Ser aceptados en una aceleradora de negocios es, para muchos emprendedores, un momento trascendental en el desarrollo de sus negocios. Con acceso a múltiples herramientas, mentores de primera línea, la posibilidad de hacer networking con algunos de los mejores inversores y fuentes de financiamiento de la región, la posibilidad de difundir sus proyectos, y la chance de aprender de la experiencia de algunos de los mejores entre sus pares, participar de uno de estos programas es, sin lugar a dudas, una experiencia de enorme valor que significa un antes y un después.

Ser aceptado en una aceleradora, sin embargo, no es tarea fácil y requiere atravesar un cierto proceso, en el que es necesario demostrar que tanto el equipo como el proyecto se encuentran preparados y podrán aprovechar al máximo la experiencia, para dar el puntapié que hará crecer al negocio de manera exponencial para convertirlo en un verdadero éxito. Es por eso que antes de someterse al arduo proceso de admisión —el cual insume tiempo, esfuerzo, y la pérdida de foco en el negocio— es necesario considerar algunas cuestiones:

 

  1. ¿Estamos aplicando a la aceleradora indicada?

No existe sólo una aceleradora de negocios y, por lo tanto, no existe sólo una manera de encarar el proceso. Antes de sumergirse en la tarea de aplicar, entrevistarse, en algunos casos presentar un pitch, y finalmente negociar los términos del acuerdo (o aceptar lo que nos proponen, si se trata de un programa cerrado), es importante asegurarnos de que la aceleradora a la que queremos postularnos es la adecuada para nosotros.

Determinar esto no resulta sencillo, y depende de distintas cuestiones. Una de las más importantes tiene que ver con el foco de nuestro negocio, y la experiencia de la aceleradora en cuestión. Si nos dedicamos a un negocio agropecuario, una aceleradora con foco en la industria móvil probablemente no sea el mejor fit para nuestro proyecto, ya que no podrá proveernos de conocimientos, mentoría, ni acceso a inversores de nuestro rubro. Es por eso que es necesario investigar cuáles son nuestras opciones, y escoger las más adecuadas antes de avanzar.

Al mismo tiempo, es recomendable observar cómo fue la experiencia previa de la aceleradora con otros startups similares al nuestro, si es que la hubo. ¿Lograron estos crecer y cumplir sus objetivos? ¿Alguno recibió una inversión importante o un cliente estratégico que lo ayudara a crecer? ¿Obtuvieron los participantes anteriores cobertura de la prensa? Responder a todas estas preguntas puede ayudarnos a descubrir si existen puntos de contacto entre la aceleradora y nuestro proyecto, y si ésta podrá ayudarnos a crecer de la manera que necesitamos.

 

  1. ¿Cómo es la comunidad que forma parte de esta aceleradora?

Una buena forma de ayudarnos a determinar si una aceleradora es la mejor para nosotros es observar a la comunidad de emprendedores, mentores, inversores, periodistas y colaboradores en la que se encuentra inmersa.

La mejor manera de empezar a conocer esta comunidad es visitando los perfiles sociales de la aceleradora y los startups participantes, leyendo los blogs de sus referentes y sus comentarios, y asistiendo a las reuniones informativas, talleres y otros eventos organizados por todos ellos. De esta manera será posible ver de cerca la dinámica de trabajo, el perfil de las personas que participan, y descubrir si nos sentimos cómodos y a gusto en ese entorno.

 

  1. ¿Cómo es la cultura de esa aceleradora?

Un aspecto importante a tener en cuenta tiene que ver con la cultura de la aceleradora a la que queremos aplicar. ¿Se trata de un programa muy intensivo, como Y Combinator, en el que se espera que trabajemos día y noche durante el período de aceleración para lograr distintas metas? ¿O se trata de un programa más relajado? ¿Es necesario estar presentes en una determinada ciudad, o trabajar todos los días en el espacio de oficina que nos asignan? Estas son apenas unas pocas de las preguntas que debemos hacernos para darnos cuenta de si existen coincidencias entre las expectativas que la aceleradora tendrá de nuestro equipo, y lo que nosotros estamos dispuestos, o somos capaces de dar. Es posible que un emprendedor o emprendedora que acaba de tener un hijo no tenga la posibilidad de relocalizarse, de trabajar 18 horas al día, o de asistir a reuniones y capacitaciones durante la noche. En ese caso, una aceleradora que demande esos sacrificios no será la adecuada. Al mismo tiempo, si esos son nuestros planes, una aceleradora donde el ambiente es más distendido, y los tiempos más prolongados, puede no ser lo que necesitamos.

 

  1. ¿Cómo fue la experiencia de otros participantes del programa?

No hay mejor método para conocer en profundidad una aceleradora que aprender de la experiencia de quienes pasaron por el programa anteriormente. Los emprendedores suelen ser abiertos y estar dispuestos a contar sus vivencias, así como a aconsejar a otros que están pensando en seguir sus pasos. Es por eso que, antes de dar los primeros pasos y aplicar a un programa, siempre es conveniente comunicarse con startups que ya hayan pasado por él.

Esto nos permitirá no solamente descubrir qué estrategias utilizaron los equipos que ya fueron aceptados para que los eligieran, sino también aprender de su experiencia de antemano y anticipar qué se esperará de nosotros en la aceleradora, cuáles son sus fortalezas, sus debilidades, y cómo debemos manejarnos una vez dentro para aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece.

Cultivar una buena relación con los emprendedores que ya están dentro es también una estrategia inteligente para lograr que personas que ya están ahí les hablen de nosotros y de nuestra startup a quienes, en definitiva, tomarán la decisión de aceptar y acelerar nuestro proyecto.

 

  1. ¿Cuáles son las condiciones del contrato?

Así como hay distintos tipos de programas, ofrecidos por distintas clases de aceleradores, existen condiciones diferentes para acceder a cada uno. Así como algunas aceleradoras les exigen a sus participantes que paguen un canon mensual (que generalmente se deduce de la inversión inicial que ésta hace en el proyecto), otras solamente piden un porcentaje del capital accionario.

Si bien en regla general los programas de aceleración exigen condiciones que no son negociables, siempre es recomendable contar con algún tipo de asesoría legal externa que permita asegurarnos de que no estamos firmando un contrato que terminará costando caro en el futuro, ya sea dificultando la posibilidad de recibir una inversión, o de retener el control de la compañía una vez que esto ocurra. De esta forma, será posible determinar si nos conviene o no firmar con esa aceleradora antes de quedar formalmente admitidos.

 

  1. ¿Es el momento adecuado de aplicar?

Finalmente cabe preguntarse si estamos atravesando el momento indicado para aplicar a la aceleradora a la que apuntamos. Muchas veces sabemos que podremos sacarle el jugo a un determinado programa, pero es posible que nuestro startup todavía no haya alcanzado el momento de maduración indicado. En algunas aceleradoras, por ejemplo, será necesario haber definido correctamente el producto y el modelo de negocios antes de aplicar. En otras, será necesario contar con una cierta tracción y estar facturando. En otros casos, apenas basta con mostrar potencial y entusiasmo.

Es por eso que es prudente conocer las expectativas del equipo de la aceleradora de la que queremos formar parte, y ser honestos con nosotros mismos para evaluar si estamos en el punto justo, si todavía no lo alcanzamos, o si ya lo pasamos hace tiempo.