provisorias, con el objetivo de restaurar las comunicaciones lo antes posible. Al mismo tiempo, las operadoras locales les ofrecieron llamadas gratuitas a todos sus suscriptores, para ayudarlos a encontrarse con sus seres queridos. De la misma forma, muchas operadoras extranjeras, sobre todo en países con una gran inmigración nepalí como los Estados Unidos, ofrecieron llamadas gratuitas al país asiático, para facilitar la comunicación con las personas afectadas por el sismo.

 

EMPRENDIMIENTOS CON FOCO EN LAS ZONAS DE DESASTRE

Durante 2015, unas 48 millones de personas fueron desplazadas de sus hogares por desastres naturales, guerras civiles – como el caso de Siria, que se ha convertido en la principal fuente de desplazados en el mundo –, y otros conflictos. Según un reporte de la BBC, al llegar a los distintos campamentos de refugiados, antes que agua o comida, la mayoría de las personas preguntan si hay Wi-Fi o red móvil, de forma tal de poder comunicarse con sus seres queridos. En muchos casos esto no es posible, sin embargo, distintas empresas y ONGs se han propuesto ayudar a estas personas a conectarse y acceder a estos servicios.

 

Un ejemplo de ello es el startup croata MeshPoint. Esta compañía fabrica un dispositivo portátil que puede ser desplegado en minutos, y permite conectar hasta 150 dispositivos a Internet a través de WiFi o una antena 4G. Equipado con una batería y una carcaza resistente, este equipo, cuya fabricación fue financiada con aportes a través de la plataforma de crowdfunding Indiegogo, tiene un valor de menos de 400€ Euros.

Meshpoint

 

La Vodafone Foundation – una fundación perteneciente a la operadora europea –desarrolló una mochila de 11Kg que puede ser colocada en cualquier parte y ofrecer cobertura 2G en un área de un kilómetro de radio. Este equipo contiene una batería y un panel solar, lo que le da una autonomía de 6 horas. De esta forma, en caso de una catástrofe, es posible desplegar una red móvil en muy poco tiempo, y atender las necesidades urgentes de los rescatistas y la población de manera inmediata.

 

Otra innovación interesante, esta vez desde el punto de vista del software, es la realizada por la ONG sueca Flowminder, la cual desarrolló un software que toma los datos de las operadoras en una zona de desastre y – previa anonimización de los datos – presenta los movimientos de las personas, permitiendo generar mapas de población dinámicos que ayudan a identificar y comprender el comportamiento de las personas, observar hacia donde se escapan o se trasladan, y en definitiva como atenderlas mejor en el momento del desastre. Estos datos también se pueden utilizar en el largo plazo para comprender como ocurre el proceso de migración luego de las tragedias, y de factores más extendidos en el tiempo como el cambio climático.

 

Desde la ubicación y la asistencia a los heridos, hasta poner en contacto a los sobrevivientes con sus familiares, y ayudar a las autoridades a comprender los flujos humanos en los momentos más complicados, el móvil sin lugar a dudas es una herramienta invaluable para mitigar el daño durante las peores tragedias. El compromiso de las operadoras, y el desarrollo de tecnologías y planes de emergencia que permitan responder de manera veloz en caso de un desastre, son sin dudas elementos que hacen que esta tecnología sea aún más valiosa en el esfuerzo de salvar vidas.

CÓMO MONETIZAR APPS MÓVILES Y NO MORIR EN EL INTENTO

Existen distintas razones por las que una compañía desarrolla una aplicación móvil. En algunos casos éstas tienen la función de reemplazar a la web en el celular con el objetivo de, por un lado, mejorar la experiencia del usuario y, por el otro, fidelizarlo convirtiendo a la App en su primera alternativa a la hora de utilizar un servicio de esa vertical. Otras veces, una App funciona como un complemento para un producto ya desarrollado, que simplemente amplía sus funciones, o adapta al móvil algunas prestaciones. En otros casos, una aplicación es una herramienta que les permite a las empresas y las marcas compartir información o contenido con sus usuarios y así generar nuevos espacios de comunicación y posicionamiento de marca que, si bien no ofrecen un beneficio monetario directo, permiten instalar la marca y fidelizar a los usuarios en el largo plazo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las Apps móviles son productos en sí mismas, y constituyen un negocio independiente a partir del cual se construyen compañías rentables y prósperas. Y es sobre estas aplicaciones que nos concentraremos.

Ya sea que se trate de un juego, una aplicación de contenido – como noticias, informes sobre el estado del tiempo, o del tránsito, entre otras -, de una red social, un mensajeros instantáneo, una herramientas relacionada con el fitness o la salud, o una aplicación de productividad como una linterna o un sistema para registrar los gastos diarios, una App que constituye un negocio necesita monetizar. Es decir, necesita generar ingresos que le permitan subsistir. Y si bien no existe una estrategia universal a la hora de generar estos ingresos,  es posible identificar una serie de modelos de negocio estándar que se aplican en diferentes situaciones y que permiten que una aplicación pueda volverse un verdadero éxito comercial.

Hoy conoceremos algunos de estos modelos, y de qué manera ayudan a los desarrolladores y compañías detrás de una App a generar dinero y volverse sustentables.

 

Aplicaciones pagas

Este modelo de negocios sobresale por su sencillez. Se basa en cobrarle un precio al usuario por la descarga de la aplicación una vez que éste la baja de la tienda de aplicaciones.

Aunque pueda parecer simple, monetizar de este modo no está desprovisto de desafíos. Por un lado, el cobro supone una alta barrera de entrada que reducirá en gran medida la cantidad de descargas por parte de los usuarios. Es por esto que debe aplicarse simplemente a aplicaciones que ofrecen un alto valor, o un alto grado de complejidad, ya que si pueden ser reemplazadas muy fácilmente, los usuarios se volcarán por otra opción.

Frecuentemente aplicado a los juegos, y a aplicaciones de productividad, este modelo raramente funciona en Apps sociales, de noticias, o que buscan ser masivas, ya que atenta contra el crecimiento de la base de usuarios.

 

Suscripción

El modelo de suscripción es uno de los que supone un mayor desafío en su implementación. Se basa en el cobro regular – puede ser diario, semanal, mensual, o anual – de una tasa fija a los usuarios por el uso de la aplicación.

Este modelo de negocios, si bien es uno de los que mejores resultados produce para la compañía, ya que le permite obtener dinero de un mismo cliente de manera recurrente y en el largo plazo, no es recomendable para cualquier aplicación. Y es que para comprometerse a pagar de manera regular, y no desuscribirse en un corto término, el usuario debe percibir un enorme valor por parte de la App.

Algunos casos de éxito que funcionan con este modelo son Spotify y Netflix, en la vertical de los contenidos, y Evernote, Dropbox y Basecamp en el de la productividad.

Aplicaciones freemium

Este modelo de negocios, muy frecuente en aplicaciones relacionadas a negocios y productividad, consiste en ofrecer una versión gratuita con funcionalidades restringidas, y la posibilidad de ampliarlas y obtener el paquete completo a partir del pago de una suscripción.

Las aplicaciones freemium tienen la ventaja de evitar, en gran medida, la penalización que el cobro por la descarga o de una suscripción para utilizar el servicio suponen, ya que ofrecen suficientes prestaciones como para que una parte sustancial de sus usuarios no necesiten pagar. Sin embargo, para que el modelo de buenos resultados, es necesario encontrar el equilibrio y ofrecer un valor agregado que resulte tentador para un porcentaje de los usuarios y, así, estimularlos a que se suscriban.

Si bien, como ya hemos mencionado, este modelo de negocios suele utilizarse en aplicaciones B2B, también se usa en aplicaciones orientadas al consumidor como la App de citas Tinder, en la que los usuarios pueden ver una cantidad limitada de perfiles de manera gratuita, y deben pagar una suscripción mensual que varía según la edad del usuario para obtener acceso irrestricto.

tinder

Compras In-App

Este modelo de negocios, cada vez más popular, se basa en ofrecer la posibilidad de ampliar la funcionalidad o de agregarle un extra a una App a partir de la compra de un bien virtual dentro de la misma.

Aplicado generalmente en juegos – donde los usuarios pueden pagar para recibir un complemento extra, como un mejor auto o una mejor arma, o para destrabar una pista en el caso de una trivia, o de un nuevo nivel – este sistema permite ofrecer una aplicación gratuita, o muy barata, generar interés por parte del usuario, y limitarle la experiencia salvo que éste pague. A diferencia de lo que ocurre con el modelo freemium, las compras in-App ocurren una vez por cada bien virtual y no requieren de una suscripción.

Algunos ejemplos de aplicaciones que utilizan compras In-App son el mítico Candy Crush, que permitía destrabar niveles u obtener vidas pagando, y el mensajero Line, el cual permite comprar emoticones especiales, entre otros.

candy crush

Publicidad

Este es uno de los modelos de negocio más populares en el mundo móvil. Se basa en la colocación de avisos publicitarios dentro de la aplicación, los cuales generan ingresos ya sea a partir de las impresiones – es decir, cada vez que se muestra un aviso – o de los taps – los toques – realizados por los usuarios.

Este modelo funciona en prácticamente todas las verticales, salvo quizás en aquellas aplicaciones B2B orientadas a negocios y el mundo corporativo.  Es necesario remarcar, sin embargo, que la publicidad móvil es un negocio de volumen, por lo que solamente funcionará si la App tiene cientos de miles de usuarios. De otra manera los ingresos serán marginales y no alcanzarán para monetizar de manera efectiva.

 

Patrocinio

Una alternativa al modelo publicitario es el del patrocinio. En este caso la aplicación contará con el sponsoreo de una o más marcas, las cuales acomodarán el contenido que ésta ofrece a su propia imagen o experiencia de marca.

Este modelo puede darse en forma de personalización de la aplicación en la imagen del anunciante, o en la adaptación total de la misma a partir de una marca blanca, para convertirla en un nuevo producto o servicio ofrecido por el anunciante a sus usuarios o consumidores.

 

Venta de productos

Como hemos visto en otras oportunidades, el comercio móvil (o M-commerce) resulta cada vez más importante. Hoy, de todas las compras realizadas en Internet, el 17% se hacen desde un dispositivo portátil tal como un Smartphone o una tableta, y esta cifra crece a una tasa de más del 50% anual.

Es por eso que no es inusual encontrar cada vez más aplicaciones orientadas a esta vertical, que permiten comprar productos de distintas categorías a través de estos dispositivos. En estos casos el modelo de negocios no es distinto al de un E-commerce tradicional, y tiene que ver con obtener un margen de ganancia a partir del precio de venta de los productos.

