CADA VEZ MÁS EMPRESAS APUESTAN POR LA INNOVACIÓN MÓVIL

No es sorprendente escuchar que empresas como Apple, Google, o Samsung han desarrollado una nueva tecnología, un nuevo producto o una revolucionaria aplicación móvil capaz de responder a las necesidades de un segmento de consumidores. Sin embargo, últimamente ha comenzado a ser cada vez más frecuente que, a la hora de hablar de nuevos desarrollos, no sean éstas las empresas que llegan a los titulares. En cambio, nos encontramos con que compañías cuyo foco se encuentra puesto en otros rubros de los más variados, sean las protagonistas de todo tipo de avances, o por lo menos del desarrollo de nuevos frentes de investigación y desarrollo, destinados a crear productos y servicios que aprovechan al móvil para beneficiar a sus consumidores.

Así, durante los últimos años, nos hemos encontrado con cada vez más empresas vinculadas a industrias como la automotriz, la de los electrodomésticos, y hasta la gastronomía, entre otras, al frente de distintos desarrollos que tuvieron al móvil como eje central y que han convertido a esta tecnología en un eje central de sus carteras de producto, o sus modelos de negocio.

 

Starbucks y la dominación de los pagos móviles

Un ejemplo a destacar es el de Starbucks, la cadena de cafeterías más exitosa de los Estados Unidos, la cual es también —gracias a la decisión de sus ejecutivos de arriesgarse a entrar en el negocio móvil— el mayor servicio de pagos móviles en su país de origen. Lanzada por primera vez en 2009, la aplicación de la cadena comenzó siendo apenas una extensión de sus tarjetas de fidelización, con las que sus clientes podían sumar puntos en cada compra y recibir productos gratuitos, así como hacer pagos a través de gift cards (tarjetas de regalo precargadas con crédito para hacer compras en las tiendas). En una decisión arriesgada, en 2011 la cadena agregó la posibilidad de sumar medios de pago como tarjetas de crédito, a las cuales se cargarían automáticamente las compras hechas con la app en los locales de la cadena. Con una resolución sencilla y elegante, esta aplicación genera un código QR único para cada usuario, el cual se muestra en la pantalla del teléfono, que simplemente debe ser escaneada por el lector de códigos de barras de las cajas al momento del pago. De esta forma, la cadena evitó tener que recurrir a tecnologías más engorrosas como el NFC —el sistema que usan Apple Pay y Google Wallet— y pudo aprovechar los sistemas POS ya instalados en su red, y por el 99% de los smartphones disponibles en el mercado. De acuerdo con datos oficiales de Starbucks, en 2015 el 20% de las más de 9 millones de transacciones realizadas en sus locales se pagaron con esta aplicación.

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Además de ser un medio de pago efectivo, la app de Starbucks, disponible para iOS y Android, sigue permitiendo que sus usuarios sumen puntos en cada compra. Además de canjear productos propios, la empresa ha comenzado a desarrollar alianzas con empresas como Spotify y el New York Times, para permitir que sus usuarios usen su crédito para adquirir sus contenidos, y con empresas como el sistema de taxis Lyft, para obtener viajes gratuitos.

Ningún otro sistema de pagos móviles ha tenido tanto éxito y un nivel de adopción y repetición de uso tan alto en un mercado desarrollado, y esto incluye a los sistemas desarrollados por PayPal, Apple, Google y las tarjetas de crédito. Es por eso que otros retailers han comenzado a apostar por desarrollar soluciones similares. Un caso interesante es el de la cadena de supermercados Walmart, que recientemente ha lanzado Walmart Pay, una aplicación sustancialmente idéntica a la de la cafetería, que permite pagar en sus tiendas, aunque sin el sistema de fidelización incorporado.

Probablemente haya sido su mayor experiencia en el trato con clientes lo que llevó a Starbucks a desarrollar un sistema mejor que el de otras empresas vinculadas al móvil. Pero sin duda fue su apuesta por esta tecnología la que la llevó a revolucionar el segmento, y a crear una nueva vertical de negocio que le ha rendido muy bien a la compañía.

