Es frecuente que hablemos acerca de aceleradoras de negocios, inversores, y formas de conseguir financiamiento para tu startup. Sin embargo, existe una forma de financiar tu proyecto que no tiene nada que ver con levantar capital, participar de programas de incubación o aceleración, con recibir fondos de programas estatales, y ni siquiera con endeudarse con una institución financiera. Se trata del bootstrapping.

 

¿Qué es el bootstrapping?

Esta técnica implica hacer crecer un negocio prácticamente sin aportes de capital externo. Esto, que puede parecer complicado es, en realidad, una de las prácticas más extendidas en el mundo emprendedor. Por lo menos durante las primeras etapas de muchos proyectos.

Si bien está cargado de desafíos, desarrollar un negocio de esta manera supone una serie de ventajas frente a volcarse por buscar capital externo. Por un lado, no tener inversores permite a los fundadores (o socios) retener el 100% del capital accionario de la compañía. Eso significa total independencia a la hora de tomar decisiones, menos presión para alcanzar ciertas métricas y mostrar resultados, y una gran ventaja si, a futuro, se decide buscar una inversión. Esto se debe a que no habrá otros inversores previos a los que habrá que pagarles su exit, o con los que habrá que negociar la dilución accionaria. Por otra parte, haber alcanzado una etapa de crecimiento y rentabilidad sin una inyección de dinero externa resulta un gran validador a los ojos de muchos VCs, quienes de esta forma suelen observar mayor potencial en la compañía.

Pero no todo es color de rosa. Esta práctica también conlleva una serie de desafíos. Por un lado, durante las primeras etapas del proyecto, diluye el foco del equipo el cual, a no ser que tenga ahorros que pueda destinar a vivir sin tener que trabajar o conseguir dinero de otra fuente, estará concentrado también en obtener otro ingreso mientras atraviesa la crucial etapa de definir y testear el producto y el concepto. Y esto puede ser muy distractivo. Por otro lado, una vez superada esta etapa, no contar con capital externo disminuye notablemente el ritmo de crecimiento, ya que la compañía solamente podrá reinvertir aquello que produzca. Por último, esto priva al equipo de obtener la mentoría, experiencia, y la red de contactos que tanto las incubadoras y las aceleradoras, así como los inversores ángel, suelen brindar en las primeras etapas, y que pueden resultar cruciales para evitar errores y para alcanzar un crecimiento sostenido.

 

Los errores más frecuentes

Está en cada emprendedor pone en la balanza estos y otros factores para definir el modelo que mejor le resulte para llevar adelante su proyecto. Sin embargo, aquellos que opten por bootstrappear sus proyectos, deberán tener cuidado de no caer en cuatro errores comunes que muchos de los que eligen este camino terminan cometiendo:

 

  1. No tener suficiente dinero para sobrevivir

Este es un error fundamental, y muy fácil de cometer. Si un emprendedor o un equipo planean comenzar a trabajar en un proyecto sin buscar financiamiento, es fundamental que cuenten con algunos recursos para poder pagar las cuentas, comer, y sobrevivir. Es por eso que, antes de lanzarse a la aventura, es conveniente ahorrar, o asegurarnos de que nos podremos mantener. De otra forma, la aventura durará muy poco y nos terminará agotando antes de poder obtener un resultado.

 

  1. Perder el foco en el negocio principal

Es frecuente entre los startups que eligen este camino a la hora de financiarse, el desarrollar actividades paralelas a las de su negocio principal para poder pagar los gastos y sobrevivir. Un ejemplo extremo es el de los fundadores de AirBnb, quienes se mantuvieron durante los primeros meses vendiendo cajas de cereal. En tecnología, sin embargo, en la mayoría de los casos este negocio paralelo se da en forma de consultoría. Dado que los equipos suelen estar conformados por personas con experiencia y capacidad técnica, no es poco frecuente que éstos se pongan a disposición de otros startups, o incluso de grandes clientes, para desarrollar e implementar otros proyectos y cobrar por eso, utilizando así ese dinero para sobrevivir e invertir en el producto que ellos buscan desarrollar mientras este se vuelve rentable.

Si bien esta es una práctica que puede resultar exitosa, hay que tener cuidado de que el trabajo de consultoría no acapare todo el tiempo disponible. Con clientes demandantes, plazos de entrega que cumplir, y hasta con el proceso de búsqueda de nuevos clientes, es fácil olvidarse por completo del proyecto propio. Al mismo tiempo, si el negocio de consultoría va bien y genera buenos ingresos, es fácil perder el interés en la idea original.

Es importante mantener el foco y no olvidar que el objetivo principal es crear un producto y lanzarlo al mercado, incluso si dedicamos parte del tiempo a otras cosas.

 

  1. Creer que todo se puede hacer sin dinero

Un vicio que resulta fácil desarrollar cuando se trabaja por mucho tiempo haciendo bootstrapping, es el de empezar a pensar que todos los procesos pueden simplificarse, que todo debe hacerse yendo siempre a la opción mínima viable, y que siempre es posible llevar adelante cualquier proceso sin invertir un peso. De esta manera, incluso cuando la compañía empieza a ganar dinero, seguiremos simplificando algunos procesos, utilizando herramientas gratuitas, haciendo todo el trabajo sin delegarlo en nuevos empleados, y hasta no invirtiendo en publicidad o marketing, con lo que podemos terminar atentando contra nuestro propio crecimiento y las posibilidades de éxito de la compañía.

Es importante ser prudentes a la hora de manejar el dinero, pero eso no quiere decir que no debamos utilizarlo cuando es necesario.

 

  1. No pagarse un salario

Finalmente, un error que prácticamente todo bootstrapper comete en algún punto, es olvidar que su tiempo y dedicación tienen un valor. De esa manera, es común observar que los fundadores de muchos startups que optan por esta metodología no tienen en cuenta su propio salario, ni los salarios de sus socios, a la hora de calcular los gastos de sus compañías. Esto, que no parece capaz de mover el amperímetro para una empresa constituida con empleados e ingresos regulares, puede resultar fatal para un proyecto que está dando sus primeros pasos, y en el que cada peso cuenta. Es por eso que es importante apuntar a pagarse un salario, y tener como objetivo que este crezca a medida que crece la empresa. Al menos hasta un punto razonable.

El bootstrapping es una muy buena práctica para crecer y llevar adelante un startup. Sin embargo, hay que evitar cometer errores fundamentales para no limitarnos y destruir nuestras posibilidades de éxito.