CUATRO FONDOS QUE INVIERTEN EN TECNOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA

Existen diferentes alternativas a la hora de obtener capital para tu Startup. Pero cuando se trata de un proyecto exitoso, las primeras instancias dejan de ser suficientes. Alternativas como las incubadoras y aceleradoras de negocios, e incluso los inversores ángel, son sólo válidas cuando un proyecto está dando sus primeros pasos, validando su modelo de negocios, o recorriendo el principio de una curva ascendente. ¿Pero qué sucede cuando la inyección de capital que necesitamos es mayor a la que nos puede ofrecer una de estas instituciones o un pequeño inversor? En ese caso, lo más frecuente es recurrir a un fondo de inversión.

Si bien a la hora de buscar grandes inversiones un viaje a Silicon Valley es lo primero que se nos viene a la mente, muchas veces obtener capital de un VC como Sequoia no resulta tan sencillo. Especialmente si nuestro startup está ubicado en América Latina, y tiene a los consumidores (o compañías) de la región como público objetivo. En esos casos —aunque siempre es bueno barajar todas las alternativas— probablemente sea más sencillo comenzar por uno de los distintos fondos basados en Latinoamérica, o con grandes intereses en la región, los cuales suelen invertir en proyectos de origen o proyección local.

Es por eso que hoy vamos a concentrarnos en cuatro de los principales fondos que, durante los últimos años, han surgido o invertido en nuestra región, y que constituyen posibles buenos aliados a la hora de dar un gran salto con nuestra compañía.

 

KaSZek Ventures

El primer VC que repasaremos es, también, uno de los más reconocidos, por lo menos en Argentina. Se trata de KaSZek Ventures, un fondo fundado por Hernán Kazah y Nicolás Szekasy en 2011 con el objetivo de invertir en startups tecnológicas de alto potencial basadas en América Latina. Con un portfolio envidiable, que incluye a compañías de la talla de Restorando.com, Netshoes, y GoIntegro, entre otras, este fondo basado en Montevideo, Uruguay, se caracteriza por aportar más que capital a las empresas en las que invierte. Además de entre $0,5 y $5 millones de dólares, KaSZek pone a disposición de sus empresas visión y guía desde el punto de vista estratégico, soporte operacional, y una enorme red de socios y clientes estratégicos que permiten desarrollar nuevas oportunidades de negocio.

Uno de los motivos que hacen a KaSZek Ventures uno de los fondos más notables de América Latina, es el hecho de que ya cuenta con dos grandes exits. Se trata del startup uruguayo Pedidos Ya, adquirido por los alemanes de Delivery Hero en junio de 2014; y de la argentina Eventioz, adquirida por Evenbrite en septiembre de 2014. Además, este fondo lleva levantados más de $191 millones de dólares en dos rondas de capital, por parte de inversores que incluirían a firmas de la talla de Horsley Bridge Partners y Sequoia Heritage. La intención de la compañía es invertir un 75% de este dinero en startups enfocadas en Brasil, y el resto en otros países de la región.

 

Amerigo Ventures

Amerigo Ventures es un fondo de inversión lanzado en 2012 con el objetivo de invertir en startups vinculados a los mundos digital y tecnológico. Creado por Telefónica y fondeado principalmente por esa compañía, este fondo comenzó sus operaciones en cuatro mercados de manera paralela, tres de ellos ubicados en América Latina. Se trata de Brasil, Chile y Colombia. En 2014, también se expandió al mercado mexicano.

En cada uno de estos países el fondo es manejado por una administradora diferente. En Colombia, donde ya invirtió en 20 compañías, Amerigo está manejado por la española Axon Partners Group y cuenta con $60 millones de dólares para invertir, en un 60% en compañías en fase de crecimiento, y el 40% en la fase inicial de startups disruptivas.

En Chile, el fondo depende de la firma Inversur, la cual ya invirtió en cuatro compañías, aunque cuenta con un total de $50 millones de dólares, en parte aportados por el ente estatal CORFO, con los que planea invertir de manera similar en todo el Cono Sur.

En total, Amerigo cuenta con €235 millones de Euros, con los que planea invertir especialmente en nuestra región.

 

Redpoint eVentures

Este fondo, de más de $1.900 millones de dólares, fue fundado en 1999 en Menlo Park, California, y se ha convertido en uno de los más prestigiosos de Silicon Valley tras invertir en compañías de la talla de Groupon, MySpace, Netflix, TiVo, Path y Stripe, y otras 181 compañías.

Con 43 IPOs y 69 adquisiciones en su haber, este VC sin lugar a dudas entiende de negocios tecnológicos y digitales, en los que invierte a través de cinco fondos propios.

El motivo por el que Redpoint Ventures forma parte de esta lista tiene que ver con que la compañía ha establecido una oficina en San Pablo, Brasil, desde donde ha direccionado inversiones en compañías basadas o enfocadas en ese mercado. Sin embargo, el país tropical no es su único foco en la región, ya que la compañía también ha invertido en otras empresas con miras al mercado latinoamericano, tales como la venezolana (y ruego relocalizada en Miami) OpenEnglish, y la argentina FormaFina.

 

Monashees Venture

Este fondo, netamente brasileño, se enfoca en invertir sumas de entre $500 mil dólares y $5 millones de dólares en startups vinculadas con negocios digitales y tecnológicos, especialmente en Brasil.

Con sede en San Pablo, Monashees nació en 2005 y, durante años, se enfocó en trabajar con un máximo de hasta tres compañías al año, con el objetivo de poder ofrecer asesoramiento y guía, además de capital. Sin embargo, a partir de 2011 el portfolio de este VC comenzó a expandirse, con lo que al día de hoy lleva invertido dinero en unas 23 compañías distintas, entre las que se destacan el sitio de compras colectivas Peixe Urbano, y BooBox, una compañía que ofrece soluciones escalables de publicidad en redes sociales. Si bien ya cerró sus puertas, este fondo también invirtió fuera de Brasil en el startup argentino Popego.

El mercado inversor en América Latina está en pleno crecimiento, y la llegada de fondos extranjeros que apuestan tanto al mercado como al talento local es cada vez mayor. Es por eso que las oportunidades —a la hora de buscar capital para impulsar todo tipo de negocios, pero especialmente aquellos vinculados al terreno de lo digital— son cada vez mayores.

¿DE QUÉ DEBE ASEGURARSE UN EMPRENDEDOR ANTES DE PRESENTARSE EN UNA ACELERADORA DE NEGOCIOS?

Ser aceptados en una aceleradora de negocios es, para muchos emprendedores, un momento trascendental en el desarrollo de sus negocios. Con acceso a múltiples herramientas, mentores de primera línea, la posibilidad de hacer networking con algunos de los mejores inversores y fuentes de financiamiento de la región, la posibilidad de difundir sus proyectos, y la chance de aprender de la experiencia de algunos de los mejores entre sus pares, participar de uno de estos programas es, sin lugar a dudas, una experiencia de enorme valor que significa un antes y un después.

Ser aceptado en una aceleradora, sin embargo, no es tarea fácil y requiere atravesar un cierto proceso, en el que es necesario demostrar que tanto el equipo como el proyecto se encuentran preparados y podrán aprovechar al máximo la experiencia, para dar el puntapié que hará crecer al negocio de manera exponencial para convertirlo en un verdadero éxito. Es por eso que antes de someterse al arduo proceso de admisión —el cual insume tiempo, esfuerzo, y la pérdida de foco en el negocio— es necesario considerar algunas cuestiones:

 

  1. ¿Estamos aplicando a la aceleradora indicada?

No existe sólo una aceleradora de negocios y, por lo tanto, no existe sólo una manera de encarar el proceso. Antes de sumergirse en la tarea de aplicar, entrevistarse, en algunos casos presentar un pitch, y finalmente negociar los términos del acuerdo (o aceptar lo que nos proponen, si se trata de un programa cerrado), es importante asegurarnos de que la aceleradora a la que queremos postularnos es la adecuada para nosotros.

Determinar esto no resulta sencillo, y depende de distintas cuestiones. Una de las más importantes tiene que ver con el foco de nuestro negocio, y la experiencia de la aceleradora en cuestión. Si nos dedicamos a un negocio agropecuario, una aceleradora con foco en la industria móvil probablemente no sea el mejor fit para nuestro proyecto, ya que no podrá proveernos de conocimientos, mentoría, ni acceso a inversores de nuestro rubro. Es por eso que es necesario investigar cuáles son nuestras opciones, y escoger las más adecuadas antes de avanzar.

Al mismo tiempo, es recomendable observar cómo fue la experiencia previa de la aceleradora con otros startups similares al nuestro, si es que la hubo. ¿Lograron estos crecer y cumplir sus objetivos? ¿Alguno recibió una inversión importante o un cliente estratégico que lo ayudara a crecer? ¿Obtuvieron los participantes anteriores cobertura de la prensa? Responder a todas estas preguntas puede ayudarnos a descubrir si existen puntos de contacto entre la aceleradora y nuestro proyecto, y si ésta podrá ayudarnos a crecer de la manera que necesitamos.

 

  1. ¿Cómo es la comunidad que forma parte de esta aceleradora?

Una buena forma de ayudarnos a determinar si una aceleradora es la mejor para nosotros es observar a la comunidad de emprendedores, mentores, inversores, periodistas y colaboradores en la que se encuentra inmersa.

La mejor manera de empezar a conocer esta comunidad es visitando los perfiles sociales de la aceleradora y los startups participantes, leyendo los blogs de sus referentes y sus comentarios, y asistiendo a las reuniones informativas, talleres y otros eventos organizados por todos ellos. De esta manera será posible ver de cerca la dinámica de trabajo, el perfil de las personas que participan, y descubrir si nos sentimos cómodos y a gusto en ese entorno.

 

  1. ¿Cómo es la cultura de esa aceleradora?

Un aspecto importante a tener en cuenta tiene que ver con la cultura de la aceleradora a la que queremos aplicar. ¿Se trata de un programa muy intensivo, como Y Combinator, en el que se espera que trabajemos día y noche durante el período de aceleración para lograr distintas metas? ¿O se trata de un programa más relajado? ¿Es necesario estar presentes en una determinada ciudad, o trabajar todos los días en el espacio de oficina que nos asignan? Estas son apenas unas pocas de las preguntas que debemos hacernos para darnos cuenta de si existen coincidencias entre las expectativas que la aceleradora tendrá de nuestro equipo, y lo que nosotros estamos dispuestos, o somos capaces de dar. Es posible que un emprendedor o emprendedora que acaba de tener un hijo no tenga la posibilidad de relocalizarse, de trabajar 18 horas al día, o de asistir a reuniones y capacitaciones durante la noche. En ese caso, una aceleradora que demande esos sacrificios no será la adecuada. Al mismo tiempo, si esos son nuestros planes, una aceleradora donde el ambiente es más distendido, y los tiempos más prolongados, puede no ser lo que necesitamos.

 

  1. ¿Cómo fue la experiencia de otros participantes del programa?

No hay mejor método para conocer en profundidad una aceleradora que aprender de la experiencia de quienes pasaron por el programa anteriormente. Los emprendedores suelen ser abiertos y estar dispuestos a contar sus vivencias, así como a aconsejar a otros que están pensando en seguir sus pasos. Es por eso que, antes de dar los primeros pasos y aplicar a un programa, siempre es conveniente comunicarse con startups que ya hayan pasado por él.