 

Las automotrices y los sistemas de navegación

Otra industria que apuesta fuerte al móvil es la automotriz. A diferencia de lo ocurrido con Starbucks, sin embargo, no es una sino que prácticamente todas las empresas del sector las que ponen sus fichas en tecnología para aumentar el valor que ofrecen sus productos. Una de las primeras áreas en las que estas compañías invirtieron es en mapeo y sistemas de navegación. Tal es el interés de esta industria por desarrollar mapas que en agosto de 2015 BMW, Audi y Daimler (la empresa detrás de Mercedes Benz) se unieron para adquirir Nokia Here Maps por €2,5 mil millones de Euros. Si bien estas empresas han incorporado esta tecnología en los sistemas de navegación de los automóviles que producen, el verdadero motivo por el que hicieron esta compra tiene que ver con un negocio mucho más importante a futuro: el de los autos autónomos sin conductor. Por esa misma razón, Toyota anunció hace pocos días, en la feria CES 2016, que se encuentra trabajando en un sistema de mapeo a gran escala que le permitirá no solamente trazar todas las rutas del mundo, sino también tener información actualizada al instante sobre cambios, bloqueos, y hasta el estado del tránsito. Para hacerlo, la empresa planea incorporar cámaras y sensores en todos sus vehículos, y utilizar el crowdsourcing para acumular esta información y construir los mapas. Tal esfuerzo no tendría sentido en un mundo en el que existen Google Maps y otros servicios, que ya tienen mapeado todo el mundo; pero si tenemos en cuenta que tanto la marca japonesa, así como todas las automotrices del mundo, se encuentran compitiendo con empresas tecnológicas como Google y Apple para tener los primeros —y mejores— autos sin conductor, el hecho de que éstas quieran tener sus propios mapas y tecnología propia tiene mucho más sentido.

Independientemente del futuro, en el presente los fabricantes de automóviles necesitan desesperadamente de la innovación. Y es que, en un mundo en el que los avances en campos como el móvil tienen acostumbrados a los consumidores a los cambios rápidos y las nuevas funcionalidades, los autos empiezan a parecer menos interesantes cuando no incorporan innovaciones. Tal es la necesidad de incorporar nuevas características tecnológicas en los vehículos, que la firma Qualcomm —la mayor fabricante de chips y procesadores para celulares y tabletas— desarrolló Snapdragon Automotive, una línea de microprocesadores pensados exclusivamente para los sistemas de navegación y entretenimiento de los automóviles, que incorpora la capacidad de utilizar todo tipo de aplicaciones, y establecer conexiones LTE, entre otras.

 

Los fabricantes de electrodomésticos

Finalmente, debemos destacar a los fabricantes de electrodomésticos y otros artefactos para el hogar. Como ya hemos visto, la Internet de las Cosas (o Internet of Things, en inglés) está en plena expansión, y eso da amplio margen para la innovación en industrias que, por años, se dedicaron a mejorar sus productos, aunque sin verdaderamente incorporar nuevos elementos. La posibilidad de agregar conexiones a Internet y nuevas funcionalidades vinculadas con el Smartphone o con otros dispositivos inteligentes han hecho que marcas como Whirpool, Philips, y hasta BGH en nuestro país apuesten por la tecnología móvil para complementar sus productos y expandir la experiencia del usuario.

Otras marcas de consumo masivo, como Nike, han sabido aprovechar las oportunidades que ofrece el móvil desde el principio. Ya en 2006, la marca lanzó su sistema Nike+ para iPod. Se trataba de un dispositivo que, conectado al popular reproductor de música, permitía que los corredores registraran la distancia recorrida en el dispositivo. Con la evolución de los dispositivos móviles, también lo hizo la plataforma de esta marca, la cual hoy incluye una versión más completa de Nike+ Running, que permite conocer el recorrido hecho por un corredor y compartirlo; Nike+ Training Club, una app que ofrece rutinas de entrenamiento; Nike+ Fuel, la cual permite medir todo tipo de actividad durante el día en dispositivos iOS; Nike+ Golf, diseñada para ayudar a los golfistas a llevar registros de su juego; Nike+ SB, orientada a skaters, y varias más. Así, la compañía ha sido pionera en el desarrollo de aplicaciones deportivas y de entrenamiento, un nicho que ha despegado masivamente durante los últimos años, y se ha convertido en una vertical en sí misma.

El móvil es, sin dudas, una tecnología versátil capaz de complementarse con otras industrias y agregar valor a todo tipo de productos. Es por esto, y por los límites cada vez más difusos entre distintas tecnologías, que cada vez más compañías se vuelcan a desarrollar una variedad de innovaciones en este campo, y a construir modelos de negocio exitosos gracias a él.

