Aunque para muchos de nosotros ya forma parte de nuestra vida cotidiana, y nos cuesta imaginar un mundo en el que no exista, Internet no es —todavía— una herramienta que esté al alcance del total de la población mundial. De hecho, de acuerdo con datos de la International Telecommunications Union, hacia julio de 2014 apenas 2.925 millones de personas —es decir, un 40,4% de la población mundial— tenía acceso a la red. Y aunque esta cifra creció un 7,9% ese año, la realidad es que lentamente se está desacelerando. Es por esa razón que son cada vez más las iniciativas que se proponen llevar Internet al casi 60% de la población mundial que todavía no está conectada.

Compañías como Google, Microsoft y Facebook han comenzado a trabajar, cada una en sus propios planes. Y si bien su interés en lograr este objetivo no es puramente altruista —puesto que, habiendo alcanzado niveles de penetración casi totales con sus productos, la única alternativa que tienen para seguir creciendo a grandes tasas es que se incremente la base de usuarios de Internet—  sus esfuerzos pueden resultar muy positivos para llevar todo tipo de servicios, crecimiento económico, nuevos conocimientos y oportunidades a poblaciones que hoy se encuentran postergadas. Y si bien las ideas en las que ha comenzado a trabajar cada uno de estos titanes, así como otras organizaciones interesadas en llevar la red a nuevos usuarios, son bastante diferentes entre sí, todas tienen algo en común: el móvil es protagonista.

 

Internet.org, el proyecto de Facebook

Lanzada en 2013 en conjunto con Samsung, Nokia, Qualcomm, Ericsson, Opera y Mediatek, esta iniciativa —probablemente la más global en este sentido— se propone conectar a todos los pobladores del mundo a Internet durante las próximas décadas. Para hacerlo no existe un plan específico, sino el apoyo a distintos proyectos y la creación de un laboratorio de ideas donde se trabaja con desarrolladores, para ayudarlos a comprender las peculiaridades de cada región y así ayudarlos a adaptar sus productos para que siempre funcionen bien.

El objetivo de Internet.org es trabajar sobre todas las limitaciones que impiden que gran parte de la población esté conectada. Es decir, cuestiones como el elevado precio de los dispositivos y de los planes de voz y datos, la escasa o deficiente infraestructura en muchas regiones, y la falta de contenido y aplicaciones en distintos idiomas, entre otras.

Este proyecto tiene, incluso desde sus primeras etapas, un enorme foco en el móvil. Y es que esta tecnología es la que mayores posibilidades tiene de resolver todos estos problemas. Por un lado, es más fácil y barato cubrir grandes extensiones con redes móviles que con conexiones por fibra óptica. Al mismo tiempo, los dispositivos como smartphones o feature phones, resultan más accesibles que las computadoras portátiles o de escritorio, y más versátiles a la hora de mostrar información.

Es por todos estos motivos que el primer lanzamiento generado por esta iniciativa fue, justamente, una aplicación móvil. Lanzada en un principio en Zambia, y luego en Kenya, Ghana, Tanzania, India y en Colombia, esta app les permite a sus usuarios acceder a una serie de servicios tales como AccuWeather, el cual permite conocer el estado del tiempo, las noticias de la BBC, Wikipedia, UNICEF, Google Search y, por supuesto, Facebook y Facebook Messenger, sin cargo alguno conectándose a través de las redes de distintas operadoras locales. La intención detrás de esta aplicación es llevar información útil y un nuevo modo de comunicarse a millones de personas que hoy se encuentran desconectadas.

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Sin embargo todavía existen varios problemas, y es que para poder utilizar una aplicación como esta son necesarios un smartphone —un dispositivo del que la mayoría de los usuarios todavía carece— y acceso a una red móvil capaz de transmitir datos, aunque sea a velocidades 2G, con cobertura en su zona de residencia. Mientras Facebook y sus socios trabajan en esos problemas, otros proyectos buscan resolverlos.

 

Firefox OS, una solución fallida al alto precio de los dispositivos

La posibilidad de acceder a smartphones de calidad, capaces de conectarse a Internet y ofrecer una buena experiencia está, hoy, alejada del presupuesto de gran parte de la población mundial. Y es que en países donde el salario anual apenas roza los $300, los $500 o los $1.000 dólares es impensable que una persona pueda invertir $200 o $700 dólares en un dispositivo. De hecho, en mercados como India —donde el salario promedio es de $1.570 dólares anuales— un teléfono como los Android One, disponibles por $100 resulta inaccesible para cientos de millones de personas.  Es por eso que la fundación Mozilla se propuso resolver esto creando dispositivos aún más baratos. Y por un tiempo lo logró.

A principios de 2014 la fundación anunció que buscaría desarrollar un teléfono inteligente que costara para los usuarios solamente $25 dólares, y que permitiera llevarle esta tecnología a millones de personas que hoy no cuentan con un teléfono, o que todavía utilizan equipos sin conectividad a Internet. Pocos meses después Mozilla anunció el lanzamiento de su primer Smartphone barato, un dispositivo fabricado en conjunto con la compañía india Intex, disponible por solamente $35 dólares libre de contrato. Los resultados, sin embargo, no fueron buenos. Y es que, de acuerdo con Ars Technica, más allá del hardware del dispositivo, el software (Firefox OS, un sistema totalmente construido en HTML 5) resultaba muy deficiente, se colgaba todo el tiempo y era incapaz de ofrecer una experiencia de usuario aceptable.

Es por este tipo de problemas que Mozilla finalmente terminó abandonando el proyecto, y prefirió concentrarse en generar nuevas aplicaciones que permitan bajar los costos para los usuarios, y en producir dispositivos cuya finalidad última no esté dada solamente por el precio bajo, sino también por una experiencia de usuario aceptable.

Esto no significa que el camino hacia un smartphone barato esté terminado. Microsoft, por ejemplo, está haciendo un gran trabajo diseñando dispositivos baratos como su línea Nokia Asha, la cual incluye dispositivos como el Asha 201, lanzado a $67 dólares libre de contrato.  Aunque aún queda un gran camino por recorrer, y dependerá también de las operadoras y los gobiernos colaborar bajando aranceles e impuestos, y ayudando a las personas de menos recursos a adquirir estos dispositivos.

 

Project Loon, una respuesta al problema de la conectividad

Así como Facebook, Google tiene grandes aspiraciones cuando se trata de llevar Internet a todos los rincones de la tierra. Sin embargo, en lugar de concentrarse en resolver la totalidad del problema, esta compañía se enfocó en resolver el problema de la conectividad. Y para hacerlo creó Project Loon.

Este proyecto, aún en etapa experimental, propone lanzar globos aerostáticos a las capas superiores de la estratosfera y utilizarlos como antenas capaces de llevar conexiones 3G y 4G a zonas remotas. Además de constituir un desafío técnico y logístico —dado tanto por la necesidad de colocar a los globos en las posiciones correctas y moverlos por el planeta utilizando las corrientes de aire, como por la necesidad de conectarlos a la red— este proyecto requiere de un enorme trabajo de colaboración con operadoras locales en todo el mundo. Esto se debe a que la intención de Google es compartir las bandas que las distintas operadoras tienen asignadas en cada país, de forma tal de no invadir el espectro radioeléctrico de otros servicios como la televisión digital, y de permitir que los usuarios utilicen los equipos existentes en el país.

En el mismo sentido, Google ha comenzado a experimentar con drones y hasta ha adquirido la compañía Titan Aerospace para mejorar su tecnología.

Así como otros proyectos, el foco de Project Loon es puramente móvil, incluso si propone no utilizar la infraestructura clásica de las redes celulares.

Si bien todas estas iniciativas han atraído atención por parte de grandes compañías, operadoras e inversores, la realidad es que varias de ellas todavía se encuentran lejos de arrojar verdaderos resultados, o de proponer soluciones verdaderamente sustentables. Internet.org, por ejemplo, no ha sido capaz de resolver el problema de los costos, dado que su funcionamiento solamente es posible gracias a que las operadoras y otras empresas se están haciendo cargo de los costos que implica la conexión de los usuarios de su aplicación. Al mismo tiempo, el proyecto ha sido blanco de críticas por favorecer el uso de algunos servicios por sobre otros, violando el principio de neutralidad en la red, lo que lo hace parecer más una iniciativa comercial que un proyecto dedicado a verdaderamente resolver el problema de la conectividad.

Pero independientemente del resultado de cada uno de estos proyectos, o de sus posibilidades de desarrollarse y aportar verdaderas soluciones globales capaces de llevar la red a las más de 4 mil millones de personas que todavía no la utilizan, la realidad es que el móvil será, casi sin dudas, la tecnología que lo hará posible. Y ya sea por una iniciativa a gran escala, o por el crecimiento de las redes y el apoyo de los gobiernos y las autoridades regulatorias en cada mercado, este será el canal por el que, sin lugar a dudas, la mayoría de nosotros nos conectaremos, aprenderemos, nos informaremos y haremos negocios en los próximos años.