¿CUÁLES SON NUESTROS HÁBITOS A LA HORA DE USAR NUESTROS SMARTPHONES?

Es indiscutible que cada vez somos más los que usamos un smartphone. De acuerdo con eMarketer, ya existen más de 1.900 millones de teléfonos inteligentes activos en el mercado a nivel mundial, y hacia 2018, con más de 2.500 millones de unidades, éstos representarán más del 50% del total de los celulares activos. En Argentina, la cosa es todavía más impresionante. Y es que, con más de 11 millones de smartphones activos hacia junio de 2015, el país ya cuenta con una penetración de este tipo de dispositivos superior al 43,5%, y según GSMA hacia 2020, este número será de más del 72%, poniendo a nuestro país al tope de los rankings a nivel regional – junto con Venezuela – en términos de adopción de esta tecnología. Pero si bien cada vez existen más teléfonos inteligentes activos, que consumen cada vez más datos y utilizan más aplicaciones, el uso que cada usuario hace de ellos es bastante distinto.

Un estudio realizado por la consultora ComScore a lo largo de 2015 acerca de los hábitos de los usuarios de smartphones echa luz sobre estas cuestiones. A continuación observaremos algunos de sus resultados más interesantes.

 

LA EDAD INFLUYE EN LA MANERA EN LA QUE DESCUBRIMOS NUEVAS APLICACIONES

De acuerdo con ComScore, las tiendas de aplicaciones no son, necesariamente, el único método utilizado por los usuarios para descubrir nuevas aplicaciones. Otros canales, como las redes sociales, los sitios de noticias y reseñas tecnológicas, los medios tradicionales, la publicidad online, y hasta la publicidad en vía pública, son ampliamente influyentes a la hora de motivar a las personas a probar nuevas apps y herramientas. Esto especialmente cierto entre los millenials, el grupo que hoy tiene entre 22 y 35 años, y entre la generación Z, es decir quienes tienen menos de 22 años. Estos grupos han demostrado ser más receptivos a todo tipo de publicidad y recomendaciones, lo que lo hace especialmente atractivo a la hora de llevar adelante campañas de marketing y comunicación de este tipo de productos.

Sin embargo, el campo de búsqueda en las tiendas de aplicaciones sigue siendo el principal método de descubrimiento, seguido por la recomendación de familiares y amigos, y en tercer lugar por el ranking de descarga en esas mismas tiendas. Esa es una realidad que se replica en todos los grupos etarios, aunque en distinta proporción.

 

LOS USUARIOS COLOCAN LAS APPS QUE MÁS UTILIZAN EN LA PANTALLA PRINCIPAL

Esto, que puede parecer una obviedad, está ahora confirmado. El 73% de los usuarios mantienen la aplicación que más utilizan en la pantalla principal, de forma tal de poder acceder a ella de manera más veloz. Al mismo tiempo, la presencia de una app en esa pantalla potencia su uso, por lo que lograr ocupar esa posición resulta de gran importancia. El segundo lugar favorito para colocar las aplicaciones más utilizadas es la pantalla secundaria, o el segundo escritorio, al que se accede desplazando la pantalla hacia la izquierda; el tercero el menú de aplicaciones, y recién el cuarto (elegido por apenas el 6% de los usuarios), una carpeta en la pantalla principal.

Sin embargo, el uso frecuente no es el único motivo por el cual los usuarios colocan el acceso a una aplicación en su pantalla principal. Si bien esta es la motivación principal para el 46% de los usuarios, para el 32% tiene que ver con que se trata de aplicaciones a las que, cuando las necesitan, prefieren acceder de manera veloz, independientemente de la intensidad del uso que le den. Para el 21%, la motivación pasa porque es una aplicación que les resulta interesante, y para el 11% porque queda bien en esa pantalla, principalmente por el diseño del logo. Eso significa que un buen logo puede potenciar el uso y preeminencia de una aplicación en el teléfono de los usuarios.

Finalmente, es destacable que el 21% de los usuarios confiesa nunca haber movido un ícono de la pantalla principal, lo que significa que el bloatware y las apps preinstaladas en los smartphones tienen una buena chance de permanecer en la pantalla principal, y eventualmente de ser utilizadas por ese motivo.

 

UNA SOLA APP SE LLEVA LA MAYOR PARTE DEL USO

A pesar de que el usuario promedio utiliza unas 25 aplicaciones móviles por mes, éste utiliza apenas tres aplicaciones el 80% del tiempo. Y lo que es más llamativo, el 50% de su tiempo se concentra en una sola app. Entre los usuarios de tablets esto se encuentra todavía más marcado, y una sola aplicación se lleva el 59% del tiempo del usuario. Lógicamente, de qué aplicación se trata variará de usuario a usuario, pero si el objetivo de una app es retener al usuario y generar un alto nivel de engagement, la estrategia deberá apuntar a convertirse en una de las tres más utilizadas por quienes la descargaron. De otra forma, probablemente será perdida de vista rápidamente.

De todas formas, algunas categorías tienen tasas de uso mayor, y por períodos más prolongados de tiempo. Éstas son, en primer lugar, las redes sociales, en segundo lugar las que permiten escuchar radio, en tercer lugar los juegos, cuarto las apps multimedia, quinto los mensajeros instantáneos, y sexto las vinculadas con la música.

 

EL TAMAÑO DE NUESTRAS MANOS INCIDE EN LA FORMA EN LA QUE ORGANIZAMOS NUESTROS SMARTPHONES

Apenas un 19% de los usuarios utiliza sus smartphones con las dos manos. Aunque esta cifra varía según la edad. Así, el 9% entre los menores de 34 años interactúan de este modo con sus equipos, al igual que 15% entre los menores de 54, y el 34% de los mayores de 55 años.

Esto significa que la mayoría de los usuarios utilizan sus teléfonos inteligentes con una sola mano. Y en un tiempo en el que las pantallas son cada vez más grandes, esto significa que no todo el celular es igualmente accesible. Es por eso que el 60% de los usuarios han manifestado que tienden a colocar los íconos de las apps que más utilizan en lugares donde resulta fácil llegar con el pulgar. Entre los mayores de 55 años está costumbre está un poco menos arraigada, y apenas el 51% tiene esta conducta. Esto puede deberse, en parte, a la menor experiencia y la mayor inseguridad que este segmento demográfico demuestra en el manejo de estos equipos.

 

SOLAMENTE EL 33% DE LOS USUARIOS SON MUY RECEPTIVOS A LAS NOTIFICACIONES

Existen aplicaciones donde el uso de notificaciones resulta esencial. Se trata de mensajeros como WhatsApp o Facebook Messenger, y de clientes de Email como Gmail o Outlook. Sin embargo, éstas no son las únicas apps que se valen de esta tecnología para informar al usuario y mantenerlo activo. Todo tipo de aplicaciones han comenzado a utilizar notificaciones para activar a sus usuarios, o mantener alto el engagement. Esto puede observarse tanto en apps de e-commerce, que envían push notifications para avisar sobre ofertas y promociones, como en aplicaciones de noticias, que avisan cuando ocurre algún evento importante, entre muchas otras. Esto, sin embargo, puede salir mal.

De acuerdo con ComScore, solamente el 11% de los usuarios aceptan siempre el pedido de las aplicaciones de enviarles notificaciones. Otro 22% lo hace a menudo, el 36% a veces, el 22% casi nunca, y el 9% absolutamente nunca. Esto demuestra que, si bien es una herramienta válida que puede dar resultados, las notificaciones deben ser tomadas con pinzas, ya que su abuso puede enajenar a gran parte de los usuarios y llevar, incluso, a que éstos desinstalen una app, logrando el efecto contrario al buscado.

EL 42% DE LOS USUARIOS ACEPTAN COMPARTIR SU INFORMACIÓN GEOGRÁFICA

Otra característica cada vez más requerida por distintas aplicaciones tiene que ver con el uso de la ubicación geográfica del usuario para mejorar su experiencia u ofrecer información y contenidos más adecuados. En este caso, los usuarios han demostrado ser menos reacios a compartir estos datos que a recibir notificaciones. Esto puede observarse en que un 13% se mostró muy cómodo con permitir que las aplicaciones vean su ubicación, un 29% bastante cómodo, un 28% ni cómodo ni incomodo, un 19% un poco incómodo, y un 12% totalmente incómodo.

El motivo por el que el 31% no expresa sentirse tan cómodo, sin embargo, puede tener más que ver con lo intrusivas que pueden ponerse algunas aplicaciones, que con una preocupación genuina por su privacidad.

El uso de smartphones es cada vez más frecuente, y las variables que hacen que los utilicemos de una u otra forma son muchas. Estudiar el comportamiento del usuario en relación con sus dispositivos es una buena manera de desarrollar aplicaciones que ofrezcan no sólo buenas soluciones a sus problemas, sino que se adapten a sus hábitos y preferencias y, así, maximicen las probabilidades de ser utilizadas con regularidad. Al mismo tiempo, esto permitirá comunicarlas mejor, y volver más eficiente loa procesos de adquisición y retención de usuarios.