LAS SECCIONES DE OPINIÓN EN LAS TIENDAS DE APLICACIONES SE CONVIRTIERON EN UN CAMPO DE BATALLA

Un extraño fenómeno está afectando tanto a Google Play como al AppStore de iOS. Y es que, durante las últimas semanas, la sección de “Opiniones” en los listados de aplicaciones publicadas en ambas tiendas, en las que los usuarios califican y reseñan a las apps que utilizan y han probado, se han convertido en verdaderos campos de batalla donde miles de personas han comenzado a otorgar malas calificaciones a aquellas aplicaciones con las que disienten políticamente.

El fenómeno, que comenzó a visualizarse luego de las elecciones que ungieron a Donald Trump como Presidente Electo de los Estados Unidos, tiene como protagonistas principales a las apps pertenecientes a cadenas de noticias y periódicos digitales más importantes de aquel país. Percibidos por una parte del público como medios “liberales y sesgados”, los mismos fueron víctimas de un ataque constante por parte de usuarios enojados – y, posiblemente, también de parte de trolls – que cuestionaron su integridad periodística y confiabilidad dejando reseñas negativas en las tiendas de aplicaciones.

De esta forma, este grupo de usuarios, inundó las publicaciones en Google Play y el App Store con comentarios de alto contenido político, y que advierten a otros usuarios acerca de la orientación política de estos medios, de su permanente activismo, de que se trata de chistes y no de sitios de noticias, de que se trata de medios mentirosos, entre otros mensajes del estilo. Al mismo tiempo, de manera sistemática, una gran cantidad calificó a las apps con ratings de una estrella.

De acuerdo con el sitio Digiday aplicaciones como CNN, USA Today, y la flamante aplicación de Mic, fueron víctimas de este tipo de reseñas. En el caso de la última, una app de noticias orientadas a un público joven, un tercio de los comentarios recibidos entre el 11 y el 21 de noviembre de 2016 tenían una estrella, y no precisamente por problemas técnicos o de usabilidad, sino que vinculados justamente al contenido. En el caso de Quartz, otro popular sitio de noticias, un 40% de todas sus reseñas son negativas por motivos asociados con su postura editorial.

No es una novedad que existe una proporción de usuarios que no concuerda con la postura de un medio, o que incluso tiene algo para decir con respecto a su línea editorial y su integridad periodística. Sin embargo, esta es la primera vez que estas posturas se manifiestan abiertamente en las reseñas de las tiendas de aplicaciones, y son acompañadas por calificaciones negativas en la escala en la que está ocurriendo durante estos días. En cambio, este tipo de discusiones, se encontraban más bien reservadas a las redes sociales, y a las secciones de comentarios de los sitios de noticias, donde los usuarios más despiadados siempre encontraron tierra fértil para explayarse y participar de conversaciones sobre las cualidades del medio en el que estaban opinando.

UN ATAQUE DIRECTO AL CORAZÓN DEL NEGOCIO

Los comentarios en otros ámbitos, por más negativos que éstos puedan ser, nunca tuvieron la capacidad de perjudicar tan directamente a una app como las reseñas en las tiendas de apps. Y es que, aunque es imposible saberlo a ciencia cierta, los desarrolladores y especialistas en App Store Optimization, coinciden en que las reseñas tienen un impacto directo en la posición de una aplicación en los listados dentro de las tiendas, y en la capacidad que los usuarios tienen de descubrirlas.

Fue gracias a la gran cantidad de reseñas, y a los altos puntajes recibidos, que Flappy Bird, un juego imposible de ganar que se convirtió en sensación hace apenas unos pocos años, logró escalar a los primeros puestos entre las apps más descargadas del App Store de iOS. Y es, también, gracias a las reseñas negativas que las aplicaciones de noticias hoy pueden empezar a sufrir, y a perder descargas. Esto puede tener un impacto directo en el negocio de estas compañías, y puede significar un golpe mortal a su estrategia móvil, el medio más importante por el que las personas se informan. Y si bien, por el momento, la mayor parte de las noticias se consumen a través del navegador, y no de aplicaciones específicas, esto no quiere decir que estas no resulten importantes para la fidelización de los usuarios, para la monetización del negocio, y para la construcción de una audiencia en el largo plazo.

Todavía no está claro si este fenómeno se ampliará a apps en otras verticales, pertenecientes a compañías asociadas por el público una determinada postura política, o si el mismo se limitará a aplicaciones vinculadas con noticias. Tampoco es posible saber si las tiendas de aplicaciones tomarán medidas en el asunto, acomodando sus algoritmos para compensar este tipo de “ataques” en los listados de apps vinculadas a la información. Y, sobre todo, no es posible saber si esta es apenas una moda pasajera asociada con este proceso electoral, o si se trata de una tendencia que comenzó a expresarse este año, pero que se mantendrá vigente durante un tiempo prolongado.

De cualquier forma, cabe preguntarse si expresarse políticamente puede comenzar a ser un problema para las compañías vinculadas con el negocio móvil, que pueden verse castigadas de esta manera por hordas de usuarios enojados.