LAS MIL Y UNA OPORTUNIDADES DE LA REALIDAD AUMENTADA

Tras casi cinco años en los que la tecnología móvil continuó su evolución de manera bastante lineal, y en los que los principales cambios se dieron por el mejoramiento sustancial de las tecnologías que ya se encontraban disponibles, una nueva revolución comienza a gestarse en los laboratorios de los principales gigantes tecnológicos. Hace pocos meses hablábamos de lo disruptivos que los nuevos sistemas de realidad virtual prometen ser para la industria de los videojuegos (así como para otros sectores vinculados con el contenido, pero también con otras áreas). Hoy nos enfocaremos en una tecnología que es prima de la de realidad simulada, y cuyas aplicaciones prácticas van mucho más allá de lo lúdico. Una tecnología literalmente capaz de cambiar la forma en la que vemos el mundo e interactuamos con el. Hablamos, nada menos, que de la realidad aumentada.

Lejos de ser novedoso, el concepto de realidad aumentada se comenzó a popularizar con la introducción de los primeros smartphones. Estos equipos fueron algunos de los primeros en contar con GPS, giroscopios, y otras piezas de hardware que dieron lugar a que distintos desarrolladores experimentaran con aplicaciones que, por ejemplo, permitían descubrir actividades, atracciones turísticas, restaurantes, y otros puntos de interés en las cercanías del usuario, con apenas apuntar el teléfono en la dirección correcta. Sin embargo, a pesar de ser innovadoras, estas apps no ofrecían demasiado valor. No el suficiente como para que el usuario medio las utilizara cuando necesitaba encontrar algo, por lo menos. En otras industrias, como la de la defensa y la aviación, esta tecnología sí marcó un antes y un después. Y esto sucedió muchas décadas antes de que los smartphones fueran, siquiera, una posibilidad y de que se acuñara este término.  

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Foto: Acrossair, una app lanzada en 2011 que permitía descubrir el entorno gracias a la realidad aumentada.

 

Una de las primeras aplicaciones de la realidad aumentada ocurrió en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando a los pilotos de los aviones cazas británicos se les complicaba encontrar a los enemigos que veían en el radar o seguir las instrucciones dadas por sus compañeros en la radio. Para resolverlo, a los ingenieros de la Fuerza Aérea se les ocurrió proyectar la pantalla del radar en una parte plana del vidrio del avión, dando lugar a una tecnología que hoy se conoce como HUD, o Head Up Display. El HUD es una pantalla transparente ubicada tanto en los jets militares, como en distintos modelos de aviones comerciales y civiles, que permite que los pilotos obtengan datos de la altitud, la actitud y la velocidad del avión, así como información de navegación sin tener que despegar la vista del exterior.

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Foto: El HUD de un Boeing 787-8. Tomada por Mohamed Nazmi (CC 2.0 Flickr)

Otras plataformas en las que la realidad aumentada ya es moneda corriente son las consolas de videojuegos como la PlayStation y la XBOX, las cuales utilizan cámaras tridimensionales para generar experiencias y juegos en pantalla en los que los participantes interactúan, a veces sin necesidad de un control, con personajes y entornos digitales.

 Video: Trailer de los usos de la realidad aumentada en la Sony PlayStation 4.

 

Desarrollando las aplicaciones indicadas, el móvil puede valerse de la realidad aumentada para agregar valor en todo tipo de disciplinas. Tanto Google como Microsoft y otras empresas están atentas a esto, y se han volcado a desarrollar nuevas tecnologías que permitan hacerlo.

 

De Glass a Project Tango: la propuesta de Google

Uno de los productos móviles de realidad aumentada más icónicos fue nada menos que Google Glass, una pequeña pantalla unida a una computadora colocada en una vincha, que puede utilizarse como si se tratara de un par de anteojos, o combinada con el mismo, y permite recibir notificaciones e información mientras se realizan actividades como caminar por la vía pública o todo tipo de trabajos. Si bien fue anunciado en 2011 y lanzado por primera vez en 2013 en su versión para desarrolladores, este producto todavía no ha concluido su etapa de desarrollo, y aún no cuenta con fecha de lanzamiento al público en general.

