DOS APPS MÓVILES QUE ESTÁN REVOLUCIONANDO EL MERCADO FINANCIERO EN BRASIL

La posibilidad de llevar inclusión financiera a los sectores más postergados es una de las principales promesas del móvil tanto en la región como en otros mercados emergentes. De acuerdo con el Banco Mundial, solamente el 51,4% de los adultos en América Latina poseen una cuenta bancaria, el 40,4% una tarjeta de débito, y apenas el 18% acceso a tarjetas de crédito. Estos números, que resultan casi calcados en nuestro país, son un poco mejores en mercados como Brasil, donde gracias a la forma en la que se implementaron los programas sociales del Gobierno, llevaron a que el 68,1% de la población tenga acceso a una cuenta, el 59,2% a una tarjeta de débito, y el 41,7% a una de crédito. Estos números, sin embargo, todavía no se acercan a los registrados en Europa, donde casi el 95% de la población tiene una cuenta, y más del 70,5% tarjetas de crédito de algún tipo. Es por eso que existen en nuestra región una gran cantidad de iniciativas tanto privadas como estatales que están buscando replicar el éxito de sistemas como M-Pesa, la plataforma de pagos móviles que convirtió a Kenia en el mercado líder a nivel mundial en materia de transacciones realizadas con el celular. Y aunque muchas de estas iniciativas están dando resultados y generan algunas expectativas, la verdadera revolución en materia de innovación financiera se está dando en otro segmento de la población: la clase media.

El crecimiento de la clase media, tanto en Brasil como en otros mercados de la región, está creando una enorme necesidad de nuevas herramientas financieras que permitan ayudar a las personas a acceder a servicios que antes les resultaban esquivos, pero también a educarse en buenas prácticas en el uso de estas herramientas para evitar endeudarse, atrasarse en los pagos, y terminar perdiendo dinero. Es por ese motivo que distintos desarrolladores han comenzado a trabajar en aplicaciones destinadas a ayudar a sus usuarios a comprender sus propias financias, a ordenar sus cuentas, y a facilitar la operatoria.

Con uno de los mercados más grandes del mundo, Brasil es tierra fértil para el desarrollo de este tipo de aplicaciones, ya que no solamente hay una masa crítica de usuarios lo suficientemente amplia para poder construir modelos de negocio sustentable, sino que existen una gran cantidad de inversores dispuestos a apostar por el. Sin embargo, el éxito de este tipo de compañías en ese mercado, puede resultar inspirador para compañías en otros países de la región, dispuestas a innovar en el mercado del Fintech (o tecnología financiera), llevando nuevos servicios a todos los países latinoamericanos.

Hoy conoceremos el caso de dos apps que están revolucionando el mercado en su país de origen, y demostrando que existe una gran demanda de este tipo de servicios. Ambas aplicaciones se encuentran inspiradas en otras similares lanzadas anteriormente en el mercado estadounidense, aunque ampliamente adaptadas a la realidad local de su país de origen.

GUIABOLSO: UNA APLICACIÓN QUE BUSCA GENERAR EDUCACIÓN E INCLUSIÓN FINANCIERA

La primera de estas aplicaciones es GuiaBolso. Creada por un brasileño y un estadounidense, esta app busca ordenar la vida financiera de los brasileños y, a la vez, educarlos en materia del manejo de sus finanzas. Con una sencilla interfaz, la aplicación se conecta con las cuentas bancarias del usuario, y extrae información con respecto a sus ahorros, su balance, ingresos, gastos, y deuda y los consolida en un mismo panel de control. Al mismo tiempo, se conecta con la Receita Federal (la autoridad impositiva federal del país) para obtener información con respecto a su situación fiscal para, así, descubrir si tiene algún tipo de deuda o morosidad que deba ser atendida.

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Con toda esta información, la app genera una serie de reportes, los cuáles se mantienen actualizados en tiempo real, y permiten que el usuario visualice su situación en todo momento. Los mismos, categorizan cada uno de los gastos realizados con sus tarjetas de débito y crédito, y le permiten determinar en que está gastando su dinero de manera muy visual y sencilla. Al mismo tiempo, GuiaBolso cuenta con una herramienta de planificación financiera que permite establecer metas de gasto en cada una de las categorías (por ejemplo, un usuario puede planificar gastar R$300 Reales en transporte, R$500 en salidas a comer, y R$80 en salidas al cine), determinar cuáles y por qué monto son sus gastos fijos y las deudas, y fijar metas de ahorro.

La aplicación es gratuita, y la compañía obtiene sus ganancias a partir de algunos servicios adicionales, como un buscador de crédito que ayuda a los usuarios a encontrar las mejores tasas a la hora de pedir un préstamo, lo cual le genera ganancias en forma de comisiones. Sin embargo, la compañía está considerando la posibilidad de agregar una serie de características premium y mudarse a un modelo freemium, de forma tal de incrementar su facturación.

Lanzada por primera vez al mercado en 2014, esta app ya cuenta con casi 10 millones de descargas en el App Store y Google Play, y más de 2 millones de usuarios únicos que la utilizan de manera regular, lo que la ha convertido en un éxito indiscutido, y en una herramienta muy valorada por cada vez más brasileños para ordenar sus finanzas personales. Este último es uno de los principales objetivos de los fundadores de la compañía, quienes en su etapa inicial descubrieron que los brasileños poseen muy escasa educación financiera y, en muchos casos, mantienen sus cuentas desordenadas, se endeudan, y pierden dinero por falta de planificación adecuada, algo que ellos se propusieron resolver.

NUBANK: UNA APP QUE BUSCA REINVENTAR LOS SERVICIOS BANCARIOS

Esta app es, en realidad, mucho más que eso. Se trata de un banco – aunque formalmente se trata de un emisor de tarjetas de crédito – que opera de manera completamente online, prescindiendo de cualquier tipo de sucursal o circuito de atención al público fuera de su plataforma móvil. Muy inspirado en el Simple Bank, un banco de características similares que funciona en los Estados Unidos y que, hace dos años, fue adquirido por el BBVA, Nubank es una verdadera innovación para el mercado latinoamericano, y está demostrando un éxito sorprendente.

Los suscriptores al servicio tienen acceso a una cuenta bancaria, la cual permite operar del mismo modo que cualquier home banking tradicional, aunque con la diferencia de que ofrece una experiencia de usuario completamente diferente.

App NuBank

Los clientes de NuBank pueden consultar su balance, obtener crédito, y usar tarjetas de crédito, como si operaran con cualquier otro banco, aunque con una oferta un poco más limitada de productos y servicios. Al menos por el momento. Sin embargo, su aplicación ordena la información de manera radicalmente distinta. Cada vez que el cliente realiza un gasto, por ejemplo, el mismo se ve reflejado de manera inmediata en el panel de control, discriminando no solamente el monto, sino que el costo financiero (en caso de haber sido en cuotas), y otros costos vinculados con la misma. Al mismo tiempo, la app categoriza cada gasto, y permite que el cliente luego acceda a un gráfico que le indica en qué tipo de compras, y en qué comercios, está gastando su dinero, de forma tal de ayudarlo a organizarse mejor, y hacer una mejor planificación financiera.

Pero sobre todo este último punto resulta especialmente sencillo. Y es que NuBank aprende cuáles son los gastos regulares que tiene cada uno de sus clientes, es decir que boletas de servicios públicos, cuotas de alquiler, pagos de seguros, pago de tarjetas de crédito, etc. y automáticamente separa el dinero cada vez que ingresa un pago, de forma tal de ayudar al usuario a tener los fondos disponibles para afrontar cada uno de ellos en tiempo y forma.

El modelo de negocios de la compañía es sencillo y, a diferencia de lo que ocurre con otros bancos, no se basa en el cobro de una suscripción o de comisiones a sus usuarios finales, quienes obtienen el servicio de manera gratuita y sin costos de renovación. Para poder lograr esto, NuBank obtiene su rentabilidad a partir del rendimiento del dinero que sus clientes tienen depositado, y a partir de comisiones que obtienen por parte de otras entidades cuando éstos financian sus compras, o piden un crédito.

Para mantener sus costos operativos bajos, la compañía prescinde de cualquier tipo de sucursal o servicio de atención telefónico a sus clientes. En cambio, canaliza todo a través de su aplicación, la cual cuenta con un chat donde distintos operadores responden a las consultas de los clientes. Al mismo tiempo, toda la operación se maneja de manera electrónica, sin papel ni facturas, los cuál ayuda a disminuir costos y eliminar gastos logísticos.

Tanto NuBank como GuiaBolso están revolucionando el mercado financiero en Brasil y, contra todos los pronósticos iniciales, están teniendo una recepción muy positiva no solamente de parte de los consumidores, sino que también de los bancos y otras entidades financieras, lo que está inspirando a otros a innovar en este mercado tanto en ese país como en el resto de la región. La forma en la que manejamos nuestras finanzas está cambiando rápidamente. Y el móvil es un protagonista indiscutido de esa transformación.

LOS RESTAURANTES NO APROVECHAN LAS OPORTUNIDADES QUE OFRECE EL MÓVIL

En mercados como el estadounidense es frecuente que los principales restaurantes y cadenas de comida rápida cuenten con aplicaciones móviles propias. Éstas ofrecen una variedad muy amplia de funcionalidades, pero su objetivo general es, en todos los casos, generar fidelidad y retención de sus clientes en el largo plazo. En algunas apps, como la de la cadena de cafeterías Starbucks, esto se logra con gran éxito, y gracias a la opción de realizar pagos móviles, esta aplicación se ha convertido también en una importante fuente de ingresos para la compañía. En otros, como el de McDonald’s, la aplicación no ofrece valor, y no solamente demuestra bajos índices de uso, sino que ha cosechado malas reseñas en las tiendas de aplicaciones en las que se encuentra publicada.

Un estudio realizado por la firma Applause, la cual se especializa en hacer análisis de las tiendas de aplicaciones, observó las reseñas de los usuarios en las aplicaciones de los cien principales restaurantes en los Estados Unidos en las el App Store y Google Play y descubrió que, la gran mayoría, no están logrando desarrollar experiencias de usuario que satisfagan a sus clientes, y potenciales clientes. En promedio, estas apps obtienen un sentiment score de 38/100, es decir que cuentan con una baja valoración por parte de los usuarios.

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Esto no significa, por supuesto, que todas las cadenas de restaurantes están haciendo un mal trabajo. Por el contrario, existen algunos ejemplos como la cadena de pizzerías Domino’s cuya aplicación es muy valorada. Llamada “Pizza Tracker”, la app de esta cadena permite que los usuarios carguen sus datos, y pidan cualquier ítem del menú a sus domicilios, directamente desde sus smartphones o smartwatches. Esto incluye a las pizzas y menús personalizables de la cadena, así como bebidas, postres, y otros elementos. Esta app recuerda los pedidos pasados y permite repetirlos, así como crear pedidos predeterminados para, por ejemplo, el domingo a la noche o las noches de partido, con lo que se incentiva la retención y fidelización de los usuarios. Lo que distingue verdaderamente a esta aplicación, sin embargo, es el tracker. Esta función, que es la que le da el nombre, permite hacer un seguimiento del pedido desde el momento en el que éste está en el horno hasta que llega a la puerta de la casa del cliente. Otra función muy valorada, es la dada por la posibilidad de cargar la tarjeta de crédito o débito del usuario y pagar directamente desde el móvil. Con una calificación de cinco estrellas y más de 222.480 reseñas favorables (a la fecha), esta aplicación es una de las mejor valoradas en el App Store.

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Otra app vinculada al mundo gastronómico que ofrece un enorme valor es la desarrollada por la cadena de cafeterías Starbucks para el mercado de los Estados Unidos. Concebida en un primer momento como un reemplazo para las tarjetas de fidelización, esta aplicación permitía que sus clientes sumen puntos que, luego, podían cambiar por bebidas gratis y otros beneficios. A diferencia de otros sistemas similares, en los cuales los usuarios debían hacer check in o escanear un código QR con sus celulares para marcar sus puntos, Starbucks encontró una forma más eficiente realizar esta tarea, y a la vez resolver el problema de usabilidad y baja tasa de uso que suelen tener este tipo de apps. La misma consiste en mostrar un código QR en la pantalla del celular, el cual es escaneado con el lector de código de barras de la caja de los locales. De esa forma, no importa si el usuario tiene señal o si sabe utilizar el lector. Esto permitió que la cadena ampliara la funcionalidad de su aplicación e incorporara la posibilidad de realizar pagos. Para eso los clientes deben cargar sus tarjetas de crédito o débito en la aplicación y, al momento de pagar, escanear la pantalla de su celular en la caja, sumando puntos y haciendo la transacción en un mismo paso. Del mismo modo, los usuarios pueden canjear sus puntos, o el dinero guardado en forma de tarjetas prepagas o gift cards. Hoy la cadena realiza el 21% de sus transacciones a través de esta aplicación, la cual es también una potente herramienta de fidelización, y una gran fuente de ingresos para la compañía, ya que sólo en el primer trimestre de 2016 facturó $1.900 millones de dólares. Al mismo tiempo, de acuerdo con la revista Fortune, esta app ha permitdo que la empresa se convirtiera en una de las principales entidades financieras en su país de origen, sobrepasando a muchos bancos en materia de depósitos, al ser depositaria de más de $1.200 millones de dólares en precargas y tarjetas de regalo aún no redimidas compradas por sus clientes.

Otras apps destacadas por sus excelentes reseñas, y muy buena experiencia de usuario, son la de la cadena de sandwicherías Jimmy John’s, la cual permite hacer pedidos y retirarlos en la tienda, o recibirlos en el domicilio, de manera muy ágil y sencilla, y la de la cadena de pizzerías Casey’s que, a pesar de su diseño desactualizado, permite juntar y utilizar cupones, y jugar un juego en el que es posible ganar pizzas y extras en el menú. En contraste, la gran mayoría de las aplicaciones vinculadas a los principales restaurantes en los Estados Unidos carecen de funcionalidades que les interesen a los usuarios, o no se encuentran optimizadas para el uso cotidiano. Esto puede verse en que, para realizar cualquier función, es necesario realizar una gran cantidad de pasos. Otras veces, el problema está en la falta de opciones atractivas, que simplemente no invitan al usuario a abrir la aplicación.

De acuerdo con Applause, los usuarios de este tipo de aplicaciones buscan que estas incluyan experiencias y descuentos basados en su ubicación, sistemas de fidelización, la posibilidad de pagar sin utilizar efectivo, y la posibilidad de hacer pedidos ya sea para retirar o recibir en sus domicilios u oficinas, algo que la gran mayoría de los restaurantes no están logrando. Lo que es peor, 45 de las principales cadenas en los Estados Unidos ni siquiera tienen una aplicación. En la mayoría de los casos esto ocurre porque éstas empresas no saben qué podrían lograr si desarrollaran una.

LA SITUACIÓN EN ARGENTINA

En Argentina la situación es similar aunque, así como sucede en otros rubros como el del comercio electrónico, la amplia mayoría de las cadenas de restaurantes carecen de una aplicación móvil nativa para Android o iOS. Existen, sin embargo, algunas excepciones. Cadenas como Burger King, las pizzerías Romario, las casas de empanadas El Noble y Morita, SushiMás y otros, cuentan con aplicaciones propias. En estos casos, sin embargo, éstas no fueron desarrolladas por los restaurantes, sino que por PedidosYa, un servicio que permite hacer pedidos de comidas a domicilio en una amplia gama de restaurantes. Es por eso que todas estas aplicaciones son, en esencia, idénticas, y cuentan con una funcionalidad restringida al pedido de delivery, sin contar con opciones de pago o fidelización. Hay que rescatar, sin embargo, que al concentrarse cada una en una sola cadena, éstas aceleran bastante el proceso de pedido de comida.

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Un caso diferente es el de McDonald’s. Si bien esta cadena no posee una app nativa que permita pedir comida, pagar, encontrar tiendas, descubrir promociones, o realizar ninguna otra función relacionada con la gastronomía, cuenta con McPlay, una aplicación orientada al público infantil que permite escanear los juguetes entregados con la Cajita Feliz – su menú infantil – y destrabar juegos y actividades. Así, la empresa, busca fidelizar al público infantil y empujar la venta de este tipo de menús.

En Argentina existe una enorme oportunidad para los restaurantes, los cuáles están desaprovechando las posibilidades que ésta tecnología les ofrece a la hora de adquirir y fidelizar a sus clientes. En un mercado en el que, de acuerdo con GSMA, hacia 2020, un 70% de los usuarios tendrán un smartphone, y en el que la mayoría de las personas ya utilizan sus teléfonos para encontrar lugares para salir a comer, y para pedir comida a domicilio, la opción de desarrollar aplicaciones, o por lo menos sitios móviles capaces de ofrecer un verdadero valor agregado, puede convertirse en un gran diferencial para un segmento en el que la innovación ya ha demostrado que rinde buenos frutos.

EL MÓVIL COMO MOTOR DE LA “SHARING ECONOMY”

Compartir está de moda. O por lo menos es un concepto que se ha puesto de moda a partir el surgimiento de todo tipo de compañías dedicadas a ofrecer servicios que se enmarcan en lo que se conoce como la “sharing economy” o economía colaborativa. Se trata de empresas que permiten que las personas compartan sus bienes con otros, a cambio de una pequeña renta. De esta forma, se multiplica la oferta en esa categoría, y se bajan los costos, beneficiando tanto al dueño del bien, quien ahora puede obtener una ganancia que antes no estaba dentro de sus posibilidades, y de otros usuarios quienes pueden acceder al bien sin tener que comprarlo por si mismos, o pagar por un servicio tradicional. Y si bien se trata de una tendencia que ha comenzado a registrarse desde hace algunos años, ésta es sólo posible gracias al móvil.

Uno de los productos y servicios más populares vinculados con este modelo de negocio es Airbnb, el conocido sitio que permite alquilar departamentos y casas, habitaciones, o hasta un sillón para dormir en cualquier ciudad del mundo, a precios competitivos que en general resultan más bajos que los disponibles en hoteles. Otro es Uber, el servicio de taxis sin taxis que permite que cualquiera se convierta en chofer y lleve pasajeros de un lado al otro con su propio automóvil. Si bien Uber no siempre es más barato que un taxi o que otras alternativas, sí tiene la ventaja de ser mucho más rápido y eficiente, de llevar un registro de choferes que permite conocerlos antes del viaje y calificarlos una vez que este concluye, y pagar directamente a través de la aplicación de la compañía, lo que elimina la necesidad de contar con efectivo u otros medios de pago. Tanto Airbnb como Uber cobran una comisión en cada transacción, las cuáles siempre se pagan a través de sus apps o sitios web, y de esa forma hacen dinero. Pero estos son apenas dos ejemplos, entre muchos , de compañías de rubros tan variados como el transporte, la educación, y hasta el trabajo, que están surgiendo para aprovechar este modelo de negocios.

Pero existe una realidad, y es que la economía colaborativa no es una novedad. Existe una vertical de negocio que se maneja de esta manera desde hace más de cuarenta años, y aunque siempre pasó bastante desapercibida fuera del nicho al cual afectaba, en principio es igual a este nuevo tipo de startups. Se trata del negocio de la aviación ejecutiva. Y es que, gracias a los elevados costos involucrados en la adquisición y mantenimiento de un jet privado, sus dueños – ya sea que se trate de empresas o individuos – tradicionalmente suelen ponerlos a disposición de empresas de alquiler de aviones, las cuales se encargan de mantenerlos funcionando y los alquilan de otros clientes quienes pueden contratar un viaje y, así, disfrutar de los beneficios de un vuelo privado sin desembolsar los entre 3 y 50 millones de dólares que vale uno de estos aviones.

¿Pero por qué si la economía colaborativa es un concepto tan viejo, que ya ha demostrado éxito en un segmento conocido por una gran cantidad de empresarios e inversores, ésta nunca se había popularizado entre el público masivo? La clave, como decíamos al principio, está en la conectividad. Y es que es gracias a las bases de datos, los buscadores, la conectividad extendida vastas regiones del mundo, y hasta los medios de pago que hoy es posible encontrar, reservar, y hasta pagar por el uso parcial o temporal de todo tipo de productos y servicios. Y pocas tecnologías son responsables de tal conectividad como lo es el móvil.

Y es por eso que este concepto se encuentra en franca expansión, y se ha convertido en un estilo de vida adoptado mayormente por los consumidores de todos los niveles. La proliferación de servicios como Zipcar, los cuáles permiten contratar un auto y utilizarlo de acuerdo con las necesidades que tenga el usuario, han llevado a que en los Estados Unidos se registre una baja histórica en el consumo de autos. De acuerdo con un estudio hecho por Bloomberg, los consumidores de todos los rangos etarios hoy compran menos autos que en las décadas de los 80s y los 90s. Y si bien esto no se tradujo en una caída en las ventas (por el contrario, la cantidad neta de automóviles vendidos subió), si tenemos en cuenta el crecimiento poblacional explosivo que hubo durante las últimas dos décadas y que llevó a que la generación millenial duplique en tamaño a la de sus padres, proporcionalmente la industria está vendiendo menos. Por supuesto no podemos atribuirle este cambio en la conducta de los consumidores exclusivamente a la economía colaborativa, ya que otros factores como la crisis del 2008 y el menor nivel de ingreso promedio registrado hoy en relación a hace dos o tres décadas también tienen que ver. Pero incluso luego de la salida de la recesión provocada por esta crisis, la tendencia se mantiene, lo que hace pensar que algo está cambiando.

 Las compañías tradicionales también adoptan este modelo

Así como Netflix en su momento revolucionó el mercado del cine al permitir el alquiler de DVDs a domicilio, y luego reemplazarlo por su servicio de streaming, y Spotify hizo lo propio eliminando la necesidad de comprar música y, en cambio, comenzó a cobrar una suscripción mensual a una vasta base de datos de canciones, algunas empresas están empezando a pensar seriamente en adoptar este tipo de modelos de negocio para complementar sus negocios tradicionales.

Probablemente el ejemplo más claro sean las automotrices. Y es que, entre la tendencia a la baja en las ventas, la inminencia de fenómenos como los autos sin conductor, y la preferencia cada vez más marcada de los consumidores por innovaciones en materia de equipamiento, tecnología y cuidado ambiental, la venta tradicional de autos está en peligro. Es por eso que General Motors ha ideado un programa que permitirá que varios consumidores – conocidos entre sí o no – compren un vehículo entre varios como si se tratara de un tiempo compartido, y mediante una aplicación móvil administren el tiempo de uso que cada uno le da, y la logística para poder utilizarlo. Esto, que puede sonar inconveniente – y claramente necesita una pulida – es un buen indicio de cómo sectores de la economía que se manejaron con las mismas reglas durante más de cien años, comienzan a adoptar las nuevas tecnologías para desarrollar cambios en sus modelos de negocio y adaptarse a las demandas del mercado.

Y este es apenas el comienzo. Cada vez más industrias adoptarán este tipo de modelos. E incluso las que no lo hagan en la distribución de sus productos, sí aplican estos conceptos para volver más eficientes sus procesos. El startup argentino Sincropool, por ejemplo, es un caso que permite demostrar como distintas grandes compañías e instituciones están adoptando procesos colaborativos (como lo es el compartir el vehículo de camino al trabajo) para volverse más eficientes.

Existen miles de proyectos e iniciativas que ponen foco en la colaboración para solucionar problemas y para bajar los costos en todo tipo de actividades, y aunque es incierto si este tipo de modelo dará resultado en todas las verticales, la colaboración sin dudas se volverá más y más frecuente. Lo que es indiscutido, además, es que el móvil será un elemento central que habilitará a que este tipo de ideas puedan llevarse adelante.

CINCO TENDENCIAS QUE PERMITEN PREDECIR EL FUTURO DE LOS PAGOS MÓVILES

Aunque es posible que todavía no lo notemos, 2015 fue un gran año para los pagos móviles. La expansión de Apple Pay, el sistema de pagos desarrollado por Apple que permite integrar distintas tarjetas de crédito en el iPhone y el Apple Watch y utilizar estos dispositivos como medios de pago, así como el posterior ingreso de Samsung en este mercado con una tecnología revolucionaria que no requiere de una adaptación tecnológica por parte de los comerciantes, y el crecimiento permanente del comercio móvil, que en el mundo ya representa el 34% de las transacciones online, significaron la consagración de los teléfonos celulares como herramientas de pago, tanto en el mundo online como offline.

Y si bien no surgió, todavía, una tecnología tan disruptiva como para lograr que la gran mayoría de los consumidores abandonen el efectivo y las tarjetas de crédito y los reemplacen por sus teléfonos, existen distintas tendencias que comienzan a volverse más fuertes y nos permiten anticipar cómo será el futuro de los pagos móviles.

A continuación, analizaremos cinco de estas tendencias y veremos cómo está impactando esta tecnología en el mundo del retail, tanto online como offline, y qué cambios podemos esperar en el transcurso de los próximos cinco años.


El móvil gana terreno como medio de pago en tiendas físicas

De acuerdo con Venture Beat, el 12% de los usuarios ya realizó algún tipo de pago utilizando tecnología de contacto tal como Apple Pay o Samsung Pay en un comercio en los Estados Unidos. En la mayoría de los casos, sin embargo, lo hicieron a través de un dispositivo provisto por la tienda, o con una tarjeta o aplicación móvil relacionada con su sistema de fidelidad, o de pagos propios, como la tarjeta de Starbucks.

Parte de estas transacciones, sin embargo, se hizo a través de sistemas como Apple Pay, el cual lleva menos de un año el mercado, y Samsung Pay, el cual está disponible desde hace algunos pocos meses.

Si bien este número todavía es marginal, demuestra una tendencia ascendente en la realización de este tipo de operaciones, y una cada vez mayor disponibilidad de esta tecnología en los comercios en los mercados desarrollados.

 

El teléfono está dejando de ser el único medio de pago móvil

Aunque en un principio esta tecnología se propuso con foco en los teléfonos inteligentes, como el iPhone o el Galaxy S6, otros dispositivos, como distintos smartwatches, han comenzado a incorporar la tecnología y las aplicaciones que les permiten operar como billeteras móviles. Esto ayuda a que esta tecnología se vuelva más práctica, principal motivo por el que los usuarios que han adoptado estos sistemas han comenzado a usarlos.

Al mismo tiempo, distintas compañías y startups han empezado a trabajar en dispositivos alternativos como anillos, pulseras, y otros wearables capaces de efectuar pagos. Un ejemplo de esto es la “MagicBand” de Disney, una pulsera con la que es posible pagar por distintos productos y servicios en sus hoteles y parques.

 

La autenticación biométrica es cada vez más importante

Una tecnología que está avanzando, y que ha comenzado a dar sus primeros pasos como modo de validación durante los pagos móviles, tanto aquellos realizados de manera virtual dentro de una app o un sitio de comercio electrónico en el móvil, o utilizando el dispositivo mismo como medio de pago en un local físico, es la de la autenticación biométrica. Esta tecnología supone utilizar un rasgo irreplicable del cuerpo del consumidor, tal como una huella digital o su retina, para verificar su identidad y confirmar el pago.

Aunque el uso de huellas dactilares para otras funciones como abrir puertas y para pasar otros controles de seguridad dista de ser novedoso, su utilización para validar pagos comenzó a masificarse a partir de la introducción de lectores de huellas digitales en dispositivos móviles como el Samsung Galaxy S5 y el iPhone S5 a fines de 2013. En el futuro cercano, es posible que otros dispositivos, e incluso las tarjetas de crédito incorporen esta tecnología, y empiecen a utilizarse otros rasgos como el ritmo del latido del corazón o la realización de un gesto único e irrepetible con las manos, para verificar nuestra identidad.

 

Todavía no está claro por qué hacer el cambio

Esta tendencia parece un poco más desalentadora que las anteriores para este sistema de pagos. Y es que, como mencionábamos al principio, todavía no existe una ventaja marcada del móvil como medio de pago offline por encima de otras tecnologías como las tarjetas de crédito y débito.

El problema es que, si bien el móvil permite llevar distintas tarjetas en un solo dispositivo, y agregar una instancia de seguridad a partir de la lectura de la huella dactilar, las diferencias en la mecánica de la transacción, y en la duración de la misma, no son lo suficientemente significativas como para convencer a los usuarios de hacer un salto y adoptar esta tecnología.

Existen instancias, como las máquinas vendedoras de gaseosas y golosinas, en las que este tipo de pagos ciertamente resultan más convenientes, pero éste no es el caso en la mayoría de las tiendas, por lo que es posible que hasta que no aparezca un diferencial mayor que incentive a los usuarios a cambiar, éstos no lo hagan. Por lo menos en grandes números.

 

El móvil empieza a reemplazar a los cajeros automáticos y las transferencias bancarias

Si bien el móvil como medio de pago todavía está dando sus primeros pasos, éste ya ha demostrado un gran éxito como medio para realizar transacciones con dinero virtual. Ejemplos como M-Pesa en Kenya, o la billetera electrónica ecuatoriana, han permitido observar el poder de los teléfonos celulares para ayudar a las personas a comprar, vender, transferir, y recibir transferencias de dinero a través de tecnologías simples como el SMS, o más complejas como una aplicación móvil.

Aunque esta es una función que, por ahora, ha dado mayores resultados en mercados donde la inclusión financiera es baja, varias compañías como MasterCard están trabajando en soluciones que permitan eliminar por completo la necesidad de contar con dinero en efectivo, y evitar así el viaje al cajero automático, y reemplazarlo por operaciones hechas desde el móvil. Este es un objetivo ambicioso puesto que, aún hoy, el 85% de todas las transacciones se realizan con efectivo. Pero en tanto aumenten los niveles de seguridad y empiece a verse la conveniencia de utilizar el teléfono, éste probablemente irá ganando terreno de una manera mucho más amplia.

Si éste fuera el caso, y los teléfonos se convirtieran en la plataforma a través de la cual pagamos y cobramos —y no en un mero reemplazo de la tarjeta de crédito—, el incentivo para hacer el cambio y volcarse por este sistema sería mucho más significativo, con lo que los niveles de adopción sin lugar a dudas se dispararían.

Todavía no está claro cómo evolucionará la tecnología del móvil como dispositivo de pago. Sin embargo, está claro que éste es un mercado que se encuentra en perpetuo movimiento, en el que la innovación es cada vez más significativa y que, tarde o temprano, terminará desarrollándose.

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SAMSUNG Y EL NEGOCIO DE LOS PAGOS MÓVILES

Con el ingreso de Samsung, el negocio de los pagos móviles empieza a convertirse en uno de los más calientes de 2015

El lanzamiento de Apple Pay en octubre de 2014 marcó el comienzo del recalentamiento de un mercado cuyo potencial la prensa, los analistas, y hasta la comunidad emprendedora viene discutiendo desde hace más de una década: el del móvil como medio de pago. A partir de la posibilidad de cargar las distintas tarjetas de crédito y débito de cada usuario en los nuevos teléfonos iPhone 6 y 6 plus, este sistema permite utilizar la antena NFC de los dispositivos para acelerar la transacción, simplemente apoyándolos contra un lector ubicado en los comercios.

Tras haberse lanzado en una red de 200 mil comercios, este sistema de pagos continuó expandiéndose y, hacia marzo de 2015, ya se encontraba disponible en más de 700 mil tiendas. Al mismo tiempo, Apple firmó un convenio con el Gobierno Federal de los Estados Unidos por el cual éste comenzará a aceptar este sistema de pagos para el cobro de algunas tasas federales como el ingreso a los parques nacionales.

Cómo ya mencionamos en alguna oportunidad, si bien está teniendo éxito, Apple Pay no resuelve completamente el problema que se propone solucionar: el de reemplazar por completo a la tarjeta de crédito y débito. Después de todo, si bien reemplaza a la tarjeta plástica, el medio de pago sigue funcionando básicamente de la misma manera, y dependiendo de que el usuario posea una cuenta bancaria o una tarjeta emitida por una institución financiera. Al mismo tiempo, para poder ser utilizado, se vuelve necesario que los comercios cambien sus sistemas POS por otros que acepten pagos mediante NFC, lo cual implica una actualización tecnológica que requiere una inversión, y que no siempre está al alcance de todos los comerciantes.

Sin embargo, Apple Pay resultó muy provechoso para un tipo específico de vendedor, al cual sí ha logrado resolverle uno de sus mayores problemas. Se trata del de las máquinas expendedoras de bebidas, alimentos y otros productos, las cuales apuntan a consumidores casuales, y encuentran en esta plataforma una forma sencilla de cobrar sin la necesidad de recurrir a monedas y billetes en efectivo, ni a complejos sistemas para pagar con tarjeta de crédito. Es por esto que la firma USA Technologies —que opera más de 200 mil de estas máquinas en los Estados Unidos— adoptó esta tecnología en enero de este año.

Es por este relativo éxito —con el que Apple estaba logrando conquistar un terreno en el que otros gigantes como Google, con su Wallet, ya habían fracasado en el pasado— que otras compañías decidieron salir a competir, y este mercado que parecía olvidado comenzó a despegar.

 

Samsung Pay: la respuesta del gigante asiático

La novedad se dio a conocer en el Mobile World Congress 2015, el evento más importante de la industria móvil, llevado adelante todos los años en la ciudad española de Barcelona. Allí, Samsung, el rival más notorio de Apple, demostró que los rumores sobre su muerte eran totalmente exagerados y que todavía le quedan batallas por dar. Una de ellas se enmarca en el campo de los pagos móviles.

Junto con sus nuevos teléfonos insignia, el Galaxy S6, y osado el Galaxy S6 Edge, la empresa surcoreana presentó Samsung Pay, su plataforma de pagos móviles.

Así como el producto de Apple, Samsung Pay permite cargar las tarjetas de crédito y débito de los usuarios en el teléfono y convertir al dispositivo en un medio de pago. Sin embargo, a diferencia de su rival, el enfoque de la compañía surcoreana permite llevar este tipo de pagos a cualquier local que acepte tarjetas, y no solamente a aquellos que adopten un lector de NFC. Es que, gracias a la adquisición del LoopPay, un startup fundado en Massachusetts en 2013 para solucionar justamente este problema, el sistema de pagos de Samsung permite emular la banda magnética de cualquier tarjeta, por lo que basta con colocar el teléfono junto al lector de cualquier POS convencional para completar la transacción. Para validar el pago, el usuario debe pasar su huella digital por el lector del teléfono, de forma tal de garantizar que un eventual ladrón no pueda utilizarlo.

Esta tecnología le ofrece una gran ventaja a Samsung —que firmó un acuerdo estratégico con MasterCard para permitir que los usuarios de su línea de tarjetas de crédito puedan comenzar a utilizar el sistema— ya que le permitirá llegar a millones de comercios alrededor del mundo de manera inmediata, y desplazar así a Apple como líder en este sector.

 

Android Pay: la nueva apuesta de Google

Google también aprovechó el World Mobile Congress de este año para presentar sus novedades en materia de pagos móviles. Allí anunció Android Pay: un sistema que, a diferencia de su prácticamente póstumo Google Wallet, no planea convertirse en un sistema de pagos per se, sino en una plataforma a la que distintos desarrolladores podrán conectarse a través de diferentes APIs para generar sus propias soluciones de pagos móviles a través de NFC.

Lo que Android Pay ofrecerá será compatibilidad con la red de sistemas de cobro, la autenticación biométrica del usuario —del mismo modo que lo hace Samsung Pay— y la generación de un token único cada vez que el usuario planea realizar una transacción, de forma tal de incrementar la seguridad, algo que también hacen sus competidores. De esta forma, la empresa de Mountain View planea convertirse en la plataforma sobre la cual distintos fabricantes como Motorola o HTC —así como otros desarrolladores— puedan eventualmente construir sus propios sistemas de pagos, y generar un ecosistema único donde la compatibilidad entre éstos no sea un problema.

 

PayPal se mete en el negocio

Otro gigante con interés en este negocio es PayPal. Esta compañía —pionera en el negocio de los pagos online, fundada en 1998 por Elon Musk y Peter Thiel, entre otros, y luego adquirida por Ebay— busca incrementar su presencia en el móvil. Es por eso que anunció la adquisición de Paydiant, una compañía con base en Boston que desarrolla soluciones de billeteras móviles.

La compra, que el sitio Re/code estimó en $280 millones de dólares, le permitirá a la compañía llegar a los puntos de venta físicos e incrementar su presencia en el mercado móvil. Hoy, de los $226 mil millones de dólares al año intercambiados en transacciones a través de PayPal, solo el 20% se transfieren a través de dispositivos móviles, y el uso en compras offline resulta prácticamente nulo, con lo que la empresa corre el riesgo de perder un gran mercado.

A partir de esta compra, PayPal planea convertirse en un jugador de importancia en el negocio de los pagos con el móvil. Solo resta esperar a ver si el camino que propondrá será similar al de Google, Apple y Samsung, o si innovará con un producto diferenciador.

 

Nuevos Startups del sector reciben inversiones

Por último, es llamativo observar cómo no solamente los titanes de las industrias móvil y de los pagos online se han metido en este negocio, sino que también lo han hecho una gran cantidad de emprendedores, quienes están recibiendo apoyo de fondos de inversión que apuestan por más innovación en este segmento.

Dos casos paradigmáticos son: el del Cover, una aplicación que permite realizar pagos en restaurantes dividiendo la cuenta entre los comensales —que ya se encuentra habilitada para operar en unos 240 establecimientos en Nueva York, Los Angeles y San Francisco— y que ya lleva levantados unos 7 millones de dólares.

Otra aplicación similar llamada MyCheck también ha logrado convertirse en noticia, y es que hace pocos días cerró su ronda serie B, en la que levantó unos $5 millones de dólares, nada menos que del Banco Santander. Este banco —que es una de las principales instituciones financieras a nivel mundial— creó un fondo llamado Santander Innoventures Fund de unos $100 millones de dólares, dedicado a invertir entre $100.000 y $10 millones de dólares en startups tecnológicas en sus primeras etapas.

Estos son sólo algunos ejemplos del enorme crecimiento que el sector de los pagos a través de los dispositivos móviles está empezando a experimentar. Y si bien todavía ninguna de las opciones ha logrado dar en la tecla de la innovación que llevará al siguiente cambio de paradigma, un alto nivel de inversión y el crecimiento de nuevos emprendimientos en el sector seguramente llevarán a que este cambio finalmente ocurra, tarde o temprano.

TRES MERCADOS MUY PROMETEDORES QUE (TODAVÍA) NADIE PUDO DESARROLLAR

TRES MERCADOS MUY PROMETEDORES QUE (TODAVÍA) NADIE PUDO DESARROLLAR

Ya sea por su potencial económico o por el gran impacto social que pueden llegar a tener, existen mercados que miles de emprendedores alrededor del mundo intentan desarrollar, en los que todos los inversores importantes ponen millones de dólares, y de los que la prensa especializada se hace eco cada vez que un nuevo competidor sale a la cancha.

Sin embargo, muchos de estos mercados, a pesar de la enorme atención que reciben, todavía no lograron alcanzar su verdadero potencial y resultar tan transformadores como todos creemos que pueden llegar a ser. Hoy vamos a echar un vistazo a tres de estos mercados, e intentaremos determinar si realmente tienen un futuro o si son una causa perdida:

 

El móvil como medio de pago

 

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El primero de estos mercados es el de los pagos móviles llevados al mundo fijo, es decir, a la utilización del teléfono celular como medio de pago. Existe un amplio consenso en la comunidad emprendedora de que éste es uno de los grandes negocios del futuro y que, quien pueda desarrollarlo correctamente podrá potencialmente hasta disputarle el negocio a las tarjetas de crédito, y hasta a los mismos bancos.

Sin embargo, a pesar de las cientos de notas publicadas cada año que presagian el fin de los medios de pago que ya conocemos, la billetera permanece lejos de converger con el móvil. Algunas de estas soluciones, tales como Google Wallet y Apple Pay, fueron presentadas como la evolución de los pagos por sus creadores pero, en la realidad, cabe preguntarse si ofrecen algo innovador.

A pesar de sus similitudes a nivel tecnológico,  cabe destacar que Apple realizó un mucho mejor trabajo que su rival, integrando desde el primer momento su billetera con los sistemas de pago de más de 220.000 tiendas en los Estados Unidos, y otras tantas a nivel mundial. Sin embargo, y aunque tuvo una mayor tasa de adopción que sus competidores, Apple Pay realmente no soluciona el problema. Por un lado, no hace más que trasladar la tarjeta de crédito a otro formato, con lo cual no se modifican las tasas que deben pagar los comerciantes ni se generan nuevos incentivos para fomentar su uso. Por otro lado, más allá de acelerar en algunos segundos la transacción, no ofrece un cambio radical en la experiencia de usuario. Y lo mismo pasa con sus competidores.

Es por esa razón que el gran despegue de la convergencia entre el celular y la billetera todavía no se dio, y seguramente ocurrirá a partir de una innovación aún más revolucionaria que todavía no podemos imaginar. Sin embargo, existe un mercado donde esta revolución si está ocurriendo. Se trata de Kenya, un país donde el 80% de los usuarios de telefonía celular utilizan sus móviles para realizar pagos. La clave es un sistema llamado M-Pesa, de la operadora Safaricom, el cual permite transferir dinero entre usuarios, sin costo transaccional, a través de un SMS. La operación es sencilla, el usuario debe cargar dinero en su cuenta en un local especializado – de los cuales hay cientos – y luego puede transferirlo a cualquier otro usuario el cual, a su vez, podrá transferírselo a otros, o retirarlo en uno de estos locales. En un país con una enorme población rural, inseguridad, y una tasa prácticamente nula de bancarización este sistema resolvió una enorme necesidad, y por eso es un éxito.Solamente una solución tan revolucionaria llevará a que el mundo occidental adopte también los pagos móviles.

 

 

Personalización de noticias

 

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Foto: Jorge Quinteros

Otra de las áreas que despierta una gran expectativa es la personalización de noticias. Se trata de aplicaciones que permiten predecir qué contenido le resultará interesante a cada usuario y, de esa manera, armar un feed de noticias totalmente personalizado. O por lo menos ese es el enfoque que, la mayoría, tomó hasta el momento.

Sin embargo, y a pesar del gran reconocimiento que tienen aplicaciones como Flipboard, la cual permite visualizar noticias y actualizaciones de Facebook y Twitter como si se tratara de una revista, este mercado todavía no despegó.

Con sus 100 millones de usuarios Flipboard es el líder en este segmento, en el que compite con empresas de la talla de Facebook, la cual el año pasado lanzó Facebook Paper, una aplicación muy similar que integra noticias e historias de la red social en una misma pantalla; con LinkedIn, que adquirió Pulse, un agregador de contenidos que permite combinar noticias de publicaciones reconocidas, con notas sugeridas por usuarios de buena reputación en la red social. Google, por su parte, apostó varias veces a este espacio, en el que fue líder con Google Reader, en el que cada usuario agregaba los feeds que más le interesaban, por lo que no era estrictamente una herramienta de personalización.  En paralelo, la compañía de Mountain View intentó desarrollar una aplicación más compleja con Currents, la cual era más parecida a las de sus competidores. Sin embargo, y a pesar de encontrarse preinstalda en una enorme cantidad de dispositivos Android, ésta falló en alcanzar niveles de adopción significativos. En algunos mercados Google comenzó a reemplazar esta App con Newsstand, un nuevo lector de blogs y medios online. En otros, como el argentino, continúa disponible.

Con semejante proliferación de aplicaciones, sería lógico concluir que existe una gran demanda por parte de los usuarios de este tipo de servicios. Sin embargo este no parece ser el caso. Todas estas compañías han tenido problemas para lograr niveles de adopción significativos, y en el caso de Flipboard, la cual ha hecho un buen trabajo, su éxito tiene más que ver con la gran experiencia a nivel visual que ofrece, que con la personalización de los contenidos. Simultáneamente, la audiencia de los medios digitales, tales como diarios online y hasta canales de noticias, no deja de crecer, lo cual lleva a preguntarse si la propia naturaleza de las noticias, las cuáles por definición resultan inesperadas, no provocan que la idea de personalizarlas sea una contradicción en sí misma. Solo el tiempo lo dirá.

 

Educación online

 

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Este último mercado ha acaparado los titulares de todo tipo de medios durante los últimos tres o cuatro años, y tiene que ver con la proliferación de los MOOCs, es decir los Massive Open Online Courses (cursos online abiertos y masivos), los cuales permiten que millones de personas sin acceso a la universidades, o que desean ampliar su gama de conocimientos, puedan tomar clases de alta calidad a través de Internet y adquirir nuevas habilidades. El potencial de este mercado es muy alto, no solamente a nivel financiero, sino que como herramienta para llevar educación y desarrollo a zonas y segmentos aislados de la población en todo el mundo.

Es quizás por ese motivo que se han lanzado una enorme cantidad de propuestas en este mercado, entre las que se destacan Udacity, pionera en este campo, Coursera, Khan Academy y, en el plano local, Acámica, entre otras. Si bien el nivel y tipo de contenido disponible en estas academias es variado, en muchos casos estas plataformas fueron impulsadas por algunas de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos y el mundo, las cuales las utilizan para ofrecer clases gratuitas a toda la población, o incluso cursos pagos de alto nivel.

Sin embargo, existe un serio problema, y es que aunque los niveles de adopción de estos cursos son altos, el porcentaje de alumnos que los completan es realmente bajo. Tal es la opinión de Sebastian Thrun, fundador de Udacity, quien reveló que apenas el 10% de quienes se inscriben en sus cursos logran completarlos, y que la mitad de quienes lo hacen ni siquiera es capaz de pasar el examen final, con lo que la tasa de graduación es del 5%.  Y esto es algo que se repite en otras compañías del rubro.

Un grave problema que presentan estos cursos es que, para mantener la atención del alumno, se incorporan elementos de gamification que, en muchas oportunidades, atentan contra la posibilidad de absorver los contenidos. Otras veces, en su afán de evitar que los alumnos se incomoden y abandonen el curso, se evitan recursos que resultan efectivos en el aula como los exámenes sorpresa, los cuales estimulan el aprendizaje.

Es innegable el potencial que la educación online que proponen los MOOCs tiene, pero todavía no se llegó al punto exacto en el que estos permitan mantener la atención, ofrecer contenidos de excelente calidad, y lograr tasas de aprobación lo suficientemente altas como para convertirse en las herramientas de desarrollo que prometen ser.