Si bien, por ahora, es inusual encontrarnos con aplicaciones de comercio electrónico que no posean su contraparte en la web tradicional, todos los retailers más importantes del mundo ya tienen versiones móviles creadas para las principales plataformas.

 

No-monetización (Apuesta al crecimiento y la inversión)

Por último existe un modelo de negocios, que en realidad no es tal. Se trata de crear aplicaciones totalmente gratuitas, que no cuentan con opciones Premium, con publicidad, ni con funcionalidades o extras pagas. Este modelo se observa frecuentemente en aplicaciones sociales que buscan conquistar un determinado mercado o nicho.

Es frecuente, cuando aparece un caso de este tipo, preguntarnos de qué vive la compañía que desarrolla esa App. En general la respuesta es que ésta está haciendo una apuesta a largo plazo, y elige no monetizar para potenciar el crecimiento de la aplicación y no poner ninguna barrera que pueda detenerlo. Estas compañías esperan alcanzar cifras de millones o miles de millones de usuarios, y vivir de inversiones obtenidas a partir de su gran potencial, antes de ejecutar una estrategia de monetización.

Un buen ejemplo de esta estrategia de crecimiento está dado por la red social y mensajero instantáneo SnapChat, el cual apuesta a dominar el mercado antes de monetizar.

Como hemos visto existen una gran variedad de modelos de negocio. De todas formas, existe espacio para la creatividad, ya sea combinando varios modelos, o pensando nuevas ideas, que permiten monetizar de manera efectiva y aprovechar el enorme potencial que tiene el negocio móvil.

¿PERSEVERAR O PIVOTEAR?

Un viejo adagio asegura que la perseverancia es la clave del éxito. Y si bien esa afirmación no carece de mérito, existe una realidad y es que perseverar sobre una idea trunca difícilmente genere algún resultado. Es por ese motivo que, a lo largo de su ciclo de vida, miles de startups realizaron, —al menos una vez— un pivot que cambió de alguna manera la naturaleza del proyecto original.

Acuñado por Eric Ries en su ya clásico “The Lean Startup”, el término Pivot se refiere a un cambio de estrategia, sin un cambio en la visión. Es decir, en un cambio fundamental realizado por el equipo, sin traicionar el objetivo de máxima con el que se planteó el proyecto en un primer momento.

Si bien puede parecer una estrategia radical, o una medida desesperada, en la realidad los pivots son mucho más comunes de lo que parecen, y cuesta encontrar a un startup exitoso que no haya pasado por uno en algún momento de su existencia. En Y Combinator, la incubadora más prestigiosa de Silicon Valley, se suele elegir a los proyectos más por el talento de sus equipos y por la visión que éstos ofrecen, que por sus productos o sus planes de negocio. Y es que, de acuerdo con su fundador Paul Graham, la posibilidad de que terminen haciendo un pivot se da casi por sentada, y termina ocurriendo en la mayoría de los casos.

 

¿Por qué pivotear?

Los motivos que llevan a un startup a hacer un pivot pueden ser varios. Pero, para ponerlo de una manera sencilla, suelen tener que ver con que algo no está funcionando. Puede ser que el producto no esté satisfaciendo la necesidad que se proponía resolver, o que los clientes no estén dispuestos a pagar por él, o que el mercado no esté respondiendo de alguna otra manera, o que el churn sea tan alto que el modelo de negocios se vuelva inviable, o un millón de otras posibilidades que puedan no estar funcionando.

Pero el pivot es parte de un proceso de aprendizaje lógico que lleva a construir compañías sustentables basadas en buenos productos. De acuerdo con el modelo de desarrollo de startups propuesto por Ries —uno de los más populares entre los emprendedores enfocados en tecnología— la mejor manera de trabajar en el desarrollo de un producto es hacerlo en base a hipótesis. De esta manera, el equipo debe formular una hipótesis, construir un producto funcional lo más simple posible, salir al mercado (aunque sea un mercado de prueba) e intentar validarla. En el camino se deben hacer ajustes o iteraciones, para adaptar el producto, el modelo de negocios, y la estrategia de comunicación a la respuesta que se obtiene por parte de los usuarios y/o clientes.

De esta forma, es posible que el producto final no termine pareciéndose en nada al que se concibió en un principio, o que lo que cambie sea el mercado objetivo, o la forma de llegar de él. O todo. Pero lo que no cambia, en regla general, es la visión a partir de la cual comenzó el proyecto.

Tanto la teoría de Ries como la experiencia dictan que estos cambios no deben hacerse a partir de sensaciones o de la intuición, sino a partir de métricas específicas —las cuales se ajustarán a cada proyecto—, que medidas en intervalos regulares permitirán determinar qué cambiar y en qué sentido hacerlo.

 

El pivot no se refiere específicamente al producto

Cuando se habla de pivot, es frecuente asociar el concepto con un cambio radical en el producto. Aunque esto no siempre es así. De hecho, muchas grandes compañías que todos conocemos y que parecen haberse mantenido consistentes desde el primer día, en realidad hicieron un pivot en algún punto de su historia. Un ejemplo muy claro es el de Facebook. Y es que si bien la red social no ha sufrido grandes cambios —desde el punto de vista conceptual— en realidad hizo un pivot enorme cuando cambió el segmento de clientes al que apuntaba, en principio restringido a alumnos de universidad, por un público más general.

Así como este tipo de pivot, que reconoce que el producto resuelve una necesidad pero no estaba orientado al público correcto, existen otros tipos que enumeraremos a continuación:

Zoom-in Pivot. Este tipo de pivot se da cuando se decide hacer foco en una única característica de un producto, convirtiéndola en el producto en su totalidad. Esto suele darse cuando se apunta, en un primer momento, a crear un producto muy complejo, que finalmente se opta por simplificar.

Zoom-out Pivot. Es el caso contrario al anterior. Se trata de productos que resultan demasiado sencillos para resolver una verdadera necesidad, por lo que se le terminan agregando nuevas características.

Otros pivots frecuentes de producto tienen que ver con un cambio en la tecnología sobre la que se encuentran construidos, lo cual suele resultar transparente para los usuarios, o en casos más extremos, un cambio total en el concepto y en la implementación de la idea.

Cambio en la necesidad del cliente. Un problema frecuente se da cuando se parte de una hipótesis equivocada, o de la presunción de que un determinado problema —aunque existente— genere la suficiente angustia como para que un segmento del mercado esté dispuesto a pagar por una solución. En esos casos, es necesario repensar el producto de cero, apuntando a resolver un mismo problema, o pensar una nueva utilidad para aquello que ya se ha desarrollado.

Cambios en el canal de ventas o de captura de usuarios. Es posible que los usuarios o clientes encuentren útil al producto, estén dispuestos a pagar por él, y que éste resuelva muy bien su problema, pero que la manera en la que se llega a ellos sea inadecuada. En esos casos, un pivot puede alterar el canal de ventas y llegar al usuario o cliente de manera más efectiva.

Cambios en el modelo de negocio. Muchas veces un producto cuenta con un enorme potencial, pero su modelo de negocios le impide crecer o desarrollarse de manera adecuada. Un ejemplo sencillo de esta problemática se podría ver en una aplicación creada con un público masivo en mente, pero ofrecida por un alto precio en el AppStore. Esto, sin lugar a dudas, limitaría el crecimiento en la cantidad de usuarios. Cambiar el modelo de negocios por uno publicitario, o freemium, que permita incrementar la base de usuarios y desarrollar el negocio de una manera más adecuada para esa aplicación. De la misma forma, cobrar una suscripción por una solución que se utiliza para resolver una necesidad puntual y poco frecuente, puede resultar en un grave error que se puede subsanar cambiando el modelo de negocios por uno de cobro por uso, por dar un ejemplo.

De esta manera, existen otras posibilidades de pivot que pueden llevar a optimizar el producto, el proceso de adquisición de usuarios/clientes, el modelo comercial, y otras variables que pueden marcar la diferencia entre el desarrollo de una compañía exitosa y una que fracasa.

Pero así como realizar el cambio justo en el momento indicado puede ser fundamental, también lo es persistir en darle tiempo suficiente a los cambios, de forma tal de llegar a comprobar las distintas hipótesis de trabajo, y de descubrir cuáles son los verdaderos problemas e inconvenientes que afrontan el producto, o el startup en general. Es por eso que resulta esencial no guiarse solamente por el instinto o por percepciones subjetivas, ni casarse con ninguna idea al punto tal de perder la racionalidad y —en cambio, como sugiere Eric Ries— utilizar métricas que permitan observar y hacer una evaluación de los procesos, y los cambios que realizamos y, así, tomar decisiones informadas.

SIMPLE: LA APLICACIÓN QUE SE PROPONE REVOLUCIONAR EL MERCADO BANCARIO

Es innegable que el crecimiento de Internet y las nuevas tecnologías ha producido, durante los últimos 20 años, distintos cambios radicales en la forma en la que algunas industrias se manejan. Este nuevo canal de comunicación cambió por completo la forma en la que nos comunicamos, cómo nos informamos, y hasta la manera en la que nos relacionamos. Y también cambió, de manera profunda, la forma en la que manejamos nuestro dinero y accedemos a los servicios bancarios. Hoy, lejos de ser servicios extras o beneficios, el home banking y el mobile banking se han convertido en el principal canal a través del cual nos relacionamos con nuestro banco y realizamos todo tipo de transacciones. De hecho, ya quedan pocas excusas para visitar una sucursal y someternos a la tediosa experiencia de pasar por la caja. Sin embargo, a pesar del enorme grado de innovación y modernización que ha experimentado este tipo de servicios, en el fondo los bancos no han cambiado demasiado. Y es que los servicios básicos como las cajas de ahorro, cuentas corriente, los plazos fijos, las tarjetas de crédito, y hasta las chequeras se mantienen tan vigentes como siempre, y la naturaleza de estos servicios no ha variado desde los años 80s. Y eso es exactamente lo que un grupo de emprendedores se propuso modificar.

Fundada en 2010 bajo el nombre de BankSimple, y luego renombrada Simple, esta compañía se propone aliviar los problemas y dolores de cabeza asociados con la banca tradicional, y reemplazar todas las interacciones con el banco mediante apenas una aplicación móvil.

Simple App

Si bien no se trata específicamente de un banco, ya que utiliza los servicios de The Bancorp Bank para alojar las cuentas de sus usuarios, Simple ofrece una capa con la cual sus clientes interactúan, y una serie de servicios propios que los diferencia de otros clientes del banco con el que se encuentra asociada.

 

¿Por qué Simple es diferente?

Una de las principales diferencias entre Simple y un banco tradicional es que éste no posee sucursales de ningún tipo. Esto significa que no hay cajas ni cajeros, ni agentes de cuenta, ni terminales autoservicio donde depositar dinero. En cambio, todas las transacciones se realizan a través de una aplicación móvil.

