Empezar un negocio no es una tarea sencilla y, muchas veces, por más dispuestos que estemos a bajar los costos al mínimo, es necesario contar con financiación. Lógicamente, el destino del capital inicial será distinto de acuerdo con la naturaleza de cada startup, por lo que las necesidades de cada uno dependerán de su situación, y de los objetivos que persiga. De esta forma, muchos emprendedores buscarán capital para financiar el desarrollo inicial de sus productos, mientras que otros lo harán para reclutar talento, y otros más para experimentar con su modelo de negocios hasta encontrar un proceso escalable. De cualquier modo, algo de dinero suele ser necesario. Y así como las razones para obtenerlo varían, también lo hacen las formas de conseguirlo.

Aunque hoy, más que nunca, esté comenzando a florecer un ecosistema inversor en nuestra región, donde el capital de riesgo se está convirtiendo en algo más frecuente, y donde las incubadoras y aceleradoras de negocios se han vuelto más accesibles, es importante tener en cuenta que estas no son las únicas opciones y que no existe una fórmula para empezar un negocio, y mucho menos para el éxito. Es por eso que hoy vamos a repasar diez posibles fuentes de financiamiento para un startup en sus primeras etapas:

 

Obtener un crédito

Esta opción, sin lugar a dudas, no resultará fácil para una compañía recién constituida. Sin embargo, es posible obtener un crédito o un préstamo bancario si uno está dispuesto a ofrecer sus bienes personales como garantía. Si bien en Argentina esta opción no resulta muy factible, en otros países de América Latina es posible y, aunque es arriesgada, resulta un buen medio para conseguir una infusión de dinero de manera rápida y efectiva. Es importante tener en cuenta que el crédito deberá ser devuelto independientemente del éxito del proyecto, por lo que, si las cosas no van como uno lo espera, puede resultar una pesada carga por muchos años.

 

FFF (Friends, Family and Fools)

Esta es la primera fuente de financiamiento a la que suelen recurrir los emprendedores. Se trata de familiares, amigos, y otras personas cercanas con un cierto capital que estén dispuestas a invertir en el proyecto. Si bien tiene el potencial de destruir relaciones personales, es también una forma de demostrar que el proyecto es viable. Conseguir dinero de personas cercanas suele ser un paso necesario para convencer a un inversor ángel o a un VC de que ya se cuenta con un cierto capital, y de que alguien externo al startup cree en el proyecto.

 

Bootstrapping

Esta opción, muy popular entre emprendedores jóvenes y entre aquellos que no tienen grandes responsabilidades financieras, implica solventar los gastos del startup sin buscar financiamiento externo. Ya sea viviendo de ahorros mientras se desarrolla el producto, o realizando trabajos freelance mientras despega el negocio, muchos emprendedores prefieren no involucrar a terceros en sus proyectos. Y esto tiene sentido, después de todo permite enfocarse 100% en el producto y la estrategia de negocios, retener el 100% del equity, y no involucrar a terceros en la compañía. Sin embargo, también implica sacrificios, como no contar con mentores experimentados, y vivir sin cobrar por muchos meses. Algunos startups exitosos que utilizaron esta estrategia fueron GitHub, que creció orgánicamente por 4 años antes de levantar su primera ronda (de $100 millones de dólares) y 37Signals.

 

Crowdfunding

Este modo de financiarse es más frecuente en proyectos que tienen que ver con hardware o con el desarrollo de productos. Consiste en subir el proyecto a un sitio como Kickstarter o Indiegogo (aunque también hay otros), y convencer a una masa de entusiastas y early adopters de colaborar con pequeñas sumas de dinero a cambio de acceso inicial al producto, o algún otro beneficio. Una de las ventajas de este sistema es que no se debe entregar equity de la compañía y que, cuando se obtiene un determinado éxito, éste suele ir acompañado por la viralización y difusión del proyecto, que genera incluso interés de inversores y de nuevos clientes. Oculus es un buen ejemplo de una compañía que se financió y creció a partir de esta técnica, antes de ser adquirida por Facebook por 2 mil millones de dólares.

 

Unirte a una incubadora o aceleradora de negocios

Las incubadoras y aceleradoras de negocios son grandes aliadas a la hora de financiar un proyecto. Además de proveer de instalaciones, recursos, contactos, mentoría y experiencia, en general estas instituciones —asociadas muchas veces a empresas, universidades, o emprendedores exitosos— proveen capital semilla que permite ayudar a desarrollar o acelerar el crecimiento de un startup en sus primeras etapas.

 

Buscar un inversor ángel

Llegar a un inversor ángel no siempre es sencillo, pero existen una gran cantidad de emprendedores exitosos y personas interesadas en apoyar a los nuevos emprendimientos dispuestas a invertir y hasta a ofrecer su experiencia. Una buena forma de llegar a potenciales inversores ángeles es volverse activos en la comunidad emprendedora, ir a reuniones, leer y escribir en blogs, y así comenzar a generar contactos que permitan concretar reuniones y cerrar el trato.

 

Obtener apoyo de un fondo gubernamental

Prácticamente todos los gobiernos, tanto a nivel Nacional como Provincial, cuentan con fondos dedicados a patrocinar a nuevos emprendedores. Después de todo, una compañía que nace hoy, tiene el potencial de generar decenas de miles de empleos en unos pocos años. En Argentina algunos de estos fondos son el Fonsoft y el Fontar, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del Gobierno Nacional; o Buenos Aires Emprende, del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A nivel regional CORFO, del Gobierno de Chile, es una de las instituciones de este tipo más abiertas y dinámicas. En todos los casos, sin embargo, hay que tener en cuenta que el dinero que estos fondos otorgan cubrirá solamente una proporción de los costos, y que su entrega estará sometida a la aprobación de las cuentas y los gastos del startup por parte de un auditor, por lo que se requiere de un trabajo burocrático y de mucha claridad en las cuentas.

 

Conseguir un cliente o partner estratégico

Esta es una buena alternativa cuando se trabaja con proyectos B2B, o con productos físicos de consumo masivo. Consiste en encontrar a un cliente o un partner que esté dispuesto a pagar por adelantado por el producto, permitiendo que se utilice ese dinero para el desarrollo o la puesta en marcha del proceso de fabricación del mismo. Si bien no requiere de entregar equity o involucrar a un tercero en el proyecto, este tipo de financiación supone atenerse a fechas límite exigentes, y a lidiar con clientes demandantes.

 

Bartering

El Bartering, o trueque, es una buena técnica para acceder a determinados servicios y facilidades, tales como instalaciones, equipamiento, o consultoría, sin tener que poner el dinero de un alquiler o el pago de honorarios. Como su nombre lo indica, consiste en intercambiar el talento o servicios que los miembros del equipo del startup pueden ofrecer, por otros beneficios. Por ejemplo, un grupo de emprendedores puede dedicar algunas horas de su tiempo para desarrollar un nuevo sitio web para una compañía, a cambio de que ésta le preste espacio de oficina.

 

Buscar un VC

Finalmente, si bien es poco habitual para un startup que está dando sus primeros pasos, siempre es posible recurrir a un fondo de inversión. Sin embargo, antes de perder tiempo recorriendo este camino, es importante recordar que estos fondos solamente invertirán si ven un alto potencial de crecimiento en el proyecto, y si este demuestra haber alcanzado ciertas métricas que hayan permitido desarrollar un modelo sostenible, por lo que no es recomendable acercarse con una compañía en pañales que no tenga una mínima definición de sus procesos y objetivos.

Hay que tener en cuenta que, si bien estas son algunas de las opciones más populares a la hora de financiar un startup, éstas no son mutuamente excluyentes, y pueden combinarse a lo largo del ciclo de vida de una compañía. Al mismo tiempo, siempre se podrá poner la propia creatividad al servicio de buscar nuevos modos de generar dinero que ayuden a la empresa a crecer. Después de todo, si el equipo de AirBnb comenzó vendiendo cajas de cereal con leyendas políticas, todo es válido a la hora de financiarse para dar los primeros pasos.