Esto nos permitirá no solamente descubrir qué estrategias utilizaron los equipos que ya fueron aceptados para que los eligieran, sino también aprender de su experiencia de antemano y anticipar qué se esperará de nosotros en la aceleradora, cuáles son sus fortalezas, sus debilidades, y cómo debemos manejarnos una vez dentro para aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece.

Cultivar una buena relación con los emprendedores que ya están dentro es también una estrategia inteligente para lograr que personas que ya están ahí les hablen de nosotros y de nuestra startup a quienes, en definitiva, tomarán la decisión de aceptar y acelerar nuestro proyecto.

 

  1. ¿Cuáles son las condiciones del contrato?

Así como hay distintos tipos de programas, ofrecidos por distintas clases de aceleradores, existen condiciones diferentes para acceder a cada uno. Así como algunas aceleradoras les exigen a sus participantes que paguen un canon mensual (que generalmente se deduce de la inversión inicial que ésta hace en el proyecto), otras solamente piden un porcentaje del capital accionario.

Si bien en regla general los programas de aceleración exigen condiciones que no son negociables, siempre es recomendable contar con algún tipo de asesoría legal externa que permita asegurarnos de que no estamos firmando un contrato que terminará costando caro en el futuro, ya sea dificultando la posibilidad de recibir una inversión, o de retener el control de la compañía una vez que esto ocurra. De esta forma, será posible determinar si nos conviene o no firmar con esa aceleradora antes de quedar formalmente admitidos.

 

  1. ¿Es el momento adecuado de aplicar?

Finalmente cabe preguntarse si estamos atravesando el momento indicado para aplicar a la aceleradora a la que apuntamos. Muchas veces sabemos que podremos sacarle el jugo a un determinado programa, pero es posible que nuestro startup todavía no haya alcanzado el momento de maduración indicado. En algunas aceleradoras, por ejemplo, será necesario haber definido correctamente el producto y el modelo de negocios antes de aplicar. En otras, será necesario contar con una cierta tracción y estar facturando. En otros casos, apenas basta con mostrar potencial y entusiasmo.

Es por eso que es prudente conocer las expectativas del equipo de la aceleradora de la que queremos formar parte, y ser honestos con nosotros mismos para evaluar si estamos en el punto justo, si todavía no lo alcanzamos, o si ya lo pasamos hace tiempo.

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LA GASTRONOMÍA SE CONVIRTIÓ EN UNO DE LOS RUBROS MÁS ATRACTIVOS PARA LOS VCs

Existe una tendencia que comenzó a acentuarse durante 2014 y que en 2015 no muestra signos de empezar a declinar. Se trata del creciente interés de los VCs, las aceleradoras de negocios, y otros inversores del espacio tecnológico en los startups relacionados con la gastronomía. De acuerdo con CB Insights, esta categoría de negocios recibió un total de $688 millones de dólares en inversiones en el tercer cuatrimestre de 2014, continuando una tendencia al crecimiento que ya se había manifestado en el segundo cuatrimestre de ese año, con un máximo de casi $600 millones de dólares, lo que convirtió a 2014 en un año excepcional para ese mercado.

Solo en los primeros tres cuatrimestres del año pasado, un total de 107 startups vinculadas a la gastronomía recibieron un total de $1,5 mil millones de dólares en capitalización. Y esto solo abarca al sector del delivery online y móvil. Pero el fenómeno se extiende mucho más allá, y engloba a todo tipo de emprendimientos. Desde compañías que proveen servicios a restaurantes —tales como menús electrónicos— hasta proyectos que buscan reinventar por completo la forma en la que nos alimentamos.

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Para poner los números en perspectiva, es importante tener en cuenta que el grueso de estas inversiones se dio en unas pocas compañías post serie-A, tales como FoodPanda, Postmates, Blue Apron, y Delivery Hero, las cuales levantaron inversiones cuantiosas y continúan su rápida expansión. A nivel regional, este rubro también experimentó algunos casos de éxito, tales como el de Restorando y Pedidos Ya, la primera una compañía dedicada a la reserva de mesas en restaurantes, y la segunda a organizar y facilitar el espacio de la orden de delivery de comida a través de la web. Ambas levantaron rondas de $16,5  y $7,5 millones de dólares respectivamente.

La llegada de la tecnología al mundo gastronómico

Luego de cambiar por completo la forma en la que nos comunicamos, compramos, trabajamos, y hasta viajamos, el mundo emprendedor ha comenzado a enfocarse en un terreno más mundano en el que, hasta hace algunos pocos años, prácticamente no se había involucrado. Y tiene que ver con la forma en que la comemos.

Es por eso que durante los últimos dos años surgieron todo tipo de proyectos tales como E la Carte —el cual levantó más de $52 millones de dólares en inversión para financiar la expansión de su cartera de aplicaciones para restaurantes, entre las que se destacan un menú electrónico y un sistema de pagos— y Delivery Hero, un startup alemán fundado en 2011 y que, como varios otros, permite ordenar comida desde casa o la oficina, y ya lleva levantados más de $1.300 millones de dólares en 11 rondas diferentes.

Pero el cambio no está llegando solamente a los restaurantes. Otros startups, tales como Blue Apron, el cual lleva levantados $58 millones de dólares en 3 rondas de inversión y permite adquirir cajas con todos los ingredientes para preparar comidas sanas en casa, están llevando el cambio hasta la forma en la que comemos en nuestros hogares. Otros proyectos como Revolution Foods, compañía que levantó $62,8 millones de dólares en inversión, ayudan a preparar viandas de comida sana para llevar a los colegios. Algo similar sucede con Zero Cater, la cual pretende hacer lo propio con las oficinas, y lleva levantada una ronda de $1,5 millones de dólares.

El futuro de la alimentación

Una de las ramificaciones más llamativas de esta tendencia, tiene que ver con el crecimiento de startups vinculadas con la reinvención, no ya de cómo experimentamos un restaurante, o de cómo pedimos nuestra comida, sino de la comida misma.

Uno de los ejemplos más claros está dado por Soylent, un alimento en polvo que apunta a convertirse en un reemplazo de la comida, ya que contiene todas las vitaminas, minerales, proteínas, y carbohidratos necesarios para la nutrición humana. Este producto ha despertado un gran interés no solo entre algunos conocidos inversores y VCs como Andreessen Horowitz, Lerer Ventures, Hydrazine Capital e Y Combinator, quienes en total invirtieron unos $2,3 millones de dólares en la compañía, sino que entre toda la comunidad emprendedora, en la que no son pocos quienes probaron reemplazar su dieta por este nuevo producto.

Otro ejemplo viene de la mano de un startup que tiene el potencial de cambiar para siempre el contenido de nuestras dietas, de terminar con el hambre en el mundo, y hasta de acabar con el problema del cambio climático, todo en un solo producto. Se trata de Modern Meadow, una compañía cuyo foco está puesto en crear carne y cuero a partir de una técnica llamada biofabricación llevada adelante en un laboratorio. Es decir, crear carne sin la necesidad de criar vacas y otros animales. Esto permitiría aumentar la producción de alimentos, sin depender de la crianza de animales, los cuales consumen gran parte de la producción de granos a nivel mundial, y contribuyen en gran medida al efecto invernadero por sus emisiones de gas metano. Aunque parezca difícil de creer, la empresa ya ha logrado producir sus primeras hamburguesas con esta técnica, y ha sido capaz de levantar unos $10 millones de dólares en su última ronda de inversión. Anteriormente ya había recibido dinero de Sequoia Capital, y de Peter Thiel.

Por último cabe destacar que el espacio del crowdfunding también se encuentra repleto de nuevos productos que buscan instalar nuevos alimentos. Algunos ejemplos son Six Foods, que levantó más de $70.000 dólares en Kickstarter para crear snacks hechos a base de insectos; y Real Food Blends, que utilizó IndieGogo para crear comidas reales para personas que se alimentan a través de tubos.

Como puede observarse, el mercado de la gastronomía está creciendo a pasos agigantados, y se ha convertido en uno de los más calientes para el mundo inversor, tanto en Silicon Valley como en otros ecosistemas como el europeo. Tratándose de una necesidad básica para todo ser humano, y de una de nuestras experiencias sociales favoritas, tiene sentido pensar que, con un producto sólido y una buena estrategia de marketing, muchas de estas compañías seguirán creciendo y ofreciendo un buen retorno de inversión.

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¿CUÁLES SON LOS PROS Y LOS CONTRAS DE ARMAR UN EQUIPO REMOTO?

El mundo moderno ofrece una serie de oportunidades que antes eran impensables. A nivel laboral, la más llamativa es la posibilidad de trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar. Es por eso que no resulta curioso que, así como cada vez más grandes empresas ofrecen la posibilidad a sus empleados de teletrabajar algunas veces por semana, cada vez más startups opten por crear equipos remotos, en los que las personas eligen el momento y el lugar en el que desarrollan sus tareas. Esta modalidad, sin embargo, no se encuentra desprovista de desafíos, por lo que hoy vamos a conocer los pros y los contras de este tipo de trabajo:

 

Pro: Es más fácil armar un equipo talentoso y diverso

Encontrar a las personas adecuadas para hacer el trabajo que necesitamos es siempre un desafío. Y cuando limitamos las posibilidades agregando condiciones como que el empleado debe vivir en una determinada ciudad o área la cosa se vuelve aún más complicada. Trabajar de manera remota elimina muchas de estas restricciones, y permite encontrar a personas talentosas virtualmente en cualquier lugar en el mundo. Ya sea que busquemos por medio de contactos y conocidos, a través de redes sociales como Linkedin, o sitios de búsqueda de empleo, ampliar el área geográfica aumentará exponencialmente las probabilidades de dar con la persona adecuada. Todo lo que nuestros empleados necesitan es una buena conexión a Internet y buena predisposición para trabajar de este modo.

 

Pro: Los gastos mensuales se reducen

Sin lugar a dudas, una de las ventajas más fáciles de percibir cuando se toma la decisión de crear una compañía 100% virtual tiene que ver con la enorme reducción en los gastos mensuales. Un equipo que trabaja desde casa es un equipo que no requiere de oficinas —con todo lo que éstas implican— ni de insumos como artículos de librería, impresoras, o máquinas de café espresso. Si bien muchas compañías optan por darles a sus empleados remotos herramientas de trabajo como un teléfono celular y una laptop, así como herramientas que les permiten trabajar desde el lugar que prefieran y que tienen un costo mensual, estos gastos son muy menores a los que supone mantener un espacio de oficina. Esto significa que hay más dinero para contratar a un mejor equipo, y para invertir en el desarrollo del negocio.

 

Pro: El equipo trabaja con mayor libertad

Aunque muchos ya estamos acostumbrados, trabajar de 9 a 6 puede resultar desgastante. El trabajo de oficina limita mucho nuestra libertad, y un trámite tan sencillo como ir al banco, o tomarse una hora para ir al dentista se termina convirtiendo en un proceso burocrático, o en una actividad que hacemos con culpa por no estar ocupando nuestro puesto de trabajo. El trabajo remoto elimina este problema porque, incluso cuando se establece un horario de referencia, los empleados remotos tienen mayor libertad para manejar sus tiempos, así como la capacidad de trabajar desde cualquier lugar y en el momento que les resulte más conveniente. Al mismo tiempo, este tipo de trabajo ahorra mucho tiempo eliminando las horas de viaje hacia y desde el trabajo, por lo que el día rinde más.

