Todos podemos coinciir en que fundar un startup es una gran apuesta a futuro, que implica una importante cuota de riesgo. Y es que, aunque contemos con una buena idea, una correcta implementación, y un modelo de negocios sólido, lo más probable es que terminemos fallando. Es por eso que suele reconocerse el sentido de aventura que comparten muchos emprendedores, quienes arriesgan la seguridad financiera que ofrece el trabajo en una organización ya establecida para perseguir una alternativa más incierta. Pero existe una realidad, y es que los emprendedores no son los únicos que hacen una gran apuesta a la hora de trabajar en sus proyectos. Sus primeros empleados, es decir los primeros profesionales que confían en la idea y se animan a dejar otros trabajos —y otras posibilidades de desarrollo profesional— para dedicarle su tiempo a una compañía que todavía no es tal, y donde su única posibilidad de crecimiento está atada a que ésta crezca y se convierta en un éxito, son también valientes que ponen su estabilidad en riesgo y apuestan por algo que bien puede no concretarse.

Es por ese sentido de aventura, por las enormes oportunidades que implica trabajar en una compañía desde el momento cero, y por la enorme versatilidad que requiere un puesto como ese, que muchas personas se ven tentadas a comenzar sus carreras, o a dejar sus empleos, para trabajar en un startup. Sin embargo, eso no quiere decir que sea prudente arrojarse sobre la primera opción que se presente. En cambio, antes de sumarse a un proyecto, es conveniente hacer una evaluación que permita determinar si existen realmente chances de éxito que ameritan correr el riesgo de abandonar otras oportunidades en pos de un empleo que ofrece pocos beneficios desde el punto de vista económico, y que puede terminarse en cualquier momento.

Es por eso que, antes de tomar la decisión de unirse a un startup y convertirse en uno de sus primeros empleados, es necesario considerar muy seriamente una serie de factores:

 

El factor económico

Si bien el dinero debería ser lo último a considerarse en el momento de buscar un nuevo empleo, para la mayoría de las personas este suele ser un factor decisivo a la hora de elegir. Sin embargo, a no ser que se trate de un startup que acaba de recibir una ronda de inversión millonaria, lo más probable es que el salario ofrecido esté por debajo a lo que puede llegar a ofrecer una multinacional o una gran empresa por ocupar un puesto similar.

En contraprestación, los primeros empleados suelen recibir ofertas como stock options, que les permitirán hacerse de un pequeño porcentaje de la compañía, y capitalizarse a futuro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas acciones solo tendrán valor si la compañía llegara a ser adquirida, o si hiciera un IPO. Al mismo tiempo, lo más probable es que se encuentren atadas al cumplimiento de algún tipo de objetivo, y que cuenten con alguna clase de vesting, lo que significa que sólo estarán disponibles después de varios años en la compañía.

Si bien puede sonar atractivo ser en parte dueño, hay que tener en cuenta  que el valor de estas acciones estará ligado al desempeño de la empresa, a la situación en la que se encuentre el mercado, y a distintas variables que escapan al control de una sola persona, por lo que aceptar un salario muy reducido compensado por una cuota importante de stock options puede no ser la mejor de las ideas. Lo ideal, si existe esta alternativa, es tomarla como un incentivo extra y no dejarse tentar por algo que bien podría nunca ser una realidad.

Otro tema importante a tener en cuenta es que, sobre todo en las primeras etapas, no se pueden esperar demasiados beneficios. Extras como pases al gimnasio, un buen plan de medicina prepaga, el pago de horas extras, y otros complementos con los que las compañías suelen sazonar las ofertas económicas a sus empleados pueden no estar disponibles. Es por eso que aquellas personas que busquen un trabajo repleto de beneficios donde cada inciso de la ley laboral se respete a rajatabla, quizás no deban apuntar a un trabajo de este tipo.

 

Crecimiento profesional

Otro aspecto tentador de trabajar en un startup tiene que ver con la posibilidad de obtener un título frondoso. Es muy posible que, con apenas unos años de experiencia en el mercado laboral, el ofrecimiento sea por un puesto de director, o incluso uno de CTO, CFO, COO, o alguna otra C. Y si bien esto puede lucir muy bien en una tarjeta personal o en un perfil de LinkedIn, la realidad es que —a no ser que la compañía crezca tremendamente, y no se incorpore a ejecutivos con más experiencia— estos puestos no tienen ningún valor.

Es por eso que, a la hora de evaluar el ingreso a un startup, más que el titulo es recomendable evaluar las tareas a desempeñar, y predisponerse a aceptar el desafío de trabajar duro y en varias tareas a la vez. A la larga, esto permite incorporar muchos conocimientos, y aportar al progreso general de la compañía.

 

¿Es una compañía con proyección?

Un factor importante a considerar tiene que ver con  el futuro del startup. Si bien queda claro que al ingresar a un empleo de estas características la estabilidad no está garantizada, eso no quiere decir que no se pueda indagar un poco acerca de la situación y proyección futura para, así, adquirir un poco de seguridad.

Es por eso que, al postularse para un trabajo en una compañía que está dando sus primeros pasos, es conveniente investigarla. Leer si la prensa ha escrito algo sobre ella, qué experiencia tienen sus fundadores, si recibieron alguna inversión, o si participan de un programa de incubación o aceleración, etc.

En el momento de la entrevista laboral, lo más conveniente es aprovechar la oportunidad para tomar el rol de entrevistador por un rato, e indagar acerca de las finanzas de la compañía, sus planes a futuro, si existe una verdadera oportunidad de mercado, qué producto y modelo de negocios imaginan, la cantidad de empleados que ya posee, y cuántos se planea incorporar.

Lejos de ofenderse o sentirse agredidos, los fundadores seguramente estarán dispuestos a responder las preguntas. Al mismo tiempo, podrán ver que el candidato o candidata que tienen enfrente comprende en qué se está metiendo y conoce los riesgos y el valor de la oportunidad.

 

¿Cuál es la visión de los fundadores?

Otro elemento importante a considerar es la visión a futuro que el startup tiene para sí mismo. Es por eso que lo más conveniente, antes de aceptar un empleo de estas características, es conocer a alguno de los fundadores, y preguntarle acerca de sus objetivos hacia el futuro, de forma tal de evaluar si coincide con la visión y las expectativas del candidato.

También es recomendable observar la personalidad de los fundadores, y qué tipo de cultura han logrado crear, o están trabajando para instalar, en su compañía. Esto se debe a que gran parte del éxito de un proyecto de este tipo está relacionado con la forma en la que los primeros empleados encajan en esta cultura. Y no sentir que existe un fit, seguramente, va a resultar en una mala experiencia para ambas partes.

Tomar un trabajo en un startup puede ser emocionante, divertido, y muy beneficioso como experiencia de crecimiento profesional. Sin embargo, es necesario evaluar la decisión muy seriamente para evitar frustraciones, caer en el lugar equivocado, o terminar perdiendo el tiempo.