GOOGLE ELIMINA LAS CHROME APPS EN CASI TODAS LAS PLATAFORMAS Y LLEVA LAS APLICACIONES DE ANDROID A CHOME OS

Lanzado por primera vez en 2008, Chrome, el navegador web de Google, se convirtió rápidamente en uno de los browsers más populares en prácticamente todas las plataformas y, en enero de este año, de acuerdo con Computerworld, sobrepasó finalmente a la sumatoria de Internet Explorer y Edge, los navegadores de Microsoft, que tradicionalmente dominaron este espacio. Las razones que explican el éxito de este navegador son muchas, pero pueden resumirse en su gran robustez; su diseño minimalista, algo que hoy puede parecer evidente, pero que en el momento en el que fue lanzado contrastaba con otros productos, los cuáles se encontraban repletos de botones y funciones que no solamente ocupaban espacio en la pantalla, sino que hacían que la experiencia de navegación fuera más lenta y menos dinámica; su integración total con Google, que permite realizar búsquedas directamente desde la barra de direcciones, algo que otros navegadores tampoco poseían en su momento; y con el hecho de contar con el respaldo total y el empuje de esta compañía para posicionarlo entre los usuarios.

Otra característica que resaltaba en Chrome, por lo menos cuando fue lanzada en Febrero de 2011, era la posibilidad de utilizar una gran cantidad de aplicaciones directamente desde el navegador. Inspiradas en las extensiones que Firefox, el navegador de Mozilla, estas aplicaciones permitían expandir la funcionalidad del browser agregando herramientas de productividad de todo tipo, juegos, y accesos directos a todo tipo de sitios y plataformas como mensajeros y redes sociales. A diferencia de Mozilla, Google creyó siempre en la importancia de este tipo de aplicaciones en un navegador moderno, y por eso apostó a crear recursos y facilidades para permitir que los desarrolladores aportaran al ecosistema, e incluso lanzó una tienda de aplicaciones donde los usuarios pueden encontrar lo que necesitan e instalarlo con un solo click en su navegador.

Desde junio de 2011, la tienda de aplicaciones se convirtió en una de las características fundacionales de Chrome OS, el sistema operativo de Google para computadoras de escritorio. Éste utiliza una ventana del navegador como base, y permite correr todo tipo de aplicaciones, y visualizar toda clase de contenidos, directamente desde la nube.

Fue gracias a Chrome OS que Google pudo lanzar su línea de notebooks Chromebook, las cuales corren este sistema operativo, y gracias a sus bajos requerimientos en materia de hardware y capacidad de almacenamiento, suelen tener valores muy bajos de cara al consumidor. Aunque existen contadas excepciones. Por sus características y costos, estos equipos se orientan fundamentalmente al mundo profesional, y han tenido un gran éxito en ámbitos educativos, sobre todo en los Estados Unidos, donde los distritos escolares invierten más de $8 mil millones de dólares al año en equipar todas sus aulas con computadoras, tablets, y otros dispositivos informáticos.

EL ADIÓS A LAS APPS DE CHROME

Y si bien en Chome OS las aplicaciones son ampliamente utilizadas, en gran medida porque en esa plataforma no puede utilizarse otro tipo de programas, este no parece ser el caso en plataformas como Windows y macOS (ex OSX). Según reconoció Google en un comunicado difundido a través de uno de sus blogs, apenas el 1% de sus usuarios de Chrome en estos sistemas operativos utilizan algún tipo de aplicación. Es por eso que la compañía ha tomado la decisión de discontinuar esta función, y restringirla únicamente a los usuarios de su propio sistema operativo.

Esto, sin embargo, no ocurrirá de la noche a la mañana, sino que se hará en un proceso que durará unos dos años, y se dividirá en distintas etapas. Desde fines de 2016, las nuevas aplicaciones subidas a la tienda, sólo estarán disponibles para Chrome OS, por lo que los usuarios de Windows, Mac y Linux sólo podrán seguir accediendo al catálogo ya disponible. Esto, sin embargo, dejará de ser posible a medidados de 2017, cuando la tienda sólo mostrará algunas extensiones y themes, es decir personalizaciones visuales que permiten cambiar los colores y agregar imágenes al navegador. A partir de 2018, cualquier aplicación ya instalada por los usuarios en sus sistemas dejará de correr, poniendo un punto final a esta funcionalidad.

El motivo por el que la compañía decidió discontinuar las aplicaciones de manera gradual, radica en su voluntad de no perjudicar a los usuarios que las utilizan activamente, y de darles tiempo a los desarrolladores que confiaron en la plataforma de migrar sus apps a la web, o de crear aplicaciones nativas para los distintos sistemas operativos, de forma tal de poder ofrecer una continuidad a sus usuarios.

LAS APPS DE ANDROID PODRÁN UTILIZARSE EN CHROME OS

Si bien la tienda y las aplicaciones, temas y extensiones, seguirán vigentes para Chrome OS, es posible que la cantidad de nuevas apps disponibles en este formato comience a declinar y, con el tiempo, la tienda termine desapareciendo o volviéndose menos significativa también en ese ecosistema. Eso se debe a que, en mayo de este año, Google anunció que los usuarios de Chrome OS podrán empezar a descargar cualquier aplicación disponible en Google Play para Android, su sistema operativo móvil.

De esta forma, los usuarios de este sistema operativo tendrán acceso a dos tiendas distintas, la de aplicaciones Chrome, y Google Play. Para correr las Apps diseñadas para Android, el sistema operativo utilizará lo que Google definió como “contenedores virtuales” que, a diferencia de las máquinas virtuales tradicionales, no serán una máquina virtual que correrá a las apps aisladas por completo del sistema operativo, sino que permitirá que éstas interactúen entre sí, y con otras aplicaciones nativas del sistema operativo, y que utilicen todo tipo de recursos de Chrome OS, ofreciendo una mucho mejor experiencia de usuario.

