AMAZON APUESTA POR CREAR UN ECOSISTEMA DE “APPS DE VOZ” PARA SU ASISTENTE ALEXA

El lanzamiento de Echo marcó un hito en la historia de Amazon. Este asistente personal, el cual puede colocarse en cualquier rincón de la vivienda de un usuario, y responder a las preguntas y órdenes que éste le da a través de una interfaz de voz, posicionó a la compañía al tope de la innovación y le permitió ponerse a la delantera en un mercado que apenas está comenzando a surgir.

El dispositivo, un tubo cilíndrico de 23,5 cm de altura y 8 cm de ancho, posee 7 micrófonos omnidireccionales que escuchan de manera pasiva y permanente al usuario, y se activan ante la palabra “Alexa”, la cual permite darle todo tipo de órdenes. Conectado a la red wi-fi de la casa u oficina, el asistente es capaz de activar la reproducción de música, podcasts y audio books, de leer libros o documentos PDF en voz alta, de encender y apagar luces, de establecer alarmas y recordatorios, de proveer información del clima y el tráfico y, por supuesto, de hacer compras a través de Amazon, todo con apenas una orden del usuario.

Disponible por primera vez a fines de 2014 para un grupo selecto de usuarios premium, este dispositivo llegó al mercado masivo en junio de 2015, y se convirtió en un éxito inesperado, incluso para la compañía que lo catalogaba como un producto de innovación, pero sin grandes chances de volverse verdaderamente masivo. Desde entonces, Amazon amplió su línea de productos, incorporando el Echo Tap, un dispositivo cilíndrico de menores dimensiones, equipado con mejores parlantes, y capaz de realizar las mismas operaciones aunque de manera inalámbrica; y el Echo Dot, un cilindro mucho más pequeño, de apenas 32 milímetros de altura, y menos de un tercio del precio del original, diseñado para ser enchufado al sistema de audio del usuario.

Además de convertirse en un producto verdaderamente innovador, el Echo le permitió a Amazon un segundo gran éxito en el mercado del hardware, en el que hasta ahora sólo había logrado posicionar a sus lectores digitales Kindle y, en menor medida, sus dongles para televisores Fire TV, y donde había fallado en repetidas oportunidades con proyectos como el Fire Phone, un teléfono inteligente que no logró despegar. Pero el verdadero triunfo de la compañía con esta línea de productos tiene que ver con que, por primera vez, logró crear un ecosistema propio, que ahora comienza a despegar y que, la empresa espera, se convertirá en el cuarto gran pilar de su negocio, colocándolo a la misma altura de su tienda online y Marketplace, de su servicio de suscripción Amazon Prime, y de Amazon Web Services, su servicio de hosting en la nube con el que lidera esa industria.

 

EL PRIMER PASO: UN MARKETPLACE DE APLICACIONES

Erguir al ecosistema de Echo como un verdadero negocio con enorme potencial dependerá del éxito que Amazon tenga en ampliar la funcionalidad de sus dispositivos y convertirlos en verdaderos asistentes todopoderosos capaces de convertirse en el eje central del hogar o la oficina inteligente de sus usuarios. Y, para esto, la compañía ha dado el primer paso que consiste en lanzar un marketplace de aplicaciones destinadas a enriquecer la funcionalidad de esta línea de dispositivos.

Llamadas “skills” (habilidades) las aplicaciones de Echo no son otra cosa que órdenes adicionales que el usuario puede darle a su equipo, para obtener distintos tipos de respuestas y reacciones.

Esta nueva tienda, se encuentra abierta a desarrolladores externos y, ya en su primera de operaciones, contaba con un inventario de más de 3.200 aplicaciones. A diferencia de lo que ocurre en una tienda móvil, los usuarios no necesitan bajar un software a sus equipos Echo, sino que en cambio apenas habilitan cada una de estas nuevas funcionalidades a través de un sitio web, donde pueden recorrer el catálogo y seleccionar aquellas que se adapten a sus gustos y necesidades.

De esta forma, compañías como Uber, han lanzado skills que permiten que el usuario pida un auto a su domicilio con apenas darle una orden de voz al dispositivo. Otras, como la lanzada por el banco Capital One, permiten que los usuarios interactúen con su sistema de home banking a través de la voz y consulten el balance de sus cuentas, cuáles fueron sus últimas transacciones, paguen las cuentas y sus tarjetas de crédito con apenas una orden, y hasta hagan preguntas muy específicas como cuánto gastaron en un determinado local durante la última semana, mes, o en cualquier período de tiempo.

Al igual que las tiendas móviles, el nuevo Marketplace de Amazon se encuentra dividido en categorías, en las que los usuarios pueden encontrar aplicaciones vinculadas con compras, noticias, deportes, entretenimiento, juegos como trivias, contenidos educativos, integraciones con smartphones y otros dispositivos, y distintas aplicaciones vinculadas con el hogar inteligente que permiten encender y apagar luces, termostatos, y operar otros electrodomésticos.

La tienda se encuentra ordenada del mismo modo que las tiendas móviles, y cuenta con datos como reseñas de usuarios, calificaciones, categorización, y listados de “skills” destacados y más populares. Y si bien hoy la mayoría de los desarrolladores aprovechan este espacio para generar un nuevo canal de contacto con sus usuarios, es concebible que en breve distintos desarrolladores comiencen a crear apps que puedan ser monetizables a través de un cobro por instalación, o de una suscripción mensual o anual.

EL INICIO DE UNA NUEVA REVOLUCIÓN

Este tipo de aplicaciones generan mucho valor, y permiten demostrar el verdadero poder que poseen las interfaces de voz que operan con lenguaje natural. Tal es la promesa de este modo de interactuar con las computadoras y la red que Apple, Microsoft y Google también están invirtiendo grandes sumas de dinero en el desarrollo de aplicaciones, generalmente vinculadas a sus dispositivos móviles, capaces de interactuar con el usuario de este modo.

Sin embargo, por el momento el mayor contrincante de Amazon a la hora de conquistar el mercado de los asistentes inteligentes orientados al hogar y la oficina es Google. A principios de noviembre, la compañía anunció su propia versión de Echo, equipada con su asistente Google Now.

Llamado Google Home, este dispositivo permite interactuar con el buscador y otros productos de la marca a través de la voz, haciendo búsquedas en Internet, preguntas, creando listas de tareas, generando alertas y alarmas, programando tareas en el calendario, enviando mensajes de texto y correos electrónicos, pero también integrándose con otras plataformas como Spotify, permitiendo la reproducción de música y otras funciones.

Por el momento el dispositivo no ofrece mucho valor por encima de lo que Google Now puede hacer desde un smartphone o una tableta. Aunque es concebible que sus funcionalidades se vayan extendiendo, y que la compañía comience a desarrollar un ecosistema similar al de Amazon.

Por el momento es prematuro hablar de revolución, sin embargo, es posible que en los próximos años nos vayamos a acostumbrando a interactuar cada vez en mayor medida con nuestros dispositivos – y nuestros automóviles y hogares – a través de la voz, y que las interfaces conversacionales avancen hasta el punto en el que podamos mantener conversaciones naturales con las computadoras, reduciendo la necesidad de recurrir a las pantallas, los teclados, y otros modos de interacción. Y así como ocurrió primero con las computadoras personales, y luego con los smartphones, fueron las compañías que primero apostaron por esas tecnologías las que mayor impacto lograron, y las que hoy dominan el mercado. Es por eso que Amazon está apostando fuerte por el Echo y por ser la primera en construir un ecosistema de este tipo. Así, quizás, en algunos años sea ella, y no Google, Facebook, o Apple, la que domine gran parte del mercado.

 

LA TV ADOPTA EL MODELO DEL MÓVIL

No es una novedad que distintos fabricantes buscaron inspirar el desarrollo del futuro de la TV en el modelo del móvil. Desde hace ya más de cinco años, los Smart Tvs de todas las marcas incorporan aplicaciones y tiendas propias que permiten ampliar las funcionalidades de los televisores y llevar contenido en formato novedoso a los usuarios. Hasta ahora, estos intentos fracasaron estrepitosamente.

Entre un ecosistema fragmentado, en el que cada fabricante apostaba por su propio sistema operativo —algo que sólo recientemente comenzó a cambiar a partir de la adopción de Android TV por parte de Sony, Sharp y Philips, y de WebOS, por parte de LG— y la mala calidad en general de las aplicaciones, la realidad es que el modelo nunca prendió demasiado entre los usuarios, y menos aún entre los desarrolladores. Incluso los reproductores de medios digitales como el Apple TV, Roku, Amazon Fire TV y el Google Chromecast (así como las cajas de Android TV), fallaron en ofrecer un gran catálogo de apps y contenidos que pudieran equipararse a la oferta disponible en el móvil, y a llevar esos sistemas más allá de una forma de ver Netflix, Hulu, y algún otro contenido en el televisor.  Esto, sin embargo, ha comenzado a cambiar.

En los últimos días se conoció la noticia de que Apple apostaba a competir directamente con los sistemas de cable, ofreciendo un servicio de contenidos on-demand de la mano de distintos medios y cadenas de medios, que permitieran que cada usuario pagara una suscripción por aquellos canales o contenidos que le interesaran. La iniciativa falló, ante la falta de respuesta de los canales y las productoras que prefieren —por el momento— apostar por el modelo tradicional de cable, en el que el usuario no tiene tanta flexibilidad, más allá de agregar al paquete algunos canales Premium. Por este motivo la empresa de Cupertino decidió abandonar el proyecto, y se volcó por mejorar la oferta de apps en su Apple Tv, apostando a convertir al televisor en el nuevo dispositivo verdaderamente inteligente dentro de la casa.

Apple suele no ser la primera compañía en comenzar a trabajar un concepto, pero su popularidad, llegada, y capacidad de alistar a la comunidad de desarrolladores suelen hacer que sea la más visible a la hora de emprender un nuevo camino. Es quizás por eso que tvOS, el sistema operativo desarrollado por la empresa para televisores, haya comenzado con el pie derecho y ya dé señales de estar despegando, en términos de contenido disponible para los usuarios.

Esta nueva (o, más bien, renovada) plataforma, permite que los desarrolladores —ya sea que se trate de diseñadores independientes, startups, o grandes empresas— creen sus apps y las suban a la tienda. De acuerdo con la consultora App Figures, en su primer mes de vida se subieron 2.624 aplicaciones al App Store del Apple Tv. A un ritmo de 447 aplicaciones nuevas por semana en promedio, se estima que a fines de enero habrá unas 5.000 aplicaciones y hacia fines del primer trimestre de 2016, unas 10.000.

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Entre las aplicaciones subidas a la tienda, la categoría que ha recibido más atención por parte de los desarrolladores son los juegos. Y es que el nuevo Apple Tv permite llevar juegos similares a los disponibles en iOS, aunque muchas veces más sofisticados, a la pantalla del televisor. De hecho, el control remoto de este dispositivo, cuenta con un trackpad con el que es posible manejar a los personajes como si se tratara de la pantalla táctil de un teléfono, y además incorpora un acelerómetro y un giroscopio, que le agregan nuevas dimensiones a la experiencia de juego. Asimismo, es posible complementar sumando un control extra, similar a los utilizados por las consolas de videojuegos.