Los clientes de Simple cuentan con una tarjeta de débito (la VISA Simple), la cual pueden utilizar para hacer cualquier tipo de pagos, y para acceder a más de 55 mil cajeros automáticos en los Estados Unidos de manera gratuita. También pueden retirar dinero de cajeros de otras redes, aunque con un costo extra.

Visa Simple

 

Depositar cheques  —un instrumento financiero muy utilizado, aún hoy, en los Estados Unidos— en la cuenta es muy sencillo y no requiere moverse hasta una sucursal. Solamente basta con sacar una foto de ambos lados del cheque y subirla a la aplicación, y la acreditación se realizará en unas horas. Al mismo tiempo, emitir un cheque no requiere de una chequera, sino completar un sencillo formulario en la App, y ésta le enviará el cheque por correo al destinatario en menos de 48 horas, quien lo podrá utilizar como cualquier otro cheque tradicional.

Asimismo, es posible realizar y recibir transferencias sin costo alguno desde y hacia cualquier cuenta bancaria propia, o de un tercero. Todo de manera sencilla, y en pocos pasos.

Pero quizás una de las funciones más atractivas que ofrece este “banco”, es la opción de obtener reportes acerca de los gastos realizados. Y es que la aplicación móvil de Simple permite observar en qué se gastó sin la necesidad de acceder al resumen de la tarjeta o al historial de transacciones. En cambio, esta herramienta ofrece gráficos que dividen las compras en categorías, y que permiten visualizar cómo se dividen los gastos mensuales del usuario. También permite ver en detalle una o más compras, y determinar en qué se fue el dinero.

Ahorro Simple App

 

Y así como podemos llevar un registro inteligente de lo gastado, esta aplicación permite ahorrar de manera inteligente. Esto lo hace a través de una función en la que es posible establecer objetivos de ahorro para distintos fines, como por ejemplo pagar el alquiler a fin de mes, realizar una compra en particular, ahorro en general, ahorro para las vacaciones, etc. Y la aplicación calculará de manera automática cuánto dinero debe debitar por día de la cuenta para colocar en esas “carpetas” de ahorro. Al mismo tiempo, Simple le indica al usuario cuánto podrá gastar por día para poder llegar a esas metas. Lo más interesante del caso, es que como la aplicación conoce los hábitos de consumo, y la regularidad y los montos en los que el usuario recibe ingresos, el cálculo se vuelve más inteligente y se ajusta automáticamente. De esta manera, si la aplicación sabe que quedan $1.000 en la cuenta, pero que en tres días vencerá el alquiler de $800, el usuario sabrá que solamente puede gastar $200, y de esta forma no correr el riesgo de quedar en rojo.

Pero así como tiene muchas ventajas, Simple tiene algunas desventajas. Por un lado no ofrece algunos servicios bancarios tradicionales, como la posibilidad de colocar el dinero en un plazo fijo y cobrar intereses. También ofrece una tasa de interés considerablemente más baja (casi nula) que otros bancos sobre el dinero depositado, por lo que no sirve para aquellos clientes que hacen trabajar a sus ahorros.

Por otro lado, este banco no cuenta con un sistema de atención al cliente tradicional. Es decir, no es posible ir a una sucursal si existe un problema o para asesorarse. En cambio, todo el contacto humano se hace a través de un chat en la aplicación, o llamando a un número telefónico en el que un representante atiende de manera inmediata. El lado bueno es que muchos de los motivos por los que generalmente es necesario hacer un llamado fueron solucionados a través de funciones en la aplicación, como la existencia de un botón para denunciar la pérdida o el robo de la tarjeta. De acuerdo con los testimonios de diferentes usuarios, volcados en distintos sitios de reseñas de servicios financieros, tales como Credit Karma, el servicio de atención al cliente de Simple es rápido y eficiente, y ofrece buenos resultados. Cabe preguntarse, sin embargo, como hará el banco para escalar este nivel de atención si llegara a crecer al tamaño de un banco tradicional.

 

Un modelo de negocios distinto

Hoy Simple tiene unos 100.000 clientes y opera solamente en los Estados Unidos. A diferencia de otros bancos, su modelo de ingresos no se basa en el cobro de una tarifa de mantenimiento de la cuenta, y en el cobro de otras tasas a los usuarios. En cambio, este banco obtiene sus ingresos a partir de los intereses generados por los ahorros depositados en las distintas cuentas —que, como hemos visto, no generan intereses para los usuarios— y de las comisiones transaccionales que les cobran a otros bancos. Es importante aclarar que, sin embargo, Simple cobra por algunos servicios como el reemplazo de una tarjeta perdida.

No hay información acerca de si el banco es o no rentable en este punto.

 

Un enorme interés de la comunidad inversora

El alto grado de innovación presentado por Simple generó, desde el primer día, un enorme interés por parte de la comunidad inversora en los Estados Unidos. A menos de un año de ser fundado —momento en que recibió $190 mil dólares de capital semilla— la compañía recibió $2,9 millones de dólares en una ronda serie A por varios inversores privados y fondos de inversión. Menos de un año después, en agosto de 2011, recibió otros $10 millones de dólares en una ronda serie B, para levantar una nueva serie de $2 millones de dólares en junio de 2013.

En febrero de 2014 la compañía fue adquirida en $115 millones de dólares por el banco español BBVA, que la sumó a su portfolio de compañías, aunque sin cambiarle el nombre ni la imagen (como suele hacer cada vez que adquiere un nuevo banco) ni involucrarse en sus operaciones. De hecho, ratificó a Josh Reich, su co-fundador y CEO, en el cargo y reincorporó a parte del equipo original que ya había dejado la compañía. Presumiblemente, el grupo español —uno de los más preocupados por ofrecer servicios de calidad a través de distintas plataformas tecnológicas— decidió comprar Simple para aprender de sus avances tecnológicos, y para prevenir que alguno de sus rivales de mayor envergadura en los Estados Unidos se hiciera de su tecnología y capacidad de innovación.

El caso de Simple permite demostrar el enorme potencial que la tecnología móvil tiene para reinventar algunas de las industrias más tradicionales, y simplificar procesos que, incluso con ayuda de los avances tecnológicos de las últimas décadas, aún resultan complejos y poco prácticos para una inmensa porción de los consumidores.

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¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CREAR UNA BUENA CULTURA ORGANIZACIONAL PARA TU STARTUP?

Es frecuente escuchar hablar acerca de la importancia de una buena “cultura organizacional”, un término que se ha convertido en una de las buzzwords más mencionadas. Desde hace algún tiempo, todos —desde el emprendedor más pequeño, hasta el CEO de la multinacional más poderosa— se preocupan por construir un ambiente de trabajo que mantenga motivado al equipo y que genere un clima de compañerismo y una meta en común. Sin embargo, sobre todo en muchas grandes empresas, esto suele salir mal y termina convirtiéndose en una carga más con la que todos deben lidiar sin ningún tipo de entusiasmo. Después de todo ¿quién tiene ganas de levantarse un sábado a las 8 para ir a correr la maratón de la empresa rodeado de gente a la que ya ve 9 horas por día? o ¿quién puede entusiasmarse con la charla que va a dar un entrenador de hockey —que jamás trabajó en una oficina— acerca de la importancia del trabajo en equipo, y que nos va a atrasar el trabajo que ya tenemos acumulado? La respuesta es: nadie.  De hecho, para muchos emprendedores, esas pequeñas obligaciones son las que los llevaron a abandonar el mundo corporativo para intentar algo propio.

Sin embargo, y aunque muchos no lo logren, construir una buena cultura organizacional es importante. Después de todo ¿de qué sirve edificar una compañía exitosa y en permanente crecimiento, si nadie tiene ganas de pasar su tiempo en ella? Aunque pueda sonar trivial, crear un entorno de trabajo motivador y entretenido, donde todos sienten que tienen algo para aportar, puede terminar siendo la única diferencia entre el éxito y el fracaso de una nueva compañía.

Una cultura organizacional sana permite atraer y, sobre todo, retener el talento que necesitamos. Esto es especialmente importante para un startup, el cual muchas veces no puede brindar los mismos salarios, beneficios ni posibilidades de crecimiento profesional que las grandes corporaciones, pero sí puede ofrecer un ambiente de trabajo más creativo, más responsabilidades en todas las posiciones, la posibilidad de participar en las decisiones, flexibilidad en el trabajo, y una cultura de trabajo más motivadora.

Es por todo esto que, aunque no se encuentre al tope de la lista de temas urgentes por resolver, trabajar en la cultura de la compañía debe ser una prioridad para todo emprendedor. Y es que, aunque parezca algo intangible, cuando se trabaja en un lugar con una mala cultura, se nota.

 

¿Cómo construir una buena cultura para tu startup?  

Cuando hablamos de construir una buena cultura no nos estamos refiriendo a instalar un batitubo que atraviese la oficina, a colocar sillones para dormir la siesta, ni a implementar una holocracia. De lo que hablamos, es de la necesidad de definir una serie de valores, conductas aceptables, y actitudes que permitan  trabajar mejor y aumentar la productividad en un ambiente que resulte agradable.

A continuación detallaremos algunos puntos para tener en cuenta a la hora de construir una cultura que beneficie a tu startup y la ayude a adquirir una personalidad propia.

 

Definir objetivos claros

Aunque no está estrictamente relacionado con la cultura de la compañía, tener objetivos claros y poder comunicarlos a todo el equipo resulta fundamental para marcar una línea y orientar los esfuerzos de todos.

 

Contratar a la gente adecuada

Un startup, a diferencia de una gran compañía, tiene la ventaja de poder moldear su cultura desde el comienzo. Uno de los factores que más influirán en esta construcción, además de la personalidad y la predisposición de sus fundadores —la cual resulta fundamental— es la personalidad de los primeros empleados que se contrata. Muchas veces no alcanza con contar con los conocimientos, los títulos, y la experiencia necesarias. También es necesario que sean personas que nos inspiren confianza, que el día de mañana puedan ser capaces de liderar a otros, y que nos resulten agradables. Una buena forma de definir si un candidato resulta adecuado en una primera etapa es preguntarnos si nos gustaría compartir un viaje de ocho horas en avión con él. Si la respuesta es no, mejor buscar a alguien más.

 

Ser abiertos y comunicativos

Una buena práctica a la hora de crear un buen ambiente de trabajo es la apertura acerca de los procesos que está atravesando la compañía. Ya sea que estemos creciendo, consiguiendo nuevos contratos de nuevos clientes, buscando una nueva inversión, o fallando estrepitosamente, el secretismo nunca trae buenos resultados. Sobre todo cuando se trata de un startup, donde la incertidumbre acerca del futuro es algo que todos en el equipo sienten en algún punto.