Si bien ya era posible adaptar algunas de estas apps para que corrieran en el sistema operativo utilizando el App Runtime for Chrome, una tecnología de sandboxing lanzada por Google en su conferencia I/O en 2014, los ingenieros de la compañía explicaron que el sistema requería una gran cantidad de trabajo de los desarrolladores para migrar sus apps, y que no ofrecía una experiencia de usuario aceptable, por lo que comenzaron de cero. Ahora, los desarrolladores ya no necesitan hacer nada para que Chrome OS corra sus productos creados para Android, y de esa forma toda la biblioteca estará disponible.

En una primera etapa, solamente los usuarios de Chromebooks que cuenten con pantallas táctiles podrán acceder a Google Play. Sin embargo, esto irá cambiando con el tiempo hasta incorporar a todos los usuarios del sistema. Sin embargo, dado que uno de los principales atractivos de este sistema operativo tanto para escuelas como para corporaciones, es su entorno relativamente cerrado y la imposibilidad de que sus usuarios instalen software que los distraiga de sus objetivos, o que pueda bajar la performance, los administradores de los sistemas basados en esta tecnología podrán optar si les brindan acceso a sus usuarios a esta función y, si lo hacen, en que medida podrán descargar aplicaciones, y cuáles.

Posiblemente en un futuro Android y ChromeOS se terminen unificando en una misma plataforma. O quizás simplemente sigan compartiendo recursos, haciendo la tarea más sencilla para los desarrolladores, y creando un ecosistema más atractivo para todo tipo de usuarios. Lo que es seguro, es que los usuarios de Windows, Linux y Mac, quedarán afuera del mismo, a no ser que instalen el sistema operativo de la compañía, o adquieran una Chromebook, y no ya siendo meros usuarios de Chrome.

 

RUSIA BUSCA COMPETIR CON ANDROID EN SU MERCADO CON UN SISTEMA OPERATIVO PROPIO

Así como Microsoft logró convertirse en el líder indiscutido del mercado de sistemas operativos para PCs en los 90s, el crecimiento de Android en Europa, donde su cuota de mercado creció un 7,1% solo en los primeros tres meses de este año, en América Latina, donde registró un crecimiento similar, y especialmente en Asia, está llevando a Google a convertirse en la compañía dominante en el terreno de los sistemas operativos móviles. A nivel mundial este sistema operativo se encuentra presente en el 86,2% de los smartphones, seguido por iOS, el sistema operativo de Apple, que opera el 12,9%. Por otra parte Windows 10, fabricado por Microsoft, es utilizado por apenas el 0,6% de los usuarios.

Si bien Android viene ganando la batalla desde el segundo trimestre de 2011, cuando logró sobrepasar a Symbian, el sistema operativo de los smartphones Nokia, la diferencia con el segundo ecosistema, en materia de cuota de mercado, nunca fue tan grande. Ni siquiera a comienzos de 2014 cuando la tendencia del mercado a consolidarse entre apenas dos jugadores terminó de verificarse. Y si bien resulta tentador atribuirle esta ventaja a una caída por parte del iPhone, la realidad es que el crecimiento del OS de Google se encuentra impulsado por el despegue del segmento de la gama media, especialmente en China, Taiwan, India y el sudeste asiático, donde los nuevos fabricantes eligen el software de Google, y donde los productos Apple resultan prohibitivos para un importante segmento de la población.

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Esta diferencia, así como la incapacidad de Microsoft de instalarse como alternativa, ha llevado a que tanto la Unión Europea, como la justicia rusa, acusaran a Google de ejercer prácticas monopólicas, al ofrecer su conjunto de aplicaciones por defecto en los celulares equipados con su sistema operativo lo que, según las acusaciones, implica un abuso de su posición dominante. Es en este contexto que el Gobierno ruso, donde un juez ya falló y multó a la compañía de Mountain View, decidió que era hora de estimular la competencia, y de comenzar a impulsar una alternativa a los sistemas operativos móviles imperantes, ambos de origen norteamericano. Para ello, su Ministerio de Comunicaciones, comenzó a brindarle apoyo financiero, y también de otros tipos, a un grupo de desarrolladores que están trabajando en una versión propia de Sailfish OS, un sistema operativo que, el gobierno del país presidido por Vladimir Putin, busca imponer en su propio mercado, en China, y en otros países emergentes (en especial en los países conocidos como BRICS – Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), equipando con el a los smartphones de gamas baja y media de distintos fabricantes, de forma tal de contrarrestar un poco el peso del OS de Google en esos mercados con una alternativa propia.

LA HISTORIA DE MEEGO, EL SISTEMA OPERATIVO QUE DIO ORIGEN A SAILFISH OS

Si bien cuenta con el apoyo del gobierno ruso, el cual lo distinguió como su “sistema operativo móvil oficial”, Sailfish OS no fue concebido por iniciativa de este país. En cambio, el proyecto nació de la mano de Jolla, un startup finlandés creado por exempleados de Nokia, cuyo objetivo es construir un producto en base a MeeGo, el sistema operativo basado en Linux (al igual que Android) e introducido al mercado en 2011 a través del Nokia N9, un smartphone que resultó innovador, pero que no gozó de un gran éxito comercial y terminó siendo discontinuado.

Anunciado por primera vez en el Mobile World Congress 2010 en Barcelona, MeeGo era fruto de la colaboración entre Intel y Nokia. El proyecto consistía en fusionar Moblin, un sistema operativo en el que estaba trabajando el fabricante de microprocesadores, y Maemo, un producto similar desarrollado por la compañía finlandesa. Esta sociedad tenía mucho sentido para ambas, y es que Intel buscaba un sistema operativo que pudiera aprovechar al máximo sus entonces flamantes procesadores Atom – los cuales se utilizaban, fundamentalmente para netbooks y equipos poco potentes –, y Nokia una alternativa para reemplazar a Symbian y poder competir cabeza a cabeza con Apple y los fabricantes de teléfonos Android. Menos de dos años después, y apenas lanzado el N9, Nokia anunció su acuerdo con Microsoft para utilizar Windows Phone en todos sus smartphones y abandonó el proyecto.

Este suceso marcó la muerte de MeeGo. Intel, sin embargo, conservó parte del código y se asoció con Samsung y la Linux Foundation (que también había participado del proceso) para trabajar sobre Tizen, el sistema operativo que la marca coreana ya comercializa en parte de sus teléfonos inteligentes, tabletas y wereables, y que utiliza para disuadir a Google de meterse en el negocio de los dispositivos.

Al ser un software de código abierto, la interrupción de MeeGo no significó, sin embargo, que una comunidad de desarrolladores no siguiera trabajando en él. Y fue justamente sobre ese trabajo que Jolla se basó para crear su producto.

SAILFISH OS, LA APUESTA POR CREAR UN TERCER SISTEMA OPERATIVO MÓVIL

Jolla comenzó a trabajar en Sailfish OS en 2012, y desde 2013 ha lanzado varias versiones. Desde un primer momento el objetivo de la compañía ha sido evitar caer en los mismos errores que llevaron a la fallida experiencia que resultó ser MeeGo, y a ofrecer un producto sólido, que pueda insertarse rápidamente en el mercado. Por ese motivo, uno de los principales objetivos del proyecto ha sido maximizar la compatibilidad con aplicaciones desarrolladas para Android, y mejorar la interfaz de usuario. Otros atributos de su predecesor, como si excelente capacidad de correr varias tareas a la vez, y su mayor compatibilidad con procesadores x86 desarrolladas por Intel se han mantenido intactas.

El medio principal por el que Sailfish OS se distribuyó hasta el momento, fue a través de dos versiones del Jolla Phone, un teléfono inteligente lanzado por la compañía en 2013 y, luego, relanzado – con más potencia – en 2016, y a través de la Jolla Tablet., productos de hardware creados por la compañía y vendidos a través de su sitio web. Sin embargo, al estar basado en el Kernel de Linux, al igual que Android, resulta muy sencillo instalarlo en una gran cantidad de dispositivos comercializados con ese sistema operativo, gracias a un “adaptation kit” desarrollado por entusiastas y que perite utilizarlo en más de 50 teléfonos Samsung, Sony, ZTE, LG, HP, OnePlus, Acer, y Xiaomi entre otros.

Si bien esto ha hecho de este sistema operativo un relativo éxito entre sus entusiastas, éste no ha logrado penetrar en el mercado masivo, razón por la cual Jolla casi debió declarar la banca rota el año pasado, hasta que obtuvo una inversión de $12 millones de dólares que le permitió seguir trabajando.

Al mismo tiempo, la empresa le licenció su software a Open Mobile Platform, una compañía rusa basada en la República de Tartaristán (una región dentro del país) que, con apoyo del Ministerio de Comunicaciones, está adaptando el sistema operativo para su propio mercado, y expandiéndolo para adaptarse a las necesidades de los usuarios del país, y de otros mercados similares. El plan de OPM y el gobierno, consiste en ofrecer la plataforma a muy bajo costo, y crear incentivos para que los fabricantes desarrollen equipos de las gamas media y baja para competir con Android, y comenzar a capturar una cuota más importante del mercado.

Al ser compatible con las apps disponibles para el ecosistema de Google, los usuarios que opten por Sailfish podrán acceder a todas las mismas apps y funcionalidades que quienes utilizan Android, aunque, así como ocurre con los usuarios de Xiaomi y Baidu en China, o de las tabletas Kindle Fire, fabricadas por Amazon en los Estados Unidos, deberán bajarlas de una tienda de aplicaciones diferente a Google Play, en este caso operada por la empresa rusa. En este caso, sin embargo, las aplicaciones nativas de Google, como Gmail, YouTube, y Google Photos, si bien no vendrán preinstaladas en los dispositivos, seguramente estarán disponibles.

Este plan, que hasta hace un tiempo podía sonar descabellado, puede llegar a tener su cuota de éxito, si tomamos el caso de los smartphones Z1 y Z3, operados por Tizen, que Samsung lanzó en el mercado indio alcanzando un volumen de ventas muy superior al esperado.

La batalla para los nuevos sistemas operativos puede estar perdida en los mercados desarrollados, donde el duopolio de iOS y Android parece inquebrantable. Sin embargo, los mercados emergentes, donde la adopción de nuevas tecnologías se da casi exclusivamente a través de terminales de bajo costo, es todavía tierra fértil para el crecimiento de nuevas opciones que demuestren solidez tecnológica, buena performance, bajo precio, y adaptabilidad a los ecosistemas ya existentes. El gobierno ruso apuesta justamente a eso para poder instalar una empresa propia en el universo móvil, y llevarse una cuota del mercado.

ORACLE VS GOOGLE, Y UN FALLO QUE NO DEJA CLARO EL PANORAMA

La semana pasada resultó decisiva para una causa que gran parte de la industria móvil viene siguiendo de cerca desde hace ya seis años. Se trata de la demanda que Oracle, una de las principales empresas de Silicon Valley, inició contra Google por el uso de componentes de Java, el popular lenguaje de programación creado por Sun Microsystems (hoy parte de Oracle) en 1995, en su sistema operativo Android. De acuerdo con Oracle, la compañía de Mountain View violó el copywright que ella mantiene sobre partes de la plataforma de desarrollo de ese lenguaje para acelerar la salida al mercado de Android, sin pagar nunca una regalía. Google, por su lado, defendió el uso del código citando el “uso justo” (Fair Use, por su nombre en inglés) una provisión de la ley de propiedad intelectual estadounidense que permite el uso de material registrado, siempre y cuando se lo utilice para producir una verdadera innovación. Tras varias idas y vueltas, el jueves pasado un Tribunal Federal en California falló a favor de la subsidiaria de Alphabet, aunque el veredicto no deja del todo claro el panorama.

La demanda, por $9 mil millones de dólares en daños, se produjo por primera vez en 2010, luego de que Oracle adquiriera Sun Microsystems. En ella, la empresa cita que Google utilizó parte de su plataforma al implementar 37 APIs de Java, sin pedir permiso alguno, para desarrollar Android rápidamente. Según sus abogados, Oracle tiene derecho a reclamar como propias parte de las utilidades que el sistema operativo, hoy el más popular en el mundo, le generó a Google desde su concepción. Este caso es seguido de cerca por cientos de miles de desarrolladores que utilizan Java y sus APIs para crear sus productos, puesto que un fallo favorable para Oracle podía sentar un precedente para que la compañía comenzara a desparramar demandas y acciones judiciales contra muchos de ellos.

Hoy, tanto los ejecutivos de Google como estos cientos de miles de desarrolladores pueden respirar tranquilos, puesto que la decisión unánime del jurado, fue que el uso de estas APIs efectivamente fue uso justo, por lo que Oracle no tiene derecho a hacer el reclamo. De acuerdo con los ejecutivos del gigante de las búsquedas, “esta fue una victoria no sólo para el ecosistema Android, sino que también para toda la comunidad de desarrolladores de Java, y para todos los desarrolladores que utilizan lenguajes de programación libres y abiertos para escribir software.” Oracle, sin embargo, ya anunció que piensa apelar este fallo. Y una instancia anterior de este largo juicio, podría darle los argumentos necesarios.

GOOGLE GANÓ UNA BATALLA, PERO NO LA GUERRA

Esta no es la primera vez que Oracle y Google se enfrentan en la corte por este mismo caso. El mismo ya había sido llevado a juicio en 2012, aunque en esa oportunidad el jurado no pudo llegar a una conclusión de manera unánime. De todas maneras, en esa oportunidad el juez de la causa William Alsup, sostuvo que los elementos de Java no califican para la protección bajo la ley de propiedad intelectual. Dos años después, una Corte Federal de Apelaciones se mostró en desacuerdo, sentenciando que éstos si pueden ser registrados y protegidos, un argumento que podría ayudar a Oracle a ganar en su apelación.

De acuerdo con Anette Hurst, una abogada especialista en propiedad intelectual, a cargo del equipo legal de Oracle en esta demanda, la decisión fue injusta e inesperada, y hasta puede resultar perjudicial para la comunidad de desarrolladores. En una carta abierta publicada en la red social LinkedIn, la jurista explicó que, aunque es imposible saber qué argumentos terminaron por convencer al jurado de darle la razón a Google, la realidad es que este fallo pone en juego el futuro de la Licencia Pública General de GNU (o GPL, por sus siglas en inglés) la licencia más utilizada en el mundo del software. La misma, permite que las personas, compañías y organizaciones de todo tipo utilicen y modifiquen el software, protegiendo a sus creadores de intentos de apropiación o uso indebido. En este mismo sentido Sara Catz, la CEO de Oracle, opinó durante su testimonio en el juicio que, al utilizar elementos de Java para crear Android, un nuevo ecosistema no compatible con el lenguaje original, Google efectivamente dividió a la comunidad de desarrolladores en dos. De acuerdo con la ejecutiva, quién – según su propio testimonio, fue la impulsora de la compra de Sun Microsystems por parte de la empresa que dirige justamente para preservar la apertura de Java – el espíritu de ese lenguaje de programación siempre fue el de permitir la escritura de código que corriera en cualquier sistema operativo. Con Android, sin embargo, eso no es así, ya que el software escrito para Android, sólo funciona en ese entorno.

Ante este testimonio, Google respondió que la intención de los creadores de Java siempre fue que el lenguaje se utilizara libremente, independientemente de los resultados. Para explicarlo, durante el juicio, tanto los abogados como los testigos que se presentaron a favor de la compañía utilizaron una serie de analogías muy coloridas, que intentaron explicarle al jurado qué es una API, y por qué, en su opinión, el uso que les había dado Google no implicaba ninguna violación al copywright. Para ello, explicaron que las APIs son como hamburguesas, las cuáles pueden encontrarse en el menú de muchos restaurantes, pero en cada caso la receta resulta única. También las compararon con los tomacorrientes en las paredes de las casas y oficinas, y el pedal acelerador de los automóviles, dos elementos tan comunes que, según la empresa, jamás pensaron que podían ser objeto de una demanda. Oracle, por su parte, respondió con su propia analogía, explicando que las APIs son como los libros de Harry Potter, y que los paquetes, clases y métodos, son equiparables a la serie, los libros y los capítulos. A juzgar por el veredicto, los ejemplos utilizados por los abogados de Google fueron más claros y permitieron exponer mejor su punto.

En cualquier caso, durante los cinco años que lleva la disputa legal, la comunidad de desarrolladores tendió a acercarse más a la posición de Google, desestimando a Oracle como una parte interesada en cobrar una enorme suma de dinero más que en defender al software libre. En este sentido, incluso Jonathan Schwartz, exCEO de Sun Microsystems, testificó a favor de Google en el juicio. Oracle, por su parte, mostró e-mails que los ingenieros de las compañías se enviaron durante el primer desarrollo de Android, en el que los empleados de Google daban a entender que debían llegar a alguna clase de acuerdo para poder utilizar el código.

Con el fallo a favor de Google, el caso parece quedar resuelto, por lo menos por un tiempo. Solo resta ver qué responde la Corte de Apelaciones, y hasta que punto Oracle está decidido a llevar su demanda. Por lo pronto, y a pesar de los argumentos de esta compañía, las acciones de Google no variaron de manera notable antes o después del veredicto, señal de que sus accionistas piensan que, incluso si tuviera que pagar, la subsidiaria de Alphabet tiene el dinero suficiente para hacerlo sin sufrir las consecuencias. Los desarrolladores, por su parte, se mostraron mayormente a favor del resultado, y respiraron tranquilos al prever que probablemente no les caerá ninguna demanda judicial por el uso de software libre.

EN 2015 LA CANTIDAD DE SMARTPHONES 4G LTE EN ARGENTINA CRECIÓ EN UN 1600%

Argentina llegó muy tarde al 4G LTE. Y es que esta tecnología, que permite alcanzar velocidades de transferencia de datos considerablemente más rápidas que el 3G no estuvo disponible comercialmente en nuestro país hasta diciembre de 2014. Esto no fue así en el resto de la región, donde a principios de 2013 estas redes ya comenzaban a desplegarse en mercados como Brasil, Chile, Colombia y México. De acuerdo con GSMA, hacia mediados de 2014, ya existían 44 operadoras ofreciendo 4G LTE en 18 países de la región, aunque ninguna de ellas estaba en Argentina. Pero a pesar de haber llegado tarde, la adopción de este estándar en nuestro país fue tal que, en apenas un año, se ha convertido en uno de los mercados con más teléfonos capaces de aprovechar el servicio en la región, efectivamente recuperando el tiempo perdido.

La historia del 4G LTE en nuestro país estuvo repleta de convulsiones y sucesos inesperados. De hecho el lanzamiento mismo del servicio ocurrió en lo que fue una movida sorpresiva por parte de operadoras como Personal y Movistar, que habían anunciado el inicio de sus operaciones utilizando esta norma para mediados de 2015, pero que lo lanzaron de manera repentina a fines de 2014 con grandes campañas de comunicación que tomaron por sorpresa tanto a sus clientes como a sus competidores. Hasta ese momento, el despliegue de estas redes había estado frenado por cuestiones regulatorias. Y es que el Gobierno argentino había mantenido parada la licitación del espectro necesario para operar esta tecnología hasta el último trimestre de ese año cuando, según sus críticos, la necesidad de contar con fondos en dólares motivó la apertura del proceso licitatorio. Evidentemente las operadoras estaban preparadas y ya habían comenzado a invertir en la infraestructura y el despliegue de la red necesaria, y apenas se les abrió la posibilidad activaron sus antenas y comenzaron a ofrecer el servicio. Y esta inversión dio resultado.

El LTE creció de manera exponencial en toda la región. De acuerdo con 5G Americas, la organización que promueve la adopción de las nuevas tencologías de comunicación en el mundo, la cantidad de usuarios de las redes 4G creció de 13 millones a nivel regional en diciembre de 2014 a más de 54 millones en el mismo mes de 2015. Si bien esto se enmarca en un crecimiento explosivo a nivel regional, la inclusión de Argentina en el mapa ciertamente tuvo que ver. Y esto se puede observar en la enorme adopción que los smartphones capaces de conectarse a este tipo de redes tuvo en nuestro país.

Según la consultora Counterpoint, a lo largo de 2015 la cantidad de smartphones con antenas 4G LTE activos en nuestro país se multiplicó por 16. Y lo que es más increíble, los teléfonos inteligentes desplazaron casi por completo a otro tipo de equipos de telefonía móvil, concentrando el 98% de las ventas de la categoría durante el año. De esta forma la venta de smartphones creció un 232% interanual con respecto al año anterior. De todos los equipos vendidos apenas el 30% no cuentan con capacidad de conectarse a redes LTE, lo que explica en gran parte el crecimiento en la adopción de esta tecnología.

Las razones detrás de este fenómeno

De acuerdo con los analistas de Counterpoint, en gran parte este crecimiento estuvo dado por los incentivos dados por el gobierno anterior al consumo de este tipo de dispositivos. El panorama electoral, concluyen, fue un catalizador que generó programas de pagos en cuotas y la apertura a la importación de los componentes necesarios para ensamblar equipos y distribuirlos en el país. Es necesario recordar que, hasta principios de 2015, existía un faltante en algunos modelos producto de la falta de piezas para su armado en el país.

Otro factor a tener en cuenta tiene que ver con el estado de la infraestructura. La limitación en la asignación de espectro, la cual no se limitaba al 4G, sino que también a tecnologías disponibles como el 3G y el 2G, en la cual las operadoras estaban funcionando al límite de su capacidad, llevaron a que la calidad del servicio decayera. El surgimiento de nuevos servicios operó como un incentivo para muchos usuarios que vieron en la posibilidad de cambiar sus dispositivos una oportunidad para acceder a un mejor servicio.

 El crecimiento de las marcas

Dada la ausencia de equipos Apple en el mercado argentino, durante 2015 la totalidad de las ventas de smartphones en el país se vieron concentradas en dos plataformas: Android y Windows Phone. De acuerdo con Kantar Worldpanel, hacia abril del año pasado el sistema operativo de Google concentraba el 79,4% del mercado local, seguido por el de Microsoft, con el 12,9%, y por iOS con el 3,5%.