En cambio, un proyecto que avanza más rápidamente es Project Tango, una tecnología desarrollada por Google que, incorporando distintas cámaras y sensores, permite que los dispositivos móviles obtengan una visión tridimensional del entorno en el que se encuentran, más similar a la vista humana. Esto permite, por un lado, que los equipos puedan ubicarse en el espacio identificando puntos de referencia, lo cual dará lugar a aplicaciones que no necesiten de un GPS, Bluetooth o de ningún tipo de conexión a Internet para ofrecer localización a nivel local, especialmente en espacios internos. Al mismo tiempo, esta visión humana les da a los equipos la posibilidad de ver en tres dimensiones, distinguiendo la profundidad de la misma forma en la que lo hacen nuestros ojos, lo cual no solamente servirá para crear juegos de todo tipo, sino que también para ayudar a los dispositivos a identificar objetos, trazar rutas, y generar experiencias mucho más ricas de realidad aumentada, capaz de brindarle más valor al usuario.

Aunque todavía se encuentra en etapa de desarrollo, ya existen dispositivos como celulares y tablets que incorporan la tecnología de Project Tango y se venden para desarrolladores. El objetivo de la compañía es lograr que la comunidad desarrolladora avance en la creación de aplicaciones que puedan aprovechar esta tecnología en distintos campos. Según anunció la compañía durante la feria CES 2016, este año saldrá a la venta la primera tableta orientada al público general que incorporará esta tecnología. La misma será producida por Lenovo.

 

HoloLens: la apuesta de Microsoft

Gracias a su experiencia desarrollando Kinetic, la tecnología detrás de las Xbox 360 y One Microsoft es una de las empresas que más ha avanzado en el desarrollo de la realidad aumentada. Y HoloLens, un visor transparente que cuenta con dos cámaras y una computadora integrada que corre Windows 10, es el resultado de este trabajo.

Este dispositivo, también en etapa de desarrollo, permite crear un entorno “holográfico”, en el que los usuarios pueden crear e interactuar con objetos tridimensionales que no existen en el mundo físico.  De esta manera, es posible desarrollar desde juegos complejos hasta todo tipo de aplicaciones prácticas tan variadas, como permitir el acceso a información sin la necesidad de contar con una pantalla, como la posibilidad de visualizar diseños y prototipos virtuales como si fueran reales, y hasta asistir a las fuerzas de seguridad y de defensa brindando información extra e identificando amenazas en la calle y en el campo de batalla.

Esta tecnología —o en realidad, combinación de tecnologías— todavía se encuentra en pañales, pero es tal su potencial que Microsoft, así como Google, está apostando a construir una comunidad de desarrolladores capaces de generar el software necesario para llevarla a todo tipo de industrias, y a la vida cotidiana.

 

Una gran oportunidad que no termina de convencer a los inversores

Una de las características de esta tecnología es que, como ya mencionamos, cuenta con un enorme potencial para asistir en todo tipo de tareas. Así, además de resultar muy interesante en el campo del entretenimiento —en el que será posible crear juegos e interactuar con personajes tanto en la pantalla como a través de visores que los insertarán en el mundo real—, será posible adaptarla a todo tipo de prácticas. Un ejemplo claro es el de la medicina, donde tanto médicos como cirujanos podrán valerse de información extra, y de la posibilidad de hacer mediciones, identificar objetos, órganos y tejidos, y mucho más utilizando uno de estos dispositivos. Hace pocas semanas un equipo médico en Miami se valió de una tecnología similar, la de la realidad virtual, para crear un modelo 3D del corazón y los pulmones de una beba que nació con apenas un ventrículo, y pudo así planificar una operación que le salvó la vida, algo que hubiera resultado imposible con un modelo visto en una pantalla tradicional.

De la misma forma ingenieros, diseñadores industriales, y hasta estudiantes podrán acceder a un mundo nuevo de información a través de una interfaz sencilla y poco invasiva capaz de modificar el mundo a su alrededor y ayudarlos a volverse más productivos.

Sin embargo, y aunque nos encontramos cerca de que esta tecnología salga al mercado y empiece a volverse masiva, todavía existe escepticismo por parte de la comunidad inversora. Y esto tiene sentido. La realidad aumentada, así como varios otros campos que presentan una gran promesa tanto desde el valor que generan sus aplicaciones como desde el punto de vista de las oportunidades de negocio, viene generando expectativa desde hace años, y más de una vez ha fallado catastróficamente, tanto desde el punto de vista del producto como desde la adopción por parte de los usuarios. Resta ver si, esta vez, las cosas serán distintas, y si la generación de un ecosistema desarrollador, y de dispositivos creados específicamente para este fin logran estar a la altura de la oportunidad, y crear un nuevo mercado.

