Desde que comenzó a volverse verdaderamente masiva a principios de la década del 2000, la tecnología móvil avanzó a pasos agigantados. Mucho cambió desde las primeras redes de datos 2G que permitían acceder a “portales móviles” y enviar correos electrónicos, hasta las modernas redes 4G en las que es posible ver películas en 4K en la pantalla del teléfono sin interrupciones, entre otros cientos de avances. Sin embargo, existe algo que no varió demasiado y que —aunque hoy parezca un servicio complementario— en un principio constituía la razón principal por la que las personas adquirían un celular. Estamos hablando de las llamadas de voz.

Más allá de los cambios en la tecnología, de la ampliación de las zonas de cobertura, y de los cambios físicos en los dispositivos, la experiencia de hablar por teléfono hoy en día es muy parecida a la que experimentaba cualquier usuario en 1990. O, en realidad, un poco peor. Y es que la congestión en las redes genera un problema al que todos nos hemos acostumbrado, y es que los servicios de voz andan mal. Las llamadas se cortan o se interrumpen, la calidad de la llamada no es consistente a lo largo de toda la conversación, y muchas veces nos encontramos hablando con una voz robótica que resulta imposible de decodificar. Pero esto puede cambiar.

El despliegue de las redes 4G LTE ofrece perspectivas prometedoras que permitirán que, en el futuro cercano, podamos hacer llamadas en HD, que no se corten, y que mantengan un alto estándar de calidad. Esto es posible gracias a un protocolo llamado Voice Over LTE, o VoLTE, el cual implica la utilización de parte del espectro destinado a las redes de datos 4G para canalizar llamados telefónicos.

De esta manera, las telefónicas pueden complementar sus redes de voz actuales, construidas sobre tecnologías 2G y 3G con nuevos canales de mayor ancho de banda capaces de descongestionar las primeras y ofrecerle una mucho mejor experiencia a un gran número de usuarios. Así, entre otras ventajas, es posible ofrecer una mejor calidad de llamadas y evitar los cortes para todos los usuarios.

Asimismo, gracias a la gran velocidad desplegada por las redes 4G, la latencia en las llamadas es menor, y la conexión se establece de manera casi inmediata. Esto significa el fin de las esperas y los silencios antes de que comience la comunicación.

Pero esto no es todo. Esta tecnología permite llevar la alta definición a las llamadas convencionales. Esto se debe a que, a diferencia de lo que ocurre hasta ahora —cuando las llamadas de voz limitan la frecuencia de la llamada entre los 30Hz y los 3,4kHz— las llamadas HD sobre VoLTE transmiten un rango que va desde los 50Hz hasta los 7 kHz, mucho más parecido al rango de la voz humana que opera entre los 75 Hz y los 14 kHz. Adicionalmente, este servicio toma el doble de muestras de audio por segundo que una llamada normal, lo que eleva notablemente la calidad.

Este servicio, sin embargo, no resulta del todo novedoso. Distintas Apps como Skype ya toman la voz en este rango y ofrecen llamadas en alta definición. Es por eso que al hablar por este sistema, y otros similares, nos escuchamos mejor y con un registro más natural.

Al mismo tiempo, el mayor ancho de banda disponible para la realización de llamadas permitirá implementar mejores servicios de teleconferencia y llamadas de video, algo hasta ahora realizado principalmente con aplicaciones de terceros. Esto, siempre y cuando las operadoras decidan implementarlo, puesto que el despliegue de esta tecnología no implica necesariamente la creación de más servicios, ni la mejora de los servicios de voz.

Otro tema a considerar es que no todos los equipos son capaces de soportar este tipo de llamadas. Para utilizar esta red es necesario que el celular posea una antena 4G compatible con la red del país, y la capacidad de realizar y recibir llamadas en HD. Hoy existen un total de 75 modelos compatibles, la mayoría de ellos de alta gama.

 

La llegada de los servicios VoLTE a la región

De acuerdo con GSMA, asociación que está impulsando activamente la adopción de esta tecnología, hoy existen 36 operadoras en 23 mercados ofreciendo este servicio. Entre ellos se destacan tres de las cuatro grandes operadoras estadounidenses, y al menos una empresa en Canadá, Portugal, España, Italia, el Reino Unido, China, Rusia, Australia y Sudáfrica, entre otros. Pero esta cifra podría crecer rápidamente, puesto que ya existen 418 operadoras en 143 países que cuentan con cobertura 4G LTE en al menos parte del territorio, incluidas las tres principales operadoras argentinas.

En nuestro país, sin embargo, existe un desafío para la adopción de esta tecnología. Y es que, a pesar de que existen redes 4G LTE cada vez más amplias, las operadoras necesitan una mayor porción del espectro radioeléctrico para poder suplir la demanda del servicio de datos, y para poder expandir los servicios disponibles.

Esta es una problemática que comparten varios países de la región. Sin embargo, la operadora colombiana Avantel será la primera en ofrecer VoLTE en América Latina. Para ello, la compañía firmó un acuerdo con Nokia, para desplegar una infraestructura que permita dar este servicio y complementar la cobertura con las redes existentes, de forma tal de mejorar la calidad de las llamadas y evitar los cortes cuando se sale del área de cobertura. Si el plan resulta exitoso, otras operadoras de la región podrían imitarla.

 

Voice over Wi-Fi: un complemento para esta tecnología

Además de implementar sistemas de VoLTE muchas operadoras se están volcando por una nueva tecnología complementaria que permite ampliar la cobertura del servicio y garantizar buenas comunicaciones, incluso en las situaciones más adversas. Llamada VoWiFi esta tecnología permite establecer llamados de voz sin el uso de aplicaciones externas a través de redes inalámbricas caseras o comerciales. De esta manera, las operadoras pueden garantizar un buen servicio en el interior de casas y edificios, lugares donde a veces la señal está lejos de ser óptima. Al mismo tiempo, pueden expandir la cobertura a áreas donde no llegan con sus redes.

Esta tecnología es relativamente fácil de implementar dado que no requiere agregados en el hardware de los teléfonos móviles, sino simplemente una actualización de software, ya que aprovecha los mismos protocolos que los servicios de VoLTE, y la antena WiFi instalada en el teléfono. De todas formas, este sistema representa también un riesgo, dado que las operadoras móviles no tienen control sobre la velocidad o calidad de las redes a las que se pueden llegar a conectar los usuarios, dando lugar a potenciales fallas que no poseen la capacidad de resolver.

Esto, sin embargo, no detuvo a empresas como Google que utilizan activamente esta tecnología en su Project Fi, la operadora virtual operada por la empresa para los usuarios de teléfonos Nexus, la cual se apoya en redes 4G LTE, 3G de distintas empresas, y en redes locales WiFi para dar servicios de voz y datos.

A pesar de que por muchos años no registraron mayores innovaciones, los servicios de voz prometen un salto de calidad que hará que la comunicación sea más clara y confiable. La tecnología ya existe. Sólo faltan tiempo, inversión, y el marco regulatorio correcto para poder implementarla.