Entre los fabricantes, Samsung mantuvo su liderazgo, y logró aumentar su cuota de mercado de 34,9% en el último trimestre de 2014, a 38,3% en el mismo período en 2015. LG, por su parte, logró posicionarse como el segundo fabricante en importancia en el país, creciendo del 15,1% a fines de 2014 a 19,5% en el último trimestre de 2015. Motorola, por su parte, ocupó el tercer puesto y mantuvo su cuota de mercado, pasando del 10,4% en los últimos tres meses de 2014 al 10,6% a fines de 2015.

Venta de Smarthones en Argentina. 4Q 2014 - 4Q 2015. Fuente: Counterpoint.

Venta de Smarthones en Argentina. 4Q 2014 – 4Q 2015. Fuente: Counterpoint.

Según Counterpoint, el crecimiento de Samsung se vio apuntalado en gran parte por las ventas navideñas, período en el que la compañía lanzó varias campañas muy agresivas de descuentos, así como una renovada línea en la gama media. LG, por su parte, apostó fuerte a la gama alta, y logró posicionar con mucho éxito el G4, su flagship en ese período.

Otro factor a destacar fue el crecimiento de las marcas locales como Noblex o BGH, las cuales en conjunto han logrado cooptar casi el 10% del mercado. De la misma manera el fabricante chino Huawei, duplicó su participación del 3,3% a fines de 2014 a 6,5% en los últimos meses de 2015, convirtiéndose en un jugador de peso en el mercado argentino.

Este crecimiento sin precedentes de los smartphones y la mejora y mayor adopción en las conexiones de alta velocidad representa una gran oportunidad para los desarrolladores, los cuales cuentan con un público cada vez más amplio para distribuir sus productos. Al mismo tiempo, el apuntalamiento de Android como el sistema operativo casi universal en nuestro país, reduce los costos de desarrollo, al permitir apuntar todos los esfuerzos a una sola plataforma. Sin embargo, esto puede resultar en un arma de doble filo, puesto que la concentración convierte a la lucha por las posiciones en Google Play en un juego más descarnado y difícil de sobrellevar.

BLACKBERRY Y NOKIA, DOS GIGANTES QUE BUSCAN RECUPERAR SU LUGAR

Existió una época en la que el ecosistema móvil era muy diferente. Android y iOS todavía no existían, los teléfonos no tenían pantalla táctil, y ser desarrollador no era tan fácil como hoy. En ese mundo pre-2008, el mercado de los smartphones era dominado por dos jugadores muy fuertes. Dos jugadores que hoy prácticamente han desaparecido y que, cada uno a su modo, buscan renacer de sus cenizas y volver a cobrar la importancia y el glamour que alguna vez supieron tener. Por supuesto, nos referimos a Nokia y a BlackBerry.

Ambas compañías vieron el pico de su cuota de mercado con pocos años de diferencia. En el caso de la fabricante sueca, éste se dio en el último trimestre de 2007, cuando alcanzó la despampanante cifra del 50,9% de market share en el rubro de los teléfonos inteligentes. Para la canadiense la gloria llegaría un año después, en el primer trimestre de 2009 cuando alcanzó el 20,1%, cifra que conservaría —al menos aproximadamente— hasta el comienzo de su declive un año y medio después, en el tercer trimestre de 2010. Hacia comienzos de 2013 ambas empresas se encontraban en el orden del 3%, con pocos prospectos de competir con Apple, Samsung y otras estrellas emergentes del mercado móvil.

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La lista de circunstancias y malas decisiones que llevaron a ambas compañías a caer en picada de esta manera ya es historia antigua, aunque puede resumirse en que ambas apostaron por ecosistemas incapaces de ofrecer la experiencia de usuario y versatilidad que mostraban los de sus competidores. En el caso de BlackBerry, la empresa se aferró a su sistema propietario, el cual —a pesar de su popularidad en el mundo corporativo— combinaba una usabilidad pobre con un mal soporte para los desarrolladores. En el caso de Nokia, luego de apostar fallidamente por Symbian por muchos años, y de experimentar con nuevos sistemas operativos como MeeGo, la compañía terminó optando por Windows Phone, un sistema operativo elegante y robusto, pero menos desarrollado que Android y iOS, que no le permitió explotar al máximo su potencial y su reputación. En ambos casos, la obstinación y la falta de contacto con lo que pedían sus consumidores terminó por destruirlas, algo que poco tiempo antes parecía totalmente imposible.

De esta forma BlackBerry se vio obligada a sufrir una reestructuración violenta, que casi acaba por completo con la compañía. Nokia, por su parte, terminó por venderle su división de dispositivos y servicios a Microsoft en 2014, una operación que a la empresa fundada por Bill Gates le terminó costando cara, y que terminó —asi como en el caso de la canadiense— en una reestructuración y en miles de despidos.

Aún así, ambas compañías hoy buscan renacer y recuperar, aunque sea, una parte del mercado perdido y el prestigio que alguna vez sus marcas supieron tener. Así como su declive tuvo similitudes, el plan que las empresas tienen para volver también tiene algo en común: adoptar Android y fundar sus estrategias en sus fortalezas anteriores.

 

La vuelta de BlackBerry

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Este título puede sonar repetido y es que, entre bombos y platillos, BlackBerry ya anunció su vuelta varias veces. Y en cada oportunidad falló en su intento de colocarse a la altura de las expectativas. Sin embargo, no fue sino hasta la semana pasada, cuando lanzó el Priv —su primer modelo en incluir a Android como sistema operativo— que la empresa realizó un verdadero cambio de enfoque.

Hace algunos años, ya en pleno declive, la empresa había intentado relanzar su línea de smartphones ofreciendo un producto más parecido al de sus principales competidores. Encarnada en BlackBerry 10, un nuevo sistema operativo más moderno y compatible con pantallas táctiles, esta nueva generación de equipos prometía competir palmo a palmo con los de otros fabricantes, y renovar el ecosistema con nuevas y mejores aplicaciones que los desarrolladores podían adaptar fácilmente desde sus versiones Android. Las cosas, sin embargo, no salieron bien. Esto se dio por una combinación de factores. Por un lado, la compañía postergó varias veces el lanzamiento de los nuevos productos, lo cual produjo un desencanto generalizado. Al mismo tiempo, si bien éstos —y en especial el z10, su caballito de batalla— ofrecían una buena experiencia de usuario, no lograron encontrar un diferencial lo suficientemente fuerte como para atraer a sus viejos usuarios de vuelta, la mayoría de los cuales ya habían migrado a Android o iOS. Pero el principal problema de esta iteración fue la falta de claridad en la estrategia de marketing. Y es que el producto falló en atraer al público corporativo, tradicionalmente más interesado por estos productos, y también al consumidor.

Esta experiencia terminó generando pérdidas de casi mil millones de dólares para la empresa y todo tipo de especulación sobre su futuro. Sin embargo, sus accionistas decidieron apostar al futuro y enfocarse en el negocio de la seguridad; aunque luego siguió insistiendo con otros lanzamientos como el de Passport, en 2014. Pero este año, Blackberry finalmente decidió hacer el cambio radical que muchos esperaban y lanzó el Priv.

Este Smartphone es un slider, un diseño que no se veía hace años, equipado tanto con un teclado físico como con uno móvil, y con una versión casi pura de Android. A diferencia de otros equipos, sin embargo, éste incluye distintas herramientas clásicas desarrolladas por la compañía, como el BlackBerry Messenger, y otras características como el BlackBerry Hub que permite concentrar los mensajes de todos los servicios y aplicaciones en una sola pantalla.

La estrategia apunta a insertar a la compañía en un ecosistema mucho más amplio y capaz de ofrecer mayor versatilidad a sus usuarios y, al mismo tiempo, enfocarse en un nicho específico dentro de los usuarios de este sistema operativo: el mercado corporativo. A través de acuerdos de colaboración con Google, BlackBerry planea convertirse en la alternativa segura, ideal para negocios, que ningún otro fabricante hoy puede ofrecer. Cuesta creer que la empresa pueda recuperar la posición de liderazgo que alguna vez tuvo. Sin embargo, es posible que vuelva a convertirse en un referente indiscutido en el mercado al que apunta, algo que en un mundo donde la competencia crece exponencialmente y la diferenciación entre fabricantes es cada vez menor, no resulta poco.

 

El relanzamiento de Nokia

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A pesar de haberle vendido su negocio a Microsoft, Nokia planea volver a la carga en 2016, una vez que su acuerdo de no competir expire. Esta vez, el fabricante noruego no busca arriesgarse ni quedarse afuera de la tendencia, y lanzará nuevos equipos donde el sistema operativo será nada menos que Android.

Para esto la empresa finlandesa ya comenzó a hacer algunas pruebas, entre las que se destacan en lanzamiento del Z Launcher, una interfaz de usuario peculiar para el sistema operativo de Google, y la tableta N1, la cual vende en el mercado chino. Sin embargo, estos pequeños proyectos son apenas el comienzo.

De acuerdo con un reporte de la agencia Reuters publicado en Agosto, Nokia está contratando a desarrolladores y expertos en Android para su centro de innovación en California. Al mismo tiempo, la empresa está finalizando la compra de la francesa Alcatel Lucent, una de las principales fabricantes de equipamiento, software y servicios para compañías de telecomunicaciones. Si bien esta empresa no fabrica equipos (los smartphones Alcatel son, en realidad, diseñados y vendidos por la empresa china TCL, a la cual la francesa le licencia su marca), ésta cuenta con un equipo de primer nivel, en el que se destacan ocho premios Nobel, que le darán valor a los proyectos de la empresa.

De todas formas, a pesar de sus esfuerzos por diseñar nuevos dispositivos y recuperar el valor de su marca, los ejecutivos de Nokia prefieren no volver a quemarse con leche. Es por eso que, al menos en un principio, su estrategia consistirá en diseñar los nuevos equipos y luego licenciar su fabricación y marca a otras empresas para que éstas se hagan cargo del riesgo. Aunque puede parecer sensato, la realidad es que, de esta forma, la compañía difícilmente pueda construir un negocio verdaderamente rentable, y mucho menos recuperar el glamour y la magia que alguna vez supo tener. Al mismo tiempo, en un mundo que favorece a las nuevas marcas, y en las que empiezan a surgir competidores de países como China e India, Nokia tendrá que hacer un muy buen trabajo para lograr diferenciarse y volver a cautivar a un público que se impresiona cada vez menos.

Como la mayoría de las industrias tecnológicas, la móvil ha tendido desde un principio a la convergencia y a la polarización entre dos o tres ecosistemas. La capitulación de BlackBerry y Nokia no es otra cosa que una prueba más de este fenómeno. Pero así como lo hicieron alguna vez, nada impide que una de estas empresas con tradición de innovación no sea la que desarrolle el próximo gran equipo, y vuelva a ponerse al frente.