 

Pro: El equipo se vuelve más productivo

La libertad para trabajar en el momento más conveniente y el cambio de paradigma —de un trabajo por horas, por uno por objetivos— tiende a aumentar la productividad de los equipos. Al mismo tiempo, se reducen significativamente la cantidad de reuniones y tiempos muertos. Sin embargo, existe un gran desafío tanto para los empleados como para los emprendedores, y tiene que ver con aprender a desconectarse del trabajo. La posibilidad de estar contactado durante todo el día tiende a generar una conexión constante con el trabajo, que a la larga produce desgaste y un declive en el rendimiento individual. Es por eso que es necesario poner límites y evitar que trabajar desde casa se convierta en vivir en el trabajo.

 

Contra: La comunicación no siempre es tan sencilla como parece

Aunque existen cada vez más herramientas que hacen que la comunicación sea más fácil, a veces la distancia puede resultar complicada. Los principales desafíos tienen que ver con coordinar el trabajo entre miembros del equipo que se encuentran distribuidos en distintos husos horarios, o que optan por trabajar en momentos diferentes del día. Para resolver este inconveniente, muchas empresas se organizan eligiendo un momento del día para hacer una reunión corta, de entre quince y treinta minutos, para coordinar el trabajo de todos, establecer objetivos y prioridades, y escuchar los problemas que está teniendo cada uno. De esta forma se fija la agenda del día, y cada uno puede trabajar cómo, cuándo y dónde prefiera. Al mismo tiempo, gracias a herramientas de chat privadas como Hipchat o Slack, el equipo permanece en contacto durante todo el día y las diferentes personas pueden hacerse consultas, o dejarse mensajes en cualquier momento y entablar conversaciones. Este tipo de trabajo, lógicamente, no siempre es el más adecuado, y dependerá de las funciones de cada miembro del equipo el cómo lo llevará adelante.

 

Contra: Crear una cultura corporativa se convierte en un desafío mayor

Cada organización tiene una cultura. Se trata de valores y objetivos, y una forma de hacer las cosas, un modo de comunicarse internamente, y códigos que le son propios. Muchas veces estos elementos surgen naturalmente, sobre todo durante las primeras etapas de un startup, a partir de la interacción diaria de sus miembros. Sin embargo, cuando se trabaja de manera virtual con un equipo remoto, esto no siempre resulta sencillo. Es por ese motivo que muchos startups, tales como Zapier, y la aplicación de ayuda en línea Olark desarrollan todo tipo de técnicas para construir una cultura propia. Entre otros elementos, fomentan la conversación informal sobre temas no necesariamente relacionados con el trabajo en el chat de la compañía, de forma tal de que todo el equipo se conozca a un nivel más personal; y organizan uno o dos encuentros anuales donde todos los empleados se reúnen y hacen actividades al aire libre, y otras tareas conjuntas que ayudan a crear esta cultura y a generar confianza entre todo el equipo.

 

Contra: No todos estamos hechos para trabajar de esta manera

A pesar de todas sus ventajas, no todos estamos hechos para el trabajo remoto. Hay personas que simplemente no cuentan con la disciplina para administrar su propio tiempo, o que necesitan del elemento sociabilizador del trabajo. En el primero de los casos es posible resolver el problema. Trabajar en un equipo remoto requiere de un cierto aprendizaje, y con voluntad y esfuerzo se convierte en un hábito que se adquiere rápido. El segundo escenario es más complicado. Algunas compañías como 37Signals, pionera en la implementación de este tipo de trabajo, cuentan con una oficina central donde los empleados que así lo prefieran puedan ir a trabajar y llevar adelante sus tareas de manera más tradicional. En otros casos, simplemente habrá que reconocer que no existe un fit entre el startup y el empleado, y que éste deberá buscar otro empleo.

 

Contra: Realizar y recibir pagos puede ser complicado

Este punto no se aplica a muchas partes del mundo, pero emprender en Argentina y en otros países de Latinoamérica a veces conlleva desafíos extras que hay que tener en cuenta. Tener empleados remotos implica que, a veces, el pago de salarios, viáticos y otros haberes deberá hacerse a través de una transferencia bancaria a una cuenta ubicada en otro país. Cualquiera que lo haya intentado sabe que esto puede no ser fácil, o barato. Al mismo tiempo, resultará conveniente consultar a un buen abogado y a un contador como manejar el pago de impuestos y cargas sociales cuando se contrata a un extranjero que reside en el exterior.

El trabajo remoto no es para todos. Pero sin lugar a dudas vale la pena hacer el intento.

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¿CUÁNDO INCORPORAR TU STARTUP?

Es frecuente preguntarse cuál es el momento ideal para formalizar un proyecto e incorporarlo como una verdadera compañía. En Argentina existen distintas posibilidades, entre las cuales las más frecuentes son las SRL (sociedades de responsabilidad limitada) y las SA (sociedades anónimas), pero en otros países de la región existen otras figuras como la SPA chilena (sociedad por acciones), las cuales implican un trámite bastante más sencillo. Otra alternativa es crear una LLC u otro tipo de sociedad en los Estados Unidos, un trámite que —gracias a Internet— se ha vuelto sencillo y relativamente barato. Sin embargo, hoy no vamos a discutir qué tipo de sociedad conviene constituir, y en todos los casos es conveniente consultar a un abogado y a un contador antes de dar cualquier paso, ya que hacer mal el proceso, o elegir la figura legal incorrecta puede resultar en grandes dolores de cabeza y en deudas que es preferible no afrontar. En este artículo, lo que vamos a ver es en qué momento resulta conveniente abandonar la informalidad y dar comienzo al trámite —cualquiera éste sea— que convertirá a nuestro startup en una compañía hecha y derecha.

No existe sólo un escenario en el que es conveniente dar el gran paso y constituirse, pero hay una realidad, y es que no es conveniente que este sea el primer paso. Es que, sobre todo en países como el nuestro, el costo y el esfuerzo asociados no solo al trámite de constitución, sino a todo su mantenimiento posterior, son demasiado elevados como para afrontarlos si esto no es estrictamente necesario. Es por eso que es conveniente evitar la constitución de una sociedad hasta que alguna de las siguientes posibilidades se hagan realidad:

 

Estás lanzando un producto al mercado

Uno de los primeros motivos por los que puede ser importante incorporar la compañía tiene que ver con lanzar un primer producto al mercado. Es importante distinguir producto de un sitio web anunciando el producto, de un MVP (la versión mínima viable de un producto) o incluso de una versión beta para ser probada por un grupo selecto de clientes. Mientras que en estos casos no es necesario formalizar el proyecto —porque todos los involucrados entienden que no se trata todavía de la versión final del producto— una vez que se produce el lanzamiento formal es sugerible considerar si no ha llegado el momento de dar el gran paso.

Esto se debe a que, en caso de que algo salga mal y, por alguna razón, un cliente decida demandar a la compañía; o si fuera necesario pagar una compensación por daños de algún tipo, si ésta no se encuentra incorporada, serán los socios quienes deberán hacer frente a estas obligaciones con su propio nombre y capital.

 

Conseguiste uno o más clientes reales

Este es un caso parecido al anterior, y se aplica fundamentalmente a compañías relacionadas con servicios, o proyectos B2B que apuntan a clientes corporativos con grandes contratos. En estos casos es conveniente incorporar la compañía de forma tal de mitigar el riesgo, y evitar ser presas de una demanda legal a título personal si algo saliera mal.

Es importante nuevamente hacer una distinción, y no caer en la trampa de creer que para firmar un simple NDA, es decir un contrato de confidencialidad, es necesario contar con una sociedad. Este tipo de contratos no ameritan el esfuerzo. Pero cuando llega el momento de firmar un contrato que establece obligaciones y el intercambio de dinero, siempre es conveniente hacerlo a partir de una compañía ya conformada.

 

Conseguiste una inversión ángel o entraste en una incubadora o aceleradora de negocios

Conseguir una inversión, o estar cerca de conseguirla, puede ser un buen momento para empezar a pensar en incorporar la compañía. A no ser que se trate de una pequeña inversión del tipo FFF (Friends, Family and Fools), la cual siempre parte de la confianza y de las ganas de apoyar a un proyecto personal, y no del objetivo de obtener un retorno de inversión, un inversor ángel o un VC pedirá que la compañía se encuentre incorporada. De esta manera, el nuevo socio podrá proteger su capital y asegurarse de que podrá obtener los dividendos que correspondan, o el retorno de su inversión en caso de que la compañía consiga otra ronda, se venda, o realice un IPO. En estos casos en general deberá optarse por una Sociedad Anónima, o una C Corporation en el extranjero, ya que estas permiten el fácil intercambio y emisión de acciones.

Algo similar ocurrirá si el startup ingresa en una aceleradora o en una incubadora de negocios. En la mayoría de los casos, esto implica que deberá compartir parte de su equity con esta institución, la cual le dará sus servicios y mentoría a cambio de participación accionaria.

 

El startup está conformado por un equipo de socios

Este es, en realidad, un caso relativo. Incluso cuando los fundadores son dos o más no es necesario incorporar la compañía desde un primer momento, a no ser que no exista un mínimo nivel de confianza entre ellos. De todas formas, apenas empiece a observarse un cierto grado de éxito, es conveniente avanzar con la incorporación de forma tal de establecer reglas claras y una división pactada del capital accionario, con el fin de evitar inconvenientes a futuro.

En muchos casos, este es un buen momento para establecer un acuerdo de vesting, de forma tal de garantizar el compromiso de todos los socios con el desarrollo de la compañía.

 

Estás pensando en darle equity a tus primeros empleados

Ya sea que se trate de un startup fundado por una sola persona o por un equipo, es posible que los fondos no alcancen para pagar salarios de mercado y atraer al mejor talento a la compañía. En esos casos es frecuente que se tiente a los primeros empleados con un salario nominal y la posibilidad de acceder a un porcentaje menor de las acciones de la empresa, o por lo menos una opción de compra a bajo precio.

En estos casos, si bien es posible firmar un acuerdo previo, el contar con una compañía formalizada ayudará a darle seriedad al asunto y hacer más atractivo el trato.

Algo similar ocurrirá cuando se procure tentar a un mentor, a quien se le suele ofrecer entre el 0,3 y el 0,5% de la compañía, a cambio de su consejo y acompañamiento en las primeras etapas de crecimiento.

 

Necesitás contratar nuevos empleados

Si el negocio está creciendo y es necesario contratar a nuevos empleados es posible que sea necesario incorporar la empresa. Si bien es raro llegar a este estadio sin antes haber dado el paso de constituirse formalmente, es posible haber crecido rápidamente a partir de una sociedad de hecho.

En Argentina y otros países con leyes laborales estrictas, siempre es conveniente contratar a partir de una compañía incorporada. Esto tiene que ver con que, de otra manera, ante un problema con un empleado o una demanda laboral, los socios deberán responder con sus propios activos. Y esto puede resultar en una gran pérdida para ellos.

 

Necesitás tomar un crédito o recibir fondos de un programa gubernamental

Otros casos en los que conviene avanzar con la incorporación son aquellos en los que es necesario tomar un préstamo para crecer, o cuando se recibirá ayuda de un fondo gubernamental. En el caso del préstamo, esto tiene que ver, nuevamente, con la reducción del riesgo. En caso de que los planes no funcionen y el proyecto falle, una sociedad responderá con sus propios activos, y no con el de sus socios, por la devolución del dinero. Cuando se trata de préstamos o incentivos gubernamentales sucede algo similar. En la mayoría de estos casos estos programas devolverán dinero gastado, por lo que el riesgo suele ser menor. Pero de todas maneras es mejor estar cubiertos y evitar exponer los activos personales.

 

Estás pensando en comenzar una campaña de crowdfunding

Por último, aunque no parezca riesgoso, iniciar una campaña de crowdfunding es, en realidad, parecido a lidiar con un VC. Y es que, si bien en muchos casos no se estará entregando equity de la compañía, a partir de que alguien entrega su dinero se está estableciendo una relación de vendedor-cliente, con lo que existen riesgos que pueden terminar en que los socios deban responder con su propio capital en caso de que las cosas no salgan como lo planeaban. Nuevamente, para reducir riesgos es conveniente incorporarse y no lamentarlo después.

Incorporarse es un gran paso, y un momento clave en la historia de cualquier startup, es por eso que no conviene acelerarlo, y esperar al momento correcto.

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SAMSUNG Y EL NEGOCIO DE LOS PAGOS MÓVILES

Con el ingreso de Samsung, el negocio de los pagos móviles empieza a convertirse en uno de los más calientes de 2015

El lanzamiento de Apple Pay en octubre de 2014 marcó el comienzo del recalentamiento de un mercado cuyo potencial la prensa, los analistas, y hasta la comunidad emprendedora viene discutiendo desde hace más de una década: el del móvil como medio de pago. A partir de la posibilidad de cargar las distintas tarjetas de crédito y débito de cada usuario en los nuevos teléfonos iPhone 6 y 6 plus, este sistema permite utilizar la antena NFC de los dispositivos para acelerar la transacción, simplemente apoyándolos contra un lector ubicado en los comercios.

Tras haberse lanzado en una red de 200 mil comercios, este sistema de pagos continuó expandiéndose y, hacia marzo de 2015, ya se encontraba disponible en más de 700 mil tiendas. Al mismo tiempo, Apple firmó un convenio con el Gobierno Federal de los Estados Unidos por el cual éste comenzará a aceptar este sistema de pagos para el cobro de algunas tasas federales como el ingreso a los parques nacionales.

Cómo ya mencionamos en alguna oportunidad, si bien está teniendo éxito, Apple Pay no resuelve completamente el problema que se propone solucionar: el de reemplazar por completo a la tarjeta de crédito y débito. Después de todo, si bien reemplaza a la tarjeta plástica, el medio de pago sigue funcionando básicamente de la misma manera, y dependiendo de que el usuario posea una cuenta bancaria o una tarjeta emitida por una institución financiera. Al mismo tiempo, para poder ser utilizado, se vuelve necesario que los comercios cambien sus sistemas POS por otros que acepten pagos mediante NFC, lo cual implica una actualización tecnológica que requiere una inversión, y que no siempre está al alcance de todos los comerciantes.

Sin embargo, Apple Pay resultó muy provechoso para un tipo específico de vendedor, al cual sí ha logrado resolverle uno de sus mayores problemas. Se trata del de las máquinas expendedoras de bebidas, alimentos y otros productos, las cuales apuntan a consumidores casuales, y encuentran en esta plataforma una forma sencilla de cobrar sin la necesidad de recurrir a monedas y billetes en efectivo, ni a complejos sistemas para pagar con tarjeta de crédito. Es por esto que la firma USA Technologies —que opera más de 200 mil de estas máquinas en los Estados Unidos— adoptó esta tecnología en enero de este año.

Es por este relativo éxito —con el que Apple estaba logrando conquistar un terreno en el que otros gigantes como Google, con su Wallet, ya habían fracasado en el pasado— que otras compañías decidieron salir a competir, y este mercado que parecía olvidado comenzó a despegar.

 

Samsung Pay: la respuesta del gigante asiático

La novedad se dio a conocer en el Mobile World Congress 2015, el evento más importante de la industria móvil, llevado adelante todos los años en la ciudad española de Barcelona. Allí, Samsung, el rival más notorio de Apple, demostró que los rumores sobre su muerte eran totalmente exagerados y que todavía le quedan batallas por dar. Una de ellas se enmarca en el campo de los pagos móviles.

Junto con sus nuevos teléfonos insignia, el Galaxy S6, y osado el Galaxy S6 Edge, la empresa surcoreana presentó Samsung Pay, su plataforma de pagos móviles.

Así como el producto de Apple, Samsung Pay permite cargar las tarjetas de crédito y débito de los usuarios en el teléfono y convertir al dispositivo en un medio de pago. Sin embargo, a diferencia de su rival, el enfoque de la compañía surcoreana permite llevar este tipo de pagos a cualquier local que acepte tarjetas, y no solamente a aquellos que adopten un lector de NFC. Es que, gracias a la adquisición del LoopPay, un startup fundado en Massachusetts en 2013 para solucionar justamente este problema, el sistema de pagos de Samsung permite emular la banda magnética de cualquier tarjeta, por lo que basta con colocar el teléfono junto al lector de cualquier POS convencional para completar la transacción. Para validar el pago, el usuario debe pasar su huella digital por el lector del teléfono, de forma tal de garantizar que un eventual ladrón no pueda utilizarlo.

Esta tecnología le ofrece una gran ventaja a Samsung —que firmó un acuerdo estratégico con MasterCard para permitir que los usuarios de su línea de tarjetas de crédito puedan comenzar a utilizar el sistema— ya que le permitirá llegar a millones de comercios alrededor del mundo de manera inmediata, y desplazar así a Apple como líder en este sector.

 

Android Pay: la nueva apuesta de Google

Google también aprovechó el World Mobile Congress de este año para presentar sus novedades en materia de pagos móviles. Allí anunció Android Pay: un sistema que, a diferencia de su prácticamente póstumo Google Wallet, no planea convertirse en un sistema de pagos per se, sino en una plataforma a la que distintos desarrolladores podrán conectarse a través de diferentes APIs para generar sus propias soluciones de pagos móviles a través de NFC.

Lo que Android Pay ofrecerá será compatibilidad con la red de sistemas de cobro, la autenticación biométrica del usuario —del mismo modo que lo hace Samsung Pay— y la generación de un token único cada vez que el usuario planea realizar una transacción, de forma tal de incrementar la seguridad, algo que también hacen sus competidores. De esta forma, la empresa de Mountain View planea convertirse en la plataforma sobre la cual distintos fabricantes como Motorola o HTC —así como otros desarrolladores— puedan eventualmente construir sus propios sistemas de pagos, y generar un ecosistema único donde la compatibilidad entre éstos no sea un problema.

 

PayPal se mete en el negocio

Otro gigante con interés en este negocio es PayPal. Esta compañía —pionera en el negocio de los pagos online, fundada en 1998 por Elon Musk y Peter Thiel, entre otros, y luego adquirida por Ebay— busca incrementar su presencia en el móvil. Es por eso que anunció la adquisición de Paydiant, una compañía con base en Boston que desarrolla soluciones de billeteras móviles.

La compra, que el sitio Re/code estimó en $280 millones de dólares, le permitirá a la compañía llegar a los puntos de venta físicos e incrementar su presencia en el mercado móvil. Hoy, de los $226 mil millones de dólares al año intercambiados en transacciones a través de PayPal, solo el 20% se transfieren a través de dispositivos móviles, y el uso en compras offline resulta prácticamente nulo, con lo que la empresa corre el riesgo de perder un gran mercado.

A partir de esta compra, PayPal planea convertirse en un jugador de importancia en el negocio de los pagos con el móvil. Solo resta esperar a ver si el camino que propondrá será similar al de Google, Apple y Samsung, o si innovará con un producto diferenciador.

 

Nuevos Startups del sector reciben inversiones

Por último, es llamativo observar cómo no solamente los titanes de las industrias móvil y de los pagos online se han metido en este negocio, sino que también lo han hecho una gran cantidad de emprendedores, quienes están recibiendo apoyo de fondos de inversión que apuestan por más innovación en este segmento.

Dos casos paradigmáticos son: el del Cover, una aplicación que permite realizar pagos en restaurantes dividiendo la cuenta entre los comensales —que ya se encuentra habilitada para operar en unos 240 establecimientos en Nueva York, Los Angeles y San Francisco— y que ya lleva levantados unos 7 millones de dólares.

Otra aplicación similar llamada MyCheck también ha logrado convertirse en noticia, y es que hace pocos días cerró su ronda serie B, en la que levantó unos $5 millones de dólares, nada menos que del Banco Santander. Este banco —que es una de las principales instituciones financieras a nivel mundial— creó un fondo llamado Santander Innoventures Fund de unos $100 millones de dólares, dedicado a invertir entre $100.000 y $10 millones de dólares en startups tecnológicas en sus primeras etapas.

Estos son sólo algunos ejemplos del enorme crecimiento que el sector de los pagos a través de los dispositivos móviles está empezando a experimentar. Y si bien todavía ninguna de las opciones ha logrado dar en la tecla de la innovación que llevará al siguiente cambio de paradigma, un alto nivel de inversión y el crecimiento de nuevos emprendimientos en el sector seguramente llevarán a que este cambio finalmente ocurra, tarde o temprano.

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CUATRO HERRAMIENTAS PARA GANAR PRODUCTIVIDAD CON TU EQUIPO

Cada proceso, desde el diseño y el desarrollo de un producto; la creación e implementación de una estrategia de marketing, y hasta la planificación y ejecución de un servicio de atención al cliente requieren de un intenso trabajo en equipo y de la colaboración de distintas personas. Y aunque con el uso de herramientas convencionales como planillas de Excel o Google Docs, y el correo electrónico alcanzan para organizar casi cualquier operación, existen una serie de herramientas específicas que facilitan en gran medida el trabajo en equipo.

Hoy vamos a repasar cuatro aplicaciones populares que harán que crear y gestionar proyectos, e implementar estrategias en cualquier departamento resulte más fácil, aumentando así la productividad y la organización dentro del equipo:

Basecamp

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Basecamp es, indiscutiblemente, una de las herramientas de project management más populares en la industria. Uno de sus principales atractivos está dado por su diseño moderno y atractivo y por la facilidad con la que es posible crear y hacer un seguimiento de distintos proyectos. Entre otras herramientas, esta aplicación permite crear conversaciones en torno a temas e ideas, y crear hilos de conversación en los que distintos miembros del equipo pueden opinar, insertar documentos de toda clase, links, e imágenes; crear documentos de texto colaborativos; crear calendarios y una agenda de reuniones comunes; y to-do lists en las que es posible asignarle tareas a otros miembros del equipo. Una de las principales ventajas de esta herramienta, es que puede manejarse tanto desde la aplicación como desde el correo electrónico, agregando comentarios y participando de las conversaciones apenas enviando un mail.

Otra gran ventaja, que lo vuelve especialmente útil cuando se trabaja con clientes o proveedores externos al equipo, es la posibilidad de agregar a personas externas a los proyectos y darles un acceso limitado a conversaciones y documentos específicos, con lo que resulta ideal tanto para agencias, como para equipos internos de desarrollo.

Para un startup, Basecamp resulta ideal como base de operaciones, permitiendo centralizar todos los datos, documentos, proyectos y procesos en una misma herramienta.

A diferencia de sus competidores, sin embargo, esta herramienta —la cual se encuentra disponible tanto en una versión web como en aplicaciones para Android y iOS— no es gratuita. En cambio, tiene un costo de $20 dólares por mes en su versión más básica, la cual permite manejar hasta 10 proyectos y contar con 3GB de almacenamiento.

 

Slack

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Esta herramienta es, a primera vista, un cliente de IRC más. Es decir, una herramienta que permite que uno o varios equipos de trabajo hablen entre sí en una o distintas salas de chat privadas de la compañía. Sin embargo, es mucho más que eso. Su diseño atractivo y su simpleza permiten que todos los empleados se comuniquen en una sala general, y en salas de chat específicas para los distintos departamentos, así como en espacios uno a uno. Además de texto, Slack permite compartir cualquier tipo de archivos, los cuales automáticamente se vuelven disponibles para todos los miembros de la sala a la que fueron subidos, donde quedan almacenados y son fácilmente encontrados en cualquier momento.

Pero la característica más llamativa de esta aplicación, es la facilidad con la que puede ser integrada con otros servicios. De esta manera es posible hacerlo, por ejemplo, con Google Hangouts, con lo que se la puede utilizar para hacer videoconferencias con apenas un comando; o con GitHub, lo cual permite que todo el equipo de desarrollo reciba una alerta cuando se hace un push al repositorio; con Zendesk, con lo que el equipo recibe una alerta cuando un cliente abrió un ticket; o incluso con MailChimp, que permite saber cuando un suscripto al newsletter se desuscribió. De este modo, esta herramienta permite hacer mucho más que compartir archivos y conversaciones, ya que ayuda a monitorear todo tipo de servicios en un solo lugar, y a coordinar la respuesta adecuada con el equipo.

El plan básico de Slack —el cual incluye todas estas funciones— es totalmente gratuito y está disponible en una versión web, y en aplicaciones para Android, iOS y Mac OSX.

 

Trello

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Trello es una de las herramientas de Project Management más populares en el mercado. Si bien a primera vista puede resultar simple y carente, a medida que se la empieza a utilizar se empieza a apreciar su verdadero poder y a convertirse en imprescindible. En esencia, esta aplicación permite organizar cualquier tipo de proyecto de manera conjunta y colaborativa, en una interfaz visual que mantiene todo siempre a la vista.

Así como en otras aplicaciones de productividad, la pantalla principal de Trello es una pizarra, donde es posible crear listas en las que se agregan “cartas”. Estas pueden consistir en textos, imágenes, links y documentos que se encuentran en Google Drive, Box, y Dropbox, cualquier tipo de videos, y otras clases de archivos. A estos ítems pueden agregársele notas, aclaraciones, detalles y fechas límite. Al mismo tiempo, éstos pueden ser arrastrados entre las diferentes listas. De esta manera, por ejemplo, es posible crear una primera lista de “ideas”, una segunda de “tareas a realizar”, y una tercera de “ideas completadas”. A medida que las ideas van evolucionando, las cambiaremos de la primera columna a la segunda, y cuando completemos su desarrollo a la tercera.

Si bien puede parecer una idea sencilla, esta herramienta permite manejar grandes proyectos de manera muy eficiente, asignar y recibir tareas por parte de otros miembros del equipo, y contar con toda la información necesaria en un solo lugar para llevar adelante el trabajo requerido. Por su formato, Trello es muy utilizado por equipos que adoptan la metodología Scrum para el desarrollo de sus proyectos.

Esta herramienta esta disponible en una versión web, y en aplicaciones para dispositivos Android y iOS. En su versión básica es totalmente gratuita.

 

Murally

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Esta herramienta puede parecer sencilla a primera vista; sin embargo resulta muy útil a la hora de pensar en conjunto, de hacer sesiones de brainstorming, y de organizar el trabajo. Básicamente se trata de un pizarrón digital compartido por distintos miembros del equipo, en el que es posible pegar y organizar ideas en forma de “sticky notes” sobre las que se puede dibujar o escribir, añadir imágenes, links, videos de YouTube y Vimeo, y hasta planillas de Excel.

Murally funciona bien tanto cuando se trabaja de modo colaborativo —ya que opera 100% en tiempo real— como en soledad, y resulta ideal para acompañar todo tipo de reuniones y sesiones creativas entre equipos remotos, o incluso que se encuentran en la misma habitación. Tiene la ventaja, por encima del papel o de un pizarrón tradicional, de que permite ver el historial de cambios y así observar la evolución de las ideas o de un proyecto determinado.

El costo de esta herramienta varía entre $8 y $879 dólares al mes, de acuerdo a la cantidad de miembros que tenga el equipo, y cuenta con un mes de prueba gratis.

No todas las aplicaciones son iguales, y dependerá de los gustos de cada equipo el adoptar las herramientas que le resulten más cómodas. Lo recomendable, en todos los casos, es utilizar el mes o los días de prueba gratuitos que casi todas ofrecen, y probarlas durante por lo menos una semana antes de tomar una decisión.

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EL CROWDFUNDING: LA FUERZA QUE IMPULSA LA INDUSTRIA DE LOS WEARABLES

Los wearables, es decir aquellos dispositivos electrónicos que se llevan en el cuerpo, se han convertido en el nuevo niño mimado de la industria móvil. Durante el último año, la proliferación de dispositivos tales como fitness trackers —los cuáles permiten medir el impacto del ejercicio físico, las calorías consumidas y hasta la longitud y profundidad de los ciclos de sueño— y los smartwatches —es decir, los relojes inteligentes—, han abandonado el mercado de nicho y se han convertido en verdaderos productos de consumo masivo. Esto puede observarse a partir de que los grandes fabricantes de la industria móvil, incluyendo a Samsung, Motorola, LG y por supuesto Apple, con su flamante Apple Watch, han incluido a estos dispositivos entre sus últimos lanzamientos. Al mismo tiempo, empresas que hasta el momento no estaban relacionadas con este sector, como Swatch —la cual está desarrollando su primer reloj inteligente equipado con el sistema operativo Android Wear— han comenzado a poner un pie en este negocio. Sin embargo, y a pesar de la masiva cantidad de dinero que estos grandes jugadores están invirtiendo, el sector de los wearables se desarrolló durante años a partir del trabajo de emprendedores y startups que, lejos de contar con tan abultadas cajas, se financiaron gracias al apoyo de distintos inversores pero, en especial, gracias al crowdfunding.

Esta forma de financiamiento consiste en la publicación de un proyecto en un sitio como Kickstarter, o IndieGoGo —aunque no son los únicos— explicando de qué se trata, y tratando de seducir a la audiencia para que aporte capital para su desarrollo. Las cifras son variables y pueden ser tan bajas como $10 dólares, o tan altas como $10.000 USD, y se pagan de manera sencilla con una tarjeta de crédito. A cambio de su aporte, los usuarios que apuestan por el proyecto, pueden recibir desde una foto o una remera firmada por los creadores del mismo, hasta una de las primeras ediciones del producto terminado, dependiendo del capital con el que hayan contribuido. Otros sitios más recientes como Crowdfunder se manejan de la misma manera aunque, en lugar de recibir incentivos materiales, aquellas personas que invierten en un proyecto reciben equity —es decir un porcentaje accionario— de la compañía. En este último caso llama la atención la manera en que Internet ha permitido reinventar un modo de financiamiento que ya existía en el mundo offline a través de comunidades informales de pequeños inversores, tales como el club argentino Empresores, el cual, con una muy baja sofisticación técnica, apostaba por el mismo objetivo.

 

Mucho más que financiamiento

El éxito del crowdfunding tiene que ver con mucho más que la relativa facilidad que éste ofrece para obtener financiamiento. Por un lado,  su principal ventaja es que permite mitigar el riesgo de los inversionistas. Esto se debe a que, ya sea que se trate de un inversor profesional, de una persona dispuesta a arriesgar su capital, o de un consumidor entusiasmado por la posibilidad de ayudar a que un producto que le interesa llegue al mercado, las cifras que se manejan son bajas, por lo que no existe un verdadero riesgo económico para quien aporta su dinero. Al mismo tiempo las plataformas que permiten juntar capital de esta manera cuentan con garantías como que el dinero será devuelto si no se alcanza el mínimo necesario para llevar el proyecto adelante.

Por otro lado, el crowdfunding tiene otros beneficios. Para el equipo emprendedor, por ejemplo, resulta conveniente ya que en algunos casos le permite obtener capital inicial sin entregar acciones o participación de la compañía. En los casos que esto sucede, se hace entre varios inversionistas, con lo que es posible retener el control total y no sumar voces a la mesa chica.

Al mismo tiempo, dado que se reemplaza un pitch cerrado a VCs o inversores ángeles por videos, renders, presentaciones, fotografías, y panfletos digitales que venden el producto y explican sus ventajas, el crowdfunding resulta una buena plataforma publicitaria que permite generar awareness de un producto, incluso antes de su lanzamiento. En muchos casos esto no solo generó un alto interés comercial, que permitió recaudar incluso más dinero del requerido, sino que también representó una forma de llamar la atención de inversores y compradores eventuales, tal como sucedió con Oculus, adquirida por Facebook en $2.000 millones de dólares.

Finalmente, este sistema permite adelantar un proceso que resulta complicado respecto de los productos de hardware: el del customer development. Dado que solamente aquellos proyectos que logren generar un interés real recibirán el dinero necesario para desarrollarse, este sistema funciona como una especie de selección natural: aquellos productos que no llaman la atención del público mueren antes de nacer, con lo que se evita la pérdida de tiempo y dinero en su desarrollo posterior, o por lo menos se obliga al equipo a refinar la propuesta y probar de nuevo.

Los wearables: las estrellas indiscutidas de este espacio

Desde 2008, solamente Kickstarter, el sitio líder en este espacio, ayudó a distintos startups y emprendedores a levantar más de $1.000 millones de dólares en financiamiento. Del total del dinero obtenido a través de crowdfunding, tanto en este como en otros sitios, el 80% se invirtió en proyectos vinculados con hardware. De ese porcentaje, el 25% fue a proyectos relacionados con wereables. O sea que este segmento es el que más dinero recaudó a través de esta metodología, a pesar de constituir solamente el 14% de todos los proyectos publicados. Esto quiere decir que, a pesar de ser una minoría en términos reales, son los que mayor interés despertaron por parte de los pequeños inversores y usuarios que comprometieron dinero para apoyarlos.

De acuerdo con información obtenida a partir de Mattermark y Crunchbase por el sitio de noticias TechCrunch, el 42% del capital invertido en startups dedicados a wearable por parte de fondos de inversión fue a compañías que se capitalizaron por primera vez a partir del crowdfunding. Sin embargo, estos fondos fueron más selectivos con estos proyectos, ya que se enfocaron solamente en aquellos que mostraron una gran tracción inicial.

 

Adelantados a la tendencia

Si bien hoy —en el auge de este naciente sector— esto puede parecer obvio, la realidad es que no lo era cuando muchos de los proyectos más exitosos se comunicaron por primera vez.

Un buen ejemplo de esto tiene que ver con el sector de los relojes inteligentes. Aunque grandes empresas como la japonesa Sony fueron pioneras en este mercado lanzando su primer reloj en 2012, existen startups como Pebble que hicieron historia en este mercado, y fueron verdaderas impulsoras de la tecnología wearable.

Pebble ganó gran popularidad en abril de 2012 cuando lanzó una campaña en Kickstarter con el objetivo de obtener $100.000 dólares. Si bien utilizar ese sitio no era la primera opción de su fundador Eric Migicovsky, éste se convirtió en su último recurso luego de no poder obtener más capital que el recibido durante su paso por la prestigiosa aceleradora Y Combinator, y tras la obtención de un capital inicial de $375.000 dólares de distintos inversores ángeles.

La campaña en Kickstarter —que proponía pagar $115 dólares en la preventa de su reloj inteligente— fue un éxito, y en una semana logró juntar más de $4,7 millones de dólares y generar una enorme base de nuevos clientes. Este dispositivo salió al mercado en octubre de 2013 y se convirtió en el precursor tanto de Apple como de Samsung y Google, abriendo las puertas a un mercado que —sólo un año después— estas empresas comenzaron a aprovechar.

Todos los días, nuevos emprendedores que apuestan por este mercado suben sus proyectos a estas plataformas con el objetivo de juntar dinero y hacerlos realidad.

Es por eso que cabe preguntarnos si todos estos nuevos dispositivos estarían surgiendo con el mismo entusiasmo, si no fuera por la fuerza del crowdfunding, el sistema que permitió capitalizar a los pioneros en este mercado, y a la vez demostrar el interés de los consumidores en una tecnología que las grandes marcas no tenían en sus agendas.

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EL MÓVIL: EL PRINCIPAL ALIADO DEL COMERCIO OFFLINE

Si nos guiamos simplemente por nuestra intuición, es sencillo concluir que el comercio electrónico, y en especial el comercio móvil, son la principal amenaza que los retailers tradicionales viven en estos días. Después de todo, resulta difícil competir con compañías que ofrecen los mismos productos sin tener que hacer frente a los enormes costos relacionados con mantener distintos puntos de venta, y contratar a vendedores, cajeros, y a todo el personal involucrado en el manejo de una tienda. Y en algunos casos estaremos en lo cierto. De acuerdo con BI Intelligence, en algunas categorías como productos relacionados con hobbies y el mercado de la electrónica, las ventas online ocupan un porcentaje cada vez más alto del total. En otras categorías como comidas y ropa, esto no es tan así.

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Sin embargo, y a pesar de este crecimiento del retail digital, existe una realidad no tan evidente a primera vista, pero que resulta igual de cierta, y es que Internet, y en especial las conexiones móviles, lejos de reducir las ventas de los comercios offline, en realidad pueden ayudar a impulsarlas, y representan una enorme oportunidad para mejorar la experiencia de compra, y de adquirir nuevos clientes.

A continuación veremos de qué manera el móvil se ha convertido —o tiene el potencial de hacerlo— en un gran aliado para el comercio tradicional.

 

El móvil ayuda a descubrir nuevos comercios

Una de las principales oportunidades representadas por los dispositivos móviles tienen que ver con su enorme capacidad de ayudar en la adquisición de nuevos clientes. De acuerdo con Google, el 90% de los usuarios de teléfonos inteligentes realizan algún tipo de búsqueda relacionada con la compra que planean hacer antes de efectuarla. Contrariamente a lo que muchos comerciantes suponen, el 58% de estas búsquedas tienen que ver con encontrar la ubicación de un determinado comercio, el 57% con las horas en las que este abre, el 44% para realizar comparaciones de precio, el 32% para averiguar si una determinada tienda vende el producto que busca, y sólo el 19% con la intención de comprarlo online.

Esto representa una enorme oportunidad para las tiendas físicas, ya que una buena presencia online, con información nutrida acerca de los locales, su ubicación, información de contacto, el precio de los productos, e incluso el stock disponible, puede ayudar a atraer a nuevos clientes, e incluso a capturar a aquellos que buscan información acerca de nuestra competencia.

Los buscadores como Google y Bing se están volviendo cada vez mejores para mostrar la información que buscan los clientes, y para enfocar los resultados en comercios que se encuentran en las cercanías del consumidor. De esta forma,  contar con una gran cantidad de información en el sitio de la tienda, así como en sus perfiles en redes sociales, ayuda a que los buscadores guíen directamente a las personas al local, permitiéndoles encontrarlas en un mapa, llamar por teléfono con un solo click, y hasta navegar directamente hacia ellas con el GPS del teléfono.

Como se puede observar en la imagen, el móvil permite tanto encontrar información sobre un local determinado, como descubrir comercios cercanos a partir de una búsqueda por rubro.

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Gracias a los resultados locales, tres de cada cuatro personas que buscan un producto en sus teléfonos y encuentran resultados cercanos a su ubicación, terminan dirigiéndose a una tienda para realizar la compra.

Búsqueda de información sobre el producto

Una de las mayores frustraciones que experimentan los clientes, sobre todo en categorías como electrodomésticos y tecnología, tiene que ver con la falta de información que pueden obtener en el punto de venta, o de los vendedores. Por este motivo no debe sorprender que en los Estados Unidos el 82% de los usuarios de smartphones utilicen sus dispositivos para investigar los productos que ven en la tienda en sus teléfonos.

Si bien es cierto que muchos consumidores no se limitan a buscar datos y reseñas sobre el producto, sino que además aprovechan para verificar si está en precio o si encuentran ofertas en otros comercios, esto resulta una oportunidad para capturar, en pleno final del proceso de decisión de compra, a clientes que se encuentran en un local de la competencia.

Al mismo tiempo, esta búsqueda le permite al consumidor conocer mejor el producto que desea comprar y encontrar fuentes de información externas al local que lo ayuden a reforzar su decisión, y finalmente a efectuar la compra.

Mayor ticket promedio

Una tendencia que se observa entre los usuarios que utilizan sus celulares en el punto de venta para investigar a los productos disponibles antes de tomar una decisión, es que terminan volcándose por productos más caros, o comprando más, con lo que aumenta su ticket promedio.

De acuerdo con una investigación llevada adelante por Google, los consumidores que investigan con sus móviles gastan, en promedio, un 40% más cuando compran electrodomésticos, un 34% más cuando compran computadoras, televisores, y otros productos tecnológicos, y hasta un 50% cuando compran productos de belleza.

Agilidad en los pagos

Una posible ventaja del celular en el punto de venta tiene que ver con la agilidad con la que las nuevas plataformas de pagos móviles permiten procesar las transacciones en la caja.

A partir de su lanzamiento en los Estados Unidos y Europa, Apple Pay, el sistema de pagos incorporado en los iPhone 6 y 6 Plus fabricados por Apple, permite realizar pagos por tarjeta de crédito simplemente apoyando el teléfono en un lector NFC. Si bien este sistema tiene la desventaja de que requiere la incorporación de nueva tecnología por parte del comerciante, un nuevo sistema presentado hace pocos días por Samsung, permitirá realizar pagos con la misma agilidad pero sin la necesidad de invertir en un nuevo sistema POS.

Llamado Samsung Pay (anteriormente Loop Pay), el sistema de pagos de la firma surcoreana, el cual se encuentra integrado en sus nuevos dispositivos Galaxy S6 y S6 Edge, le permite a los teléfonos simular la interacción generada por la banda magnética de las tarjetas de crédito y débito, con lo que basta apoyar el dispositivo contra el lector de tarjetas para que éste lo reconozca como tal, y procese el pago de manera instantánea.

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Foto: Samsung

Si bien la reducción temporal para cada cliente puede parecer irrelevante, en el agregado total estos sistemas de pago permiten reducir en gran medida las colas, y mejorar notablemente la experiencia de compra.

Por todos estos motivos es que, lejos de ser un enemigo, el móvil resulta un gran aliado para los comercios offline. Sin embargo, aprovechar al máximo las oportunidades requiere de la optimización de la presencia del negocio en Internet, manteniendo toda la información posible disponible y actualizada, y generando una base de datos sobre el stock y los productos ofrecidos, de forma tal de capturar al usuario tanto propio como ajeno, cada vez que éste realiza una búsqueda. Sin lugar a dudas esto representa un gran desafío para aquellos que no tienen experiencia en marketing digital, pero las herramientas para llevarlo adelante están disponibles, y solo basta un mínimo de dedicación, lectura y tiempo para hacer una gran diferencia.

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¿QUÉ ES EL VESTING?

Fundar un startup es, sin lugar a dudas, una actividad colmada de desafíos.  Sobre todo quienes lo hacen por primera vez, se enfrentan a nuevas situaciones todos los días, a papeles que nunca antes imaginaron que existían, y a la necesidad permanente de adquirir todo tipo de conocimientos, así como a afrontar la dura realidad de que aceptar los errores ya no resulta tan simple como echarle la culpa a la escasa visión de un jefe. Sin embargo, ningún desafío es mayor que el de cultivar y mantener una buena relación con el resto del equipo fundador.

Incluso cuando se trata de amigos inseparables, parejas, familiares, o relaciones de mutuo respeto, una relación de socios es capaz de arruinarlo todo. Y si los malos tiempos tienen el potencial de enturbiar cualquier relación, el éxito y el dinero pueden ser aún peores. ¿Cómo evitar los sentimientos de enojo cuando un socio que trabajó menos, o directamente no lo hizo, se lleva una porción igual a la propia al momento de recibir una cuantiosa inversión o —peor aún— tras una adquisición? ¿Cómo mantener a todo el equipo motivado y trabajando arduamente, cuando las cosas están yendo bien y todos empiezan a sentirse más cómodos? ¿Cómo convencer a un inversor de que el equipo se va a comprometer con el proyecto, una vez que éste apueste invirtiendo su capital? Todas estas preguntas, capaces de carcomer la mente de cualquier emprendedor con un poco de optimismo y visión a futuro, tienen una respuesta. Y es que existe un mecanismo capaz de mantener a los fundadores motivados, estableciendo reglas claras desde el primer día, y garantizando una repartición justa de las acciones de la empresa ante un eventual exit, o éxito comercial. Estamos hablando del vesting de acciones.

 

¿De qué se trata el vesting?

Esta práctica —poco común en nuestra región, pero muy utilizada en Silicon Valley— consiste básicamente en establecer un tiempo mínimo de permanencia en la compañía por parte de cada uno de los socios para recibir la totalidad del paquete accionario acordado en un principio. Es decir que, si bien cada uno de los fundadores o socios será poseedor del porcentaje de acciones que le correspondan de acuerdo con lo pactado inicialmente, éste solamente será efectivo transcurrido un cierto margen temporal, o cumplidas una serie de metas.

De esta forma, se hace posible establecer nuevas condiciones que vayan más allá de la condición de fundador para ganarse el porcentaje accionario en la compañía, y es una forma de garantizar el compromiso y la permanencia del equipo, o de una persona en particular, durante un tiempo determinado.

 

¿Cómo es el formato de estos acuerdos?

El formato típico de un acuerdo de vesting se desarrolla en un plazo de 48 meses. De esta manera, el porcentaje total de acciones que le corresponden a cada uno de los fundadores se divide en 48 partes iguales, a las cuales el socio va accediendo mediante pasa el tiempo. Sin embargo, a modo de incentivo extra, se suele establecer que las doce partes que pertenecen al primer año, solamente podrán reclamarse si la persona permanece en la compañía durante los 365 días que lo componen. Así, uno de los socios que se retira a los once meses de hecho el acuerdo, no tendrá derecho a ninguna de las acciones, pero uno que lo hace a los trece meses, se llevará trece partes del porcentaje de la compañía que tenía asignado. Es decir, las doce partes que le corresponden por el año anterior, y una extra por el mes número 13.

Para evitar el pago de tasas impositivas (en los países en los que se gravan este tipo de operaciones), cuando se hace un acuerdo de vesting los socios reciben el total de su paquete accionario al principio de la operación, pero la compañía retiene una opción de compra a precio nominal por la cantidad de acciones que el socio no esté en condiciones de recibir, en caso de que no se cumplan las condiciones del pacto.

 

¿Qué sucede en el caso de que uno de los socios abandone la compañía y pierda parte de su porcentaje accionario original?

En el caso de que eso suceda, la compañía retendrá el porcentaje que el socio no alcanzó a ganarse. Sin embargo, frecuentemente este paquete de acciones no se divide entre los socios restantes, sino que se disuelve, con lo que la participación de éstos se incrementa de manera inmediata.

 

¿Qué sucede si la compañía es adquirida o recibe una inversión antes de que se cumpla el plazo pactado?

En caso de que la compañía reciba una inversión por la que los socios deban entregar parte de su capital accionario, la dilución de sus porcentajes ocurrirá de la misma manera en la que hubiera sucedido en caso de no haber un acuerdo de vesting. De esta manera, deberán entregar proporcionalmente parte de las acciones en su poder, y parte de las que todavía no poseen, por lo que la porción que recibirán durante cada uno de los meses faltantes hasta que se complete el acuerdo será menor.

 

En el caso de una adquisición el escenario es variable.  En algunos casos el acuerdo de vesting se acelera, con lo que el socio recibe automáticamente una porción o la totalidad de las acciones que todavía no había recibido. Sin embargo, en la mayoría de los casos el escenario es diferente, y el acuerdo se mantiene a no ser que el nuevo dueño de la compañía decida prescindir de ese socio, en cuyo éste caso recibe el capital total, independientemente del tiempo transcurrido.

 

¿Cuándo es conveniente celebrar este tipo de acuerdos?

En general este tipo de acuerdos se celebran en el momento en el que la compañía se incorpora, y se hace mediante la firma de un contrato entre los socios. Muchas veces este evento coincide con una inversión ángel, o serie A, por parte de un inversor de riesgo, y forma parte del acuerdo. Después de todo, uno de los principales motivos para invertir capital en un startup pasa más por el talento que por el producto, por lo que es comprensible que quien aporta el capital desee maximizar sus chances de éxito manteniendo a los fundadores activos en la empresa y motivados.

Por otra parte, este tipo de acuerdos también se celebran en ocasiones como un Acquihire, es decir, cuando una compañía adquiere un startup simplemente para poder absorber el talento. En esos casos es frecuente que la compra de las acciones de cada uno de los socios se encuentre sujeta a la permanencia de estos en la empresa por un determinado período de tiempo.

Finalmente, los acuerdos de vesting son muy frecuentes cuando se les ofrece participación accionaria a los primeros empleados de una compañía. En esos casos, la obtención del equity puede estar sujeta tanto a los resultados como a la permanencia de estos en el equipo.

El vesting es una de las tantas herramientas con las que emprendedores e inversionistas cuentan para maximizar las oportunidades de éxito de su startup. Sin embargo, antes de adoptarla, es importante consultar con un abogado que pueda ofrecer asesoramiento acerca de los límites y alcances que estas tienen en cada país.

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DIEZ ERRORES QUE LOS EMPRENDEDORES PRIMERIZOS SUELEN COMETER

Fundar un startup es, sin lugar a dudas, una experiencia muy diferente a la de mantener un empleo formal, y como tal presenta una serie de desafíos únicos. Es por eso que existen una serie de errores que suelen repetirse entre quienes lo hacen por primera vez. Errores que pueden costar caro en términos de tiempo y dinero y que, con apenas un poco de experiencia, resulta sencillo evitar. Es por eso que hoy nos proponemos revisar diez de estos errores, para ayudar a aquellas personas que emprenden por primera vez a evitar los lugares comunes y ahorrarse una gran cantidad de dolores de cabeza:

  1. No contar sus ideas

El primer error en esta lista es tan común que se ha convertido en el primer consejo que cualquier emprendedor recibe en el momento de comenzar a pergeñar un proyecto propio, y tiene que ver con resistir el impulso de no hablar abiertamente de lo que está creando. Es común enamorarse de una idea, y pensar que contarla va a llevar indefectiblemente a que otra persona se la apropie y se robe el negocio. Sin embargo, la realidad es que las ideas no son tan importantes, y que lo que verdaderamente vale es la implementación. Para ponerlo en un ejemplo, MySpace, Twitter y Facebook son tres startups que partieron de la misma idea. Aún así, nadie podría decir que se trata de productos parecidos. Ya sea por miedo al robo, o por miedo a recibir un feedback que no queremos escuchar, es importante no guardarse las ideas y contarlas abiertamente. Nunca sabemos en qué momento recibiremos un comentario que nos ayudará a mejorar nuestro proyecto, o encontraremos a un socio potencial que nos aportará muchísimo valor.

 

  1. Mirar demasiado a la competencia

Otro error común tiene que ver con obsesionarse con la competencia. Salvo que se trate de un producto muy disruptivo, prácticamente todo startup tendrá uno o dos competidores directos. Y la tentación de medirse con ellos será constante. No hay forma menos productiva de pasar el tiempo que observando las fallas en el producto de la competencia o indignándose porque un equipo “menos talentoso que el nuestro” recibe inversiones o atención de la prensa. Al mismo tiempo, si bien es sano aprender de la competencia y hasta conocerla bien para mejorar nuestro propio producto, mirarla demasiado conlleva el riesgo de terminar convirtiéndonos en seguidores, y haciendo un producto que no será más que una imitación pobre del de nuestros competidores, en vez de algo original que ofrece verdadero valor.

 

  1. Cobrar un salario muy alto, o demasiado bajo

Uno de los grandes desafíos para cualquier fundador tiene que ver con establecer el valor de su propio trabajo. Esto no es un verdadero problema en las etapas iniciales de un startup cuando no hay una inversión o ingreso que permita cobrar un salario. Sin embargo, cuando empieza a llegar el primer dinero es fácil ponerse demasiado conservador y elegir no cobrar, cobrar un sueldo simbólico, o creer que porque alguien confía en nosotros eso nos habilita a cobrar el salario de un alto ejecutivo en una multinacional. La realidad es que todas estas prácticas están equivocadas y llevarán, en el primero de estos casos, a que vivamos mal y pasemos más tiempo preocupados por no poder pagar la factura del teléfono que pensando en nuestro proyecto; y en el segundo, a que se nos acabe el dinero muy rápido, o que nuestros inversores nos vean como irresponsables. En cualquier caso, lo ideal es buscar un punto de equilibrio que permita vivir sin muchas preocupaciones, pero sin intentar salvarnos en lo económico el primer día.

  1. Lanzar muy tarde

Resulta sencillo obsesionarse con nuestro producto al punto tal de nunca verlo terminado. Todos conocemos a ese startup que promete estar desarrollando una aplicación revolucionaria que lo cambiará todo, pero que pospone su lanzamiento una y otra vez. No es necesario contar con un producto completo que tenga todas las características y funcionalidades que soñamos antes de lanzar. Esto no sólo nos impedirá comenzar a facturar, sino que conlleva el riesgo de poner demasiada energía en un desarrollo que no resuelve verdaderamente el problema para el que fue concebido. Es preferible lanzar una versión mínima del producto relativamente rápido, y aprender del uso y las necesidades reales de los clientes —y no de lo que nosotros creemos que son esas necesidades— y construir en base a eso, que pasar meses y meses, o años incluso, quemando capital en el desarrollo de algo que puede terminar siendo una gran decepción.

 

  1. Lanzar muy rápido

Por otro lado es frecuente también el caso contrario. En pleno auge de la filosofía de Lean Startup, no resulta extraño encontrar compañías que lanzan un producto tan mínimo y tan básico que es incapaz de atraer a un cliente. Si bien es cierto que muchos conceptos se pueden probar con un par de planillas de Excel, eso no quiere decir que no debamos hacer un mínimo esfuerzo por darle un aspecto profesional y terminado al producto que, además de su capacidad de resolver problemas, permite evaluar si existen clientes dispuestos a pagar por él.

 

  1. Prestarle atención a las métricas equivocadas

Existen innumerables métricas para medir el crecimiento de un startup. Sin embargo, sólo unas pocas son verdaderamente valiosas. No es fácil, pero es importante evitar caer en la tentación de vanagloriarse por números positivos que no significan nada. Es decir, una compañía puede estar aumentando significativamente el número de seguidores en Facebook todos los días, pero ¿se está traduciendo esto en ventas, o en posicionamiento? Al mismo tiempo, es frecuente escuchar a emprendedores comentar que todos sus usuarios aman su producto, pero si se trata de una aplicación que tiene diez usuarios, quizás haya que pensar que la muestra sea demasiado pequeña. Es importante identificar las métricas correctas y observarlas con frialdad y autocrítica. De otra manera corremos el error de fallar, y no identificar dónde estuvo el problema.

 

  1. Enfocarse en los pequeños problemas en lugar de atender lo verdaderamente importante

Este es uno de los grandes desafíos con los que se encontrará cualquier emprendedor, y tiene que ver con permitir que los pequeños problemas del día a día acaparen toda nuestra atención en detrimento de aquello que verdaderamente importa. Si bien hay pequeñas cuestiones y trámites urgentes que requieren ser atendidos, nada es tan importante como desarrollar el producto, hablar con clientes, vender, y encontrar procesos que podamos replicar para ayudar a que la compañía crezca. Es por eso que —aunque no es recomendable ignorar las llamadas del contador, o reunirse regularmente con los inversionistas para contarles el estado de la compañía— es importante prevenir que estos asuntos se conviertan en lo único que acapara nuestro día a día.

 

  1. Enfocarse solamente en encontrar una inversión

Otro error frecuente, muy vinculado al anterior, tiende a ocurrir cada vez que se sale a buscar una inversión. Si bien es importante dedicarle tiempo a construir una relación con potenciales inversionistas o instituciones que puedan proveer capital para llevar adelante la siguiente etapa de crecimiento, esto no quiere decir que haya que dedicarle todo el tiempo a esta tarea, y olvidarse por completo del producto, los empleados, y los clientes. Una compañía puede sobrevivir, y hasta crecer, sin recibir una inversión. Lo que no puede es seguir adelante si no se trabaja en el producto y en el negocio.

 

  1. Trabajar demasiado

Es fácil sentirse agobiado por la enorme cantidad de tareas que necesitan de nuestra atención. Sin embargo, es importante saber distinguir qué es lo verdaderamente importante y qué no lo es, y deshacerse de aquellas tareas que no tienen importancia. No es necesario ser un superhéroe, ni dejar de dormir para demostrar compromiso y ganas de triunfar. Por el contrario, no estar descansados y lo suficientemente relajados puede resultar en una muy baja productividad.

 

  1. No conectarse con sus clientes

Este es el peor error que cualquier emprendedor puede cometer, y tiene que ver con desconectarse de sus clientes. Sin importar cuál sea el modelo de negocios que sostiene a la compañía, siempre habrá clientes —o en su defecto, usuarios— a quienes habrá que solucionarles un problema para que utilicen el producto. Es por eso que estar en contacto permanente con los clientes, recibir su feedback, aprender de lo que necesitan y del uso que le dan al producto, y hasta formar parte del proceso de venta resulta fundamental. Después de todo, sin clientes no hay negocio, y sin negocio ¿cuál es el propósito de un startup?

BANCARIZACIÓN VS. MÓVIL

¿Puede el celular ser la herramienta que resuelva el problema de la baja bancarización en Argentina?

De acuerdo con cifras del Banco Mundial, el 59% de las personas adultas que viven en países cuyas economías se encuentran en desarrollo no poseen una cuenta bancaria. En los países desarrollados esta cifra es significativamente menor, y se reduce a apenas el 11%. El caso en Argentina, sin embargo, es aún más extremo que el promedio ya que, de acuerdo con datos obtenidos por la firma Demirguc-Kunt and Klapper en 2012, y citados por el Banco Mundial en su índice de inclusión financiera, apenas el 33,15% de la población adulta en el país registra una cuenta bancaria a su nombre. Sin embargo, existe una tecnología capaz de revertir la tendencia, y lograr la inclusión en el sistema financiero de millones de personas: el teléfono celular.

 

La baja bancarización, en cifras

Esta proporción es similar a la de países como Argelia (33,28%), India (35,23%), Botswana (30,23%), y Somalía (31,01%). Sin embargo, a nivel regional la Argentina no se encuentra aislada, ya que países cercanos como Uruguay, Perú, Paraguay, Bolivia, y México, se encuentran en situaciones similares.

En nuestro país la falta de acceso a los servicios financieros no se limita a las cuentas bancarias, sino que se extiende a otras herramientas, como las tarjetas de débito, a las cuales accede solamente el 30% de la población mayor de quince años, y a las tarjetas de crédito, cuya adopción alcanza al 22% entre la población adulta. Al mismo tiempo, hacia 2011 apenas el 16% de las personas contaban con una cuenta sueldo para la percepción de sus remuneraciones. Uno de los datos más interesantes a tener en cuenta acerca de nuestro país, es que apenas el 4% de las personas mantienen sus ahorros en instituciones financieras, una cifra notablemente menor a la que se observa en los Estados Unidos (50%), pero también a la media regional en América Latina (10%).

En cuanto al uso de la cuenta bancaria, de acuerdo con un estudio realizado por BBVA Research, en base a datos del Global Findex del Banco Mundial, los argentinos que poseen cuentas bancarias, las usan poco. En más del 60% de los casos, las cuentas reciben entre uno y dos ingresos de dinero por mes, una cifra esperable. Pero lo que resulta realmente sorprendente, es que en casi la misma proporción (un 58%), estas cuentas registran una o dos salidas de dinero mensuales. Apenas el 13% de los usuarios utilizan sus cuentas de manera regular, realizando más de 6 movimientos al mes.

Los problemas de la baja bancarización

De acuerdo con el Informe sobre el Desarrollo Financiero Mundial 2014, realizado por el Banco Mundial, los principales problemas con la baja bancarización están dados por la falta de acceso al crédito barato —los sectores de bajos ingresos que no cuentan con acceso al sistema financiero formal, deben recurrir a instituciones no bancarias cuyas tasas de interés exceden en varias órdenes de magnitud a las de los bancos—. Al mismo tiempo, la falta de acceso a herramientas financieras favorece la informalidad laboral, la evasión impositiva, la falta de acceso a beneficios y promociones bancarias, y atenta en contra de la seguridad de los usuarios.

A nivel macroeconómico, de acuerdo con el BCRA, la bancarización favorece el pasaje de ahorros al sistema financiero, con lo que maximiza la inversión, reduce los riesgos, y permite el mayor crecimiento de industrias y empresas en la economía local.

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El móvil como oportunidad

En este escenario surge la necesidad de encontrar respuestas para favorecer el desarrollo de los sistemas financieros, especialmente en los sectores de menores recursos, los cuales tienen incluso menor acceso. La respuesta más rápida y eficiente a este problema puede venir nada menos que de la tecnología móvil.

Con una tasa de penetración de más del 140%, y más de 28 millones de usuarios únicos, según datos de GSMA, el mercado argentino es uno de los más robustos de América Latina en términos de usuarios móviles. Esto significa que los teléfonos celulares han penetrado en todos los estamentos sociales, y se han convertido en una herramienta de conexión y acceso a la comunicación para la sociedad en todo su conjunto, tanto en zonas rurales como urbanas. Al mismo tiempo, las conexiones de banda ancha móvil en el país ya superan por 3,4 a 1 a las conexiones por fibra de red local.

Esto significa que, con una cobertura casi total de la población del país, el móvil podría convertirse en el vehículo capaz de llevar los servicios financieros a segmentos de la población que hoy, ya sea por falta de dinero suficiente, por lejanía geográfica a las sucursales, o por cuestiones culturales, se encuentra alejada del sistema bancario.

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Sin embargo, dado que la penetración de los smartphones —es decir, los teléfonos inteligentes— es de apenas del 22% del mercado y que, de acuerdo con BBVA Research, existen apenas 11 suscripciones a servicios de banda ancha móvil por cada 100 líneas de telefonía celular (una cifra que en los Estados Unidos supera el 80%, y en Brasil el 30%), los métodos ya desarrollados por las entidades financieras existentes, tales como las aplicaciones de Mobile Banking, no serían los indicados para llevar adelante esta tarea. De la misma manera, los servicios de pagos móviles tales como Apple Pay y Google Wallet —con los que las empresas líderes en tecnología buscan dominar este mercado en los Estados Unidos (aunque integrándose con las instituciones financieras)— tampoco parecen ser el medio adecuado para nuestro país. Existe, sin embargo, una experiencia en otra región del mundo que vale la pena tener en cuenta.

 

La experiencia en Kenya, el mercado de pagos móviles más desarrollado del mundo

Existe una región donde la tasa de bancarización es igual o más baja que en América Latina. Se trata del África Subsahariana, y es justamente en esa región donde se impuso una de las soluciones más innovadoras para resolver el problema de la baja inclusión financiera.

Nacido en Kenya bajo el nombre de M-PESA, el servicio que le abrió las puertas a los pagos móviles —y luego a toda una serie de servicios financieros— fue ideado por Saraficom, la principal operadora de aquel país, perteneciente en un 40% a la europea Vodafone.

Se trata de un sistema sencillo, en el que los usuarios pueden transferirse dinero entre ellos de manera directa, simplemente enviando un SMS. Una de las mayores ventajas del sistema radica en que no es necesario contar con una cuenta bancaria para utilizarlo. Por el contrario, los usuarios deben acercarse a un local de Safaricom, o cualquiera de las decenas de miles de puntos de venta autorizados, y realizar una recarga en efectivo a su cuenta para alimentar su balance. De la misma forma, es posible acercarse a uno de estos locales para retirar dinero en efectivo, siempre y cuando haya suficiente en la cuenta. La operadora móvil cobra un costo transaccional cada vez que se realiza una transferencia.

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El servicio se popularizó rápidamente, y comenzó a ser adoptado por todo tipo de comercios, los cuales lo utilizan como sistema de pagos. Al mismo tiempo, comenzó a ser utilizado para otras funciones, como el pago de haberes a los empleados. En poco tiempo, todo tipo de servicios financieros —como pequeños préstamos, y hasta descuentos similares a los que ofrecen las tarjetas de débito en nuestro país— comenzaron a surgir.

Al tratarse de poblaciones no bancarizadas, con niveles bajos de urbanización y poco acceso a las sucursales bancarias —de las cuales existen apenas 5,2 por cada 100.000 habitantes, contra 13,2 en Argentina, y no se encuentran al alcance de la mayoría de las personas— esto resultó fundamental para que el servicio se popularizara.

Con más de 15 millones de usuarios activos, y otros 2,3 millones de usuarios de M-Shwari (su mayor competidor), M-PESA es utilizado por virtualmente todos los adultos en Kenya, una cifra que contrasta con el 6% que —de acuerdo con el Banco Mundial— cuentan con una tarjeta de crédito, y el 30% que tienen acceso a una de débito.

 

¿Es un modelo replicable en Argentina?

Si bien la situación argentina es diferente, dado que la baja bancarización se da por factores distintos a los que imperan en Kenya, un modelo móvil de acceso a servicios financieros debería operar a partir de principios parecidos. Es decir, apuntando a usuarios que utilizan teléfonos básicos, preferentemente a través del empleo de la tecnología de SMS, la cual es compatible con todo el universo de teléfonos móviles en el mercado, y creando vínculos con el mundo offline a partir de puntos de recarga donde se pueda ingresar o extraer dinero de la cuenta.

Si bien sería posible aprovechar la factura de la operadora móvil para cancelar los pagos hechos por el teléfono, esto no sería suficiente para llegar a la gran masa de usuarios no bancarizados, ya que apenas el 30% de las líneas en el mercado son pospagas. Es por ese motivo que un sistema similar al africano puede resultar útil.

Hoy por hoy, en América Latina ya se ha comenzado a explorar este modelo a partir de distintos experimentos realizados por diferentes operadoras.

En Bolivia, la operadora Tigo —segunda en el país con una participación de mercado del 34,88%— lanzó el servicio Tigo Money, el cual funciona prácticamente de la misma manera que M-PESA, permitiendo realizar transferencias de dinero entre usuarios y obtener descuentos cuando se utiliza el sistema. De acuerdo con Telecompaper, Tigo Money ya cuenta con 700.000 clientes solo en ese país, y fue utilizado para transferir más de 4 millones de dólares.

En Colombia, operadoras como Movistar, de Telefónica, y Claro, de América Móvil, ya comenzaron a ofrecer servicios de dinero móvil, aunque trabajando en conjunto con distintas instituciones bancarias y las principales tarjetas de crédito. Al mismo tiempo, el banco Bancolombia adquirió la operadora móvil virtual A la mano, con la que comenzó a ofrecer servicios móviles y, a la vez, a incorporar sus servicios financieros a los mismos.

Existe un enorme potencial en la telefonía móvil para el desarrollo de servicios financieros que resulten en la inclusión del casi el 70% de usuarios que se encuentran excluidos. El talento local, y uno de los ecosistemas emprendedores más proactivos de la región, sin lugar a dudas lo harán realidad.

 

Fuentes: