El M-learning (o educación móvil) es una de las verticales más atractivas del negocio móvil. Y es que, además de tener un enorme potencial de negocio, este sector puede producir un verdadero cambio social acercando el conocimiento y el aprendizaje a millones de personas que se encuentran excluidas de los sistemas educativos. Existen distintos programas y proyectos en este sentido, muchos de ellos impulsados por gobiernos, por las principales operadoras, y por otras empresas y organizaciones, los cuáles utilizan las ventajas que ofrecen los dispositivos y la infraestructura móvil para llevar conocimiento al aula o directamente a los usuarios.

Es por eso que esta temática fue uno de los ejes sobre los que se debatió en el Mobile World Congress 2016, el evento anual que reúne a más de 100.000 profesionales de la industria en Barcelona para discutir y planificar el futuro de esta tecnología. Como parte de GSMA, el ente que reúne a las principales compañías vinculadas al móvil en el mundo (y organizador de este evento) Vrainz estuvo en el congreso, y tuvo la oportunidad de observar de cerca uno de los programas de M-Learning más sofisticados del momento. Se trata de mSchools, un programa educativo lanzado en la ciudad catalana en el marco del Mobile World Capital Barcelona, una serie de iniciativas públicas y privadas que buscan la innovación y la integración de la tecnología en distintas actividades ciudadanas, de forma tal de mejorar la vida de sus habitantes.

A diferencia de otros programas de M-Learning que apuntan a llevar contenidos educativos a poblaciones sin acceso a las escuelas tradicionales, o llevar nuevos materiales al aula en escuelas rurales y postergadas en países en vías de desarrollo, todas iniciativas de las que ya hemos hablado en el pasado, mSchools se propone mejorar la experiencia de aprendizaje en el aula en escuelas situadas en una de las ciudades más desarrolladas del mundo. De esta forma busca generar nuevos canales educativos para mantener interesados a los alumnos y, a la vez, demostrar que el móvil es una herramienta viable que puede marcar una diferencia en todos los niveles y en todos los sectores sociales.

Lanzado por primera vez en 2012 este programa se propone no solamente presentar los contenidos de una nueva forma accionable y que despierte más interés en los alumnos, sino que proporcionarles conocimientos de programación, de negocio, y de emprendedorismo en el mundo digital, así como comenzar a crear un entorno propicio para la educación móvil. Para ello, consta de distintas iniciativas desarrolladas en distintas escuelas y espacios educativos de la ciudad.

mapaap

Una de las ideas más interesantes surgidas en este programa es el Mobile History Map, un mapa interactivo accesible a través de una aplicación móvil que permite que los alumnos de las escuelas de la ciudad marquen y descubran puntos de interés histórico en su área. Esta app, la cual es utilizada en 608 escuelas de la ciudad, utiliza las herramientas de geolocalización de los smartphones para descubrir nuevos lugares y permite que tanto los alumnos como los docentes editen el contenido vinculado a cada uno de ellos y, así, no solamente puedan aprender, sino que además compartir contenido, mientras practican en el uso de la tecnología móvil.

Toolbox es otra iniciativa dentro del programa. Se trata de una serie de recursos digitales disponibles para apuntalar los contenidos dados en el aula por los docentes, los cuáles éstos pueden seleccionar y distribuir entre sus alumnos tanto en tabletas como en teléfonos inteligentes. Entre otros contenidos, esta “caja de herramientas” incluye una serie de más de cien aplicaciones vinculadas con todas las áreas del conocimiento, incluyendo cálculo, química, biología, música, astronomía, programación, y hasta áreas como edición de audio y video. No todas estas apps fueron creadas de manera exclusiva para el programa, sino que muchas de ellas son productos educativos ya disponibles en el mercado, los cuáles se les presentan a los docentes como alternativas para sumar en el aula. Al mismo tiempo, esta herramienta busca incentivar a la comunidad desarrolladora a crear nuevas aplicaciones y contenidos adaptadas a la escuela, y distribuirlas por este medio, llegando a una gran cantidad de maestros e instituciones educativas.

mSchools también incluye cursos y talleres de programación y desarrollo de aplicaciones y sitios móviles, y hasta un “tech camp”, es decir un curso inmersivo, donde los alumnos pueden vincularse en primera persona con esta tecnología y conocerla en profundidad.

Pero eso no es todo, el programa también fomenta la innovación por parte de los docentes y educadores en general, pero también de la industria y los emprendedores, al ofrecer un entorno de prueba abierto, donde es posible presentar nuevos proyectos orientados a mejorar la experiencia en el aula y realizar experimentos en 59 escuelas distintas que permitan determinar cuál es su grado de éxito y aporte al desarrollo escolar de los alumnos. Y es que, en un área como la educación, es necesario llevar adelante una gran cantidad de pruebas y optimización antes de conocer la viabilidad de un producto, y antes de poder lanzarlo masivamente al mercado. Al mismo tiempo, la única forma de lograr que nuevas escuelas en todo el mundo adopten un producto, es ofreciendo resultados tangibles acerca del éxito que éste tuvo en algún grupo escolar.

Finalmente, mSchools resulta interesante porque ofrece un espacio para que la comunidad educativa de la ciudad repiense el modo en el que los educadores y alumnos se vinculan con la tecnología en el aula, generando un debate acerca de cuáles son los límites en el uso de los dispositivos, de qué manera plantear esos límites. Así, el programa se propone definir una serie de mejores prácticas que puedan estandarizarse o emularse en otros lados, y ayudar al desarrollo óptimo de las actividades en clase. Al mismo tiempo, mediante programas de ayuda a familias de menores recursos, mSchool se propone facilitar el acceso a la tecnología entre los estudiantes.

Este programa resulta interesante y vale la pena conocerlo en profundidad porque es uno de los pocos en contar con el apoyo tanto de un gobierno nacional, como de uno regional, y también el del ayuntamiento local (En este caso el Gobierno español, el de la Genralitat de Catalunya y el Ayuntamiento de la Ciudad de Barcelona), así como de GSMA, y de operadoras como Telefónica y Orange, entre otras. Esto significa que la comunidad entera trabaja en pos de integrar el móvil en la clase, y encontrar las mejores maneras de destrabar por completo el potencial de esta tecnología para mejorar el sistema educativo.

Es por eso que el Mobile World Congress 2016 se convirtió en un escenario fundamental en el que se presentaron los éxitos de este programa, a través de un seminario de un día de duración orientado a educadores, políticos y empleados estatales vinculados con esta área, en el que se debatieron las prácticas de este sector.

Al mismo tiempo, se llevó adelante el “Edu Hack”, un hackaton orientado a maestros en el que se buscó desarrollar materiales y aplicaciones móviles destinadas al salón de clase.

El M-Learning es un campo que hoy todavía se encuentra en pañales, y así como los distintos gobiernos y organizaciones han comenzado a experimentar con pequeños programas e iniciativas, es interesante conocer el único caso en el que se apostó con fuerza por digitalizar las clases a través del móvil en gran parte del sistema educativo de una ciudad. Sin lugar a dudas mSchools será una experiencia muy valiosa para aprender, adaptar, y adecuar a las nuevas tecnologías los salones de clase de todo el mundo durante los próximos años.