RUSIA BUSCA COMPETIR CON ANDROID EN SU MERCADO CON UN SISTEMA OPERATIVO PROPIO

Así como Microsoft logró convertirse en el líder indiscutido del mercado de sistemas operativos para PCs en los 90s, el crecimiento de Android en Europa, donde su cuota de mercado creció un 7,1% solo en los primeros tres meses de este año, en América Latina, donde registró un crecimiento similar, y especialmente en Asia, está llevando a Google a convertirse en la compañía dominante en el terreno de los sistemas operativos móviles. A nivel mundial este sistema operativo se encuentra presente en el 86,2% de los smartphones, seguido por iOS, el sistema operativo de Apple, que opera el 12,9%. Por otra parte Windows 10, fabricado por Microsoft, es utilizado por apenas el 0,6% de los usuarios.

Si bien Android viene ganando la batalla desde el segundo trimestre de 2011, cuando logró sobrepasar a Symbian, el sistema operativo de los smartphones Nokia, la diferencia con el segundo ecosistema, en materia de cuota de mercado, nunca fue tan grande. Ni siquiera a comienzos de 2014 cuando la tendencia del mercado a consolidarse entre apenas dos jugadores terminó de verificarse. Y si bien resulta tentador atribuirle esta ventaja a una caída por parte del iPhone, la realidad es que el crecimiento del OS de Google se encuentra impulsado por el despegue del segmento de la gama media, especialmente en China, Taiwan, India y el sudeste asiático, donde los nuevos fabricantes eligen el software de Google, y donde los productos Apple resultan prohibitivos para un importante segmento de la población.

Screen Shot 2016-08-21 at 02.39.33

Esta diferencia, así como la incapacidad de Microsoft de instalarse como alternativa, ha llevado a que tanto la Unión Europea, como la justicia rusa, acusaran a Google de ejercer prácticas monopólicas, al ofrecer su conjunto de aplicaciones por defecto en los celulares equipados con su sistema operativo lo que, según las acusaciones, implica un abuso de su posición dominante. Es en este contexto que el Gobierno ruso, donde un juez ya falló y multó a la compañía de Mountain View, decidió que era hora de estimular la competencia, y de comenzar a impulsar una alternativa a los sistemas operativos móviles imperantes, ambos de origen norteamericano. Para ello, su Ministerio de Comunicaciones, comenzó a brindarle apoyo financiero, y también de otros tipos, a un grupo de desarrolladores que están trabajando en una versión propia de Sailfish OS, un sistema operativo que, el gobierno del país presidido por Vladimir Putin, busca imponer en su propio mercado, en China, y en otros países emergentes (en especial en los países conocidos como BRICS – Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), equipando con el a los smartphones de gamas baja y media de distintos fabricantes, de forma tal de contrarrestar un poco el peso del OS de Google en esos mercados con una alternativa propia.

LA HISTORIA DE MEEGO, EL SISTEMA OPERATIVO QUE DIO ORIGEN A SAILFISH OS

Si bien cuenta con el apoyo del gobierno ruso, el cual lo distinguió como su “sistema operativo móvil oficial”, Sailfish OS no fue concebido por iniciativa de este país. En cambio, el proyecto nació de la mano de Jolla, un startup finlandés creado por exempleados de Nokia, cuyo objetivo es construir un producto en base a MeeGo, el sistema operativo basado en Linux (al igual que Android) e introducido al mercado en 2011 a través del Nokia N9, un smartphone que resultó innovador, pero que no gozó de un gran éxito comercial y terminó siendo discontinuado.