¿QUÉ FACTORES DEBEMOS CONSIDERAR ANTES DE ACEPTAR UN TRABAJO EN UN STARTUP?

Todos podemos coinciir en que fundar un startup es una gran apuesta a futuro, que implica una importante cuota de riesgo. Y es que, aunque contemos con una buena idea, una correcta implementación, y un modelo de negocios sólido, lo más probable es que terminemos fallando. Es por eso que suele reconocerse el sentido de aventura que comparten muchos emprendedores, quienes arriesgan la seguridad financiera que ofrece el trabajo en una organización ya establecida para perseguir una alternativa más incierta. Pero existe una realidad, y es que los emprendedores no son los únicos que hacen una gran apuesta a la hora de trabajar en sus proyectos. Sus primeros empleados, es decir los primeros profesionales que confían en la idea y se animan a dejar otros trabajos —y otras posibilidades de desarrollo profesional— para dedicarle su tiempo a una compañía que todavía no es tal, y donde su única posibilidad de crecimiento está atada a que ésta crezca y se convierta en un éxito, son también valientes que ponen su estabilidad en riesgo y apuestan por algo que bien puede no concretarse.

Es por ese sentido de aventura, por las enormes oportunidades que implica trabajar en una compañía desde el momento cero, y por la enorme versatilidad que requiere un puesto como ese, que muchas personas se ven tentadas a comenzar sus carreras, o a dejar sus empleos, para trabajar en un startup. Sin embargo, eso no quiere decir que sea prudente arrojarse sobre la primera opción que se presente. En cambio, antes de sumarse a un proyecto, es conveniente hacer una evaluación que permita determinar si existen realmente chances de éxito que ameritan correr el riesgo de abandonar otras oportunidades en pos de un empleo que ofrece pocos beneficios desde el punto de vista económico, y que puede terminarse en cualquier momento.

Es por eso que, antes de tomar la decisión de unirse a un startup y convertirse en uno de sus primeros empleados, es necesario considerar muy seriamente una serie de factores:

 

El factor económico

Si bien el dinero debería ser lo último a considerarse en el momento de buscar un nuevo empleo, para la mayoría de las personas este suele ser un factor decisivo a la hora de elegir. Sin embargo, a no ser que se trate de un startup que acaba de recibir una ronda de inversión millonaria, lo más probable es que el salario ofrecido esté por debajo a lo que puede llegar a ofrecer una multinacional o una gran empresa por ocupar un puesto similar.

En contraprestación, los primeros empleados suelen recibir ofertas como stock options, que les permitirán hacerse de un pequeño porcentaje de la compañía, y capitalizarse a futuro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas acciones solo tendrán valor si la compañía llegara a ser adquirida, o si hiciera un IPO. Al mismo tiempo, lo más probable es que se encuentren atadas al cumplimiento de algún tipo de objetivo, y que cuenten con alguna clase de vesting, lo que significa que sólo estarán disponibles después de varios años en la compañía.

Si bien puede sonar atractivo ser en parte dueño, hay que tener en cuenta  que el valor de estas acciones estará ligado al desempeño de la empresa, a la situación en la que se encuentre el mercado, y a distintas variables que escapan al control de una sola persona, por lo que aceptar un salario muy reducido compensado por una cuota importante de stock options puede no ser la mejor de las ideas. Lo ideal, si existe esta alternativa, es tomarla como un incentivo extra y no dejarse tentar por algo que bien podría nunca ser una realidad.

Otro tema importante a tener en cuenta es que, sobre todo en las primeras etapas, no se pueden esperar demasiados beneficios. Extras como pases al gimnasio, un buen plan de medicina prepaga, el pago de horas extras, y otros complementos con los que las compañías suelen sazonar las ofertas económicas a sus empleados pueden no estar disponibles. Es por eso que aquellas personas que busquen un trabajo repleto de beneficios donde cada inciso de la ley laboral se respete a rajatabla, quizás no deban apuntar a un trabajo de este tipo.