Existen ejemplos extremos acerca de la cultura de la apertura. El más claro, probablemente, proviene de Buffer, una plataforma que permite crear contenidos y agendar su publicación en redes sociales. En esta empresa se manejan con total apertura, y hasta han hecho público el algoritmo por el cual calculan todos sus salarios, así como el monto que cobra cada uno. Pero esto es sólo el comienzo. La compañía también creó un “transparency dashboard”, donde todos los empleados pueden leer los e-mails que se envían los unos a los otros, conocer cuánto equity tiene cada persona en la empresa, los ingresos que la compañía está está percibiendo, y hasta qué libros está leyendo cada uno.  Y muchas veces publican estos datos para todo el público.

Probablemente no haga falta llegar tan lejos como este startup, pero una cultura abierta donde no existan grandes misterios es sana para una pequeña empresa, y previene que se creen climas de desconfianza, dudas, rumores y celos infundados.

 

Construir espacios de intercambio

Una buena forma de establecer una cultura y vínculos entre todo el equipo es crear espacios comunes de intercambio. Este es un concepto amplio y dependerá de cada startup, pero puede tratarse de todo tipo de actividades, desde almuerzos o viajes cortos compartidos por todos, hasta reuniones semanales donde un miembro del equipo da una clase sobre un determinado tema.

Llevando el concepto al extremo, podemos encontrar ejemplos como el de OZ, un startup islandés (adquirido por Nokia en 2008) donde, una vez a la semana, un miembro del equipo invitaba a uno de sus padres para que lo ayude a cocinar un almuerzo para todo el equipo. También relacionado con comida, en la plataforma de preguntas y respuestas Quora se les cobra un “impuesto a las vacaciones” que implica que cualquiera que viaje debe volver con comida del lugar que visite para todo el equipo.

 

Estar atentos a las necesidades de los empleados

Finalmente, es importante estar atentos a las necesidades de los empleados. Como decíamos anteriormente, es imposible para un startup competir desde el punto de vista del salario y de los beneficios con las grandes empresas, sobre todo mientras da sus primeros pasos. Es por eso que siempre es recomendable estar atentos a sus necesidades, ser flexibles de forma tal de permitirles tener una vida personal, tratar de conseguir la mayor cantidad de extras posibles, y estar siempre atentos a sus ideas y gustos, de forma tal de mantenerlos motivados y trabajando con entusiasmo.

Construir una cultura no es tarea fácil, y aunque parezca algo sencillo que sucede de manera espontánea, en realidad requiere de bastante trabajo y de un esfuerzo colectivo. Es por eso que vale la pena ponerse al frente del esfuerzo y, así, ayudar a maximizar las posibilidades de éxito de nuestra compañía.

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¿CÓMO APROVECHAR AL MÁXIMO LA EXPERIENCIA EN UNA ACELERADORA DE NEGOCIOS?

Como ya hemos visto hace algunas semanas, ingresar en una aceleradora de negocios no es un proceso sencillo. No solamente no es fácil el proceso de selección, el cual varía ampliamente entre las distintas alternativas, sino que la verdadera dificultad radica en encontrar la aceleradora más adecuada para nuestro proyecto, y definir si estamos en el momento indicado para ingresar. Sin embargo, el verdadero desafío comienza una vez que estamos adentro.

Es que una vez que comenzamos a transitar el programa de aceleración, las oportunidades se multiplican de manera tal que resulta fácil perdernos, saturarnos, o incluso relajarnos demasiado y no aprovechar la experiencia, dando cosas por sentado. Al mismo tiempo, el cambio en el ritmo de trabajo es tal que adaptarnos puede tomarnos unas semanas, con lo que estaremos desaprovechando un tiempo sustancial para hacer grandes avances. Por eso hoy repasaremos algunos consejos para que aquellos emprendedores que están dando sus primeros pasos en una aceleradora de negocios, puedan aprovecharla al máximo y aumentar las probabilidades de construir una compañía sólida y exitosa.

 

No dar la experiencia por sentado

Uno de los principales desafíos —una vez que pasa la euforia inicial por haber sido aceptados— consiste en evitar dar la experiencia por sentado, y recordar que nuestro paso por la aceleradora es una situación excepcional que no se prolongará en el tiempo.

Es llamativa la velocidad con la que los seres humanos nos acostumbramos a las situaciones que estamos viviendo. Es por eso que es necesario recordarnos, día a día, que el tiempo que tenemos para aprovechar los recursos, a nuestros mentores y asesores, las posibilidades de capacitarnos, y hasta la oportunidad de conectarnos diariamente con otros emprendedores, inversores, y hasta con la prensa, es limitado y debe aprovecharse al máximo.

 

Saber qué es lo que no sabemos

Construir una compañía sustentable requiere de una gran cantidad de conocimientos en distintos campos. Incluso si tenemos experiencia previa, es concebible que no tengamos gran parte de los conocimientos necesarios para poder salir adelante. Es por eso que, al ingresar a una aceleradora, es recomendable hacer una lista de todo aquello en lo que necesitamos perfeccionarnos para luego pedir ayuda y capacitación al respecto, y para estar atentos a asistir a charlas, talleres, y otro tipo de actividades que nos ayuden a apuntalar ese conocimiento, y a aprender aquello de lo que no tengamos conocimiento.

Lógicamente, existen imprevistos y temas que desconocemos que existen, y que iremos descubriendo a lo largo del camino, por lo que nos resulta imposible anticiparnos. Pero es bueno hacer un ejercicio de humildad y aprovechar la oportunidad de aprender aquello que ya sabemos que no sabemos, y de dejarnos sorprender por aquellos conocimientos nuevos que podamos acumular.

 

Estar abiertos a las opiniones y sugerencias

Tener una visión y establecer un rumbo resulta fundamental para avanzar en la construcción de nuestro startup. Estar dudando permanentemente, o haciendo cambios en el producto, el modelo de negocios, o en nuestro mercado objetivo cada vez que nos encontramos con un obstáculo, o cada vez que leemos un blog que nos entusiasma con una nueva idea es totalmente contraproducente, y solo nos llevará a estancarnos y a no avanzar. Esto, sin embargo, no significa que debamos cerrarnos totalmente a las opiniones y sugerencias externas. Especialmente a aquellas vertidas por los asesores y expertos con los que nos encontramos en la aceleradora, o a las de otros emprendedores con quienes estamos compartiendo la experiencia.

Muchas veces, su punto de vista objetivo —o por lo menos alejado del proyecto— nos puede ofrecer una visión nueva y diferente acerca de lo que estamos haciendo, y resultar invaluable para repensar distintos aspectos de nuestro negocio. Es por eso que siempre es conveniente escuchar y mantener abierta la cabeza, y evitar caer en fundamentalismos, o en el facilismo de creer que tenemos todas las respuestas, incluso cuando sentimos que esto es así. Lógicamente esto no quiere decir que debamos hacerle caso a todos los consejos que recibamos, pero sí que estemos abiertos a aprender permanentemente de otras personas preparadas y talentosas que probablemente estén viendo algo que nosotros no.

 

Estar listos para ejecutar e iterar rápido

Un proceso de aceleración resulta ideal para probar nuevas ideas y conceptos, y para experimentar con nuestro producto. Es por eso que hay que estar listos para ejecutar rápido, observar resultados, e iterar.

Una buena forma de hacer esto es trabajar verdaderamente en equipo y dividirse las tareas. No tiene sentido que todo el equipo participe de cada reunión o taller, que visite a los clientes o usuarios, o se concentre en una determinada tarea. Si bien todo lo que hay para hacer es atractivo, es conveniente dividirse los roles y avanzar rápidamente en la ejecución de todo lo que encaremos, de forma tal que cuando se termine el programa, ya podamos haber definido —al menos en regla general— los procesos que nos llevarán a crecer y desarrollar nuestra compañía.

 

Aprovechar las oportunidades de networking

Uno de los mayores activos de una aceleradora de negocios está en la enorme oportunidad de conocer a otros emprendedores de nuestro sector, a inversores y fondos que nos pueden ayudar a obtener el capital que necesitamos para seguir creciendo e, incluso a periodistas que nos pueden resultar muy útiles a la hora de difundir nuestro proyecto. Y lo más importante, es que nos da la validación necesaria para lograr que esta gente nos escuche y nos abra las puertas.

Es por eso que, aunque a veces parezca un gran esfuerzo, vale la pena aprovechar todas las oportunidades para reunirnos con estas personas, o para conocerlas, ya sea en contextos formales como una charla o una reunión, o en espacios informales como fiestas y eventos sociales donde nos podamos conectar desde otro lugar.

 

Pedir lo que necesitamos

En la mayoría de los casos, el proceso de aceleración es una experiencia que se vive de a dos, y en el que tanto el equipo como la aceleradora tienen un enorme interés en que el proyecto salga adelante. Es por eso que, aunque parezca que no es nuestro lugar, es una buena práctica pedir ayuda cuando la necesitamos, incluso cuando esto exceda al programa mismo, o a los recursos con los que cuenta la aceleradora. En el mejor de los casos, estaremos resolviendo nuestro problema y abriéndoles las puertas a otros emprendedores para beneficiarse con lo que logramos y, en el peor, tendremos que buscar las respuestas por otro lado. De cualquier manera, siempre es mejor pedir y preguntar. Después de todo, para eso estamos ahí.

No perder el foco

Uno de los grandes riesgos a la hora de formar parte de un programa de aceleración, especialmente en las aceleradoras de alto perfil, yace en perder el foco sobre nuestro trabajo. Es por este motivo que es fundamental estar atentos y aprender a distinguir las oportunidades que resultan importantes para nuestro negocio, y aquellas que no lo son.

Para ser más concretos, en un entorno en el que existe una oferta permanente de eventos, charlas, workshops, capacitaciones, oportunidades de acercarse a la prensa y a nuevos inversores, y de participar de actividades organizadas por la aceleradora tanto para sus participantes como para nuevos aspirantes, y para públicos de otros ámbitos, resulta sencillo distraerse: corremos el riesgo de dedicar la mitad del tiempo a preparar presentaciones para mostrar nuestro startup a un inversor que no nos interesa, o que no tiene nada que ver con nuestro mercado —simplemente porque está la posibilidad— y de perder el tiempo realizando otras actividades igualmente inconducentes. Es por eso que, si bien no hay que dejar pasar oportunidades, tampoco hay que tomarlas absolutamente todas, y debemos ser conscientes de que no existe una verdadera posibilidad de acelerar nuestro negocio si no estamos enfocados en hacerlo.

Una aceleradora de negocios es un campo minado de oportunidades. Sin embargo, es necesario que sepamos navegarlo para que éstas no se vuelvan en nuestra contra, y terminen generando el efecto inverso al que buscamos en el momento en el que decidimos aplicar y empezar a participar.

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MICRO-ADQUISICIONES, LA NUEVA TENDENCIA.

Con el objetivo de reclutar talento, en Silicon Valley se imponen las micro-adquisiciones

Que su startup sea adquirida por una de las grandes compañías del mundo tecnológico es una de las mayores aspiraciones de todo emprendedor. O por lo menos configura uno de los dos escenarios deseados cuando se comienza un nuevo proyecto. Las otra alternativa es, por supuesto, convertirse en una empresa rentable, con peso propio, capaz de liderar un mercado por sí misma. Hasta hace poco tiempo, ambas opciones compartían varias características. Por ejemplo, ambas involucraban desarrollar la idea hasta el punto de crear un producto viable y probado, concebir un modelo de negocios sustentable, atravesar varias rondas de inversión, y dedicarle varios años al proyecto antes de que una de estas opciones se convirtiera en una realidad.  Pero hoy eso está cambiando.

Es que, cada vez en mayor medida, distintas compañías y startups exitosos de Silicon Valley están comenzando a adquirir nuevos emprendimientos en fases tan tempranas, que a veces ni siquiera existe un producto terminado capaz de demostrar algún tipo de resultado.

Es importante resaltar que no estamos hablando de adquisiciones del tipo acquihire, en las que una compañía compra a otra a un bajo costo orientado nada más que a cubrir lo puesto por los inversores, con el objetivo de contratar al equipo. Al mismo tiempo, a éste se le ofrece un buen salario y una suma importante, pero no millonaria, a la que accede solamente tras un determinado período de tiempo trabajando en la empresa compradora.

Las microadquisiciones, en cambio, son diferentes, ya que son compras reales en las que se pagan cifras que permiten que los inversores obtengan un retorno de varias veces su inversión, y que el equipo obtenga una ganancia y no solamente un buen salario y un puesto en la empresa compradora.

 

Una tendencia en crecimiento

Esta modalidad se ha vuelto cada vez más frecuente, y llegó al extremo a principio de este mes cuando Pinterest adquirió Hike Labs, un startup con un equipo de tan solo dos personas, que apenas había lanzado una beta cerrada de Drafty, el producto en el que estaban trabajando. Esta aplicación era nada menos que una nueva plataforma de blogging, concebida para ser utilizada desde un iPhone. Pero no fue la tecnología, ni claramente su mercado o base de clientes, lo que llevó a la red social a adquirir la compañía. En cambio, fue la posibilidad de sumar el talento de Jason Shellen y Mike Demers, sus fundadores —ambos con años de experiencia en la industria, y proyectos tales como Google Reader en su haber—, a su equipo.

Si bien el caso de Hike Labs puede confundirse un acquihire tradicional, este no es el caso de Kosei, otra compañía adquirida en enero de este año también por Pinterest. Enfocada en ofrecer recomendaciones personalizadas que vinculan a los avisos publicitarios móviles con el consumidor indicado, esta empresa fue comprada con el objetivo de sumar su plataforma tecnológica, y acelerar el desarrollo de avisos inteligentes en el sitio. Kosei, sin embargo, todavía no había llegado a anunciar —y mucho menos a lanzar— su producto, y con su equipo de 7 integrantes, se convirtió en una microadquisición en la que la red social pagó un alto precio por incorporar tecnología, talento, y por ahorrarse el tiempo de desarrollar su propia plataforma.

Otra red social que se ha volcado muy frecuentemente por este tipo de adquisiciones es Twitter. En el caso de esta compañía, el objetivo fue siempre ampliar su plataforma de manera veloz, e incorporar servicios que le permitieran competir con productos ascendentes que estaban ganando popularidad rápidamente. El caso más reciente fue el de la compra de Periscope, una aplicación que permite realizar transmisiones de video en tiempo real, y anunciarlas por la red social, la cual también funciona como plataforma de comentarios. Si bien la compañía tenía apenas diez empleados, y un producto que todavía no había lanzado, los rumores dicen que la red social pagó hasta $100 millones de dólares por hacerse de ella, acaso por la presión de desbancar a Meerkat, un producto exactamente igual que, en apenas unas semanas, había ganado gran popularidad y se estaba convirtiendo en el estándar. Otro ejemplo similar fue la compra de Vine en octubre de 2012 —apenas cuatro meses después de que fuera fundada, cuando apenas contaba con un equipo de tres personas, y antes siquiera de que el producto se diera a conocer— por una cifra que se rumorea en $30 millones de dólares.

Otras empresas, como Microsoft, también se han sumado a la tendencia. En marzo de este año, la compañía de Bill Gates adquirió LiveLoop, un pequeño startup de San Francisco que estaba construyendo un plug-in que permitía trabajar en presentaciones en PowerPoint de manera colaborativa sin instalar ningún tipo de software. Si bien ya había recibido dos rondas de un mismo inversor, el equipo de este startup se reducía a cinco personas. Un mes antes, Microsoft también había hecho otra microadquisición al hacerse de Sunrise, un calendario para iOS y Android, y de Acompli, un cliente de correo electrónico para esas mismas plataformas. Esta última compañía ya había recibido más de $7 millones de dólares de inversión, y tenía un equipo de 25 empleados.

Podemos citar otros ejemplos que reflejan que esta es una tendencia que se encuentra en pleno crecimiento y que empieza a cambiar las reglas del juego. Hasta hace pocos años, una adquisición del tamaño de la de Periscope solamente era posible para un startup con un producto sólido, un mercado desarrollado, y una facturación de millones de dólares (o por lo menos una tracción suficiente como para demostrar un enorme potencial). Hoy, la necesidad de innovar rápido, y de mantenerse vigentes frente a cientos de competidores que no son más que equipos pequeños, muy dinámicos, y con un gran foco en un solo producto, han llevado a que compañías más desarrolladas tengan que comenzar a comprar talento y herramientas que todavía no han demostrado su verdadero potencial, pero que parecen encajar bien con sus estrategias y sus necesidades de expandir sus productos. Si bien esto no siempre es barato —pues muchas de estas startups ya han recibido inversiones y no están interesadas en vender, salvo que se trate de una gran oportunidad— el costo es equiparable al de sumar a un equipo para desarrollar el producto desde cero y es, sobre todo, mucho más económico que permitir que un competidor se haga de esa tecnología, o del talento detrás de ella, y sea capaz de arrebatarle parte de su mercado. Algo que Twitter aprendió bien cuando Facebook adquirió Instagram.

 

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EL FONSOFT Y EL FONTAR: FONDOS DE PROMOCIÓN TECNOLÓGICA EN ARGENTINA

¿Qué son y cómo funcionan el FONTAR y el FONSOFT, los fondos de promoción tecnológica del Ministerio de Ciencia y Tecnología argentino?

Como hemos visto en otras oportunidades, existen distintas alternativas a la hora de obtener capital para financiar el crecimiento de nuestro startup. Y si bien en la mayoría de los casos estas opciones nos permitirán conseguir el dinero que necesitamos a cambio de una contraprestación, tal como entregar parte de nuestro capital accionario —como suele suceder cuando recibimos una inversión de cualquier tipo—, o devolver el dinero con intereses, como cuando pedimos un crédito, existe una alternativa que nos permite obtener capital sin dar nada a cambio, simplemente por el hecho de ser un potencial creador de empleo y por desarrollar una industria clave para el país. Se trata de los fondos públicos de promoción tecnológica, industrial, o destinados específicamente a fomentar la práctica emprendedora.

A partir de que han ido descubriendo el enorme aporte que los emprendedores son capaces de hacerle a la economía local, los gobiernos de distintos países de la región han comenzado a desarrollar este tipo de programas, en los que los Estados aportan dinero público a través de fondos especialmente constituidos para esta función. Esto lo hacen con la esperanza de que una gran parte de los proyectos receptores logren acelerar su crecimiento, o desarrollar sus negocios, y se conviertan en grandes o medianas empresas generadoras de nuevas fuentes de trabajo, exportadoras de productos o servicios, y desarrolladoras de tecnología que favorezcan a la industria local.

Y así como existen una gran multiplicidad de proyectos e industrias, existen todo tipo de fondos y programas, con características muy variadas. A nivel regional, el más conocido es sin lugar dudas Startup Chile, el cual se destaca por ser un programa cerrado en el que se selecciona a una cantidad limitada de proyectos vinculados a la tecnología e Internet, los cuales reciben $20 millones de pesos chilenos a través de un período de seis meses para desarrollar sus negocios. Esta iniciativa fue luego imitada por otros gobiernos tales como el colombiano y el brasileño, los cuales crearon sus propios fondos para fomentar la innovación. Sin embargo, en todos los casos se trata de programas de entrada, destinados a startups que se encuentran dando sus primeros pasos, aunque más adelante —una vez que el negocio demuestra su solidez y comienza a requerir de más dinero para seguir creciendo— existen programas de seguimiento que ofrecen más capital para desarrollarse en nuevas etapas.

Si bien en Argentina no hay un programa de estas características organizado por el Gobierno Nacional, sí existen distintos programas de fomento a la industria y a la actividad emprendedora administrados por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. En este caso nos enfocaremos en los dos más relevantes para la industria tecnológica: el FONSOFT y el FONTAR.

Estos programas, a diferencia del ejemplo chileno, no funcionan a partir de paquetes cerrados donde basta con aplicar y ser seleccionado para recibir una determinada cantidad de dinero. En cambio, se evalúa caso por caso la necesidad del proyecto, y se otorga el capital necesario (o el monto aprobado por el organismo) para cada compañía en particular.

 

El FONSOFT

El más relevante de estos fondos para la actividad emprendedora en tecnología en Argentina es el Fondo Fiduciario para la Promoción de la Industria del Software o FONSOFT, el cual nació en 2004 con el objetivo de ayudar a empresas y a emprendedores del sector informático a constituirse y luego, durante sus primeras etapas de crecimiento, a realizar investigaciones y desarrollos de productos específicos, a mejorar la calidad de sus procesos, o a capacitar a sus recursos humanos.

Para esto cuenta con distintas herramientas tales como subsidios, los cuales se dan en forma de aportes no reembolsables, y de créditos con baja tasa de interés que la compañía debe devolver luego de un determinado plazo.

 

El FONTAR

Este fondo, por otra parte, consta de distintos instrumentos de promoción destinados al mejoramiento de la productividad y el desarrollo tecnológico del sector industrial. Creado también en 2004 mediante la Ley de Promoción Industrial, este fondo ofrece subsidios y créditos para el mejoramiento de la capacidad innovadora de las empresas, para el desarrollo de proyectos tecnológicos enfocados en la actividad productiva, para la capacitación del personal, y para capitalizar incubadoras de proyectos que ayuden a nuevos startups a crear y hacer crecer sus negocios.

Para obtener los aportes no reembolsables de alguno de estos fondos, una compañía o emprendedor debe suscribirse a una de las distintas convocatorias públicas que se realizan varias veces al año, y que en cada oportunidad se limitan a un determinado tipo de proyectos. Los créditos, por otra parte, se pueden solicitar en cualquier momento a través de un sistema de Ventanilla Permanente. En el momento de escritura de este artículo, por ejemplo, existen una convocatoria abierta en el FONSOFT para compañías que deseen obtener fondos para realizar certificaciones de calidad, o para empresas o startups que apunten a desarrollar “nuevos de procesos de software, productos, servicios, sistemas o soluciones en tecnología y/o telecomunicaciones”. En el primero de los casos, quienes deseen participar pueden solicitar hasta $600.000 pesos en aportes, y en el segundo hasta $1.700.000 pesos. Estas cifras variarán de acuerdo con el fondo al que la compañía se suscriba, y con el monto que la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica le adjudique una vez aprobada su participación en el programa.

El dinero que ofrecen estos fondos no se otorga por adelantado, no cubre la totalidad de la inversión realizada por el beneficiario, ni tampoco supone una inversión ciega en la compañía. En cambio, el dinero se entrega en forma de reembolsos que se realizan a lo largo de un determinado período de tiempo, y que se van aprobando una vez realizado cada gasto. De esta manera, la empresa recibe una porción de lo que ya ha desembolsado en la forma de un reintegro que nunca será superior al 50%, por lo cual es necesario contar con el dinero que se va a gastar. Es por eso que estos programas funcionan mejor en compañías que acaban de recibir una inversión y que, de esta forma, pueden maximizarla recibiendo reembolsos de la mitad de lo que utilizan, o en su defecto cuando acceden a un crédito a través del cual se capitalizan. Por el contrario, resultan inútiles para compañías que no cuentan con el capital a invertir ya que, si no gastan, no tienen forma de recibir el dinero.

Como podemos ver, comprender el funcionamiento de estos fondos no resulta del todo sencillo. Por otra parte, dado que cada fondo cuenta con una gran variedad de instrumentos de promoción —es decir, acceso a programas a los que los emprendedores y compañías pueden aplicar para recibir sus fondos —, que ascienden a siete en el caso del FONSOFT, y a 27 en el caso del FONTAR, es necesario estar atentos para aplicar al correcto de acuerdo con nuestros objetivos, ya que de otra manera no lograremos obtener la aprobación necesaria.

Otra cuestión a tener en cuenta es que el proceso de inscripción en estos programas dista de ser rápido.  Aunque su objetivo sea fomentar la innovación tecnológica, la solicitud consta de distintos formularios que deben ser entregados —en formato papel junto con documentación complementaria que acredite la existencia de la empresa y del proyecto que se busca llevar adelante— en la mesa de entradas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en la calle Godoy Cruz 2370 del Barrio de Palermo, ciudad de Buenos Aires.

Si bien, de acuerdo con los representantes de la Agencia Nacional de Promoción Tecnológica e Industrial que maneja estos fondos, la aprobación de una solicitud y la implementación del plan se realiza en unos pocos meses, la experiencia práctica de algunos emprendedores fue diferente.

Un emprendedor de una provincia del interior que dialogó con nosotros y prefirió no ser identificado, comentó que, antes de recurrir a una de las principales aceleradoras ubicadas en Buenos Aires, aplicó al FONSOFT con el fin de obtener fondos para financiar el desarrollo de una nueva aplicación. Dos años más tarde, todavía no había obtenido respuesta. Similar fue el caso de otro emprendedor porteño, quien no logró que le aclararan si todavía tenía posibilidades de recibir el subsidio, más de un año después de aplicar.

Sin embargo, de acuerdo con datos del organismo, en 2013 solamente —el año más reciente del que se tienen datos— se otorgaron unos $46.533.620 pesos en aportes no reembolsables a unos 191 proyectos a través del FONSOFT, y $156.331.488 pesos a 357 proyectos a través del FONTAR, con lo que es posible que los casos citados sean excepciones, y no la regla.

De cualquier modo, si bien pueden resultar de una gran ayuda, es necesario saber que aplicar a estos fondos requerirá de una gran dosis de paciencia y dedicación, ya que en todos los casos se trata de una experiencia plagada de burocracia y plazos prolongados. Es concebible que mediante estas herramientas se vayan mostrando buenos resultados, y un fomento real a la actividad emprendedora y a la innovación, y que los mecanismos para llevarlos adelante se simplifiquen y se vuelvan más amigables.

CUATRO FONDOS QUE INVIERTEN EN TECNOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA

Existen diferentes alternativas a la hora de obtener capital para tu Startup. Pero cuando se trata de un proyecto exitoso, las primeras instancias dejan de ser suficientes. Alternativas como las incubadoras y aceleradoras de negocios, e incluso los inversores ángel, son sólo válidas cuando un proyecto está dando sus primeros pasos, validando su modelo de negocios, o recorriendo el principio de una curva ascendente. ¿Pero qué sucede cuando la inyección de capital que necesitamos es mayor a la que nos puede ofrecer una de estas instituciones o un pequeño inversor? En ese caso, lo más frecuente es recurrir a un fondo de inversión.

Si bien a la hora de buscar grandes inversiones un viaje a Silicon Valley es lo primero que se nos viene a la mente, muchas veces obtener capital de un VC como Sequoia no resulta tan sencillo. Especialmente si nuestro startup está ubicado en América Latina, y tiene a los consumidores (o compañías) de la región como público objetivo. En esos casos —aunque siempre es bueno barajar todas las alternativas— probablemente sea más sencillo comenzar por uno de los distintos fondos basados en Latinoamérica, o con grandes intereses en la región, los cuales suelen invertir en proyectos de origen o proyección local.

Es por eso que hoy vamos a concentrarnos en cuatro de los principales fondos que, durante los últimos años, han surgido o invertido en nuestra región, y que constituyen posibles buenos aliados a la hora de dar un gran salto con nuestra compañía.

 

KaSZek Ventures

El primer VC que repasaremos es, también, uno de los más reconocidos, por lo menos en Argentina. Se trata de KaSZek Ventures, un fondo fundado por Hernán Kazah y Nicolás Szekasy en 2011 con el objetivo de invertir en startups tecnológicas de alto potencial basadas en América Latina. Con un portfolio envidiable, que incluye a compañías de la talla de Restorando.com, Netshoes, y GoIntegro, entre otras, este fondo basado en Montevideo, Uruguay, se caracteriza por aportar más que capital a las empresas en las que invierte. Además de entre $0,5 y $5 millones de dólares, KaSZek pone a disposición de sus empresas visión y guía desde el punto de vista estratégico, soporte operacional, y una enorme red de socios y clientes estratégicos que permiten desarrollar nuevas oportunidades de negocio.

Uno de los motivos que hacen a KaSZek Ventures uno de los fondos más notables de América Latina, es el hecho de que ya cuenta con dos grandes exits. Se trata del startup uruguayo Pedidos Ya, adquirido por los alemanes de Delivery Hero en junio de 2014; y de la argentina Eventioz, adquirida por Evenbrite en septiembre de 2014. Además, este fondo lleva levantados más de $191 millones de dólares en dos rondas de capital, por parte de inversores que incluirían a firmas de la talla de Horsley Bridge Partners y Sequoia Heritage. La intención de la compañía es invertir un 75% de este dinero en startups enfocadas en Brasil, y el resto en otros países de la región.

 

Amerigo Ventures

Amerigo Ventures es un fondo de inversión lanzado en 2012 con el objetivo de invertir en startups vinculados a los mundos digital y tecnológico. Creado por Telefónica y fondeado principalmente por esa compañía, este fondo comenzó sus operaciones en cuatro mercados de manera paralela, tres de ellos ubicados en América Latina. Se trata de Brasil, Chile y Colombia. En 2014, también se expandió al mercado mexicano.

En cada uno de estos países el fondo es manejado por una administradora diferente. En Colombia, donde ya invirtió en 20 compañías, Amerigo está manejado por la española Axon Partners Group y cuenta con $60 millones de dólares para invertir, en un 60% en compañías en fase de crecimiento, y el 40% en la fase inicial de startups disruptivas.

En Chile, el fondo depende de la firma Inversur, la cual ya invirtió en cuatro compañías, aunque cuenta con un total de $50 millones de dólares, en parte aportados por el ente estatal CORFO, con los que planea invertir de manera similar en todo el Cono Sur.

En total, Amerigo cuenta con €235 millones de Euros, con los que planea invertir especialmente en nuestra región.

 

Redpoint eVentures

Este fondo, de más de $1.900 millones de dólares, fue fundado en 1999 en Menlo Park, California, y se ha convertido en uno de los más prestigiosos de Silicon Valley tras invertir en compañías de la talla de Groupon, MySpace, Netflix, TiVo, Path y Stripe, y otras 181 compañías.

Con 43 IPOs y 69 adquisiciones en su haber, este VC sin lugar a dudas entiende de negocios tecnológicos y digitales, en los que invierte a través de cinco fondos propios.

El motivo por el que Redpoint Ventures forma parte de esta lista tiene que ver con que la compañía ha establecido una oficina en San Pablo, Brasil, desde donde ha direccionado inversiones en compañías basadas o enfocadas en ese mercado. Sin embargo, el país tropical no es su único foco en la región, ya que la compañía también ha invertido en otras empresas con miras al mercado latinoamericano, tales como la venezolana (y ruego relocalizada en Miami) OpenEnglish, y la argentina FormaFina.

 

Monashees Venture

Este fondo, netamente brasileño, se enfoca en invertir sumas de entre $500 mil dólares y $5 millones de dólares en startups vinculadas con negocios digitales y tecnológicos, especialmente en Brasil.

Con sede en San Pablo, Monashees nació en 2005 y, durante años, se enfocó en trabajar con un máximo de hasta tres compañías al año, con el objetivo de poder ofrecer asesoramiento y guía, además de capital. Sin embargo, a partir de 2011 el portfolio de este VC comenzó a expandirse, con lo que al día de hoy lleva invertido dinero en unas 23 compañías distintas, entre las que se destacan el sitio de compras colectivas Peixe Urbano, y BooBox, una compañía que ofrece soluciones escalables de publicidad en redes sociales. Si bien ya cerró sus puertas, este fondo también invirtió fuera de Brasil en el startup argentino Popego.

El mercado inversor en América Latina está en pleno crecimiento, y la llegada de fondos extranjeros que apuestan tanto al mercado como al talento local es cada vez mayor. Es por eso que las oportunidades —a la hora de buscar capital para impulsar todo tipo de negocios, pero especialmente aquellos vinculados al terreno de lo digital— son cada vez mayores.

¿DE QUÉ DEBE ASEGURARSE UN EMPRENDEDOR ANTES DE PRESENTARSE EN UNA ACELERADORA DE NEGOCIOS?

Ser aceptados en una aceleradora de negocios es, para muchos emprendedores, un momento trascendental en el desarrollo de sus negocios. Con acceso a múltiples herramientas, mentores de primera línea, la posibilidad de hacer networking con algunos de los mejores inversores y fuentes de financiamiento de la región, la posibilidad de difundir sus proyectos, y la chance de aprender de la experiencia de algunos de los mejores entre sus pares, participar de uno de estos programas es, sin lugar a dudas, una experiencia de enorme valor que significa un antes y un después.

Ser aceptado en una aceleradora, sin embargo, no es tarea fácil y requiere atravesar un cierto proceso, en el que es necesario demostrar que tanto el equipo como el proyecto se encuentran preparados y podrán aprovechar al máximo la experiencia, para dar el puntapié que hará crecer al negocio de manera exponencial para convertirlo en un verdadero éxito. Es por eso que antes de someterse al arduo proceso de admisión —el cual insume tiempo, esfuerzo, y la pérdida de foco en el negocio— es necesario considerar algunas cuestiones:

 

  1. ¿Estamos aplicando a la aceleradora indicada?

No existe sólo una aceleradora de negocios y, por lo tanto, no existe sólo una manera de encarar el proceso. Antes de sumergirse en la tarea de aplicar, entrevistarse, en algunos casos presentar un pitch, y finalmente negociar los términos del acuerdo (o aceptar lo que nos proponen, si se trata de un programa cerrado), es importante asegurarnos de que la aceleradora a la que queremos postularnos es la adecuada para nosotros.

Determinar esto no resulta sencillo, y depende de distintas cuestiones. Una de las más importantes tiene que ver con el foco de nuestro negocio, y la experiencia de la aceleradora en cuestión. Si nos dedicamos a un negocio agropecuario, una aceleradora con foco en la industria móvil probablemente no sea el mejor fit para nuestro proyecto, ya que no podrá proveernos de conocimientos, mentoría, ni acceso a inversores de nuestro rubro. Es por eso que es necesario investigar cuáles son nuestras opciones, y escoger las más adecuadas antes de avanzar.

Al mismo tiempo, es recomendable observar cómo fue la experiencia previa de la aceleradora con otros startups similares al nuestro, si es que la hubo. ¿Lograron estos crecer y cumplir sus objetivos? ¿Alguno recibió una inversión importante o un cliente estratégico que lo ayudara a crecer? ¿Obtuvieron los participantes anteriores cobertura de la prensa? Responder a todas estas preguntas puede ayudarnos a descubrir si existen puntos de contacto entre la aceleradora y nuestro proyecto, y si ésta podrá ayudarnos a crecer de la manera que necesitamos.

 

  1. ¿Cómo es la comunidad que forma parte de esta aceleradora?

Una buena forma de ayudarnos a determinar si una aceleradora es la mejor para nosotros es observar a la comunidad de emprendedores, mentores, inversores, periodistas y colaboradores en la que se encuentra inmersa.

La mejor manera de empezar a conocer esta comunidad es visitando los perfiles sociales de la aceleradora y los startups participantes, leyendo los blogs de sus referentes y sus comentarios, y asistiendo a las reuniones informativas, talleres y otros eventos organizados por todos ellos. De esta manera será posible ver de cerca la dinámica de trabajo, el perfil de las personas que participan, y descubrir si nos sentimos cómodos y a gusto en ese entorno.

 

  1. ¿Cómo es la cultura de esa aceleradora?

Un aspecto importante a tener en cuenta tiene que ver con la cultura de la aceleradora a la que queremos aplicar. ¿Se trata de un programa muy intensivo, como Y Combinator, en el que se espera que trabajemos día y noche durante el período de aceleración para lograr distintas metas? ¿O se trata de un programa más relajado? ¿Es necesario estar presentes en una determinada ciudad, o trabajar todos los días en el espacio de oficina que nos asignan? Estas son apenas unas pocas de las preguntas que debemos hacernos para darnos cuenta de si existen coincidencias entre las expectativas que la aceleradora tendrá de nuestro equipo, y lo que nosotros estamos dispuestos, o somos capaces de dar. Es posible que un emprendedor o emprendedora que acaba de tener un hijo no tenga la posibilidad de relocalizarse, de trabajar 18 horas al día, o de asistir a reuniones y capacitaciones durante la noche. En ese caso, una aceleradora que demande esos sacrificios no será la adecuada. Al mismo tiempo, si esos son nuestros planes, una aceleradora donde el ambiente es más distendido, y los tiempos más prolongados, puede no ser lo que necesitamos.

 

  1. ¿Cómo fue la experiencia de otros participantes del programa?

No hay mejor método para conocer en profundidad una aceleradora que aprender de la experiencia de quienes pasaron por el programa anteriormente. Los emprendedores suelen ser abiertos y estar dispuestos a contar sus vivencias, así como a aconsejar a otros que están pensando en seguir sus pasos. Es por eso que, antes de dar los primeros pasos y aplicar a un programa, siempre es conveniente comunicarse con startups que ya hayan pasado por él.

Esto nos permitirá no solamente descubrir qué estrategias utilizaron los equipos que ya fueron aceptados para que los eligieran, sino también aprender de su experiencia de antemano y anticipar qué se esperará de nosotros en la aceleradora, cuáles son sus fortalezas, sus debilidades, y cómo debemos manejarnos una vez dentro para aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece.

Cultivar una buena relación con los emprendedores que ya están dentro es también una estrategia inteligente para lograr que personas que ya están ahí les hablen de nosotros y de nuestra startup a quienes, en definitiva, tomarán la decisión de aceptar y acelerar nuestro proyecto.

 

  1. ¿Cuáles son las condiciones del contrato?

Así como hay distintos tipos de programas, ofrecidos por distintas clases de aceleradores, existen condiciones diferentes para acceder a cada uno. Así como algunas aceleradoras les exigen a sus participantes que paguen un canon mensual (que generalmente se deduce de la inversión inicial que ésta hace en el proyecto), otras solamente piden un porcentaje del capital accionario.

Si bien en regla general los programas de aceleración exigen condiciones que no son negociables, siempre es recomendable contar con algún tipo de asesoría legal externa que permita asegurarnos de que no estamos firmando un contrato que terminará costando caro en el futuro, ya sea dificultando la posibilidad de recibir una inversión, o de retener el control de la compañía una vez que esto ocurra. De esta forma, será posible determinar si nos conviene o no firmar con esa aceleradora antes de quedar formalmente admitidos.

 

  1. ¿Es el momento adecuado de aplicar?

Finalmente cabe preguntarse si estamos atravesando el momento indicado para aplicar a la aceleradora a la que apuntamos. Muchas veces sabemos que podremos sacarle el jugo a un determinado programa, pero es posible que nuestro startup todavía no haya alcanzado el momento de maduración indicado. En algunas aceleradoras, por ejemplo, será necesario haber definido correctamente el producto y el modelo de negocios antes de aplicar. En otras, será necesario contar con una cierta tracción y estar facturando. En otros casos, apenas basta con mostrar potencial y entusiasmo.

Es por eso que es prudente conocer las expectativas del equipo de la aceleradora de la que queremos formar parte, y ser honestos con nosotros mismos para evaluar si estamos en el punto justo, si todavía no lo alcanzamos, o si ya lo pasamos hace tiempo.

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LA GASTRONOMÍA SE CONVIRTIÓ EN UNO DE LOS RUBROS MÁS ATRACTIVOS PARA LOS VCs

Existe una tendencia que comenzó a acentuarse durante 2014 y que en 2015 no muestra signos de empezar a declinar. Se trata del creciente interés de los VCs, las aceleradoras de negocios, y otros inversores del espacio tecnológico en los startups relacionados con la gastronomía. De acuerdo con CB Insights, esta categoría de negocios recibió un total de $688 millones de dólares en inversiones en el tercer cuatrimestre de 2014, continuando una tendencia al crecimiento que ya se había manifestado en el segundo cuatrimestre de ese año, con un máximo de casi $600 millones de dólares, lo que convirtió a 2014 en un año excepcional para ese mercado.

Solo en los primeros tres cuatrimestres del año pasado, un total de 107 startups vinculadas a la gastronomía recibieron un total de $1,5 mil millones de dólares en capitalización. Y esto solo abarca al sector del delivery online y móvil. Pero el fenómeno se extiende mucho más allá, y engloba a todo tipo de emprendimientos. Desde compañías que proveen servicios a restaurantes —tales como menús electrónicos— hasta proyectos que buscan reinventar por completo la forma en la que nos alimentamos.

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Para poner los números en perspectiva, es importante tener en cuenta que el grueso de estas inversiones se dio en unas pocas compañías post serie-A, tales como FoodPanda, Postmates, Blue Apron, y Delivery Hero, las cuales levantaron inversiones cuantiosas y continúan su rápida expansión. A nivel regional, este rubro también experimentó algunos casos de éxito, tales como el de Restorando y Pedidos Ya, la primera una compañía dedicada a la reserva de mesas en restaurantes, y la segunda a organizar y facilitar el espacio de la orden de delivery de comida a través de la web. Ambas levantaron rondas de $16,5  y $7,5 millones de dólares respectivamente.

La llegada de la tecnología al mundo gastronómico

Luego de cambiar por completo la forma en la que nos comunicamos, compramos, trabajamos, y hasta viajamos, el mundo emprendedor ha comenzado a enfocarse en un terreno más mundano en el que, hasta hace algunos pocos años, prácticamente no se había involucrado. Y tiene que ver con la forma en que la comemos.

Es por eso que durante los últimos dos años surgieron todo tipo de proyectos tales como E la Carte —el cual levantó más de $52 millones de dólares en inversión para financiar la expansión de su cartera de aplicaciones para restaurantes, entre las que se destacan un menú electrónico y un sistema de pagos— y Delivery Hero, un startup alemán fundado en 2011 y que, como varios otros, permite ordenar comida desde casa o la oficina, y ya lleva levantados más de $1.300 millones de dólares en 11 rondas diferentes.

Pero el cambio no está llegando solamente a los restaurantes. Otros startups, tales como Blue Apron, el cual lleva levantados $58 millones de dólares en 3 rondas de inversión y permite adquirir cajas con todos los ingredientes para preparar comidas sanas en casa, están llevando el cambio hasta la forma en la que comemos en nuestros hogares. Otros proyectos como Revolution Foods, compañía que levantó $62,8 millones de dólares en inversión, ayudan a preparar viandas de comida sana para llevar a los colegios. Algo similar sucede con Zero Cater, la cual pretende hacer lo propio con las oficinas, y lleva levantada una ronda de $1,5 millones de dólares.

El futuro de la alimentación

Una de las ramificaciones más llamativas de esta tendencia, tiene que ver con el crecimiento de startups vinculadas con la reinvención, no ya de cómo experimentamos un restaurante, o de cómo pedimos nuestra comida, sino de la comida misma.

Uno de los ejemplos más claros está dado por Soylent, un alimento en polvo que apunta a convertirse en un reemplazo de la comida, ya que contiene todas las vitaminas, minerales, proteínas, y carbohidratos necesarios para la nutrición humana. Este producto ha despertado un gran interés no solo entre algunos conocidos inversores y VCs como Andreessen Horowitz, Lerer Ventures, Hydrazine Capital e Y Combinator, quienes en total invirtieron unos $2,3 millones de dólares en la compañía, sino que entre toda la comunidad emprendedora, en la que no son pocos quienes probaron reemplazar su dieta por este nuevo producto.

Otro ejemplo viene de la mano de un startup que tiene el potencial de cambiar para siempre el contenido de nuestras dietas, de terminar con el hambre en el mundo, y hasta de acabar con el problema del cambio climático, todo en un solo producto. Se trata de Modern Meadow, una compañía cuyo foco está puesto en crear carne y cuero a partir de una técnica llamada biofabricación llevada adelante en un laboratorio. Es decir, crear carne sin la necesidad de criar vacas y otros animales. Esto permitiría aumentar la producción de alimentos, sin depender de la crianza de animales, los cuales consumen gran parte de la producción de granos a nivel mundial, y contribuyen en gran medida al efecto invernadero por sus emisiones de gas metano. Aunque parezca difícil de creer, la empresa ya ha logrado producir sus primeras hamburguesas con esta técnica, y ha sido capaz de levantar unos $10 millones de dólares en su última ronda de inversión. Anteriormente ya había recibido dinero de Sequoia Capital, y de Peter Thiel.

Por último cabe destacar que el espacio del crowdfunding también se encuentra repleto de nuevos productos que buscan instalar nuevos alimentos. Algunos ejemplos son Six Foods, que levantó más de $70.000 dólares en Kickstarter para crear snacks hechos a base de insectos; y Real Food Blends, que utilizó IndieGogo para crear comidas reales para personas que se alimentan a través de tubos.

Como puede observarse, el mercado de la gastronomía está creciendo a pasos agigantados, y se ha convertido en uno de los más calientes para el mundo inversor, tanto en Silicon Valley como en otros ecosistemas como el europeo. Tratándose de una necesidad básica para todo ser humano, y de una de nuestras experiencias sociales favoritas, tiene sentido pensar que, con un producto sólido y una buena estrategia de marketing, muchas de estas compañías seguirán creciendo y ofreciendo un buen retorno de inversión.

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¿CUÁLES SON LOS PROS Y LOS CONTRAS DE ARMAR UN EQUIPO REMOTO?

El mundo moderno ofrece una serie de oportunidades que antes eran impensables. A nivel laboral, la más llamativa es la posibilidad de trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar. Es por eso que no resulta curioso que, así como cada vez más grandes empresas ofrecen la posibilidad a sus empleados de teletrabajar algunas veces por semana, cada vez más startups opten por crear equipos remotos, en los que las personas eligen el momento y el lugar en el que desarrollan sus tareas. Esta modalidad, sin embargo, no se encuentra desprovista de desafíos, por lo que hoy vamos a conocer los pros y los contras de este tipo de trabajo:

 

Pro: Es más fácil armar un equipo talentoso y diverso

Encontrar a las personas adecuadas para hacer el trabajo que necesitamos es siempre un desafío. Y cuando limitamos las posibilidades agregando condiciones como que el empleado debe vivir en una determinada ciudad o área la cosa se vuelve aún más complicada. Trabajar de manera remota elimina muchas de estas restricciones, y permite encontrar a personas talentosas virtualmente en cualquier lugar en el mundo. Ya sea que busquemos por medio de contactos y conocidos, a través de redes sociales como Linkedin, o sitios de búsqueda de empleo, ampliar el área geográfica aumentará exponencialmente las probabilidades de dar con la persona adecuada. Todo lo que nuestros empleados necesitan es una buena conexión a Internet y buena predisposición para trabajar de este modo.

 

Pro: Los gastos mensuales se reducen

Sin lugar a dudas, una de las ventajas más fáciles de percibir cuando se toma la decisión de crear una compañía 100% virtual tiene que ver con la enorme reducción en los gastos mensuales. Un equipo que trabaja desde casa es un equipo que no requiere de oficinas —con todo lo que éstas implican— ni de insumos como artículos de librería, impresoras, o máquinas de café espresso. Si bien muchas compañías optan por darles a sus empleados remotos herramientas de trabajo como un teléfono celular y una laptop, así como herramientas que les permiten trabajar desde el lugar que prefieran y que tienen un costo mensual, estos gastos son muy menores a los que supone mantener un espacio de oficina. Esto significa que hay más dinero para contratar a un mejor equipo, y para invertir en el desarrollo del negocio.

 

Pro: El equipo trabaja con mayor libertad

Aunque muchos ya estamos acostumbrados, trabajar de 9 a 6 puede resultar desgastante. El trabajo de oficina limita mucho nuestra libertad, y un trámite tan sencillo como ir al banco, o tomarse una hora para ir al dentista se termina convirtiendo en un proceso burocrático, o en una actividad que hacemos con culpa por no estar ocupando nuestro puesto de trabajo. El trabajo remoto elimina este problema porque, incluso cuando se establece un horario de referencia, los empleados remotos tienen mayor libertad para manejar sus tiempos, así como la capacidad de trabajar desde cualquier lugar y en el momento que les resulte más conveniente. Al mismo tiempo, este tipo de trabajo ahorra mucho tiempo eliminando las horas de viaje hacia y desde el trabajo, por lo que el día rinde más.

 

Pro: El equipo se vuelve más productivo

La libertad para trabajar en el momento más conveniente y el cambio de paradigma —de un trabajo por horas, por uno por objetivos— tiende a aumentar la productividad de los equipos. Al mismo tiempo, se reducen significativamente la cantidad de reuniones y tiempos muertos. Sin embargo, existe un gran desafío tanto para los empleados como para los emprendedores, y tiene que ver con aprender a desconectarse del trabajo. La posibilidad de estar contactado durante todo el día tiende a generar una conexión constante con el trabajo, que a la larga produce desgaste y un declive en el rendimiento individual. Es por eso que es necesario poner límites y evitar que trabajar desde casa se convierta en vivir en el trabajo.

 

Contra: La comunicación no siempre es tan sencilla como parece

Aunque existen cada vez más herramientas que hacen que la comunicación sea más fácil, a veces la distancia puede resultar complicada. Los principales desafíos tienen que ver con coordinar el trabajo entre miembros del equipo que se encuentran distribuidos en distintos husos horarios, o que optan por trabajar en momentos diferentes del día. Para resolver este inconveniente, muchas empresas se organizan eligiendo un momento del día para hacer una reunión corta, de entre quince y treinta minutos, para coordinar el trabajo de todos, establecer objetivos y prioridades, y escuchar los problemas que está teniendo cada uno. De esta forma se fija la agenda del día, y cada uno puede trabajar cómo, cuándo y dónde prefiera. Al mismo tiempo, gracias a herramientas de chat privadas como Hipchat o Slack, el equipo permanece en contacto durante todo el día y las diferentes personas pueden hacerse consultas, o dejarse mensajes en cualquier momento y entablar conversaciones. Este tipo de trabajo, lógicamente, no siempre es el más adecuado, y dependerá de las funciones de cada miembro del equipo el cómo lo llevará adelante.

 

Contra: Crear una cultura corporativa se convierte en un desafío mayor

Cada organización tiene una cultura. Se trata de valores y objetivos, y una forma de hacer las cosas, un modo de comunicarse internamente, y códigos que le son propios. Muchas veces estos elementos surgen naturalmente, sobre todo durante las primeras etapas de un startup, a partir de la interacción diaria de sus miembros. Sin embargo, cuando se trabaja de manera virtual con un equipo remoto, esto no siempre resulta sencillo. Es por ese motivo que muchos startups, tales como Zapier, y la aplicación de ayuda en línea Olark desarrollan todo tipo de técnicas para construir una cultura propia. Entre otros elementos, fomentan la conversación informal sobre temas no necesariamente relacionados con el trabajo en el chat de la compañía, de forma tal de que todo el equipo se conozca a un nivel más personal; y organizan uno o dos encuentros anuales donde todos los empleados se reúnen y hacen actividades al aire libre, y otras tareas conjuntas que ayudan a crear esta cultura y a generar confianza entre todo el equipo.

 

Contra: No todos estamos hechos para trabajar de esta manera

A pesar de todas sus ventajas, no todos estamos hechos para el trabajo remoto. Hay personas que simplemente no cuentan con la disciplina para administrar su propio tiempo, o que necesitan del elemento sociabilizador del trabajo. En el primero de los casos es posible resolver el problema. Trabajar en un equipo remoto requiere de un cierto aprendizaje, y con voluntad y esfuerzo se convierte en un hábito que se adquiere rápido. El segundo escenario es más complicado. Algunas compañías como 37Signals, pionera en la implementación de este tipo de trabajo, cuentan con una oficina central donde los empleados que así lo prefieran puedan ir a trabajar y llevar adelante sus tareas de manera más tradicional. En otros casos, simplemente habrá que reconocer que no existe un fit entre el startup y el empleado, y que éste deberá buscar otro empleo.

 

Contra: Realizar y recibir pagos puede ser complicado

Este punto no se aplica a muchas partes del mundo, pero emprender en Argentina y en otros países de Latinoamérica a veces conlleva desafíos extras que hay que tener en cuenta. Tener empleados remotos implica que, a veces, el pago de salarios, viáticos y otros haberes deberá hacerse a través de una transferencia bancaria a una cuenta ubicada en otro país. Cualquiera que lo haya intentado sabe que esto puede no ser fácil, o barato. Al mismo tiempo, resultará conveniente consultar a un buen abogado y a un contador como manejar el pago de impuestos y cargas sociales cuando se contrata a un extranjero que reside en el exterior.

El trabajo remoto no es para todos. Pero sin lugar a dudas vale la pena hacer el intento.

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