Anunciado por primera vez en el Mobile World Congress 2010 en Barcelona, MeeGo era fruto de la colaboración entre Intel y Nokia. El proyecto consistía en fusionar Moblin, un sistema operativo en el que estaba trabajando el fabricante de microprocesadores, y Maemo, un producto similar desarrollado por la compañía finlandesa. Esta sociedad tenía mucho sentido para ambas, y es que Intel buscaba un sistema operativo que pudiera aprovechar al máximo sus entonces flamantes procesadores Atom – los cuales se utilizaban, fundamentalmente para netbooks y equipos poco potentes –, y Nokia una alternativa para reemplazar a Symbian y poder competir cabeza a cabeza con Apple y los fabricantes de teléfonos Android. Menos de dos años después, y apenas lanzado el N9, Nokia anunció su acuerdo con Microsoft para utilizar Windows Phone en todos sus smartphones y abandonó el proyecto.

Este suceso marcó la muerte de MeeGo. Intel, sin embargo, conservó parte del código y se asoció con Samsung y la Linux Foundation (que también había participado del proceso) para trabajar sobre Tizen, el sistema operativo que la marca coreana ya comercializa en parte de sus teléfonos inteligentes, tabletas y wereables, y que utiliza para disuadir a Google de meterse en el negocio de los dispositivos.

Al ser un software de código abierto, la interrupción de MeeGo no significó, sin embargo, que una comunidad de desarrolladores no siguiera trabajando en él. Y fue justamente sobre ese trabajo que Jolla se basó para crear su producto.

SAILFISH OS, LA APUESTA POR CREAR UN TERCER SISTEMA OPERATIVO MÓVIL

Jolla comenzó a trabajar en Sailfish OS en 2012, y desde 2013 ha lanzado varias versiones. Desde un primer momento el objetivo de la compañía ha sido evitar caer en los mismos errores que llevaron a la fallida experiencia que resultó ser MeeGo, y a ofrecer un producto sólido, que pueda insertarse rápidamente en el mercado. Por ese motivo, uno de los principales objetivos del proyecto ha sido maximizar la compatibilidad con aplicaciones desarrolladas para Android, y mejorar la interfaz de usuario. Otros atributos de su predecesor, como si excelente capacidad de correr varias tareas a la vez, y su mayor compatibilidad con procesadores x86 desarrolladas por Intel se han mantenido intactas.

El medio principal por el que Sailfish OS se distribuyó hasta el momento, fue a través de dos versiones del Jolla Phone, un teléfono inteligente lanzado por la compañía en 2013 y, luego, relanzado – con más potencia – en 2016, y a través de la Jolla Tablet., productos de hardware creados por la compañía y vendidos a través de su sitio web. Sin embargo, al estar basado en el Kernel de Linux, al igual que Android, resulta muy sencillo instalarlo en una gran cantidad de dispositivos comercializados con ese sistema operativo, gracias a un “adaptation kit” desarrollado por entusiastas y que perite utilizarlo en más de 50 teléfonos Samsung, Sony, ZTE, LG, HP, OnePlus, Acer, y Xiaomi entre otros.

Si bien esto ha hecho de este sistema operativo un relativo éxito entre sus entusiastas, éste no ha logrado penetrar en el mercado masivo, razón por la cual Jolla casi debió declarar la banca rota el año pasado, hasta que obtuvo una inversión de $12 millones de dólares que le permitió seguir trabajando.

Al mismo tiempo, la empresa le licenció su software a Open Mobile Platform, una compañía rusa basada en la República de Tartaristán (una región dentro del país) que, con apoyo del Ministerio de Comunicaciones, está adaptando el sistema operativo para su propio mercado, y expandiéndolo para adaptarse a las necesidades de los usuarios del país, y de otros mercados similares. El plan de OPM y el gobierno, consiste en ofrecer la plataforma a muy bajo costo, y crear incentivos para que los fabricantes desarrollen equipos de las gamas media y baja para competir con Android, y comenzar a capturar una cuota más importante del mercado.

Al ser compatible con las apps disponibles para el ecosistema de Google, los usuarios que opten por Sailfish podrán acceder a todas las mismas apps y funcionalidades que quienes utilizan Android, aunque, así como ocurre con los usuarios de Xiaomi y Baidu en China, o de las tabletas Kindle Fire, fabricadas por Amazon en los Estados Unidos, deberán bajarlas de una tienda de aplicaciones diferente a Google Play, en este caso operada por la empresa rusa. En este caso, sin embargo, las aplicaciones nativas de Google, como Gmail, YouTube, y Google Photos, si bien no vendrán preinstaladas en los dispositivos, seguramente estarán disponibles.

Este plan, que hasta hace un tiempo podía sonar descabellado, puede llegar a tener su cuota de éxito, si tomamos el caso de los smartphones Z1 y Z3, operados por Tizen, que Samsung lanzó en el mercado indio alcanzando un volumen de ventas muy superior al esperado.

La batalla para los nuevos sistemas operativos puede estar perdida en los mercados desarrollados, donde el duopolio de iOS y Android parece inquebrantable. Sin embargo, los mercados emergentes, donde la adopción de nuevas tecnologías se da casi exclusivamente a través de terminales de bajo costo, es todavía tierra fértil para el crecimiento de nuevas opciones que demuestren solidez tecnológica, buena performance, bajo precio, y adaptabilidad a los ecosistemas ya existentes. El gobierno ruso apuesta justamente a eso para poder instalar una empresa propia en el universo móvil, y llevarse una cuota del mercado.

¿TIENE MICROSOFT TODAVÍA UNA OPORTUNIDAD EN EL MÓVIL?

Un viejo adagio dice que es de caballeros luchar por causas perdidas. Y en el mundo móvil pocas causas parecen tan perdidas como la inmersión de Microsoft en el mercado de los sistemas operativos móviles. En una cruzada digna del Cid Campeador, la empresa fundada por Bill Gates viene intentando imponer su Windows Phone – hoy devenido en Windows 10 – desde 2010 cuando lo lanzó por primera vez al mercado. Heredero del bastante exitoso Windows Mobile, el sistema operativo que la compañía distribuía en la era pre-iPhone – con un nivel de adopción bastante notable, por cierto – este SO intentó recuperar su cuota de mercado en un mundo en el que Apple y Google ya dominaban en terreno. Al mismo tiempo, este nuevo ecosistema buscaba corregir el error histórico cometido por el entonces CEO Steve Ballmer de subestimar la importancia que el móvil tendría, dejando de lado casi por completo esta industria, y manteniendo foco en las computadoras de escritorio y portátiles, las cuales si bien retienen su significancia, ya no tienen la magnitud ni sostienen grado de innovación que el móvil ha sabido demostrar. Casi seis años y varios miles de millones de dólares en desarrollo, marketing y adquisiciones después, Microsoft sigue sin superar el 3% de cuota de mercado. Y aún así lo sigue intentando. ¿Pero tiene alguna esperanza?

Ventas de equipos Microsoft Lumia a lo largo del tiempo

Ventas de equipos Microsoft Lumia a lo largo del tiempo

Si bien históricamente el mercado de la tecnología tiende a consolidarse en un solo ecosistema, como ocurrió con Windows en los 90s, o a polarizarse entre dos competidores fuertes, como ocurre hoy entre Windows y Apple en el terreno de las computadoras, y entre Android y iOS (también de Apple) en el móvil, la llegada de Windows Phone generó una gran expectativa en torno a la posibilidad de la existencia de una tercera posición. Y aunque un tercer ecosistema puede resultar molesto para los desarrolladores en términos de generar nuevas aplicaciones, esta diversificación prometía también mayor competencia entre las empresas que controlan el grueso del negocio, y un potencial de ingresos mayor (a partir de comisiones más bajas por las ventas y distribución). Algo similar sucedía con los fabricantes, los cuales podían, a través de Windows Phone, limitar la influencia de Google sobre sus líneas de producto. Así, durante los primeros años, Samsung, HTC, y hasta LG lanzaron líneas enteras de smartphones equipados con este sistema operativo. A diferencia de lo que ocurre hoy, estos dispositivos eran realmente buenos, originales, y distintos a los disponibles con Android. Pero las ventas no acompañaron y, lentamente, los fabricantes comenzaron a discontinuar sus equipos con Windows. Todo excepto Nokia, que luego de apostar por imponer a Symbian, su propio SO, apostó por la diferenciación de la mano de Microsoft. Una decisión que le terminó costando su posición en el terreno móvil, y que llevó que la empresa de Redmond terminara adquiriendo la totalidad de su negocio de fabricación de equipos.

Sin importar el esfuerzo comercial realizado por los fabricantes, y en paralelo por el gigante del software, la adopción de Windows entre los usuarios fue baja y la polarización entre los dos líderes de mercado nunca logró ser quebrada. Esto, sin embargo, sí ocurrió en algunos mercados, aunque no lo suficientemente significativos como para impulsar a esta plataforma a nivel global. Uno de esos mercados fue, notablemente, nuestro país. La imposibilidad de ingresar equipos Apple por las trabas puestas por el gobierno llevaron a que los dispositivos de esta marca sólo pudieran ser adquiridos mediante el mercado informal, o viajando al exterior. Esto puso a las operadoras en una disyuntiva, ya que se encontraban a la merced de Google que, con su dominación del ecosistema móvil, les quitaba margen de maniobra. Así fue que compañías como Movistar, Personal y Claro empezaron a empujar los equipos Nokia, equipados con Windows, llevándolo a superar el 10% de cuota de mercado en el tercer trimestre de 2015, un número superior al 4% alcanzado por iOS y al 2,8% que la plataforma de Microsoft ostentaba a nivel mundial. Al mismo tiempo, por la gran estabilidad y facilidad de uso de este SO, las operadoras se beneficiaron ofreciendo smartphones muy sólidos en la gama media, capaces de empujar el consumo de datos. Y es que, no hay que olvidar, que hasta hace pocos años Android en la gama media tenía una performance que dejaba bastante que desear. Sin embargo, a medida que esto ha comenzado a cambiar gracias a dispositivos como los Moto X y Moto G, muy populares en el país, y a la nueva gama media de Samsung, Windows volvió a verse amenazado. Un posible regreso de Apple al país, sin embargo, probablemente no represente una amenaza para este sistema, puesto que el fuerte del sistema operativo está en un segmento en el que los smartphones de la empresa de Cupertino no compiten por su elevado precio.

Una luz de esperanza al final del túnel

A pesar de su elegancia y estabilidad Windows Phone tiene un problema sistémico. Éste es la pobreza de su ecosistema de desarrollo, y la falta de aplicaciones de calidad disponibles para la plataforma. Y es que, incluso cuando Microsoft logró que la mayor parte de las aplicaciones más populares lanzaran sus versiones para Windows, estas son mucho más pobres que sus hermanas diseñadas para Android y iOS. Esto, que resultó fatal para el sistema operativo en el pasado, podría dejar de ser un problema en un futuro cercano, resultando en una victoria para este sistema operativo.

Esto se debe a que se está produciendo un cambio en el comportamiento de los usuarios. Mientras que hasta ahora las aplicaciones eran el medio por el que se realizaban la mayoría de las interacciones con los servicios web a través de los smartphones, la web empieza a tomar su lugar. De acuerdo con un informe realizado por ComScore, la audiencia de las principales propiedades web creció un 42% entre 2014 y 2015. En el mismo período, el crecimiento de la audiencia de las Apps fue apenas del 21%. Y si bien las aplicaciones todavía son mejores herramientas para retener al usuario, y son el espacio donde las personas pasan el 87% del tiempo en sus smartphones y el 83% en sus tablets, la mejora en la calidad, los tiempos de carga, y las oportunidades que ofrecen los sitios móviles – en gran parte gracias a iniciativas como las llevadas adelante por Google para mejorar la web móvil – la relevancia de las apps podría ser cada vez menor. Y esto es a lo que Microsoft parece estar apostando.

mobile-web-growing-faster

Al fusionar sus sistemas operativos móvil y de escritorio en Windows 10, la compañía apostó por crear un entorno único donde el móvil realmente funcione como una extensión de la experiencia en la PC, y donde los dispositivos como tablets y smartphones puedan ofrecer todas las prestaciones y capacidades de una computadora, lo que virtualmente eliminaría la necesidad de contar con la mayoría de las apps, aunque a la vez haciendo más atractivo para los desarrolladores estar en sus plataformas. Al mismo tiempo, al discontinuar el Internet Explorer y empezando de nuevo con el flamante Edge, la empresa creó un navegador capaz de soportar las nuevas tecnologías y ofrecer una experiencia equiparable a la del Chrome, de Google.

Los nuevos Microsoft Lumia 950 XL

Los nuevos Microsoft Lumia 950 XL

Es por eso que, lejos de rendirse, y aunque su línea Lumia vendió apenas 4,5 millones de dispositivos en el último trimestre (contra más de 10 millones un año atrás) a pesar de haber lanzado los muy atractivos Lumia 950 y 950XL a fin del año pasado, todo indica que Microsoft seguirá apostando por su sistema operativo. En el futuro, sin embargo, podría apostar por hacerlo con una nueva línea de productos, más emparentado con Surface, su gama de tablets orientada especialmente al mundo corporativo. Y es que las Surface han demostrado un crecimiento sólido, y mientras el negocio de los smartphones se desbarrancaba, éstas aumentaron sus ventas un 29% de un año al otro.

Un teléfono Surface podría significar un cambio importante para la marca, que podría asociar su producto móvil más exitoso con una categoría en la que viene fallando, y relanzar sus esfuerzos, apostando a un contexto donde el cambio de comportamiento de los usuarios podría favorecerla y finalmente posicionarla como una alternativa seria en el mercado.

Sin embargo, para poder lograr esto Microsoft deberá hacer mucho más que un buen producto. Necesitará el apoyo de las operadoras, la confianza de los usuarios, y una comunicación que permita convencer a los consumidores de que al optar por uno de sus equipos no se están perdiendo un mundo de apps y oportunidades, como todos los que alguna vez apostamos por Windows Phone sentimos que estábamos haciendo.

BLACKBERRY Y NOKIA, DOS GIGANTES QUE BUSCAN RECUPERAR SU LUGAR

Existió una época en la que el ecosistema móvil era muy diferente. Android y iOS todavía no existían, los teléfonos no tenían pantalla táctil, y ser desarrollador no era tan fácil como hoy. En ese mundo pre-2008, el mercado de los smartphones era dominado por dos jugadores muy fuertes. Dos jugadores que hoy prácticamente han desaparecido y que, cada uno a su modo, buscan renacer de sus cenizas y volver a cobrar la importancia y el glamour que alguna vez supieron tener. Por supuesto, nos referimos a Nokia y a BlackBerry.

Ambas compañías vieron el pico de su cuota de mercado con pocos años de diferencia. En el caso de la fabricante sueca, éste se dio en el último trimestre de 2007, cuando alcanzó la despampanante cifra del 50,9% de market share en el rubro de los teléfonos inteligentes. Para la canadiense la gloria llegaría un año después, en el primer trimestre de 2009 cuando alcanzó el 20,1%, cifra que conservaría —al menos aproximadamente— hasta el comienzo de su declive un año y medio después, en el tercer trimestre de 2010. Hacia comienzos de 2013 ambas empresas se encontraban en el orden del 3%, con pocos prospectos de competir con Apple, Samsung y otras estrellas emergentes del mercado móvil.

BlackBerry-y-Nokia,-dos-gigantes-que-buscan-recuperar-su-lugar

 

La lista de circunstancias y malas decisiones que llevaron a ambas compañías a caer en picada de esta manera ya es historia antigua, aunque puede resumirse en que ambas apostaron por ecosistemas incapaces de ofrecer la experiencia de usuario y versatilidad que mostraban los de sus competidores. En el caso de BlackBerry, la empresa se aferró a su sistema propietario, el cual —a pesar de su popularidad en el mundo corporativo— combinaba una usabilidad pobre con un mal soporte para los desarrolladores. En el caso de Nokia, luego de apostar fallidamente por Symbian por muchos años, y de experimentar con nuevos sistemas operativos como MeeGo, la compañía terminó optando por Windows Phone, un sistema operativo elegante y robusto, pero menos desarrollado que Android y iOS, que no le permitió explotar al máximo su potencial y su reputación. En ambos casos, la obstinación y la falta de contacto con lo que pedían sus consumidores terminó por destruirlas, algo que poco tiempo antes parecía totalmente imposible.

De esta forma BlackBerry se vio obligada a sufrir una reestructuración violenta, que casi acaba por completo con la compañía. Nokia, por su parte, terminó por venderle su división de dispositivos y servicios a Microsoft en 2014, una operación que a la empresa fundada por Bill Gates le terminó costando cara, y que terminó —asi como en el caso de la canadiense— en una reestructuración y en miles de despidos.

Aún así, ambas compañías hoy buscan renacer y recuperar, aunque sea, una parte del mercado perdido y el prestigio que alguna vez sus marcas supieron tener. Así como su declive tuvo similitudes, el plan que las empresas tienen para volver también tiene algo en común: adoptar Android y fundar sus estrategias en sus fortalezas anteriores.

 

La vuelta de BlackBerry

BlackBerry-y-Nokia,-dos-gigantes-que-buscan-recuperar-su-lugar

Este título puede sonar repetido y es que, entre bombos y platillos, BlackBerry ya anunció su vuelta varias veces. Y en cada oportunidad falló en su intento de colocarse a la altura de las expectativas. Sin embargo, no fue sino hasta la semana pasada, cuando lanzó el Priv —su primer modelo en incluir a Android como sistema operativo— que la empresa realizó un verdadero cambio de enfoque.

Hace algunos años, ya en pleno declive, la empresa había intentado relanzar su línea de smartphones ofreciendo un producto más parecido al de sus principales competidores. Encarnada en BlackBerry 10, un nuevo sistema operativo más moderno y compatible con pantallas táctiles, esta nueva generación de equipos prometía competir palmo a palmo con los de otros fabricantes, y renovar el ecosistema con nuevas y mejores aplicaciones que los desarrolladores podían adaptar fácilmente desde sus versiones Android. Las cosas, sin embargo, no salieron bien. Esto se dio por una combinación de factores. Por un lado, la compañía postergó varias veces el lanzamiento de los nuevos productos, lo cual produjo un desencanto generalizado. Al mismo tiempo, si bien éstos —y en especial el z10, su caballito de batalla— ofrecían una buena experiencia de usuario, no lograron encontrar un diferencial lo suficientemente fuerte como para atraer a sus viejos usuarios de vuelta, la mayoría de los cuales ya habían migrado a Android o iOS. Pero el principal problema de esta iteración fue la falta de claridad en la estrategia de marketing. Y es que el producto falló en atraer al público corporativo, tradicionalmente más interesado por estos productos, y también al consumidor.

Esta experiencia terminó generando pérdidas de casi mil millones de dólares para la empresa y todo tipo de especulación sobre su futuro. Sin embargo, sus accionistas decidieron apostar al futuro y enfocarse en el negocio de la seguridad; aunque luego siguió insistiendo con otros lanzamientos como el de Passport, en 2014. Pero este año, Blackberry finalmente decidió hacer el cambio radical que muchos esperaban y lanzó el Priv.

Este Smartphone es un slider, un diseño que no se veía hace años, equipado tanto con un teclado físico como con uno móvil, y con una versión casi pura de Android. A diferencia de otros equipos, sin embargo, éste incluye distintas herramientas clásicas desarrolladas por la compañía, como el BlackBerry Messenger, y otras características como el BlackBerry Hub que permite concentrar los mensajes de todos los servicios y aplicaciones en una sola pantalla.

La estrategia apunta a insertar a la compañía en un ecosistema mucho más amplio y capaz de ofrecer mayor versatilidad a sus usuarios y, al mismo tiempo, enfocarse en un nicho específico dentro de los usuarios de este sistema operativo: el mercado corporativo. A través de acuerdos de colaboración con Google, BlackBerry planea convertirse en la alternativa segura, ideal para negocios, que ningún otro fabricante hoy puede ofrecer. Cuesta creer que la empresa pueda recuperar la posición de liderazgo que alguna vez tuvo. Sin embargo, es posible que vuelva a convertirse en un referente indiscutido en el mercado al que apunta, algo que en un mundo donde la competencia crece exponencialmente y la diferenciación entre fabricantes es cada vez menor, no resulta poco.

 

El relanzamiento de Nokia

BlackBerry-y-Nokia,-dos-gigantes-que-buscan-recuperar-su-lugar

 

A pesar de haberle vendido su negocio a Microsoft, Nokia planea volver a la carga en 2016, una vez que su acuerdo de no competir expire. Esta vez, el fabricante noruego no busca arriesgarse ni quedarse afuera de la tendencia, y lanzará nuevos equipos donde el sistema operativo será nada menos que Android.

Para esto la empresa finlandesa ya comenzó a hacer algunas pruebas, entre las que se destacan en lanzamiento del Z Launcher, una interfaz de usuario peculiar para el sistema operativo de Google, y la tableta N1, la cual vende en el mercado chino. Sin embargo, estos pequeños proyectos son apenas el comienzo.

De acuerdo con un reporte de la agencia Reuters publicado en Agosto, Nokia está contratando a desarrolladores y expertos en Android para su centro de innovación en California. Al mismo tiempo, la empresa está finalizando la compra de la francesa Alcatel Lucent, una de las principales fabricantes de equipamiento, software y servicios para compañías de telecomunicaciones. Si bien esta empresa no fabrica equipos (los smartphones Alcatel son, en realidad, diseñados y vendidos por la empresa china TCL, a la cual la francesa le licencia su marca), ésta cuenta con un equipo de primer nivel, en el que se destacan ocho premios Nobel, que le darán valor a los proyectos de la empresa.

De todas formas, a pesar de sus esfuerzos por diseñar nuevos dispositivos y recuperar el valor de su marca, los ejecutivos de Nokia prefieren no volver a quemarse con leche. Es por eso que, al menos en un principio, su estrategia consistirá en diseñar los nuevos equipos y luego licenciar su fabricación y marca a otras empresas para que éstas se hagan cargo del riesgo. Aunque puede parecer sensato, la realidad es que, de esta forma, la compañía difícilmente pueda construir un negocio verdaderamente rentable, y mucho menos recuperar el glamour y la magia que alguna vez supo tener. Al mismo tiempo, en un mundo que favorece a las nuevas marcas, y en las que empiezan a surgir competidores de países como China e India, Nokia tendrá que hacer un muy buen trabajo para lograr diferenciarse y volver a cautivar a un público que se impresiona cada vez menos.

Como la mayoría de las industrias tecnológicas, la móvil ha tendido desde un principio a la convergencia y a la polarización entre dos o tres ecosistemas. La capitulación de BlackBerry y Nokia no es otra cosa que una prueba más de este fenómeno. Pero así como lo hicieron alguna vez, nada impide que una de estas empresas con tradición de innovación no sea la que desarrolle el próximo gran equipo, y vuelva a ponerse al frente.