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Pero si bien los videojuegos son la categoría más popular, representando al 38% del total de las aplicaciones disponibles, en los meses desde que fue lanzado el nuevo Apple Tv, la categoría que más atención recibió por parte de los usuarios fue otra. Se trata de Entretenimiento, es decir, aquellas Apps que permiten consumir contenidos, tales como las desarrolladas por Netflix, Hulu, YouTube, y canales de televisión como NBC, CBS, ABC, Fox, la BBC y otros más. Los juegos representan a la segunda categoría en cantidad de descargas, aunque se encuentran bastante lejos del primer lugar. La tercera categoría más popular es noticias, y en el cuarto lugar se encuentran los deportes.

Sin embargo, existen otras categorías como educación, el clima, e-commerce (shopping), viajes, y varias más, muchas de las cuales se encuentran desprovistas de contenido. Aunque algunas aplicaciones muy populares en otros dispositivos, como Airbnb, ya han lanzado sus apps para este dispositivo.


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Otro aspecto en el que el AppStore de la TV se encuentra menos desarrollado que el móvil tiene que ver con la versatilidad con la que cuentan los desarrolladores para monetizar sus aplicaciones. Mientras que en el móvil —y hasta en las computadoras de escritorio— existen distintos modelos de negocio que se pueden aplicar para ganar dinero, con el Apple Tv, algunas alternativas tales como la publicidad, no se encuentran disponibles. Es quizás por eso que el 38% de las aplicaciones disponibles en esta plataforma son pagas, es decir, que tienen un costo de descarga que promedia los $2,99 dólares, aunque en algunos casos se extiende hasta alcanzar la marca de los $59,99 dólares. El resto de las aplicaciones son gratuitas y, en contados casos, incluyen in-app purchases, es decir, la posibilidad de comprar contenidos digitales dentro de la aplicación. Dada la enorme proporción de aplicaciones pagas disponibles, cabe preguntarse si, así como sucede en mayor medida en iOS —pero no en Google Play—, se instalará la cultura entre los usuarios de Apple TV de pagar por las aplicaciones que desean bajar.

 

¿Será Silicon Valley la nueva meca del contenido?

Esta pregunta es, sin duda, muy amplia. Sin embargo, los intentos de Apple de reinventar la distribución de contenidos a gran escala —un esfuerzo en el que Netflix, Amazon, y otras empresas ya vienen trabajando con mucho éxito— ciertamente no partieron de una premisa ridícula.

Si bien hoy el cable sigue siendo popular —y el contenido sigue estando en manos de los grandes estudios y de las cadenas de TV que los transmiten en primer lugar, y luego los sindican a servicios de streaming por Internet, o los retransmiten por sus propios canales digitales—, la existencia de nuevos dispositivos que nivelan la cancha a favor de nuevos productores y distribuidores de contenido, eliminando a los intermediarios, pueden costarle una gran cuota de poder a Hollywood y otras mecas de la producción.

Y es que, si compañías como Apple, Google, Amazon, Netflix, y otras nuevas startups alrededor del mundo, incluyendo a Qubit en América Latina, comienzan a tener una masa crítica de usuarios dispuestos a consumir los contenidos directamente a través de sus plataformas, y a pagar una suscripción, recibir publicidad, o participar de alguna otra manera de un intercambio legal, el modelo actual de producción y distribución puede encontrarse en serios problemas. Series como House of Cards, o el más reciente documental Making a Murderer, son pruebas de que ya no es necesario ir a los canales tradicionales para hacer un éxito, ni contar con la financiación de los estudios y los productores de siempre.

Sin lugar a dudas el nuevo Apple TV, y los ecosistemas que lo seguirán tales como Android TV y seguramente algunos más, representan una gran oportunidad para los desarrolladores. Pero en este caso, son también los productores de contenido los que podrán vivir y beneficiarse con una revolución similar a la que ya experimentó el móvil. Una industria que, de todas formas, está muy vinculada a este fenómeno, y cuyas lecciones servirán para abrir las puertas de este nuevo y prometedor mercado.