 

Crecimiento profesional

Otro aspecto tentador de trabajar en un startup tiene que ver con la posibilidad de obtener un título frondoso. Es muy posible que, con apenas unos años de experiencia en el mercado laboral, el ofrecimiento sea por un puesto de director, o incluso uno de CTO, CFO, COO, o alguna otra C. Y si bien esto puede lucir muy bien en una tarjeta personal o en un perfil de LinkedIn, la realidad es que —a no ser que la compañía crezca tremendamente, y no se incorpore a ejecutivos con más experiencia— estos puestos no tienen ningún valor.

Es por eso que, a la hora de evaluar el ingreso a un startup, más que el titulo es recomendable evaluar las tareas a desempeñar, y predisponerse a aceptar el desafío de trabajar duro y en varias tareas a la vez. A la larga, esto permite incorporar muchos conocimientos, y aportar al progreso general de la compañía.

 

¿Es una compañía con proyección?

Un factor importante a considerar tiene que ver con  el futuro del startup. Si bien queda claro que al ingresar a un empleo de estas características la estabilidad no está garantizada, eso no quiere decir que no se pueda indagar un poco acerca de la situación y proyección futura para, así, adquirir un poco de seguridad.

Es por eso que, al postularse para un trabajo en una compañía que está dando sus primeros pasos, es conveniente investigarla. Leer si la prensa ha escrito algo sobre ella, qué experiencia tienen sus fundadores, si recibieron alguna inversión, o si participan de un programa de incubación o aceleración, etc.

En el momento de la entrevista laboral, lo más conveniente es aprovechar la oportunidad para tomar el rol de entrevistador por un rato, e indagar acerca de las finanzas de la compañía, sus planes a futuro, si existe una verdadera oportunidad de mercado, qué producto y modelo de negocios imaginan, la cantidad de empleados que ya posee, y cuántos se planea incorporar.

Lejos de ofenderse o sentirse agredidos, los fundadores seguramente estarán dispuestos a responder las preguntas. Al mismo tiempo, podrán ver que el candidato o candidata que tienen enfrente comprende en qué se está metiendo y conoce los riesgos y el valor de la oportunidad.

 

¿Cuál es la visión de los fundadores?

Otro elemento importante a considerar es la visión a futuro que el startup tiene para sí mismo. Es por eso que lo más conveniente, antes de aceptar un empleo de estas características, es conocer a alguno de los fundadores, y preguntarle acerca de sus objetivos hacia el futuro, de forma tal de evaluar si coincide con la visión y las expectativas del candidato.

También es recomendable observar la personalidad de los fundadores, y qué tipo de cultura han logrado crear, o están trabajando para instalar, en su compañía. Esto se debe a que gran parte del éxito de un proyecto de este tipo está relacionado con la forma en la que los primeros empleados encajan en esta cultura. Y no sentir que existe un fit, seguramente, va a resultar en una mala experiencia para ambas partes.

Tomar un trabajo en un startup puede ser emocionante, divertido, y muy beneficioso como experiencia de crecimiento profesional. Sin embargo, es necesario evaluar la decisión muy seriamente para evitar frustraciones, caer en el lugar equivocado, o terminar perdiendo el tiempo.

BANCARIZACIÓN VS. MÓVIL

¿Puede el celular ser la herramienta que resuelva el problema de la baja bancarización en Argentina?

De acuerdo con cifras del Banco Mundial, el 59% de las personas adultas que viven en países cuyas economías se encuentran en desarrollo no poseen una cuenta bancaria. En los países desarrollados esta cifra es significativamente menor, y se reduce a apenas el 11%. El caso en Argentina, sin embargo, es aún más extremo que el promedio ya que, de acuerdo con datos obtenidos por la firma Demirguc-Kunt and Klapper en 2012, y citados por el Banco Mundial en su índice de inclusión financiera, apenas el 33,15% de la población adulta en el país registra una cuenta bancaria a su nombre. Sin embargo, existe una tecnología capaz de revertir la tendencia, y lograr la inclusión en el sistema financiero de millones de personas: el teléfono celular.

 

La baja bancarización, en cifras

Esta proporción es similar a la de países como Argelia (33,28%), India (35,23%), Botswana (30,23%), y Somalía (31,01%). Sin embargo, a nivel regional la Argentina no se encuentra aislada, ya que países cercanos como Uruguay, Perú, Paraguay, Bolivia, y México, se encuentran en situaciones similares.

En nuestro país la falta de acceso a los servicios financieros no se limita a las cuentas bancarias, sino que se extiende a otras herramientas, como las tarjetas de débito, a las cuales accede solamente el 30% de la población mayor de quince años, y a las tarjetas de crédito, cuya adopción alcanza al 22% entre la población adulta. Al mismo tiempo, hacia 2011 apenas el 16% de las personas contaban con una cuenta sueldo para la percepción de sus remuneraciones. Uno de los datos más interesantes a tener en cuenta acerca de nuestro país, es que apenas el 4% de las personas mantienen sus ahorros en instituciones financieras, una cifra notablemente menor a la que se observa en los Estados Unidos (50%), pero también a la media regional en América Latina (10%).

En cuanto al uso de la cuenta bancaria, de acuerdo con un estudio realizado por BBVA Research, en base a datos del Global Findex del Banco Mundial, los argentinos que poseen cuentas bancarias, las usan poco. En más del 60% de los casos, las cuentas reciben entre uno y dos ingresos de dinero por mes, una cifra esperable. Pero lo que resulta realmente sorprendente, es que en casi la misma proporción (un 58%), estas cuentas registran una o dos salidas de dinero mensuales. Apenas el 13% de los usuarios utilizan sus cuentas de manera regular, realizando más de 6 movimientos al mes.

Los problemas de la baja bancarización

De acuerdo con el Informe sobre el Desarrollo Financiero Mundial 2014, realizado por el Banco Mundial, los principales problemas con la baja bancarización están dados por la falta de acceso al crédito barato —los sectores de bajos ingresos que no cuentan con acceso al sistema financiero formal, deben recurrir a instituciones no bancarias cuyas tasas de interés exceden en varias órdenes de magnitud a las de los bancos—. Al mismo tiempo, la falta de acceso a herramientas financieras favorece la informalidad laboral, la evasión impositiva, la falta de acceso a beneficios y promociones bancarias, y atenta en contra de la seguridad de los usuarios.

A nivel macroeconómico, de acuerdo con el BCRA, la bancarización favorece el pasaje de ahorros al sistema financiero, con lo que maximiza la inversión, reduce los riesgos, y permite el mayor crecimiento de industrias y empresas en la economía local.

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El móvil como oportunidad

En este escenario surge la necesidad de encontrar respuestas para favorecer el desarrollo de los sistemas financieros, especialmente en los sectores de menores recursos, los cuales tienen incluso menor acceso. La respuesta más rápida y eficiente a este problema puede venir nada menos que de la tecnología móvil.

Con una tasa de penetración de más del 140%, y más de 28 millones de usuarios únicos, según datos de GSMA, el mercado argentino es uno de los más robustos de América Latina en términos de usuarios móviles. Esto significa que los teléfonos celulares han penetrado en todos los estamentos sociales, y se han convertido en una herramienta de conexión y acceso a la comunicación para la sociedad en todo su conjunto, tanto en zonas rurales como urbanas. Al mismo tiempo, las conexiones de banda ancha móvil en el país ya superan por 3,4 a 1 a las conexiones por fibra de red local.

Esto significa que, con una cobertura casi total de la población del país, el móvil podría convertirse en el vehículo capaz de llevar los servicios financieros a segmentos de la población que hoy, ya sea por falta de dinero suficiente, por lejanía geográfica a las sucursales, o por cuestiones culturales, se encuentra alejada del sistema bancario.

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Sin embargo, dado que la penetración de los smartphones —es decir, los teléfonos inteligentes— es de apenas del 22% del mercado y que, de acuerdo con BBVA Research, existen apenas 11 suscripciones a servicios de banda ancha móvil por cada 100 líneas de telefonía celular (una cifra que en los Estados Unidos supera el 80%, y en Brasil el 30%), los métodos ya desarrollados por las entidades financieras existentes, tales como las aplicaciones de Mobile Banking, no serían los indicados para llevar adelante esta tarea. De la misma manera, los servicios de pagos móviles tales como Apple Pay y Google Wallet —con los que las empresas líderes en tecnología buscan dominar este mercado en los Estados Unidos (aunque integrándose con las instituciones financieras)— tampoco parecen ser el medio adecuado para nuestro país. Existe, sin embargo, una experiencia en otra región del mundo que vale la pena tener en cuenta.

 

La experiencia en Kenya, el mercado de pagos móviles más desarrollado del mundo

Existe una región donde la tasa de bancarización es igual o más baja que en América Latina. Se trata del África Subsahariana, y es justamente en esa región donde se impuso una de las soluciones más innovadoras para resolver el problema de la baja inclusión financiera.

Nacido en Kenya bajo el nombre de M-PESA, el servicio que le abrió las puertas a los pagos móviles —y luego a toda una serie de servicios financieros— fue ideado por Saraficom, la principal operadora de aquel país, perteneciente en un 40% a la europea Vodafone.

Se trata de un sistema sencillo, en el que los usuarios pueden transferirse dinero entre ellos de manera directa, simplemente enviando un SMS. Una de las mayores ventajas del sistema radica en que no es necesario contar con una cuenta bancaria para utilizarlo. Por el contrario, los usuarios deben acercarse a un local de Safaricom, o cualquiera de las decenas de miles de puntos de venta autorizados, y realizar una recarga en efectivo a su cuenta para alimentar su balance. De la misma forma, es posible acercarse a uno de estos locales para retirar dinero en efectivo, siempre y cuando haya suficiente en la cuenta. La operadora móvil cobra un costo transaccional cada vez que se realiza una transferencia.

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El servicio se popularizó rápidamente, y comenzó a ser adoptado por todo tipo de comercios, los cuales lo utilizan como sistema de pagos. Al mismo tiempo, comenzó a ser utilizado para otras funciones, como el pago de haberes a los empleados. En poco tiempo, todo tipo de servicios financieros —como pequeños préstamos, y hasta descuentos similares a los que ofrecen las tarjetas de débito en nuestro país— comenzaron a surgir.

Al tratarse de poblaciones no bancarizadas, con niveles bajos de urbanización y poco acceso a las sucursales bancarias —de las cuales existen apenas 5,2 por cada 100.000 habitantes, contra 13,2 en Argentina, y no se encuentran al alcance de la mayoría de las personas— esto resultó fundamental para que el servicio se popularizara.

Con más de 15 millones de usuarios activos, y otros 2,3 millones de usuarios de M-Shwari (su mayor competidor), M-PESA es utilizado por virtualmente todos los adultos en Kenya, una cifra que contrasta con el 6% que —de acuerdo con el Banco Mundial— cuentan con una tarjeta de crédito, y el 30% que tienen acceso a una de débito.

 

¿Es un modelo replicable en Argentina?

Si bien la situación argentina es diferente, dado que la baja bancarización se da por factores distintos a los que imperan en Kenya, un modelo móvil de acceso a servicios financieros debería operar a partir de principios parecidos. Es decir, apuntando a usuarios que utilizan teléfonos básicos, preferentemente a través del empleo de la tecnología de SMS, la cual es compatible con todo el universo de teléfonos móviles en el mercado, y creando vínculos con el mundo offline a partir de puntos de recarga donde se pueda ingresar o extraer dinero de la cuenta.

Si bien sería posible aprovechar la factura de la operadora móvil para cancelar los pagos hechos por el teléfono, esto no sería suficiente para llegar a la gran masa de usuarios no bancarizados, ya que apenas el 30% de las líneas en el mercado son pospagas. Es por ese motivo que un sistema similar al africano puede resultar útil.

Hoy por hoy, en América Latina ya se ha comenzado a explorar este modelo a partir de distintos experimentos realizados por diferentes operadoras.

En Bolivia, la operadora Tigo —segunda en el país con una participación de mercado del 34,88%— lanzó el servicio Tigo Money, el cual funciona prácticamente de la misma manera que M-PESA, permitiendo realizar transferencias de dinero entre usuarios y obtener descuentos cuando se utiliza el sistema. De acuerdo con Telecompaper, Tigo Money ya cuenta con 700.000 clientes solo en ese país, y fue utilizado para transferir más de 4 millones de dólares.

En Colombia, operadoras como Movistar, de Telefónica, y Claro, de América Móvil, ya comenzaron a ofrecer servicios de dinero móvil, aunque trabajando en conjunto con distintas instituciones bancarias y las principales tarjetas de crédito. Al mismo tiempo, el banco Bancolombia adquirió la operadora móvil virtual A la mano, con la que comenzó a ofrecer servicios móviles y, a la vez, a incorporar sus servicios financieros a los mismos.

Existe un enorme potencial en la telefonía móvil para el desarrollo de servicios financieros que resulten en la inclusión del casi el 70% de usuarios que se encuentran excluidos. El talento local, y uno de los ecosistemas emprendedores más proactivos de la región, sin lugar a dudas lo harán realidad.

 

Fuentes: